La leyenda del corazón de la arena.

Capitulo 1 "El encuentro"

Un muchacho de 13 años caminaba con pasos vacilantes en un desierto lejano a su aldea natal, era de noche, la temperatura era baja, la arena se movía al compás del viento, no había animales y parecía ser que no encontraría un solo ser vivo en kilómetros… para muchos hubiera sido desesperante estar solo en un lugar tan inhóspito… pero para Gaara que estaba acostumbrado al clima extremo y a la soledad no parecía mayor problema, sin embargo Gaara se veía totalmente agotado, probablemente había permanecido varios días sin comer o beber, su ropa estaba maltratada pero en su cuerpo no había heridas debido a su armadura de arena ; Su semblante mostraba enojo, sus ojos aguamarina resplandecían con muestras de furia, su ceño estaba fruncido, repentinamente se cubrió el rostro con una mano y sin más se desplomo inconsciente en la arena…mientras tanto a la distancia se divisaba la silueta de una muchacha que había sido mudo testigo de lo ocurrido en el gran océano de arena

Pensamientos de Gaara:

Me enviaron en una misión falsa de clase A para intentar asesinarme, hace mucho no ocurría esto, aunque en realidad no me sorprende, esta vez esperaron a que estuviera suficientemente lejos de la aldea para intentarlo, ya he matado a quienes pensaban darme muerte y ahora estoy solo en este desierto; Los odio a todos… desean mi muerte e incluso mis hermanos me temen, si no he muerto es gracias a esta arena maldita, aunque deseo que no me proteja lo sigue haciendo… ¿Qué es este dolor en mi cabeza? siento mi cuerpo pesado…

Pensamientos de la chica: Hoy después de tantos años soñando con ser libre mi sueño se hizo realidad, aunque las cosas no fueron como yo lo esperaba… mataron a mis dueños por unos asaltantes de caminos, por suerte logre ocultarme antes de que me descubrieran, ahora estoy totalmente sola en este pequeño oasis, no pensé que la soledad fuera tan difícil de soportar… debo encontrar un nuevo hogar y alguien que me ayude, quisiera tener un mapa… me iré de este lugar al caer la noche, que las sombras sean mis aleadas y el corazón de la arena sea generoso conmigo.

Después de caminar durante horas la muchacha encontró a Gaara.

¡Despierta¿Te encuentras bien¡¡por favor responde!

Gaara seguía inconsciente, la muchacha tomo una pequeña cantimplora que tenía en su bolsillo y hecho un poco de agua al rostro de Gaara para hacerlo reaccionar. Gaara se despertó furioso y estuvo a punto de matar a la chica.

Pero esto no sucedió pues Gaara volvió a desmayarse.

La chica contemplaba a corta distancia a Gaara, preguntándose que haría alguien como el en medio del desierto, varias preguntas venían a su mente, pero quizás la que le parecía más importante ¿Qué haría ahora? No podía dejarlo a su suerte ante el cruel desierto o al menos ella no quería hacerlo.

Se quedo viéndolo fijamente, parecía intranquilo, su respiración era agitada… dudando si hacerlo se acerco más, lo hizo sigilosamente para no despertarlo, pues temía su reacción, con las manos algo temblorosas toco su frente, tenía fiebre… Las cosas se complicaban, su cantimplora solo estaba llena hasta la mitad y el oasis del que había huido estaba lejos, sin contar que los ladrones podrían estar descansando ahí…

Pensamientos de la chica: ¿Ahora que haré? No tengo nada para curarlo¡Vamos, piensa, piensa, algo se te tiene que ocurrir… si se acaba el agua estaremos perdidos… Ahora que lo pienso… ¿Cuántas posibilidades tenemos de sobrevivir? No se ni donde estamos… ¡Rayos¿Por que siempre tengo que ser tan negativa? Bien veamos que invento ahora…

La chica rompió un pedazo de la manta que le cubría y la empapo con un poco de agua, después la coloco en la frente de Gaara, repentinamente una brisa helada le recordó que hacía frío, se encontraba tan nerviosa y tan cansada, que se había olvidado casi por completo de ello, tomo su manta y cubrió a Gaara que temblaba un poco por la fiebre, al quitarse la manta, el frío invadió bruscamente su cuerpo… en busca de calor se abrazo a si misma, miro el cielo y vio la Luna que estaba menguante; El tiempo transcurría lentamente para ella, de vez en cuando miraba las estrellas para contarlas y no dormirse, soplaba sus manos para darse un poco de calor con su aliento, se preguntaba cuanto tiempo había pasado, interrumpió ese pensamiento pues debía estar lo más serena posible para no morir de hipotermia, al soplar su aliento nuevamente, se percato que la temperatura había cambiado, las nubecillas que creaba su aliento poco a poco aminoraban, el amanecer seguramente estaba cerca.

Un nuevo día había llegado, la chica estaba cansada pero comprobó con alegría que Gaara ya no tenía fiebre, un poco más tranquila agarro su cantimplora, para su sorpresa casi estaba vacía, tenía mucha sed… pero sabía que cuando el despertara necesitaría más el agua que ella, guardo la cantimplora en su bolsillo, era difícil resignarse a no poder beber nada pues sentía

su boca dolorosamente seca, ahora el hambre empezaba a invadirla, tenían que irse pronto de aquel lugar, el sol ya iluminaba bastante, debían apresurarse a encontrar un refugio y agua antes de que el calor se tornara implacable.

Pensamientos de la chica: Mis ojos se están cerrando… muero de sed… si me sigo quejando me voy a quedar todo el día a cocinarme en esta sartén gigante, bueno es hora de despertarlo, solo espero que se levante de buen humor.

¡Hey! ahora que lo pienso le echaré un vistazo, después de todo anoche no lo pude ver bien, pero si se despierta quien sabe como reaccione, bien dicen que la curiosidad mato al gato, pero como no soy un gato…

La chica quito con delicadeza la manta que le cubría, se fijo bien en su físico, piel clara, pelirrojo, ojeras grandes, estatura mediana, parecía que esos detalles le daban igual, pero al ver el protector de la aldea de la arena un escalofrío invadió su cuerpo, no cabía duda que el era un shinobi, lo cual le hacia dudar, los shinobis eran capaces de hacer lo que fuera por dinero o por una misión, ella lo sabía perfectamente; sin embargo parecía ser que aquel muchacho tendido en la arena le inspiraba una clase extraña de confianza que no había sentido hasta ahora, frunció el ceño y como implorando en silencio miro al cielo distante, como si rogara que no estuvieran equivocados sus sentimientos y empezó a mover suavemente el hombro del muchacho quien aun permanecía inerte.

Pensamientos de la chica: Por favor despierta¿Será que este muerto? No aun respira… me están comiendo los nervios, será mejor que me cubra el rostro antes de que me vea, puede ser que provenga de algún lugar de costumbres conservadoras como mis amos y tome a mal ver mi rostro descubierto.

Mientras la chica se acomodaba una especie de manta blanca alrededor de su cuello y rostro, Gaara recobraba la conciencia, abría poco a poco sus ojos, la luz del sol le molestaba a sobremanera, no se veía muy alegre que digamos, al levantarse abruptamente se dio cuenta de que en sus piernas había un pedazo de tela y una manta a su lado, trato de levantarse, después de bastante esfuerzo lo logro por un momento, pero volvió a caer penosamente en la arena.

La chica lo observaba en silencio, estaba realmente asombrada, el chico estaba tan concentrando tratando de levantarse que no se había percatado de su presencia, con pasos vacilantes se acerco a el, y le tendió su mano para ayudarlo a levantarse, el le miro con desprecio y sonrió de forma sarcástica, ella no necesitaba leer la mente para saber que pensaba, seguro cosas como, No necesito tu ayuda, No te metas en mis asuntos o cualquier otra cosa que tuviera que ver con orgullo… meneo la cabeza con como gesto de desaprobación y avanzo unos pasos alejándose lentamente de el, si no quería su ayuda no iba a rogarle, sin embargo estaba preocupada por el, no pensaba demostrarlo, después de todo ella también era orgullosa, suspiró y regreso a donde se encontraba el aun sentado en el suelo, metió la mano a su bolsillo y saco su cantimplora, deposito junto a el lo ultimo que le quedaba de agua, su voz sonaba como un leve susurro debido a que su garganta estaba demasiado seca, Gaara con dificultad pudo escuchar con una voz áspera y gastada, esto es lo ultimo de agua que me queda, utilisala sabiamente…

Gaara miro por efímeros momentos aquella figura misteriosa alejarse lentamente en el horizonte… Por un momento pensó que era una alucinación causada por el calor y agotamiento, luego negó con su cabeza aun incrédulo, no podía ser un espejismo, en sus manos sostenía una cantimplora, moría de sed, dudaba si beber de ella¿y si era una trampa? Aun dudando dio un pequeño trago, era agua… se apresuro a beberla toda, se sentía aliviado