TONTOS Y DRAGONES
A GORILLAZ FANFIC
Disclaimer: Los personajes aquí presentados, a excepción de Asuka Yagami, son propiedad de Damon Albarn y Jamie Hewlett. Si alguno te cae mal, díselo a ellos, a mi no me vengas con lloriqueos.
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Data de la época donde valientes caballeros daban sus vidas por rescatar princesas que eran secuestradas por feroces dragones. Muchas leyendas nacieron en esa mágica época. Pero he aquí la historia que fue omitida porque… A decir verdad era bastante tonta como para ser narrada en los libros de historia. Pero en fin. Esta es la historia de un caballero y una princesa… Básicamente es como las demás, pero esta te gustará más…
Se encontraba el pueblo reunido en la plaza central, donde el pontífice estaba dando un anuncio realmente importante.
-Murdoc Niccals, se le acusa del crimen de la herejería y el satanismo. Será quemado en la hoguera y morirá y será enviado a los infiernos donde recibirá castigo eterno.
-Sí, claro. Diga lo que quiera.-dijo el hombre que estaba atado en el poste, con cara de aburrimiento. Esta no era la primera vez que le pasaba algo como esto.
-Muy bien, si no tiene nada más que decir, inicien el fuego.
Estaban a punto de prender fuego a la hoguera, cuando un caballero montado en un caballo blanco se paró en el lugar y con una voz muy varonil, habló.-Dejen a ese hombre en paz.-Luego, trató de bajar del caballo, pero en un mal paso terminó tropezando y cayéndose. Todos le miraron con esa mirada usual de "No de nuevo". El cura se le acercó y le ayudó a levantarse.
-Sir Pot, deje de defender a este hijo de Satán.
-No me importa, sólo déjenlo en paz.-dijo el caballero de ojos profundamente negros y regresando a su tono de voz usualmente débil y delgado.- ¿Acaso a ustedes les gustarían ser quemados y achicharrados en una inhumana hoguera? ¿Verdad que no?
Después de otro de esos tontos discursillos de "Trata a los demás como quieres ser tratado", liberaron a Murdoc de la hoguera y lo dejaron ir. Se fueron el caballero y el satanista caminando juntos.
-Muds, debes dejar de hacer esas cosas. Algún día yo no te voy a defender y vas a ver que te van a matar.
-Ey, tú no me defiendes. Simplemente te respetan porque pronto serás el esposo de Lady Cracker… Es más, ni siquiera sé que demonios le viste. Es fea, realmente fea, depresivamente fea. Creo que te casas con ella por su dinero.
-Oye, no le insultes. Ella es una sensible dama, que tiene sus cualidades ocultas. No todo es belleza ni dinero, Murdoc. Tiene bastantes cualidades escondidas que le son reveladas a cualquiera que se lo proponga.
-¿Ah sí? Dime tres cualidades que tenga.
-…
-¿Ves? Ese monstruo feo no tiene nada de bonito. Ya, ven vamos por un trago.
Deteniéndose en un bar cercano al lugar, entraron y pidieron dos tarros de cerveza. Estaban conversando algo cuando entró un canciller del rey con un mensaje para el caballero de brillante armadura.
-El rey quiere que escolte a la princesa que llegará esta tarde a las cinco.
-Ah, una princesa… ¿Será bonita? Porque, puede que le gusten los chicos mayores.
-Lo dudo, Muds. Al parecer ella tiene unos dieciocho años. Y tú tienes 48.
-Tienes que arruinarme siempre la fiesta, ¿Verdad?
-Bueno, eso es en quince minutos. Así que será mejor ir ya al puerto.
Dieron las cinco, y una enorme embarcación llegaba al puerto. Stuart Pot estaba esperando a la princesa extranjera que no debía tardar en desembarcar. Estaba realmente aburrido, y Murdoc, quien ni siquiera había sido llamado al lugar, se estaba quedando dormido. Fue cuando recibieron el anuncio de la llegada de la princesa.
Salió del barco una figura femenina envuelta en un kimono de color rojo, y tapada del rostro con un velo rosado. Alrededor de ella caminaban 6 ninjas, sus escoltas. 5 de ellos se fueron al recibir la instrucción, quedando solamente uno de ellos.
-Atención, Sir Pot, le presentamos a Miho Hatori, princesa de Japón. Hija única del emperador Kyuzo, y su guardaespaldas personal.
-Mucho gusto, princesa. Mi nombre es Stuart Pot.
La princesa se le quedó viendo con sus delicados ojos esmeraldas, y le sonrió, aunque el velo de su rostro no dejaba ver aquel gesto.- Iroiro arigato, Pot-kun. –después, dio una orden a su guardaespaldas y se fueron en compañía del caballero. Pero fue cuando Murdoc vio a la princesa y se acercó a ella.
-Hola, señorita. Es obvio que una delicada joven como usted necesita la compañía de un hombre.- Murdoc se le acercó y le empezó a coquetear, mientras la doncella oriental le miraba. Luego, dio una orden al guardaespaldas. A la voz de Ya, el ninja bien instruido tiró a Murdoc al piso y le acorraló allí con la parte sin filo de la katana. Lo miró a los ojos, y el desaseado hombre con sus ojos de color del fuego, y luego le dijo una frase en japonés que no entendió. El ninja se dio cuenta y le dijo después.-A la princesa nadie la tocará.-La voz de ese ninja era de mujer, y por el timbre, era una mujer joven. Tal vez de la edad de la princesa. Murdoc sólo le miró y luego la observó alejarse con la princesa y Stuart.
CONTINUARÁ…
