En lo personal no creo mucho en las afirmaciones de El Código Da Vinci: a pesar de tener buenas bases el libro era, históricamente, muy impreciso. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que María Magdalena estuvo más relacionada con el Jesús histórico de lo que la iglesia admite. Además, hay fragmentos de evangelios gnósticos y canónicos donde se deja entrever que tenían una relación bastante cercana, e incluso teorías anteriores al libro de Dan Brown de que pudieron haber sido esposos.

Si bien está probado que los reyes merovingios no fueron sus descendientes (como se menciono en una parte del libro) no deja de existir la probabilidad de que se hubiera desarrollado un linaje. Y tampoco deja de ser cierto que, desde el establecimiento oficial del catolicismo romano en el siglo III, la religión cristiana y su mensaje fueron manipulados por simple conveniencia política.

Es muy probable que María Magdalena fuera mucho más que una discípula, y la hubieran rebajado. A su madre María la elevaron y la proclamaron virgen, ocultando el hecho incómodo de que ella y José tuvieron más descendencia y de que el Jesús histórico tuvo hermanos. ¿Qué no nos dice que la metamorfosis hubiera tomado mayores dimensiones, si esta alcanzó a la familia del primer gran líder?

Y, yendo más lejos, en el personaje de María Magdalena se pude apreciar a una metáfora sobre el nuevo trato y el culto anterior a la mujer: el género pasó de ser una diosa a una servidora, apta solo para el matrimonio y la crianza, sin raciocinio o derechos propios. Aún hoy en día podemos observar lugares donde se le trata más como una cabeza de ganado, carente de derechos.

"La descastada" es más que un poema a la María Magdalena de Dan Brown, es una oda a la metáfora del libro… y a la mujer que continúa inspirando leyendas.


El Código Da Vinci y la saga de Robert Langdon no me pertenecen. Al decir esto no violo ninguna ley de derechos de autor. Este fic está escrito sin fines de lucho.


LA DESCASTADA

I

¡Oh, reina madre!

Bella doncella, hija de reyes.

Dejaste marcada la historia,

Moviste al mundo, como un juramento.

Pero, pobre dama,

Difamada y traicionada,

Perseguida y acorralada,

La envidia logró finalmente su obra.

II

Como diría una monja, hombres necios te acusaron sin razón.

Seres impíos, inquisidores,

Acusadores y negociadores,

Ninguno te ha perdonado.

Todos te dieron la espalda,

Deshonraron tu legado,

Negaron tu influencia y profanaron tu virtud.

III

Te arrebataron el trono,

Te rebajaron al nivel de una prostituta,

Te inventaron demonios y exorcismos,

Y en un concilio Roma negó tu gloria,

Prohibió la sola mención de tu nombre o defensores,

En un vano intento de relegarte al olvido.

IV

Madre y esposa, mujer y diosa,

Musa de fe, que continuaste con tu legado.

Que aún siendo perseguida,

Buscada por cielo y tierra, por clero e iglesia,

Por verdugos y cazadores,

Has mantenido tu leyenda.

V

Si, ella ha mantenido su legado, vivo en sus defensores.

En caballeros y protectores.

Pero más importante, en trovadores,

Que aún cantan tu leyenda,

Que no te dejan desvanecer en el olvido.

IV

Y hoy la diosa vuelve a levantarse,

Serena, impasible,

Luchadora como siempre,

Y con un beso y una sonrisa,

Continúa viva, en las oraciones y los lamentos de los simples mortales.