Hola chicos, bienvenidos a una nueva historia, esta vez de Star Wars. Hacía mucho tiempo que le estaba dando vueltas a esta historia y después de casi un año de darle forma, aquí está para su deleite.

Espero que les guste.

Yo no soy dueña de Star Wars, solo tomo prestados sus personajes para crear está historia de una galaxia muy lejana.


Sable rojo, Sable azul.

Capitulo 1

-¡Eras mi hermano!

-Ya no puedo confiar en nadie.

-Ya no eres el hombre que conocí.

Abrió los ojos con parsimonia, de nuevo había tenido ese mismo sueño, aquel que no le dejaba descansar desde hacia varias noches. Se sentó en el borde de la cama y estiró los músculos de sus brazos con mucha fatiga. A pesar del tiempo, la prótesis de su brazo derecho aun funcionaba perfectamente, como si fuera recién hecha, aunque de vez en cuando debía darle mantenimiento si quería que respondiera correctamente. Varias veces consideró cambiar el modelo, pero siempre desistía al final y prefería quedarse con la vieja.

Después de unos segundos de estar en la cama, decidió levantarse y dirigirse al baño para tomar una ducha fría, la cual le ayudaba a despertarse por completo. Al salir se colocó una toalla en la cintura y otra alrededor del cuello, se detuvo frente al espejo del baño y frunció el seño al ver la cicatriz que le cruzaba el pecho. Aquella herida era la causante de su casi muerte en Mustafar, además de que fue hecha por la persona que en algún tiempo llamó maestro.

Todavía recordaba ese día funesto, todo se había ido al demonio, reinaba un caos completo en la galaxia, ya no se podía confiar en nadie y sobre todo, su ángel había muerto bajo su propio puño.

Cuando sintió el sable de su contrincante quemar su piel, creyó que sería su fin, que todo por lo que había luchado sería en vano, pero no. El destino tenía otro rumbo para él y eso lo supo cuando despertó en una sala de operaciones con Darth Sidious a su lado.

Era curioso como el rumbo de las cosas cambiaban continuamente, en un pasado fue el mejor de todo un clan y ahora era la segunda persona más importante y temida de todo el universo.

Sacudió la cabeza para alejar los malos recuerdos y procedió a vestirse para comenzar el día que le esperaba. Se colocó unos pantalones y una camisa de color negro, se puso unas botas del mismo color que el pantalón y salió de su habitación con rumbo a la cocina.

Su departamento era bastante grande, tenía varias habitaciones que si era sincero consigo mismo, no sabía cuantas eran y no tenía la curiosidad de averiguarlo. Poseía un enorme comedor en donde cabrían varias personas, una sala de estar, despacho, salón de entrenamiento ( esa si la usaba, y muy seguido) y una cocina de un tamaño considerable. Y todo esto ubicado en la mejor zona residencial de Coruscant.

Cabe mencionar que no era su única residencia, poseía varias propiedades por toda la galaxia, ya que su trabajo lo mantenía de un lado a otro, aunque siempre pasaba más tiempo en las naves imperiales.

Al entrar el la cocina, advirtió que su desayuno ya estaba listo y sobre la mesa. No tenía sirvientes humanos o de otra especie, nadie podía conocer su rostro detrás de la máscara y era por eso que toda la limpieza era hecha por droides especializados.

Se sentó en la mesa de la cocina y tomó el café que le habían servido el droide chef y se dispuso a escuchar las noticias en la Holored Imperial.

-La celebración del décimo aniversario de la creación del imperio se acerca rápidamente – dijo el locutor de las noticias – Los preparativos han comenzado a realizarse y muy pronto veremos con mucho orgullo el desfile conmemorativo.

Desde que surgió el imperio, las cosas eran muy diferentes. Había una represión y temor, pero a pesar de eso se habían logrado grandes cambios. Varias escuelas y albergues se construyeron, se hacían varias campañas para llevar alimentos y recursos a los planetas que estaban en la pobreza. La economía había subido considerablemente y muchas personas contaban con al menos un empleo que les permitiese vivir con lo necesario. Ese era un punto a favor del imperio, no obstante, todavía había un problema: aun se traficaban esclavos.

Buscó la manera de evitarlo, de erradicarlo, habló incontables veces con su maestro para que aprobara una ley que prohibiera la esclavitud, sin embargo, el emperador hizo caso omiso a su petición.

"Un gran imperio se construye a base de la esclavitud" esas fueron las palabra que su maestro le dijo. Además también le argumento que sino trabajaban como esclavos pasarían a ser composta.

Sin tener otra opción, tuvo que abandonar aquella idea y se enfocó en otros planes: Cazar a los Jedi restantes.

Una vez terminado su desayuno, apagó la holored y dejó que los droides recogieran los platos sucios. Se dirigió de nuevo a su habitación para terminar de arreglarse.

Se puso sus guantes y la capa negra, se colocó su sable láser en el cinturón y por ultimo recogió su casco con ambas manos y lo miró unos segundos.

No sabía que era, pero algo lo estaba inquietando, era como una especie de presentimiento de que algo pasaría, no había sentido algo así desde hacía mucho tiempo y si era sensato, era mejor estar atento.

Se puso el casco y salió de su residencia con rumbo al palacio imperial.


¿Qué opinan? Sé que el primer capitulo es muy corto, pero creanme que los siguientes son más largos. Así que si quieren saber que ocurrirá, no duden en dejarme sus comentarios.

Nos leemos a la proxima.