Bueno...Este es mi primer fic sobre Naruto. La verdad es que llevo poco tiempo viendo la serie y tengo que confesar que estoy bastante enganchada.

También confieso que mi pareja favorita es NaruHina y por eso quería dedicarles este fic, que espero que sea de vuestro agrado.

Acepto todo tipo de críticas para poder mejorarlo en la medida de lo posible... Y bueno, está claro que ninguno de los personajes me pertenece.

Gracias por leer :)

Siempre has estado ahí.

Capítulo 1: Reencuentro.

Todo había terminado, quiero decir, después de todo supongo que podríamos ser felices.

Konoha ya había sido reconstruida y las cosas estaban normalizadas, aunque no todas, ni siquiera había podido intercambiar unas palabras con él después de aquella confesión que tanto me había costado. Él ya no estaba en la ciudad, estaba en una misión bastante importante y no sabía nada de el desde hace aproximadamente un par de meses.

Resignada y cansada dejé a un lado mis pensamientos y salí de la cálida ducha al gélido baño, me envolví en una toalla y cepillé mi cabello con cierta parsimonía, ya que no tenía ninguna gana de ir a entrenar, aunque claro, era mi obligación. Salí del baño descalza, y fui hacia mi habitación con la mirada perdida hasta que una voz me sacó de mis pensamientos.

-Buenos días Hinata... ¿Sabes qué vas a llegar tarde al entrenamiento?-Me advirtió mi primo Neji. Sinceramente no tenía ganas de hablar con el así que me limité a asentir y me fui a mi cuarto a vestirme. ¿Cómo podía ser todo tan aburrido y monótono? Aunque, en realidad, todo se había vuelto así desde que él se había marchado. No podía ni pensar en su nombre porque con tan sólo hacerlo un escalofrío recorría mi espalda. Ya vestida y con el pelo totalmente seco me fui a entrenar, cuando llegué donde estaban Kiba y Shino cambié un poco mi expresión porque tampoco tenían por qué aguantar mi estado de ánimo, al fin y al cabo no tenían la culpa de nada.

-¡Hinata! Llegas tarde, pensábamos que te había pasado algo- Dijo Kiba con un tono enérgico y despreocupado, vamos, el de siempre.

-Lo..Lo siento, es que me quedé dormida- Me excusé haciendo una pequeña mueca, sonreí tímidamente a modo de disculpa.

-No te preocupes-Se limitó a decir Shino, sin ninguna expresión en la cara.

El entrenamiento se hizo ameno y por lo menos me divertí un poco con las bromas de Kiba. Llegó la hora de comer y me fui para casa, durante el camino volví a mi estado de ánimo anterior, estaba tan sumamente distraída que no escuché a quien me llamaba.

-¡Hinata! ¡Hinata!- Gritó una chica con el cabello de color rosa chicle, ella vino corriendo hacia mi y me giré sorprendida. ¿Qué le ocurría ahora a Sakura?

-¿Qué ha pasado?-Pregunté con una extraña sensación, algo me decía que tenía una gran noticia que darme.

-Es Naruto- Vaya, el escalofrío recorrió mi espalda de forma cortante, tragué saliva con nerviosismo y la miré atenta.

-Esta misma noche está de vuelta, me ha mandado una carta, dice que mañana nos invita a todos a comer a su casa para celebrarlo y contarnos la misión. ¿Vendrás verdad?

Pero mi mente ya estaba muy lejos, desde que escuché la primera frase. Él regresaba y no, no lo podía creer. No sabía cómo podría mirarle a la cara, es más, no sabría como hablarle después de aquella confesión que tanto había atormentado mi mente durante estos meses. Escuchaba palabras de fondo pero nada conseguía sacarme de mis pensamientos.

-¡Hinata! ¿Estás bien? ¡Responde por favor! -Suplicaba Sakura desesperada, sin obtener ningún tipo de respuesta por parte de la ojiperla.

-Ehh..¿Qué? Perdona, es que, estaba ida-Me disculpé prácticamente valvuceando. Estaba mareada y nerviosa, descolocada.

-Que mañana Naruto nos ha invitado a comer a su casa. ¿Vienes no?

-Pues...- No puede ser, mañana. Es... Imposible- No...No lo sé. Tengo que consultarlo con mi padre y además...- Estaba histérica, pero de verdad. Y está claro que Sakura lo notó.

-No tienes de qué preocuparte Hinata, estoy segura de que Naruto está deseando verte. Tómate las cosas con calma y verás como todo sale bien-Me dijo con una amplia sonrisa, que la devolví al instante. Sakura tenía toda la razón, tenía que ir. Además, con lo despistado que es él seguro que ni se acuerda de lo que le dije aquel día...

POV Naruto.

Era noche cerrada, estaba un poco cansado después del largo camino de vuelta. Pero todo había salido como estaba previsto y por eso estaba la mar de contento. Ya se divisaban las luces de la villa a lo lejos, estaba llegando a mi hogar. Llevaba las manos en los bolsillos y una sonrisa de oreja a oreja, por fin podría ver de nuevo a mis amigos y a toda la gente que quería. En estos meses me había dado tiempo a pensar muchas cosas y en mucha gente, además había madurado después de todos los acontecimientos y las penurias que había pasado. Pero todas las noches, antes de dormir, había algo que me quitaba el sueño. Ella, la chica del pelo azul. Después de aquel día que se arriesgó de esa manera por el, después de haber estado siempre preocupada por cualquier cosa que tuviera que ver con él, se había dado cuenta de que eso se llamaba amor. Todas las noches pensaba en mil y una formas de disculparse o agradecerla, o simplemente... No, eso era demasiado. No podía llegar después de todo este tiempo y pedirle que tuvieran algo, además, seguramente ella no estaba enamorada de él, sólo le quería y protegía porque era un amigo especial. Agité la cabeza para que todos los pensamientos se disiparan y caminé más rápido, quería llegar ya.

Al fin estaba en casa, aunque a esas horas ya no había ni un alma por la calle. Caminé con lentitud con la mente en blanco cuando, de repente, choqué con alguien de lleno.

-¡Ten un poco más de cuidado!- Me quejé rascándome la nuca y enderezándome. Pero, cuando vi de quien se trataba, se me heló la sangre.

-Na..Na..ruto-Kun-La chica le miró con los ojos como platos, y sus mejillas se tornaron con un color rojizo. La miré sin saber qué hacer hasta que reaccioné al ver como perdía el sentido a los pocos segundos. La sujeté con fuerza e intenté que reaccionara, aunque no hubo manera. La tomé en brazos, aun desconcertado, y la llevé hasta mi apartamento. Sonreí nada más poner un pie en mi casa, la dejé con cuidado sobre la cama y después fijé mi vista en la foto de mi viejo equipo... Qué recuerdos, Sakura, Sasuke y Kakashi... Cómo lo echaba de menos. Suspiré y dejé mi vieja mochila en el suelo, me cambié de ropa de forma silenciosa y volví a donde Hinata descansaba.

-Hinata...-Susurré cerca de su oído. La chica se movió un poco y abrió los ojos con lentitud.

-¿Qué...Qué ha pasado?-Murmuró con su vocecilla encantadora, sonreí con mi sonrisa típica y entonces ella cayó en la cuenta.

-Lo siento mucho Naruto. ¿Qué hora es? Mi padre y Neji deben estar preocupados-Dijo nerviosa e incorporándose rápidamente.

-Tranquila, que ya les he llamado. Les he dicho que mañana por la mañana te llevaría a casa.

Nos quedamos en silencio, mirándonos sin saber qué decir.

-Oye Hinata. ¿Por qué lo hiciste?-Pregunté con tono ingenuo, poco propio de mi.

-¿Hacer el qué?-Preguntó sin entender a qué me estaba refiriendo.

-Por qué intentaste salvarme...

Ella se quedó pálida y desvió la mirada, estaba muy nerviosa y quizás yo había metido la pata hasta el fondo.

-Pues porque eres uno de mis mejores amigos y no podía permitir que te pasara algo, no me lo hubiera perdonado- Lo dijo en un tono tan sincero que me lo creí.

-Muchas gracias por todo Hinata-Sonreí y besé su frente- Venga, a dormir, me voy al sofá. Mañana cuando te vayas me avisas ¿vale?-Me fui al sofá y nada más tumbarme me quedé profundamente dormido.