Tweek sentía que se le venían los colores al rostro cuando vio a Craig Tucker en pleno patio de la escuela pidiéndole que fueran novios.
Nunca antes se había sometido a una vergüenza semejante.
Tiempo atrás-en incontables situaciones-experimentó otro tipo de emociones como: miedo, tristeza, angustia y hasta estrés (aunque no estaba muy seguro de denominar a eso último como "emoción") pero jamás algo como aquello.
No iba a negar que lo tomó por sorpresa, siempre creyó que terminaría solo por sus tics y sus notables rarezas, pero aunque todavía pensara que aquello era un sueño, los murmullos que se escuchaban alrededor de la escena lo sacaron de la nube que se había creado a sí mismo.
No sabía que decir, aquello no podía ser verdad; hace algunos días Tucker era quien mas lo molestaba por su naturaleza y ahora estaba en frente de él, arrodillado, sosteniendo un ramo frente a su rostro como solo en las películas había visto.
Creerlo o no, los ojos no mentían y lo que le mostraban en ese momento simplemente lo dejo sin palabras.
— Y..? — Craig empezaba a impacientarse un poco por el incómodo silencio que los rodeaba desde hace ya unos minutos. Los demás chicos comenzaban a murmurar y aunque nunca le había importado lo que pensasen, en ese momento estaba muy nervioso.
—¡GAH!— No sabía si aquello fue un si o un no así que un gesto de confusión se formó en su rostro. ¿Cómo se suponía que supiese lo que significaba?
—E-es decir... ¡S-si!— No iba a mentir. Tweek había deseado que aquello sucediera ya desde hace un buen tiempo atrás, pues aunque la mayoría coincidieran en que Craig no era la mejor persona del mundo ( o de la galaxia) él tuvo la oportunidad de conocerlo más a fondo, descubriendo facetas en el que jamás creyó encontrar.
Incontables fueron las veces en las que Craig estuvo ahí cuando necesito la ayuda que nadie más le quiso dar; sacándolo de algún apuro. Así como incontables fueron las veces que se sentó a su lado en silencio cuando las burlas de los demás decidían hacer efecto en su persona. De alguna u otra forma aquellos pequeños gestos lo habían enamorado de tal manera que, por mas chistes acerca de su rareza recibiera por parte del pelinegro, no lograba odiarle ni siquiera cuando aquello parecía capaz de lastimar al más fuerte.
Por otra parte Craig, por primera vez en su vida sonrió de manera diferente. No sonrió por burla ni por desprecio, ni siquiera por compromiso. Sonrió de una manera sincera. Miles de mariposas revoloteaban en su interior y ahora que lo sentía creía en ellas.
Se levantó torpemente debido a la emoción del momento y ,con todas las fuerzas que le habían quedado después de estar arrodillado en la nieve por casi cinco minutos, abrazo a quien ahora era su novio con una intensidad impresionante, lo suficiente para que el otro supiera que aquello no había sido una broma o un capricho.
Quiso besarle, en verdad que lo deseó, pero con Tweek nunca se sabía y por mas que su cuerpo pidió aquel contacto, resistió al impulso y se limitó a abrazarlo más fuerte.
—Te amo tanto Tweek...—susurró de manera tan íntima que el mencionado se estremeció al sentir el aliento de Craig chocar cálidamente contra su oído.
—Yo-ngh- también—En un pequeño gesto de respuesta, acercó su rostro a la mejilla fría del contrario y le plantó un cálido beso.
Los dos hubieran querido que la escena durase un poco mas, pero al escuchar los gritos de las niñas y los flashes de las cámaras, Tweek no pudo evitar alterarse de sobremanera y salir corriendo de aquel lugar olvidando la anterior escena. Al verlo partir, Craig se limitó a maldecir a todos y correr tras su "doncella". Ahora que tenia lo que quería no lo iba a dejar ir, por más egoísta que sonase. No dejaría pasar un minuto más alejado de su lado.
"Soy tu Craig y tu eres mi Tweek."
