LEYENDA PENDRAGON

LIBRO I: LA PROFECÍA

PROLOGO

El dragón y el unicornio

Hace muchos milenios, en un pasado sumido en las brumas de lo lejano y lo irreal; pedido en la memoria de los tiempos, la Diosa de la Luna que habitaba el satélite de plata, gustaba de bajar al mar del tercer planeta a nadar en sus aguas azules.

Cierto día que nadaba en las aguas del mar, perdió un poco de cabello de plata el cual quedó en el agua flotando; la Diosa volvió a la Luna y al día siguiente que bajó a nadar, se dio cuenta de que de su cabello divino se había formado una isla y Selene llamó a esta tierra ALBIÓN o "Tierra Blanca" por el color que tomó la isla al provenir de ella misma.

La Diosa dotó con su poder a la Isla de Albión de bellezas sin fin. Altas montañas, verdes valles, tupidas selvas, ríos, lagos, plantas…Luego de ver la belleza de la Isla de Albión, Selene conmovida, pensó en obsequiar esta tierra a alguien especial. Recorrió las tierras del tercer planeta y miró a las razas que lo habitaban: Los órnicos, los dragones, lo felús, los formorianos, los alfar, los jottuns, los atlantes y los humanos. La sabia Diosa se dio cuenta que en una tierra habitada por tantas razas poderosas, los humanos eran los más desprotegidos, así que tomó amorosa bajo su cuidado a estos últimos y los llevó en sus brazos a la isla que había formado en medio del mar.

Selene dio en herencia a los humanos a Albión, y luego volvió a la Luna, desde donde cuidaba de ellos y era venerada por ellos. Sin embargo, un terrible día, otro meteoro cayó del cielo en el lejano polo Sur de Albión; Dentro de este meteoro venía el terrible Ghen, encarnación maligna del caos que comenzó con su poder oscuro a alimentarse de la energía de los humanos y a volverse fuerte haciendo surgir toda clase de monstruos con él.

Los humanos, aterrorizados, pidieron auxilio a la Diosa Selene, quien compadecida, bajó de la Luna a la Tierra en forma de cometa de luz para pelear por sus protegidos contra Ghen. La batalla fue terrible, algunos humanos se unieron a la Diosa y pelearon con arrojo contra los monstruos engendros de Ghen mientras Selene luchó con éste hasta que logró encerrarlo en el interior de una montaña del Sur, conocida como "Gwaharddedig mynydd" o "Montaña Prohibida".

Una vez que Ghen fue vencido, la Diosa otorgó en agradecimiento, poderes especiales a los valientes humanos que habían peleado con ella. Les dio los poderes de los elementos de la tierra para que con ellos defendiera Albión y creo con los restos de cuarzo lunar que había caído con ella del cielo y con su sangre, cuatro reliquias sagradas que en caso de que Ghen volviera a atacar, servirían para contenerlo. Las cuatro reliquias que Selene forjó fueron: La Espada Sagrada Excalibur, el Sagrado Cristal de Plata, La Copa Lunar y la Sagrada Lanza del Destino. Dos armas y dos reliquias, dos objetos de destrucción y dos de creación, dos de ataque y dos de defensa, todo equilibrado y perfecto.

Las cuatro reliquias fueron dispersadas en toda la tierra y resguardadas en santuarios especiales por arcanos poderosos a quien Selene enseñó los secretos de la magia blanca de la Luna.

La diosa de la Luna, sin embargo, ya no regresó a su bello satélite plateado, sino que se quedó entre nosotros, renunciado a su inmortalidad, enamorada de Lord Eogan Igraine, con quien se casó dando origen a la dinastía sagrada de los Igraine, herederos de la Diosa.

Se vivieron algunos años de paz, hasta que Selene ya humana, envejeció y murió; sin embargo, prometió a los humanos que si alguna vez Ghen era liberado y los atacaba de nuevo, como ella ya no estaría allí para liberarlos, haría surgir a una poderosa reina, a una gran mujer de su propia sangre y de su propia dinastía que reuniría las cuatro reliquias y con su poder y valor traería de nuevo la Paz a Albión.

Andando el tiempo, sin embargo, un humano desconocido, cegado por el deseo de poder, se aventuró en un peligroso viaje a las entrañas del Polo Sur y escaló la Montaña Prohibida para liberar al Caos, el demonio Ghen. Una vez libre, el Caos, volvió a desatar el mal sobre la isla de Albión. La Diosa ya no estaba para proteger a sus hijos, pero sí los nobles herederos de sus poderes que decidieron entonces elegir a un líder, el más valiente y fuerte de entre todos ellos, y el elegido fue Uther Pendragon de Camelot, el primer rey de la Isla de Albión.

Desde ese momento, los nobles de Albión han luchado contra las fuerzas del mal y han logrado contener a Ghen y sus monstruos confinándolos en el Polo Sur, aunque la amenaza se seguía sintiendo en todo el reino. Nadie sabía la identidad del humano que se había atrevido a liberar al maléfico ente del Caos, y en medio de esta terrible situación, Uther Pendragon, elegido rey por los nobles de Albión y bendecido por Lady Danna, la hechicera poderosa guardiana de dos reliquias sagradas, intentaba junto con sus fieles caballeros, contener el avance del Mal, cuando una noticia terrible conmocionó al rey Uther. Se rumoraba que Lord Demian Le Fay, uno de los nobles de Albión que había jurado lealtad al rey, iba a levantarse en armas contra el rey Uther para destronarlo.

Fue entonces cuando el Rey me eligió a mí, Luna Merlín, aprendiz de arcano, para acudir al frente de una comisión real a las tierras del Conde Le Fay y comprobar por mi misma si era o no verdad la acusación de traición que pesaba sobre la cabeza del noble, pero otra misión más me fue encomendada por mi maestra, Lady Danna, una misión que el rey Uther no podía saber, tenía la misión de preparar el camino para que el futuro padre de la Gran Reina, conociera a quien sería su esposa, y madre de su hija, la joven Duquesa Serenity Igraine.

Así fue como yo, Luna Merlín, ayudé a tejer los hijos del destino que unirían al dragón y al unicornio, quienes serían los padres de la Gran Reina, de la Esperada de Todos los Tiempos, de la Grande y Poderosa Reina Serena Pendragón de Igraine.

Por ese motivo, Yo, Luna Merlín, sacerdotisa, hechicera y guardiana del poder de la Espada Excalibur, escribo este libro para que las generaciones futuras conozcan la verdadera historia del origen de la Dinastía Pendragon antes del ataque de las fuerzas de la Oscuridad que nos sumieron en la desesperación.

Esta es la historia de los días anteriores a la llegada de la Gran Esperada de todos los Tiempos, la historia de como toda la isla de Albión aguardó a que se cumpliera la promesa sagrada de la diosa que fundó la isla, de enviar a una poderosa reina de su propia sangre, que libraría al mundo de la maldad y haría resurgir un reino de Justicia y Esperanza.

Deseo que en el futuro el nombre de la Gran Reina Serena Pendragon, su valor, las hazañas que realizó, su fuerza y el arrojo con que forjó el Reino de Albión con el apoyo de sus valientes Guerreras de la Mesa Redonda no sea olvidado, que todo habitante de la Galaxia presente o futuro sepa los nombre de las valientes que forjaron nuestra historia con su sangre y con su honor… y también el nombre de aquellos por causa de quienes cayó este reino.

Ducado de Igraine, Tierras Centrales del Reino de Albión.

Los árboles del espeso bosque se dejaban ver en la planicie; la luz del sol alumbraba con sus primeros rayos la mañana de aquel día mientras se levantaba una densa neblina en todo el paraje, algunos cuervos graznaban, se escuchaban sonidos de grillos, algunas ranas, pero el lugar parecía totalmente despoblado; por entre los ramajes del bosque igualmente espesos y llenos de cardos, lianas y líquenes se dejan ver sin embargo algunos destellos de luz plateada que el sol al salir provocaba al posar sus rayos de luz en las extrañas plantas de hojas plateadas que solo en esa parte de Albión florecían. A lo lejos se distinguen las torres del castillo blanco en que hondea la bandera con la figura de un unicornio delante de una media luna.

La cabalgata se detiene con un relincho del caballo negro del primer jinete que ordena que el puente levadizo del castillo se baje para que puedan entrar en la fortaleza. Una figura de capucha morada que iba montando en un caballo blanco resalta entre la comitiva de guerreros con armaduras negras y cascos con forma de fauces de lobo cuando cruzan el puente levadizo y entran en el patio de armas de aquel palacio de muros blanquesinos. Los guerreros de casco de lobo desmontan y también la encapuchada del unicornio para pasar dentro del castillo.

La persona encapuchaba baja su capucha morada y camina detenida en un báculo. Es una mujer joven y hermosa, de lago cabello azul intenso y ondulado, con ojos azules. A su lado, el guerrero líder de la cabalgata se retira el casco con forma de lobo y se lo da a un escudero dejando ver las facciones delgadas y angulosas de un hombre joven de huidizos ojos negros, cabello oscuro largo sujeto con una coleta y actitud extrañamente repulsiva para su juventud.

-Espero, Lady Merlín, que esté convencida de que en mi castillo de Gorlois no preparamos una rebelión contra el rey Uther sino que por el contrario nos dedicamos a la sencilla labor de cortar leña para el frío invierno-habla el joven de rasgos finos, pronunciadas ojeras y cabello negro mientras avanza entre los pasillos del bello castillo blanco.

-Me he convencido, Lord Le Fay, gracias por su cooperación y ayuda. Le externo antes que nada las disculpas del rey Uther Pendragon por esta duda, pero en tiempo de guerra contra los siervos de Ghen debemos ser cuidadosos. Los rumores de que Usted preparaba una revolución en las lejanas montañas de Gorlois y por eso se negaba a acudir con sus hombres a prestar servicio en la guerra contra el Reino Oscuro, eran fuertes-habla la joven hechicera. Demian Le Fay sonríe de lado con ironía.

-Pues ahora puede Usted misma, Lady Merlín, dar fe de que no es así. Yo, desde mi matrimonio con Lady Serenity Igraine, no habito mucho tiempo en mi castillo de Gorlois, paso la mayor parte del año aquí en Igraine que tiene un clima mucho más agradable para bien de mi esposa y mi hijo. Además el motivo por el cual no he ido a pelear contra las Fuerzas Oscuras al lado de mi rey y señor…-aquí el tono de la voz del joven Demian tuvo un leve cambio de burla que no pasó desapercibido para la hechicera-es porque mi suegra, la madre de mi mujer, no goza de buena salud-concluye Demian llegando a una sala del castillo en que arde una chimenea; el caballero invita a la joven a sentarse en un sillón de madera a la dama; dos hombres se acercan a retirar la armadura a su señor.

-Se sabe en todo el reino, Lord Le Fay, que vos os habéis casado hace años con Lady Serenity Igraine, única hija del duque Apolo Igraine y última heredera con la sangre de la Diosa-inicia con cierta cautela Luna, intentando parecer lo más inocente en su pregunta.

-En efecto, Lady Merlín. Mi mujer es Lady Igraine, pero os equivocáis grandemente si decís que es la única heredera con sangre de la Diosa de la Luna. Tengo un hijo.

-Es maravilloso, Lord Le Fay. Me gustaría conocerlos a ambos-pide la hechicera-si las cosas en el reino de Albión fuesen como hace siglos, quizá quien debía reinar sería la familia Igraine, herederos de la Diosa por sangre y no un rey elegido por la mayoría de nobles-comenta en tono casual la dama.

-Eso es verdad, Luna Merlín, y de ser así al ser mi esposa la heredera y mi hijo, yo debería ser…-indica con un brillo en sus ojos negros Demian le Fay pero se calla.

-¿El rey de Albión?-cuestiona Luna Merlín con toda intensión, pero el joven es inteligente y ha captado su intensión.

-Nunca pensaría y semejante cosa, Lady Merlín-indica Demian sagaz y sin caer en la trampa-Soy fiel al Rey Uther Pendragon, elegido por todos rey de Albión. No planeo una rebelión en su contra. Firmé el tratado que le reconoce por rey-terminante Demian.

-De ser así, Lord Le Fay, demuestre que es fiel y acepte la invitación de mi rey y señor a Camelot. Ese es el motivo de mi presencia. Además de comprobar que no hay traición en el castillo Le Fay en Gorlois, sellar el pacto de lealtad con Usted invitándolos a vos y a Lady Igraine a presentarse ante el rey Uther y reiterarle su lealtad en persona-indica la mujer. Demian se queda callado y ya sin armadura camina hasta un lado de la chimenea en silencio. Luna observa atenta las reacciones del caballero.

-En muestra de que Demian Le Fay de Gorlois no tiene nada que ocultar y es un leal siervo del rey Pendragon, acepto su invitación-dice el hombre de cabello negro. Luna sonríe-estoy listo a salir con mi escolta a Camelot en cuanto me lo indique, Lady Merlín.

-Maravilloso, Lord Le Fay. Creo que si no hay inconvenientes, en dos días podemos viajar a Camelot- concluye la hechicera.

-Hablaré con mi esposa y se lo preguntaré, Lady Merlín. Ahora creo que podemos descansar un poco antes de la cena. El viaje a mis tierras de Gorlois fue largo e infiero que debe estar fatigada-invita el hombre de cabello negro. La joven aprendiz de arcano asiente-Thadeus, lleva a Lady Merlín a sus habitaciones-pide el conde Le Fay a uno de sus criados que asiente y conduce a la joven hechicera por los pasillos del hermoso palacio de piedra blanca.

Mientras Luna abandona la sala en seguimiento del criado, una figura femenina que avanza por el mismo pasillo se cruza con ella. Es una mujer alta, hermosa, muy parecida al conde Le Fay, por lo que Luna no duda que sea su hermana. Tiene el largo cabello negro ondulado casi hasta las rodillas, la piel pálida y los ojos oscuros, majestuosa en su vestido tinto pero algo en su presencia le repugna instintivamente a la hechicera.

-Lady Luna Merlín, supongo-habla la dama-supe por mi hermano que vendría.

-Usted es…-duda la hechicera.

-Lady Neherenia Le Fay. Hermana mayor del conde Demian- sonríe la dama y hace una reverencia para después alargar su mano a la enviada de Camelot. Un instante se cruzan sus manos, Luna a pesar de los guantes negros que cubren las manos de la dama siente aun una mayor corriente de antipatía.

-Mucho gusto en conocerla, Lady Le Fay. Espero verla en la cena y hablar más detenidamente. Con su permiso-se despide Luna. La dama le sonríe y espera a que se aleje. Una vez que la aprendiz de arcano le ha dado la espalda, el rostro hermoso de la hermana del conde Le Fay se transfigura, sus ojos oscuros se vuelven unos ojos felinos color amarillo y mira con odio a la mujer que se aleja. Luna, de espaldas, presiente una fuerza maligna extraña y gira la vista pero solo puede ver como la dama se aleja a paso calmado hacia la sala-no puede ser…y sin embargo nunca antes sentí energía como esta…-balbucea pensativa Luna.

La mujer de guantes negros y vestido tinto entra en la sala en que el joven conde se encuentra aun mirando el fuego pensativo.

-Pensé que te desharías de ella, no que la invitarías al castillo de tu mujer-comenta la dama sentándose en el sillón. Su hermano la mira.

-No me fue posible. Parece que en Camelot sospechan, y aunque gracias a tus poderes de premonición supimos de su llegada y ocultamos las armas, inspeccionó a detalle todo nuestro castillo de Gorlois. Si no me portaba amable y cortés con ella habría sospechado.

-No me convence mucho ese argumento de que esa mujer es solo una noble de Camelot de confianza del rey Uther. Es extraño que una mujer sea elegida para tal embajada cuando en el concejo de ancianos o en el de caballeros no hay mujeres. A no ser claro que…

-¿Que sean aprendices de Lady Danna?-adivina el delgado joven de cabello y ojos oscuros. Su hermana asiente.

-Su presencia y el modo de mirar, su actitud, la energía que emana…no sé…algo no me gusta de ella-duda Neherenia-no sé si la pueda soportar aquí mucho tiempo.

-No será por mucho, Neherenia. En dos días iré con ella a Camelot a rendir mis respetos al rey-irónico Demian.

-¡Pero que demonios dices!-se exalta la hermana del conde.

-Debemos dar la apariencia de fidelidad, por ello llevaré a Serenity conmigo-indica él y se sienta al lado de su hermana-sé que te molesta, pero al menos hasta que reunamos las armas no podemos delatar nuestras intensiones. Mientras más ocupado esté Uther defendiendo Albión del ataque de tus monstruos y el ejército oscuro, menos podrá defenderse de una rebelión y entonces, sin que lo espere, será atacado y solo yo, Lord Demian Le Fay de Gorlois, seré el único Rey de Albión como corresponde a quien está casado con la última descendiente Igraine-dice con altivez. Neherenia sonríe y acaricia la mejilla de su hermano menor.

-Como todo Le Fay eres astuto e inteligente, hermano. Mi padre estaría orgulloso. Te ayudaré, nadie sabe que la verdadera líder del mal, quien liberó a nuestro señor Ghen, he sido yo. Todos juran que la guerrera Beryl de Gaheris es la líder del Ejército Oscuro, y mientras no sepan la verdad sobre mí estamos a salvo-indica Neherenia.

-Albión será nuestra, hermana, solo la familia Le Fay reinará en esta tierra, y ya que los nobles y los arcanos no me apoyan, me apoyará el ejército del mal, pero venceré-responde ambicioso el joven Le Fay y su hermana sonríe mientras sus ojos adquieren de nuevo la apariencia maléfica de un felino.

En la elegante habitación que le han designado en el palacio Igraine, Luna Merlín se recuesta en la cama, aun fatigada del viaje y reflexionando sobre todo lo que había visto. Ciertamente que en el lejano, oscuro y horrible castillo Gorlois Demian Le Fay no ocultaba armas, al menos no a la vista, y parecía un feudo empobrecido de leñadores y pastores, pero algo no le había gustado a Luna. Los informantes le habían dicho que allí se forjaban armas y se almacenaban, que se reclutaban y entrenaban soldados. No era fácil ocultar algo así, a no ser claro, que de alguna manera Demian Le Fay hubiese sabido que ella visitaría su castillo. Pero era casi imposible. Fuera de los aprendices de arcano nadie tenía clarividencia…¿O sí?...instintivamente los pensamientos de Luna viajaron a la perturbadora presencia de la hermana del conde Le Fay.

Mientras la joven hechicera pensaba eso, escuchó dentro de su habitación un sonido extraño, como el rechinar de unos goznes y vio abrirse a un lado de la cama, tras un tapiz, una puerta en la roca.

-¡Quien anda ahí! ¡Identifíquese!-dijo Luna asustada tomando su báculo de madera. Una mujer anciana, vestida de criada, apareció delante de ella.

-En nombre de la diosa Selene, mi señora, no os asustéis de ese modo-dijo hablando en voz baja la anciana-y bajad la voz o los guardias del Conde os pueden escuchar-dijo la viejecita alarmada. Luna retiró su báculo y miró extrañada a la recién llegada.

-¿Guardias? ¿El conde Le Fay se atrevió a poner guardias en mis aposentos?-dudó la joven hechicera. La anciana volvió a hacerle señal de que guardara silencio.

-Mi nombre es Amitia. Soy la ayuda de cámara de mi anciana señora la duquesa Serenithas Igraine y vengo en nombre de ella y de su hija Serenity a rogaros que me sigáis por ese pasillo hacia sus habitaciones. Mi señora y su hija tienen algo importante que deciros, algo que no debe escuchar ni el conde Le Fay ni su hermana, algo que es importante para la seguridad de Camelot y del Rey Uther-pide la anciana-sígame por favor, confíe en mi…-dice la mujer y abre el pasadizo secreto caminado por el lugar, la chica de cabello azul la sigue en silencio por el oscuro camino solo alumbrado por una antorcha, recordando la recomendación que le hiciera su anciana maestra antes de partir.

"Si llegas al castillo de Igraine, haz todo lo posible por entrevistarte con la duquesa anciana o con su hija, permite que te hablen de sus problemas y diles lo que te he comunicado. No reveles más de lo conveniente o los hilos del destino no se tejerán adecuadamente. Se prudente, Luna, se sabia, y por ningún motivo regreses a Camelot sin ver a las últimas herederas con sangre de la Diosa"

Dentro de palacio, en una hermosa y amplia habitación de la torre más alta se hallaba recostada en una cama la mujer de cabello plateado; era una mujer hermosa aunque madura, y su rostro majestuosos denotaba sin embargo una delgadez muy propia de la enfermedad que la aquejaba, sus ojos azules con ojeras moradas, sus pómulos salientes y toda ella emanaba debilidad; la sábana que la cubría se levantaba a la altura de su pecho junto con su dificultosa respiración; la mujer enferma estaba recostada entre almohadones y cojines; en la habitación estaba encendida una chimenea que daba calor al lugar.

Dos doncellas se ocupaban de ordenar la habitación de su señora, mientras, sentada en el alfeizar del ventanal estaba otra figura que destacaba aún más de las anteriores; una bellísima joven de no más de veinticinco años, de largo cabello plateado sujeto en dos coletas miraba hacia abajo del castillo, sus ojos azules iguales a los de la mujer enferma dejaban ver una evidente preocupación y melancolía que no iba muy de acuerdo con la belleza y juventud de su rostro.

-Lady Igraine, terminamos, esperamos esté cómoda, si nos necesita estaremos cerca.-se despide una de las doncellas y ambas salen de la habitación, la mujer enferma mira a su hija y entonces una repentina ternura inunda sus pupilas.

-Serenity…hija…deja ya de mirar hacia abajo y cierra la ventana, no queremos que la terrible cuñada que tienes nos descubra cuando hablemos con la…con la enviada del rey…-con dificultad en la voz la mujer de cabello azul.

-Lo sé madre, es solo que no me gusta que Neherenia esté cerca de mi hijo. No lo tolero. Cuando la veo abrazarlo, estar a su lado, me llena de una incertidumbre tan grande.-dice la mujer joven.-odio a mi cuñada con todas mis fuerzas, es una arpía hipócrita que solo busca la forma de perderme; ella aconsejó a Demian sobre la conveniencia de trasladarnos aquí, sabes que a él no le gusta que te vea, pero no querían ni él ni esa bruja que la enviada de del rey descubriera lo que hacen en el castillo de Golrois-comentó Serenity apretando nerviosa sus manos.

-Cálmate hija…si es el precio que tenemos que pagar para…para vernos…luego de seis años de que te tuve que entregar…a ese monstruo de Demian Le Fay…-la voz de la enferma se corta de dolor, la chica corre hacia el lecho de su madre y la toma de las manos.

-No te esfuerces así Madre, te hace daño recordar cosas tristes.-dolida la joven.

-Lo sé hija mía…pero al verte, tan joven, tan hermosa, y con tanta amargura y pena por la vida…que ese…mal hombre…te ha dado…-de nuevo con dificultad la enferma.-daría mi vida porque ese infame tratado jamás se hubiese firmado…-una lágrima rueda por los ojos de la mujer mayor, la chica la limpia con delicadeza.

-No nos lamentemos más madre, esperemos mejor a la enviada del rey. No me parece que sea honorable que se le oculte la verdad, yo sé que mi padre firmó ese tratado en el que todos los nobles reconocen al rey Uther Pendragon, también lo firmó Demian y sin embargo haciendo gala de su poco honor pretende levantarse en armas contra su rey y señor. Eso no lo toleraré. Le diré la verdad a la enviada del rey aunque signifique delatar a mi propio marido como traidor-propone la joven.

En ese momento, las paredes de uno de los muros de la habitación rechinan con extraño quejido, ambas mujeres miran ávidamente el lugar en que el pasadizo negro se abre cuando una parte del muro cede como si fuera una puerta oculta, la chica de cabello plateado llega hacia la ventana y la cierra, corre luego las cortinas y regresa al lado de su madre, del túnel oscuro surge la figura de la anciana ayuda de cámara de la Duquesa de Igraine y tras ella la alta figura de la mujer de capucha morada, ambas entran en la habitación, la encapuchada camina con seguridad hacia la cama de la enferma y al llegar se quita la capucha, la mujer de cabello azul intenso aparece ante ellas.

-Milady, es la enviada del rey de Camelot…-dice la anciana.

-Duquesa Serenithas Igraine …me presentaré yo misma, Luna Merlín, discípula de Lady Danna gran sacerdotisa de la Diosa de la Luna, Arcana protectora de dos tesoros sagrados legado de la Diosa y embajadora del rey Uther Pendragon-dice la mujer. Tanto madre como hija se miran una a otra asombradas y ante su incredulidad, Luna hace un pase en su frente con su mano y aparece a la vista de las damas la marca de media luna que ella había ocultado desde que llegó.

-Bienvenida Luna Merlín, una discípula de Lady Danna siempre es bien recibida en el Castillo de Igraine.-replica la duquesa enferma al ver aquella señal; los ojos de la hechicera se posan en la gentil figura de la bella joven y de su madre-aunque no sabíamos que la enviada del rey era a la vez una poderosa hechicera…

-Por seguridad no revelé mi identidad ante Lord Le Fay, pero lo soy. Lady Danna es mi maestra-Luna lleva su mano a su frente y de un movimiento aparece grabada en esta la media luna creciente que identificaba a los arcanos.

-Es un alivio conocer a alguien cercana al trono y a Lady Danna-dice la jovencita.

-¿Sois acaso Lady Serenity Igraine, la hija del difunto duque Apolo de Igraine?-cuestiona Luna a la chica.

-Lo es…Luna Merlín…es mi hija.-replica la enferma duquesa. Luna se inclina ante ella.

-Es un honor para mí conocer a la última descendiente con sangre de las hijas de la Diosa.-replica la hechicera. Serenity sonríe levemente.

-Lady Merlín. Mi hija y yo os enviamos llamar por estos medios…algo extraños…porque es peligroso que la gente del esposo de mi hija…nos escuche…-con dificultad habla la anciana enferma-lo que debemos deciros es de suma importancia para Camelot…y para el rey…-una tos la aqueja y su hija se sienta a su lado preocupada.

-No te esfuerces tanto, madre. Yo me encargaré-pide Serenity y la anciana asiente controlando la tos que la aquejaba-Lady Merlín…tome asiento-invita Serenity. La anciana ayuda de cámara acerca un banco de terciopelo rojo junto a la cama donde la joven hechicera de báculo se sienta-supimos que viajó con mi esposo a las tierras de Gorlois.

-Así fue, Lady Igraine. Había rumores en Camelot sobre la ausencia de Lord Le Fay en la guerra contra el Reino Oscuro. Como sabe, todos los nobles de Albión han acudido en persona y con sus armadas a prestar pleitesía al rey Uther y a pelear a su lado contra las fuerzas del mal, solo su esposo ha declinado. Se dice que no acudió porque no respeta los tratados y que planea una insurrección contra el rey-comenta Luna-pero al ir a su castillo de Golrois me he dado cuenta de que no ha ocurrido nada y que es falsa la acusación que pesaba sobre la cabeza de vuestro esposo. Si era eso lo que os inquietaba…

-No, Lady Merlín. El motivo de pedir verla en secreto no es porque me preocupe por Demian-dice con un dejo de pena la hermosa jovencita-es porque como hija del Duque de Igraine que siempre fue fiel a Camelot y al rey Uther, quiero evitar que sea usted engañada- La hechicera mira asombrada a la chica de cabello plata-sí, engañada. Mi marido sí es un traidor, sí planea levantarse en armas contra el rey y sí estaba forjando armas y preparando ejércitos en el castillo Le Fay en Gorlois-declara con firmeza Serenity.

-¿Pero que decís, señora?-se alarma Luna-yo no he visto nada, además mi viaje fue sorpresa, nadie avisó a su marido como para que hubiese tenido tiempo de ocultar armas y gente tan de prisa. Yo llegue directo a Gorlois y nadie me esperaba.

-Os equivocáis, Lady Merlín. Hace siete días que mi marido sabe que vendría una enviada de Camelot-indica Serenity. Luna la mira aún mas extrañada.

-¡Pero Milady! hace siete días exactos apenas recibí la comisión en Camelot. Mi maestra, la anciana Lady Danna y el rey Uther me convocaron en su cámara personal y nadie, ni los caballeros, ni los demás aprendices, presenciaron nuestra entrevista ni supieron lo que allí se trató. ¿Cómo pudo vuestro esposo enterarse ese mismo día?

-Lady Merlín…mi yerno tiene una hermana…una hermana mayor que es muy extraña…es una mujer que usa la magia negra…tiene poderes ocultos…-intenta hablar la anciana duquesa en su cama.

-En efecto, Lady Merlín. La hermana de mi esposo fue quien le informó de su llegada. No sé como se enteraría pero lo supo. Demian tuvo todo el tiempo para ocultar lo que hacía en el castillo. Yo lo vi con mis propios ojos pues llevo seis años de mi vida encerrada en esa horrenda fortaleza de Gorlois como para saber lo que allí se tramaba. Mi marido ocultó las armas, cerró las fraguas, despidió a los guerreros, escondió las armaduras y selló las bodegas cubriendo estas con paja y costales de grano-indicó Serenity. Luna recordó entonces haber visto los graneros en el castillo del conde repletos de grano.

-No conforme con ello…mi yerno ordenó que su familia…se trasladara aquí…-dijo la anciana Serenithas.

-Mi señora…¿Entonces es mentira que la familia Le Fay viva en este castillo de Igraine todo el año por el clima y por cuidar de vos?-inquiere Luna.

-Es mentira…Lady Merlín…a mi yerno no le interesa mi salud…hacía seis largos años que no me permitía ver a mi hija o conocer a mi nieto…los tenía encerrados en el castillo Le Fay…-se queja dolida la anciana duquesa.

-Lo que dice mi madre es la verdad, Lady Merlín. Mi esposo solo nos trajo aquí para disimular. La verdad es que a mi marido se le ha metido en la cabeza desde nuestro matrimonio que a él le corresponde ser el rey de Albión más que a nuestro señor el rey Uther por estar casado conmigo que soy de la familia Igraine y de la sangre de la Diosa-explica la joven de cabello plata-dice que nuestro pequeño hijo, Diamante, es el auténtico heredero al trono de Albión y que no descansará en medios hasta conseguir legitimarlo-explica Serenity.

-Ya veo. Esto cambia mucho mi misión. Lady Serenity, su esposo ha aceptado la invitación del rey Uther para viajar a Camelot y tener una entrevista con él que de fin a las sospechas sobre su persona. En dos días saldremos a la capital del reino y vos irá con nosotros-informa Luna. Serenity se asombra pero no comenta nada.

-Lady Merlín, yo no sé si sea capaz de fingir ante nuestro rey Uther que mi marido es inocente. Me repugna mentir-dice la joven.

-Le entiendo, Lady Igraine, pero es necesario que lo haga. Si vuestro marido en verdad es traidor y no tenemos pruebas puede ser peligroso. Sobretodo si cuenta con la ayuda de su hermana. Hay una serie de…cosas que necesito comprobar sobre Lady Neherenia Le Fay y os suplico de la forma mas atenta que si vuestro marido os propone el viaje no os reuséis. Si tanto os interesa el bien de Camelot, vaya con él y mantenga las apariencias. Que el conde Le Fay crea que nos engañó-pide la hechicera de la luna en la frente-además yo no puedo hablar con el rey Uther de una traición por algo que no vi con mis propios ojos, Lady Igraine, Usted debe decírselo en persona de forma discreta-insiste Luna. Serenity mira a su madre.

-Haz caso a los…consejos de Lady Merlín…hija…-pide la anciana duquesa.

-Pero madre, ¿viajar ahora? ¿Contigo enferma?-duda la joven.

-A mi no me pasará nada más de lo que el destino y la Diosa tienen trazado, hija…te quedes o te vayas. Cumple tu deber y ayuda lo más posible…a Lady Merlín…por el bien de Camelot y el honor de la familia Igraine-pide la duquesa anciana. La joven de cabello plata asiente-ahora hija…háblale de tus sueños…a Lady Merlín-pide la anciana. Serenity se turba un poco.

-No es momento madre-dice la chica.

-Milady, si deseáis decirme algo en que pueda ayudaros, tenedme confianza. Soy una hechicera aprendiz de arcano y conozco los secretos de la magia y la sanación-ofrece Luna. Serenity la mira y sonríe.

-En verdad, Lady Merlín, no creo que me pueda ayudar ninguna magia o medicina. Se trata de unos sueños extraños que me aquejan últimamente y que no me permiten dormir como es debido ni descansar-indica la chica.

-¿Podéis describirme vuestros sueños?-inquiere Lady Merlín. La chica asiente.

-Estoy en un bosque plateado, igual a los bosques de Igraine, y corto unas flores para hacer un ramo. Me acerco a un río y veo una flor especial, color rojo, que me inclino a cortar, pero al hacerlo, delante de mí en el río, aparece un imponente dragón de piel dorada y ojos profundamente verdes que me mira con atención. Curiosamente ese dragón no me asusta, es hermoso, imponente, me siento irremediablemente atraída a él. Intento tocar su rostro y desaparece, corro tras él, lo veo aparecer y desaparecer en diferentes lugares del bosque, tengo una necesidad muy grande en mi pecho de encontrarlo, de tocarlo, de…perderme en sus ojos verdes-la chica de coletas plateadas. Luna la escucha con una gran sonrisa-pero por más que lo intento no logro alcanzar al dragón dorado. Ese sueño no me ha dejado dormir en los últimos meses.

-Lady Merlín…¿Tiene un significado o una cura lo que le pasa a mi hija?-inquiere la anciana duquesa en su cama.

-Cura no lo sé, hasta que el destino la coloque delante de lo que busca. Significado…creo que solo el tiempo se lo dirá, Lady Igraine. Lo que sí le puedo decir es que el sueño con dragones depara siempre buena fortuna, grandeza, felicidad futura-indica Luna.

-¿Felicidad futura?-pregunta con pena en la voz la chica-eso creo que nunca será posible para mí, Lady Merlín-dolida Serenity. Luna la toma de la mano.

-Nunca dude de los caminos del destino, Milady, quizá sin saberlo vuestros sueños son la antesala a algo mayor y mejor para vuestra vida-enigmática la hechicera. Serenity va a preguntar algo más pero unos golpes de la puerta de la cámara de la duquesa se escuchan entonces sacando a todas de su abstracción.

-¡Ordenamos no ser molestadas!-dice con una voz firme muy impropia de su condición la vieja duquesa de Igraine.

-Duquesa, soy yo, Neherenia Le Fay, solo quiero saber cómo estáis y daros las buenas noches a vos y a mi cuñada antes de dormir.-se oye la voz del otro lado de la puerta, Serenity mira aterrada a la enviada de la sacerdotisa y a su madre.

-Madre…¿Qué haremos para que no la vea?

-Nada…dejadla pasar.-es la misma Luna la que responde.

-Pero…-asustada Serenity.

-Obedece a Luna Merlín hija, ella sabe lo que hace.-replica la mujer mayor y con un ademán de su mano ordena a la anciana ayuda de cámara que abra la puerta, Serenity no puede reprimir un temblor involuntario cuando la sirvienta de su madre se acerca a la puerta y la abre, dando paso a la alta figura de su cuñada aparece en la cámara de su madre, es alta y hermosa, de ojos dorados, cabellera larga y negra ondulada que la cae casi hasta el suelo y se confunde con los pliegues finales de su vestido tinto; es definitivamente bellísima, pero algo en ella denota cierta repugnancia, un halo de misterio y engaño como el que reviste a las culebras llena a la hermana del conde de Le Fay, sus manos de uñas largas se posan en los hombros de un niño de seis años de cabellera plateada.

-¡Madre!-corre el niño y se abraza de Serenity.

-Veo que estáis mejor, duquesa-comenta Neherenia y recorre sus ojos por la habitación donde solo se ve la enferma, su hija y la anciana ayuda de cámara. La mirada oscura de la hermana de Demian le Fay se clava en el banco de terciopelo rojo que ahora luce abandonado.

-Mucho mejor, Lady Le Fay gracias-Serenity mira asombrada como la enviada de Lady Danna ha desaparecido del banco al lado de su madre donde estaba sentada hace un momento. El niño baja de los brazos de su madre y corre a abrazar y llenar de besos a su abuela enferma. Aprovechando eso, Neherenia se acerca a su cuñada.

-Quise venir a verlas a ambas porque escuché algunas voces extrañas al pasar y me preocupé-dice Neherenia.

-¿Extrañas?...solo estamos mi madre, Amitia y yo-resume Serenity. Neherenia levanta una ceja.

-Eso veo…mi hermano quiere que acudas a la cena con Lady Merlín en el comedor, y ordena que en dos días viajes con él a Camelot para rendir pleitesía al rey Uther. Los dos viajarán con Lady Merlín-indica Neherenia.

-Haré lo que Demian haya decidido que es mejor-responde Serenity y su cuñada la mira con duda pues sabía que siempre se resistía a las ordenes de su marido.

-Me alegra que lo entiendas. Si en la cena Lady Merlín te pregunta debes decir que hemos vivido en Igraine desde que nació el niño y no en Gorlois, y dirás que aceptas el viaje con alegría-indica Neherenia. Serenity asiente.

-Madre, tengo sueño, quiero ir a dormir.-dice el pequeño hijo del conde Le Fay que ha bajado de la cama de su abuela.

-Disculpad madre, Neherenia, iré a acostar al niño, nos veremos mañana.-se disculpa Serenity y abrazando a su hijito sale de allí.

-También me siento algo fatigada y deseo dormir.-habla la duquesa enferma.

-Entonces también me retiro duquesa, para dejaros descansar.-se inclina Neherenia Le Fay y sale del lugar, inclinándose ante la duquesa y saliendo. La anciana Amitia cierra la puerta con cerrojo y una vez solas en la habitación, la joven Luna Merlín aparece de nuevo sentada en el mismo banco.

-Gracias a la Diosa no os descubrió, Lady Merlín-dice la anciana.

-No estoy del todo segura, Lady Serenithas. Esa mujer es extraña, cuando se quede sola con ella tenga cuidado y cuide al niño-pide Luna y toma las manos arrugadas de la anciana.

-No se preocupe Lady Merlín y si puede cuide de mi Serenity….-se corta un poco la voz de la anciana-me siento tan culpable de su infelicidad…

-¿Lady Igraine no es feliz en su matrimonio?-inquiere Luna. La anciana solloza y niega con la cabeza. La sirvienta le acerca un pañuelo de tela-Amitia…dile…dile por favor…-pide la anciana a su sirvienta que asiente entendiendo que a su señora le faltan las fuerzas.

-Nadie puede ser feliz con un hombre tan terrible como el Conde Le Fay; a mi niña Serenity la casaron a la fuerza prácticamente con ese hombre. Cuando el señor duque Apolo murió, ese hombre quería apoderarse del ducado de Igraine, despojar a la familia, pero entonces conoció a mi niña Serenity que tenía en ese tiempo 18 años, y propuso el infamante trato-explica la sirvienta.

-¿Trato?-duda Luna.

-Si…jamás debí aceptar esa infamia…-llora la anciana-la mano de mi hija a cambio de la libertad del feudo…

-Como puede ver, Lady Merlín, mi señora no lo iba a aceptar, pero el conde Le Fay amenazó con asesinar a la duquesa, y la misma Serenity se decidió por temor a que ese hombre y su gente dañaran a las personas de Igraine y a la duquesa enferma; se casaron y él se la llevó a su lejano y horrible castillo de Gorlois, no volvimos a verla en años hasta este momento en que vinieron de nuevo porque así convenía a sus planes, de otra forma el demonio del duque Le Fay la habría confinado a la torre para siempre.-termina Amitia.

-Ya comprendo. ¡Que infamia!…no tenía idea de que su hija había sufrido tanto-comenta Luna.

-Eso es solo una parte…mi hija a sufrido malos tratos, vejaciones, encierros y una vida terrible. Él no la ama, solo la tiene como medio para asegurarse el trono…lo único que la mantiene viva es su hijo…mi pequeño Diamante, a quien Demian adora-dice la anciana. Luna sonríe.

-Ahora comprendo muchas cosas, Lady Serenithas. Gracias. Verá que el destino será alguna vez justo con su hija. Se lo garantizo-ofrece la hechicera y la anciana ya más calmada sonríe.

-Amitia, acompaña a Lady Merlín por el pasadizo a sus habitaciones. Si la llaman a la cena y no está lista, mi yerno puede sospechas-pide la anciana. Amitia asiente y camina con Luna de regreso a la pared, donde tocando los ladrillos correctos cede el mecanismo y se abre el agujero oscuro en que ambas se pierden.

Mientras eso ocurría en las habitaciones de la duquesa enferma, Neherenia Le Fay caminaba por los pasillos del palacio del castillo de Igraine hasta llegar a la habitación que le han destinado, entra y corre el cerrojo de la puerta, luego apaga las velas que alumbran su habitación dejando solo una encendida y de abajo de la cama esta extrae un plato con cenizas, tomas algunas de esas con su mano enguantada y forma en el suelo la imagen de una luna negra invertida, luego cierra los ojos y la misma imagen se proyecta en su frente; una extraña energía negra emana de la imagen de las cenizas y cuando la hermana del conde Le Fay abre los ojos, estos no son los ojos dorados que tenía siempre, sino unos extraños ojos de felino acorralado, alargados y malévolos, también su piel ha cambiado de color, es de un tono morado y le da un aspecto terrible.

-¡Habla ahora Beryl!...-se oye la voz de la mujer en la cámara de palacio.-¡Dile a tu señora cómo van las cosas en el Reino Oscuro!-la imagen de una mujer de cabello rojo aparece delante de ella en medio de las cenizas.

-Mi señora, me alegra informaros que las invasiones siguen su curso, el ejército de Monstruos y LadyGalatine han hecho un buen trabajo siguiendo vuestras ordenes.-se inclina la mujer de la visión.-solamente que nos preguntamos cuando vendrá nuestra señora al Reino Oscuro para tomar en vuestras manos las riendas de la guerra que iniciamos, todos lo deseamos.

-Beryl, Beryl, ¿No comprenden que de momento conviene más a la causa del poder oscuro que yo permanezca oculta y a salvo? mientras todos sigan creyendo que eres tú quien controla al Ejército Oscuro, estaremos en ventaja.-dice la mujer.-pero antes que nada, quiero que me digas si es que sabes, los movimientos del enemigo, quiero saber sobre esa basura de Danna y sus terribles aprendices.-solicita la de ojos felinos.

-Lady Danna no ha abandonado el santuario de la espada mi señora, los tenemos vigilados, solo echamos de menos a sus dos aprendices, Artemis Nimue y Luna Merlín…-

-Melín…¿Es una mujer de cabello azul?-cuestiona Neherenia.

-La misma mi señora…¿Hay algún problema?-dice la visión de la bruja de cabello rojo.

-No…ahora ya no lo hay…solo sigan con el plan como estaba trazado y es todo.-termina Neherenia y de un ademán desaparece la visión, ella se levanta y se acerca a su cama, de nuevo su apariencia es la de una mujer común y corriente-Así que en efecto no eres solamente una dama de la Corte de Camelot, sino una aprendiz de arcano…esto no me gusta nada. Podría jurar que había alguien más en la cámara de la duquesa enferma…tendré que estar muy atenta-indica la mujer y se levanta del suelo pasa salir de su habitación hacia el comedor del castillo.

En sus habitaciones, Luna Merlín esperaba a ser llamada para la cena y repasaba en su mente todo lo que se había enterado en su entrevista con Lady Sereithas y su joven hija. Aunque le preocupaba un poco saber la verdad sobre la traición de Le Fay, era algo que esperaba más que aquella confesión sobre el desgraciado matrimonio de la joven Serenity y más aún sobre sus sueños.

-Los mismos sueños que el rey Uther-habló la joven hechicera recordando ese día en que el joven rey de Albión la llamó para contarle los perturbadores sueños que había tenido donde perseguía a un bellísimo unicornio blanco de ojos azules por un bosque plateado sin lograr atraparlo-entonces es verdad, el destino ha elegido a Lady Serenity Igraine y al rey Uther Pendragon para ser padres de la Gran Reina…¡Selene bendita! ¡Tu promesa se cumplirá! ¡La profecía de Lady Danna será verdad!-se emociona Luna y recuerda ese lejano día en el santuario de la Espada Excalibur, cuando su maestra cayó en trance, sus ojos fijos en la nada, su cuerpo inmóvil, como muerta, incluso era insensible a las voces de los aprendices que la llamaban.

Luna recuerda como la anciana hechicera se elevó por el aire cubierta en un aura plateada y entonces supieron todos que tenía una visión y nadie la interrumpió, cuando al fin terminó, ella regresó como quien vuelve de la muerte, agitada y confusa, muy débil Luna y su compañero Artemis la llevaron al interior del santuario; cuando al fin logró hablar, les confesó a ambos que había tenido una premonición del futuro; Luna no podía olvidar las palabras de su maestra.

"Se acerca el día, el momento en que la esperada de todos los tiempos venga a liberar a la Tierra de Albión de la maldad; he visto su llegada, surgirá de la descendencia de la Diosa, en el momento de mayor confusión y vendrá al mundo para poner orden en el caos, para unificar reinos y para hacer realidad el sueño de la Paz, la gran reina prometida por las leyendas llegará el día en que el Dragón y el Unicornio se encuentren, será la hija del rey legítimo de la Tierra y de la heredera de la Diosa de la Luna; ella revivirá el poder del Cristal de Plata, unificará las cuatro reliquias sagradas y bajo su fuerte brazo perecerá el Caos que habita en el horrible monstruo Ghen de una vez y para siempre"

Días después, la anciana Lady Danna y los dos aprendices viajaron a Camelot, llamados por el rey Uther, y luego de consultarles sobre sus sueños y hablarles sobre los rumores de traición, acordaron este viaje. Lady Danna le hizo prometer a Luna que no le diría a la joven Serenity nada acerca de su premonición para no entorpecer los caminos del destino. Al inicio le parecía difícil, porque la heredera de la Diosa estaba casada con otro hombre. ¿Cómo puede una mujer casada y con un hijo estar destinada a ser esposa del rey Uther y concebir en su vientre a la Gran Reina Prometida?...pero ahora que sabía su historia con Demian Le Fay y sobre los sueños que había tenido, Luna pensaba que sí era posible. Definitivo tendría mucho que contar a su maestra a su regreso a Camelot.

NOTAS FINALES: Hace casi 4 años que vengo pensando, escribiendo, releyendo, rescribiendo y restructurando este gran proyecto. Amo las leyendas Artúricas y claro, amo Sailor Moon y las creaciones de Naoko Takeuchi, y esta es mi muy particular forma de mezclarlas. No sigo a Tennyson, ni a Chrétien, ni a Bradley, solo sigo mi particular forma de entender esta historia que aclaro NO ES FIEL a la original, sino una adaptación.

Aunque dudé un poco en publicar una historia tan larga como esta, porque con historias largas he tenido pésimas experiencias, me parece que el miedo es el enemigo a vencer y nosotros mismos la meta a superar así que sin más aquí dejaré este proyecto porque ya publicado me compromete a seguir. Un reto más de este fic: Hacer a Serena un personaje como Arturo Pendragon, narrar una historia donde ella es la protagonista pero una protagonista creíble, que conserve su esencia y que se transforme en la reina que se espera de ella paso a paso y no que sea aburridamente perfecta desde siempre. Creo que aunque no sea mi favorita esa es la magia del personaje de Serena Tsukino e intentaré que sea creíble, tanto ella, como las demás senshis en la piel de cada uno de los caballeros de las leyendas artúricas.

Agradezco mucho a las personas que me ayudaron a leer, opinar, editar y criticar este proyecto del cual tengo ya 10 capítulos (sobretodo a Genbu con sus comentarios para ayudarme a entender a Serena) y bueno, va iniciando, mejores cosas vendrán en delante pues el inicio es la historia previa a que nazca la gran reina de la leyenda, con Serenity como lady Igraine y dejé al mismo Uther Pendragon porque nadie del universo SM podría representar a semejante rey. Luna es Merlín, Artemis la Dama del Lago y ya se enterarán del resto del reparto…Veamos como resulta esta mezcla de leyenda y anime, yo en lo personal, me siento orgullosa de escribirla.

Como dato adicional, esta historia no tiene tiempo definido en SM, no es Milenio de Plata, ni Tokio de Cristal, es un tiempo cualquiera en una Tierra (3° planeta) mitológica habitada por seres fantásticos en donde los humanos viven en la isla de Albión. ¡Gracias por leer!

"Cuanto más complicado, mejor, cuanto más imposible, mas bello"

ATTE: Leonor de Éboli.