Hi! una nueva historia de mi equipo del ARC favorito, esta vez cuento flashbacks desde que nació Annabeth (la hija de Claudia y Nick) hasta que tiene aproximadamente unos ocho años, conforme vaya actualizando escribire travesuras que hace con sus hermanos y primos, y misiones que tienen sus padres en las que se juegan bastante el tipo. Es la continuación de ''El amor es una cosa simple'' y ''No todo es color de rosa''. Sin mas dilación:


Super Daddy

Cutter sacó de su cartera una foto que se habían hecho hace menos de unas semanas, en ella estaban él y su mujer besándose, Annabeth sonriente a la cámara mientras que cogía a su pequeño hermano Jonathan que también sonreía dejando ver el pequeño diente que le estaba saliendo y Nicholas sacaba la lengua, el profesor sonrió al ver aquella fotografía y elevo la vista para toparse con sus dos hijos mayores que corrían hacía él, en aquel momento un montón de recuerdos golpearon su mente.


Lester llegó a su casa después de un largo día en el ARC, como siempre sus hijos se habían dejado el paquete de patatas fritas abierto encima de la mesa de café, las libretas con los ejercicios en el suelo, las revistas encima del sofá, James se puso una mano en la frente y dejo su maletín en el suelo antes de intentar arreglar aquel estropicio, se quitó los zapatos y los dejo debajo del perchero, se deslizo hacía las escaleras y mientras subía se desabrochaba el nudo de la corbata, al final del pasillo vio la luz de su habitación encendida, al entrar se encontró a Christine leyendo mientras que Sonny, Harrison, Chris y Marcus dormían a lo largo y ancho de la cama de matrimonio, el hombre se apoyó en el marco de la puerta y le sonrió a su mujer mientras que negaba con la cabeza recordando cuando eran más pequeños.


Claudia se sentó en un banco y puso la sillita de su hijo en frente suya, él la miraba con esos enormes ojos azules iguales que los de su padre, le revolvió los rizos rubios y el chico sonrió, su madre le devolvió la sonrisa y le besó antes de hacerle una pedorreta en la barriga, el bebe estalló en carcajadas y ella también lo hizo, pero su expresión se endureció al ver la hora, alzó la vista por encima de la sillita pero ni rastro de su marido y sus hijos, Jonathan le dio en la rodilla haciendo que volviese en sí y se centrase en su enano, que pedía más mimos.


Nick como todas las mañanas desde hacía tres meses, le llevaba el desayuno a la cama a Claudia, ella insistía en que no hacía falta y que al día siguiente se levantaría antes que él para preparar el desayuno, pero el embarazo le cansaba mucho y nunca lo conseguía, el hombre entró en la habitación y dejo la bandeja sobre la mesita de noche, se arrodillo a la altura del vientre de su mujer y con cuidado retiro la sabana, con el mismo sumo cuidado levantó un poco la camisa del pijama y susurro:

-Buenos días pequeña, ¿despertamos a mama?

Le dio un beso en el vientre casi al mismo tiempo que su hija daba una patada, se levantó y comenzó a darle besos por toda la cara hasta que ella abrió los ojos y le besó.

-Podría acostumbrarme a esto-murmuro aún sobre los labios de su marido.

-Pues acostúmbrate, porque lo voy a hacer el resto de mi vida-respondió sonriendo, cogió la bandeja y se la coloco en las piernas a Claudia, ella se reincorporo sobre la pared y él se puso a su lado.

-Gracias Nick-dijo ella ante la atenta mirada del profesor-¿Otra vez té?-decía en un tono de fastidio cogiendo la taza.

-Ya sabes lo que dijo el médico-se encogió de hombros Cutter cogiendo su taza que también contenía té.

-Aunque sigo sin entender por qué tú también lo tomas-decía entre sorbos Claudia.

-Estamos embarazados-le dijo él sonriendo como si fuese obvio y añadió-Tú no puedes tomar alcohol, yo no tomo alcohol, tú no puedes beber café, yo no bebo café, si tú no puedes yo tampoco.

-Eres el mejor-el profesor rodo los ojos y ella insistió-Lo digo enserio, cualquier otro hombre no se portaría así.

-Ya bueno, yo no soy como cualquier otro hombre-murmuro antes de besarla.

Después de desayunar entre besos y caricias, a Nick le mandaron un mensaje y exclamó:

-¡Aunque estemos embarazados hay que seguir cazando dinosaurios!

Claudia rio y lo volvió a besar.


-Te invitó a una copa-dijo Cutter cogiendo el abrigo de Claudia-No, una copa no, un zumo de naranja.

-No me gusta el zumo de naranja-respondió riendo ella.

-¿Piña, manzana, uva?-preguntaba él alzando las cejas.

-Pues creo que ese zumo tendrá que esperar-decía Connor señalando hacía el despacho de James, este había salido y los esperaba apoyado en la barandilla.

-¿Qué has hecho Nick?-preguntó Claudia temiéndose lo peor.

-Que yo sepa nada-murmuraba él hiendo a su despacho, pero a mitad se paró en seco tiro del brazo de su mujer y le susurró al oído-¿Se habrá enterado que el rasguño que tiene el Jaguar se lo hice yo?

Claudia se encogió de hombros a modo de respuesta y siguió andando.

-Esto, yo…-murmuro Cutter al llegar a la altura de su superior, este frunció el ceño sin saber muy bien a que se refería-Lo siento.

-No sé a qué te refieres Nick, entremos en mi despacho-dijo haciendo un gesto para que entrasen antes que él.

-¿James por qué nos has llamado?-preguntó Claudia sentándose en una silla, mientras que su jefe se sentaba en su sillón y el profesor daba vueltas por la sala tocando las figuritas que había en las estanterías, la mayoría eran dinosaurios salvo algún que otro superhéroe que se habían dejado los hijos de Lester allí y él había colocado en las baldas.

-Tengo un ligero problema-respondió este mirando al antropólogo, mientras que le daba un tic en el ojo al ver que había cogido una figura de acción totalmente articulada de SuperMan-Cutter por favor no toques nada, esa figurita cuesta más que tu casa entera, es la original.

-Gracias por decirnos que nuestra casa es una mierda-dijo Nick dejando el muñeco en la estantería y poniéndose detrás de su mujer.

-A ver, Christine tiene un congreso en Escocia, es de cuatro días y hemos pensado en hacer nuestro último viaje solos, sin los niños antes de que nazca el bebe-explicó James, haciendo caso omiso al último comentario de su compañero-Y mi plan era dejar a los niños con mis padres, pero esta mañana al llamar a mi padre me he enterado que se habían ido a pasar unos días a Irlanda, vaya puntería que tenemos y el avión sale esta tarde, la única opción que me queda sois vosotros.

-¿Somos tu segundo plato?-preguntaba Cutter haciéndose el ofendido y poniéndose una mano en el pecho.

-No le hagas caso-decía Claudia mientras que le lanzaba una mirada de odio a su marido-Nos quedamos a nuestros sobrinos.

-Yo… de verdad, gracias-susurro Lester antes de añadir-Y no Nick no sois mi segundo plato, es solo que los niños llevaban sin ver a mis padres como tres meses.

-Vale perdona-dijo Cutter-Pero admite que te hemos salvado el culo.

-Y tanto-respondió su jefe sonriendo-No tenía ganas de llevarme a los niños a Escocia y menos con lo que paso la última vez.

-¿Qué paso?-preguntó curiosa Claudia.

-Ya sabéis que Sonny tiene el sentido aventurero más desarrollado que yo-explico James haciendo reír a sus dos compañeros-Pues se perdió en el aeropuerto haciendo que perdiésemos el avión a Hawaii, Christine se enfadó conmigo, yo me enfade con Sonny, él lloro, Christine lloro, yo llore y cuando estábamos dispuestos a darnos la vuelta y volver a casa, con un montonazo de maletas y Harrison dormido en mis brazo y ajeno a todo, un chaval de la aerolínea nos dijo que podríamos ir a París y alojarnos allí por el dinero que habíamos perdido al dejar partir el avión.

Cutter levantó la mano y Lester le dio permiso para preguntar:

-¿Por qué lloraste?

-Cuando se te pierda Annabeth más de una hora me llamas, ahora tú lo ves todo de color de rosa, pero lo pasaras muy mal y yo estaré allí para soltarte mi típica frase de: ''Ya te lo dije''.

-¿Estás diciendo que no me ayudaras a buscar a mi hija?-preguntó el profesor alzando las cejas.

-Primero la buscaremos y luego te diré la frase.

-¿Y qué tal si no se os pierde la niña?-dijo Claudia frunciendo el ceño y acariciando su abultado vientre de ocho meses.

-Si yo voto por eso-respondió James a lo que el profesor también asintió.

Salieron del despacho de Lester en dirección al aparcamiento para que su jefe les diera las bolsas con la ropa de los niños, al llegar allí James abrió su todoterreno y sacó dos bolsas de deporte.

-Esta-levanto la bolsa roja-Es la de Sonny, aquí tiene la equipación, mañana le toca entrenamiento después del colegio, ¿Os importa llevarlo?, es el primer año que juega en la liga local y le hace mucha ilusión.

Los dos adultos negaron con la cabeza sonriendo.

-Gracias-murmuro Lester antes de guardar las pertenencias de sus hijos en el Ford azul de Claudia.

-¿Por qué no te has traído el Jaguar?-preguntó ella haciendo que su marido abriese mucho los ojos.

-Las sillas de los niños-respondió James-Cutter, Claudia me dijo que el rayón se lo hiciste tú y muy a mi pesar me pago la pintura.

Nick abrió la boca casi en una perfecta o sorprendido y dijo:

-Me has delatado.

-Era eso o que nos interrogase a todo el ARC-se defendió su mujer encogiéndose de hombros.

-Ella lleva razón-señalo Lester a Claudia, dio una palmada y dijo-Cutter ayúdame a sacar las sillas del coche.

Cuando las hubieron colocado en el coche de su compañera de trabajo, James mirando su todoterreno negro dijo:

-Creo que va siendo hora de que me compre un familiar.

-¿El prepotente James Lester en un familiar a tanto te has rebajado?-decía Nick riendo, ganándose una mirada de pocos amigos por parte de su jefe.

-Dime tu donde vas a meter tres sillitas en un todoterreno-respondió aún con cara de asco.

-¿Ya te has dado cuenta de que vas a tener otro hijo?-preguntó Claudia sonriendo.

-Lo voy asimilando poco a poco, me paso lo mismo con Sonny, Harrison fue diferente, era pensado-respondió él recordando-De hecho Christine bromea diciendo que se casó conmigo porque estaba embarazada de Sonny, pero sé que es mentira porque cuando se lo pedí aun no lo estaba.

-¿Erais muy jóvenes?-preguntó Claudia.

James asintió antes de añadir:

-Ella treinta y yo veintinueve, según mi madre demasiado pequeño para ser papa, según yo es lo que tiene estar colado por la misma persona desde el instituto ¿no?-alzó las cejas sonriendo.

-¿Enserio ninguna otra chica?-preguntaba Nick achicando los ojos.

-Una solo-respondió él antes de añadir-Era mi prima, le dije que cuando pasásemos por delante suya me diese la mano, para darle celos, supongo que funciono porque después de diez años sigo con ella.

-No cuenta-murmuro Nick.

-¿Y tú cuantas ligón?-dijo Claudia, Cutter miró al suelo para luego mirarla alzando una ceja.

-¿Qué valgan la pena? Solo tú, aunque… ya sabéis que soy escoces, de Shetland, me crie en Londres porque a mi padre lo trasladaron cuando yo era muy pequeño, mis padres me llevaban todos los veranos a aquellas islas y había una chica que era mi única amiga allí, me costaba mucho hacer amigos y mantenerlos ni te cuento, pero todos los veranos al volver de las clases ella estaba en el mismo sitio en donde nos habíamos despedido el verano anterior, en la playa esperándome mirando las nubes-explicaba el profesor mientras que su jefe y su mujer lo escuchaban con un real interés, puesto que en pocas ocasiones hablaba de su pasado-Me acuerdo perfectamente del día en que nos conocimos, yo tendría unos cuatro años y era el típico londinense mimado al que habían traído de vacaciones, recuerdo que les pedí un helado a mis padres, y mi madre por tal de no escucharme me lo compro, hubo un momento en que ellos se quedaron atrás con las maletas y yo seguí andando con mi cucurucho en la mano, una chica que corría detrás de un balón se cruzó por uno de los callejones, yo pise el balón y me caí, ella aterrizo encima de mí aplastando mi helado.

-¿Y qué pasó?-preguntó Claudia curiosa.

-La chica se levantó, yo hice lo mismo y al ver la camisa nueva llena de chocolate empecé a llorar, no quería que mi madre me echase la bronca, lo siguiente que recuerdo fue que la niña me intento calmar y yo pare de sollozar escuchándola, se presentó, me dijo que se llamaba Emma y tenía seis años, yo le dije que me llamaba Nicholas y tenía cuatro años, me preguntó por mis padres y me llevo hasta ellos-decía mientras sonreía recordando aquella preciosa chica de rizos rubios y ojos verdes-No supe nada mas de ella hasta días después, al verme me dijo: ''¿Eras el llorón, Nicholas verdad?''

-¡Por favor dime que te quedaste con el mote del llorón!-exclamó riendo Lester.

-Más o menos, casi todos los días nos veíamos, íbamos a la playa los dos juntos y buscábamos tesoros escondidos por piratas, la mayoría de las cosas que nos encontrábamos eran chapas de cervezas y algas que había arrastrado la marea, aunque una vez me hizo creer que habíamos encontrado de verdad una moneda antigua, al día siguiente le vi enterrando otras cuantas iguales por la playa, no le dije nada porque me encantaba pasar el rato con ella-dijo Nick mientras que Claudia pensaba que su marido era adorable de pequeño-Al principio era como mi hermana mayor, conforme fueron pasando los veranos, nos fuimos convirtiendo en algo más, el curso que murió mi padre yo me negué a ir a Shetland, le dije a mi madre que todo me recordaría a él y ella contraataco diciendo que lo que necesitábamos eran unas buenas vacaciones y una vez más, llevaba razón, Emma me hizo olvidar todo lo que había pasado, pero al llegar a Londres y ver que la corbata de mi padre aún seguía colgada del pomo de la puerta de su habitación, como el día en que se fue, lo recordé todo y me puse a llorar como un tonto.

En aquel aparcamiento se hizo un silencio sepulcral, que solo Cutter se atrevió a romper siguiendo su historia de Emma:

-Los veranos fueron pasando y nosotros seguíamos iguales, ni ella ni yo éramos capaces de dar el paso, o no queríamos por miedo a lo que pudiese ocurrir, pero un verano antes de que ella entrase en la universidad-el profesor inspiro profundamente antes de seguir-el ultimo día antes de que yo me volviese para Londres y ella se fuese a estudiar, estábamos los dos solos en la playa, sin hacer nada, solo nos mirábamos y no sé por qué pero Emma se inclinó hacia mí y me besó al principio fruncí el ceño y me sorprendí pero acabe correspondiéndole el beso, aunque me puse muy nervioso y rojo como un tomate.

-¿Era tu primer beso?-pregunto James, el antropólogo asintió apretando los labios.

-Sigue Nick no lo dejes ahí-dijo Claudia que seguía el relato muy de cerca.

-Esa noche dormimos en la playa, a la mañana siguiente al despertarme no estaba allí, fui directo a su casa y su madre me dijo que había cogido el primer ferri hacía la isla principal, la había dejado ir, el verano siguiente fue genial, saque las mejores notas de mi promoción y me habían aceptado en Cambridge-explicó con una sonrisa triunfante en la cara-Al llegar a Shetland corrí hacía la playa con las calificaciones en una mano y la carta de aceptación en la otra, me esperaba donde siempre con su típica sonrisa, ese verano fue estupendo aunque ninguno quisiese compartir los sentimientos que sentíamos hacía el otro, y así paso el tiempo hasta que ella se sacó la carrera de medicina, aquel verano me había propuesto dar el siguiente paso, de hecho lo primero que iba a hacer al llegar sería decirle todo lo que sentía pero…-Nick agachó la cabeza y en un hilillo de voz dijo-Se estaba liando con otro tío, en nuestra playa.

-Lo siento-murmuraron James y Claudia.

Cutter sonrió y añadió:

-Da igual, no vuelvo a Shetland desde entonces, aunque algo dentro de mí, me dice que si volviese ella estaría en aquella playa con su sonrisa esperándome-decía antes de terminar-Bueno, me saqué el graduado en Cambridge y conocí a Helen, yo estaba roto por dentro y confié en ella, el resto de la historia ya la sabéis-dijo aquello ultimo mirando a Claudia y sonriéndole.

-El resto de la historia es nuestra historia-decía antes de besarlo.

-¡Y vaya historia!-exclamó el profesor al separarse.

Lester miro su reloj y dijo:

-Madre mía la hora que es, voy a llegar tarde a coger el vuelo y vosotros a recoger a los niños.

Cutter sacó su teléfono para mirar la hora y añadió:

-Esto es lo que pasa por contar historietas.

-Bueno, Claudia nos debe una de su amor de adolescente-dijo James mirándola y sonriendo.

-Sí, que os lo habéis creído-respondió ella apremiando a su marido para que entrase en el coche.

-A la vuelta de Escocia quiero esa historia-decía Lester mientras que le llamaban por teléfono, lo cogió y respondió-James… si lo siento, no Christine no te enfades… pero si ya voy para allá, no no me olvido de ti… ¿Habrás cogido mi maleta no? Si ya sé que me dijiste esta mañana de meterla en el maletero, pero es que los chicos llegaban tarde al colegio y se me ha olvidado…

-¿La pareja perfecta tiene problemas en el paraíso?-preguntó divertido Cutter, su jefe le hizo una mueca mientras que seguía hablando con su mujer.

-Christine últimamente estas de un humor…

-La acabas de cagar colega-murmuro Nick mientras que Claudia asentía y por el otro lado de la línea se escuchaba gritar a Christine:

-¡Sera porque me pones de los nervios Jim!

-¡Pues si te pongo de los nervios por qué quieres ir conmigo de viaje!-respondió Lester en el mismo tono que su mujer.

Tanto Claudia como Nick se mantenían a raya de la conversación aunque la tensión era palpable en el ambiente.

-¡Pues me voy a replantear mejor lo de coger aquel avión!-exclamó colgando el teléfono James, respiró hondo y miro a sus dos compañeros, cuando se dio cuenta de lo que acababa de hacer murmuro-Creo que debería de llamarla y disculparme…

Los dos adultos asintieron antes de entrar en el coche e ir a buscar a sus sobrinos pero Claudia añadió:

-No se lo tengas en cuenta, ve al aeropuerto y seguro que lo arregláis.

-Es culpa mía también, somos dos cabezotas que ninguno de los dos queremos ceder-respondió él sonriéndole.