Bueno, aquí ando con un fic conjunto. Es creación de una amiga, Ushio Amamiya, y mio. (hombre si no fuese yo no lo colgaria ¬¬ a veces tengo unas ideas... u.u)

Me dejo de tonterias y lo pongo, esperamos que os guste.


Era una noche de verano, y para dar inicio al año nuevo, se estaba llevando a cabo un festival en un templo, muchos fueron a divertirse, niños, jóvenes, adultos y abuelos. Se podía ver mucha actividad. Entre ellos, una joven y un niño iban de la mano para no perderse. El niño vestía una yukata azul y estaba ruborizado por ser llevado de la mano por esa chica, y además porque ella vestía un lindo kimono blanco con dibujos de flores de cerezo.

- Esto es divertido... ¿No Conan-kun? - Dijo la chica dirigiendo su mirada al pequeño.

- H…Hai Ran-neechan.

- Conan-kun, estás rojo... ¿Acaso tienes fiebre? - Arrodillándose para estar a su altura mientras lo miraba preocupada.

- No… no es nada Ran-neechan. – La chica le puso la mano en la frente para tomarle la temperatura.

- Umm… Fiebre no tienes… No será que… - Apareció una sonrisa en su faz. - ¿Has visto a una chica que te gusta?

- ¿Qué¡No¡No es eso! – Dijo el niño gritando. Los que estaban cerca de ellos los miraron curiosos.

- Venga Conan-kun… a tu edad es normal que pienses en chicas. A mí me pasó. – De repente, su rostro se tornó mas apagado y lágrimas fugitivas escapaban de sus ojos azules.

- Ran…

- Gomen Conan-kun... No debería estar llorando, se supone que hoy es un día festivo -Intentando alegrarse. - Vamos a jugar a lanzar las pelotas¿vale?

- "Ran..." - Pensó nuevamente mientras se sentía culpable, agachó su cabeza un segundo, preocupando a la chica, y cuando la alzó, sonrió como un niño. - ¡Vamos a jugar Ran-neechan! - Llevándosela de la mano.

Después de jugar en la mayoría de los puestos de la feria, fueron a comer en un puesto donde vendían comida típica de los festejos. Vieron que estaba a rebosar de gente, y se desanimaron un poco. Entonces, Conan vio un sitio libre justo con dos sillas.

- Ran-neechan. – La llamó y señaló el lugar. – Allí hay un sitio.

- ¿Pero llegaremos antes de que lo cojan?

- Voy a cogerlo.

El niño llegó junto a la mesa con expresión de triunfo, la verdad es que nunca haría eso, pero es que estaba muerto de hambre.

Pero entonces, vio que una mano cogía las sillas y miró quién era ese que le estaba robando el sitio.

Se topó con una mirada azul de un chico, y le parecía que ya la había visto antes…

- ¡Conan-kun¡Lograste cogerla! - Sonrió, pero al ver al chico se sorprende mucho. - ¿Shinichi...? – Murmuró.

- Disculpa, al parecer llegamos a la vez. - Dijo aquél joven con una sonrisa.

- "No, no es Shinichi..." - Pensó algo desilusionada.

- ¡Kaito¿Cogiste la mesa? - Apareció una chica que vestía un kimono verde pálido. - ¿Qué ocurre?

- Al parecer, pescamos la mesa a la vez Aoko.

- "Esa chica se parece a Ran." - Pensó Conan.

- Descuiden. - Dijo Ran. - Podemos compartir la mesa.

- Me parece buena idea. - Dijo el chico. - ¿Qué te parece crío? - Viendo al pequeño divertido, no le había quitado la vista hasta la aparición de Aoko, y eso hizo que Conan sospechara, pero no lograba recordar dónde había visto aquella mirada.

- ¿Y cómo lo hacemos? Solo hay dos sillas. – Dijo la chica del kimono verde.

- Conan-kun podría sentarse encima de mis rodillas. – Cuando dijo esto, el chico intento no reírse, cosa que el pequeño detective notó.

- ¡Mira! Allí hay sillas libres. Kaito ve a cogerlas.

- ¿Y por qué tengo que ir yo?

- ¿No quieres ir? – A la chica se le salía la vena de la frente, a Ran y Conan se le caía la gotita y su amigo la miro con miedo.

- Ya… Ya voy… - Mientras iba a la aventura de conseguir sillas, se puso a pensar. – "Más me vale no meter la pata esta vez… tengo que recompensarle lo de la ultima vez… y también tendré que tener cuidado con el pequeño detective…"

- No me he presentado, Soy Ran Mouri.

- Tú llámame solo Aoko, es un placer Ran-chan... ¿Está bien así?

- Si, llámame por mi nombre no más, él es Conan Edogawa.

- Hai - Dijo el niño.

- Este tarado se llama Kaito Kuroba - Mencionó Aoko viendo al chico trayendo las sillas.

- ¿Quién es el tarado?¬¬

- ¿Hay algún problema con eso?¬¬

- ¿Eh? - Ran los miraba sorprendida, era igual que con Kazuha y Hattori, igual... A ella y Shinichi.

Al pensar en eso, lanza una leve sonrisa nostálgica.

- Es un placer Kaito-kun – Dijo.

- También... ¿Y este crío?

- Me llamo Conan ¬¬ "Y no soy un crío"

Mientras comían, las chicas se pusieron a hablar y a conocerse mejor.

- La verdad es que tu nombre me suena mucho. – Meditó Aoko.

- Igual que el tuyo a mí. – coincidió Ran.

- ¿De qué podrá ser? – Se cuestionaron las dos.

- Por vuestros padres. – Dijeron a la vez los dos chicos. Haciendo que Conan mirase con más sospecha a Kaito, el cual sonrió algo nervioso.

- ¡Es verdad¿Tu padre no es el famoso Kogoro Mouri¿El detective durmiente?

- Si. ¡Y el tuyo es el inspector Nakamori¡De la brigada de captura de Kaito Kid!

Al escuchar ese nombre, el pequeño miro más detenidamente al chico.

Notó que por una fracción de segundo, Kaito hizo una mueca de congelo. Kaito, al darse cuenta de eso, solo le sonríe al niño.

- Si que es una coincidencia. - Dijo Aoko.

- Si... U

- Oye ¿y él es tu primo o algo?

- No, él es alguien que cuidamos mientras sus padres están fuera... Aunque es como mi hermano menor.

- ¿Tienes novio? - Preguntaron a la vez y se sonrojaron por la pregunta.

- Ésta no puede conseguir un novio con esa cara que da miedo y con ese cuerpo plano.

- ¡Kaito!¬¬

- ¿Qué dije? - Con toda la inocencia del mundo.

- Se llevan muy bien. - Dijo con una sonrisa llamando la atención de Conan.

Éste esbozó una sonrisa. – Si. Ya sabes lo que dicen… los que se pelean se desean¿no?

Todos pensaron en esas palabras y se sonrojaron. – "Imbécil… ¿cómo se te ocurre decir eso? Ran y yo no parábamos de pelearnos."

- Bueno… - Intentó romper el silencio de la mesa Aoko. – ¿Damos una vuelta?

- Me parece buena idea¿a que si Conan-kun?

- Entonces pedimos la cuenta y nos vamos. Kaito paga.

- ¿Qué¿Por qué yo?

- ¿Tú crees que con este vestido puedo llevar monedero? Además que tenemos que invitar a Conan-kun y Ran-chan para darles las gracias.

- No sé como lo haces que siempre me dejas pelado. – La miró de reojo.

Ella solo sonrió.

Kaito pagó la cuenta y salieron de allí para pasear. Veían el esfuerzo de los niños para ganar premios, otros lloraban por no lograrlo o por haberse caído por andar corriendo.

- "¡Qué patético!"¬¬ - Pensó Conan.

- Vamos a la cima. - Dijo Ran. - Allí es un lugar esplendido para ver los fuegos artificiales de año nuevo.

- No es mala idea. - Dijo Aoko. - Vamos Kaito.

- Si... "Joder, el pequeño no deja de sospechar de mi."

- "Tengo la leve sospecha que ese sujeto... ¡Puede ser...!" - Pensaba el detective viendo a Kaito, quien fingía muy bien que no lo sentía.

- "Puede ser que él sea… no… es imposible que sea tan joven… llevan persiguiéndole desde hace más de veinte años."

Llegaron a la cima y consiguieron sitio en los pies de un gran Sakura.

- Es una pena que papa no haya podido venir¿verdad Conan-kun?

-si… a tío Kogoro le hubiera gustado estar aquí rodeado de chicas guapas. – Se burlo el pequeño. La chica le miro con cara de pocos amigos. – era broma Ran-neechan.

- Mi padre esta fuera del país con Saguru… - dijo algo triste Aoko.

- ¿Saguru?

- Saguru Hakuba, un detective de tres al cuarto. – dijo como si nada Kaito.

- "Ese chico de nuevo" - Pensó el mini detective pensando en Hakuba.

- Yo lo he... - Empezó a decir Ran, pero fue interrumpida al escuchar un extraño ruido que, como karateka, no le era buena señal, por lo que se levantó de inmediato con sus sentidos alertas.

Y no se equivocaba, aparecieron 10 hombres de negro con sonrisas maquiavélicas, con armas o cuchillos, Aoko se puso detrás de Kaito asustada y Ran se colocó delante de Conan para protegerlo.

- Dennos el dinero que llevan o nos veremos obligados a lastimarlos.

- No lo creo... - Murmuró Ran con su mirada característica de una luchadora.

- Conan-kun, no te alejes de mí. - Le ordenó sin perder de vista a los ladrones.

- No Ran-neechan. Es peligroso.

- Sabes perfectamente que puedo defenderme.

- Aoko, no te separes de mí.

- Pero mira a quiénes tenemos aquí… - Dijo adelantándose uno y cogiéndole el brazo a Aoko. La cogió del mentón y la miró con unos ojos sádicos. – Puede que podamos divertirnos un rato.

- ¡Ni se te ocurra ponerle tus sucias manos encima cabrón! – Gritó Kaito abalanzándose sobre el encapuchado.

Comenzó la lid, Ran dejaba KO a todo aquel que se le ponía delante, esquivando los cuchillos. – No te muevas preciosa. – Se viró y vio que estaba apuntada por un arma.

Vio que el hombre puso los ojos blancos y cayó al suelo como un peso muerto. Ella miró sorprendida.- ¿Conan-kun? – Le vio con el brazo extendido y con el reloj abierto.

- ¿Estás bien Ran-neechan?

Ella afirmó con la cabeza. - ¡Cuidado! – Los dos miraron y Ran se agachó rápidamente. – Gomen, gomen, apunte mal. – Vino el mago con la mano tras la nuca.

- Estás bizco Kaito.

- La próxima vez te salvas tu solita. – Le recriminó a su amiga.

Conan fue al tronco del árbol. - Kaito-niichan. ¿Qué es esto?

El mago miró y por un microsegundo se paralizó. – "La he cagado." – Intentando esconder su arma tras la espalda.

Aprovechando la situación, uno de ellos atrapo a Aoko, abrazándola por la cintura con su brazo derecho y con su mano izquierda le rozo el cuello con un cuchillo.

- ¡Aoko-chan! - Grito Ran

- No se muevan o ella se vera muy mal.

- ¡Aléjate de ella! - Grito Kaito enojado.

Ran vio cómo otro se le acercaba y tuvo una idea. Cuando el ladrón iba a atacarla, ella fue rápida tomándole de la muñeca y del cuello de la camisa.

- ¡Agáchate Aoko-chan! - Gritó mientras con su fuerza lanzo al tipo hacia ellos, y cuando Aoko logró agacharse, justo ambos ladrones chocaron y cayeron noqueados al suelo.

- ¡Sugoi Ran-chan! – Exclamó Aoko yendo hacia su amiga saltando.

Kaito la miraba con miedo, el pequeño estaba a su lado. – Vaya fuerza que tiene. Alucinante.

- Yo ya estoy acostumbrado.

- Será mejor no enfadarla por si acaso¿no?

En ese momento sonaron los fuegos. – ¡Son los preliminares! (esto ha sonado mal ¬¬ xD) – Exclamó Ran.

- Vamos a verlos.

- ¿Y qué pasa con éstos? – Cuestionó Aoko.

- Estarán dormiditos durante un buen tiempo. - Dijo Kaito observando a uno que tenia cerca.

- ¡Vamos Ran-chan! - Gritó Aoko feliz mientras la tomaba de la mano y se la llevaba - A un lado para mi salvadora.

- Aoko-chan... U

Bajaron de la colina y se dirigieron a un lugar donde se llevaba a cabo un combate para festejar año nuevo. Estuvieron horas divirtiéndose hasta que llego la hora de irse, se fueron del templo juntos y se detuvieron cuando ya debían tomar caminos diferentes.

- Aquí nos vamos - Dijo Aoko.

- Y aquí nosotros - Dijo Conan.

- Nos veremos¿Vale Aoko-chan?

- Por supuesto Ran-chan... ¡Vamos Kaito!

- Oe… no me jales de la mano que me la rompes. – Se quejó el mago.

- Eres un quejica Kaito.

Y los dos se fueron discutiendo por su camino.

- Son muy simpáticos¿verdad Conan-kun?

- Si… - Miró por última vez al chico antes que girase por una esquina y saco algo del bolsillo disimuladamente. Era una carta de la baraja, justamente, el as de picas.

- ¿Qué es eso? – Cuestionó la chica tomando la carta.

- Na… Nada Ran-neechan. – Dijo algo agitado. – Me la encontré en la feria.

- No deberías estar cogiendo cosas del suelo. – Le reprendió. Se fijó en la carta que era y su cara se volvió sombría.

El niño lo noto y se preocupó. – ¿Ran-neechan?

- No pasa nada. – Dijo con una sonrisa fingida. – Vamos a casa, es muy tarde.

Entonces el niño se percató por qué su amiga se puso de ese modo. – "Mierda… recordó aquel caso del asesino de la baraja… y esa carta era…"

-"Shinichi¿Dónde estás?"

- ¡Descuida Ran-neechan¡Ya aparecerá!

- Pero Conan-kun... - Poniéndose de rodillas porque creía que se caería en cualquier momento. - ¿Por qué Shinichi se va y me deja sola? Apenas llama y...-Cristalinas lágrimas salieron de sus ojos azulados. - Me hace pensar que le importa más los casos que a...

- "Ran, no es verdad..."

- Me hace pensar que prefiere más los casos que a mí... ¡OH Conan-kun! - Gritó abrasándolo y largándose a llorar, podía ser la mujer más fuerte del mundo físicamente, pero como las demás, era una mujer, una mujer que sufría día a día y sus lágrimas... Eran miles de puñaladas que sentía el pequeño en su pecho.

La chica se secó las lágrimas y miró sonriente al niño. – Lo siento, seguro que te aburro siempre con lo mismo.

Siguieron avanzando hacia casa. – "No… no tienes por que disculparte. Soy yo el que debería hacerlo, pero a su debido tiempo"

En sus cavilaciones, no se percató por dónde estaban pasando, y al notar que Ran se había parado, él también y la miró… - ¿Ran-neechan? – Miró hacia donde ella miraba y se le pusieron los ojos como platos.

- Shinichi… - y salio corriendo hacia la casa.

- ¡No Ran! – Gritó. – ¡Puede ser peligroso!

La chica no le hizo caso y abrió la puerta. – ¡Shinichi! – Gritó a pleno pulmón.

De la escalera bajó alguien, pero no era a quien se esperaba. - ¿Ran? Querida, son Ran y Conan.

- ¡Yusaku-san! – Sorprendida.

- ¿Papá¿Mamá?

- ¿Eh? - Preguntó la chica confundida. - ¿Cómo que tu padre y madre Conan-kun?

- ¡Ah! Yo...

- ¡Conan-chan! - Gritó Yukiko feliz mientras corría hacia el pequeño para abrasarlo. - ¡Y mi nuera también esta aquí!

- ¿Nuera? - Dijeron ambos sonrojados.

- ¡S…Se equivoca! - Gritó Ran sonrojada mientras pensaba - "¿Por qué le dijo eso a los Srs. Kudo? De seguro debe ser porque extraña a los suyos"

- ¿Por qué gritabas el nombre de mi hijo, Ran? - Preguntó Yusaku.

- Ah no... Es que creí que había vuelto, ya que las luces estaban encendidas... Gomen

- Descuida Ran, no es tu culpa que Shin-chan sea un tonto.

- Yukiko...

- "¡Quién es el tonto ¬¬!" - Pensó Conan molesto.

- Tengo unas ganas que mi Shin-chan (odio este niño ¬¬) venga para que os caséis. – Dijo con estrellitas en los ojos. – Que tengáis muchos niños que me llamen abuela…

Los dos chicos estaban más rojos que un tomate maduro. – Yukiko… disculpadla chicos, es el jet lag.

- ¡Ni jet lag ni porras fritas¡Yo quiero nietos¡No pienso morirme sin tener a mis nietos llamándome abuela¡Y también quiero ser bisabuela¡Y tatarabuela!

- Bueno chicos¿os quedáis a dormir? – Preguntó el novelista tapándole la boca a su mujer.

- No… no gracias. – Dijo Ran aún sonrojada. – Papá tiene que estar preocupado. Vamos Conan-kun.

- Hai… - Antes de virarse le echó una mirada asesina a la actriz. – "Estás muerta mamá"

Ella, como si le hubiese leído el pensamiento, sonrió pícaramente, su marido ya le había destapado la boca.

Ran y Conan se despidieron y se fueron. Caminaban algo sonrojados ya que las palabras de Yukiko le seguían invadiendo.

- "Cuando tenga mi cuerpo... ¡Ya verás mamá!"

- Fue bueno verlos de nuevo¿no Conan-kun?

- Si Ran-neechan ¬¬

Llegaron a casa y vieron a Kogoro durmiendo borracho, rodeado de latas de cerveza y con la TV encendida.

- Esto es el colmo ¬¬ - Dijo Ran.

- "El tío si que da lástima ¬¬"

- Pues se queda así. Que después no se queje que le duele la espalda.

Los dos se encaminaron hacia sus cuartos y se dieron las buenas noches.

Cuando la chica cerro la puerta tras ella, se deslizó hasta el suelo y empezó ha sollozar. – Shinichi… no he parado de pensar en ti esta noche. Recuerdo las veces que fuimos a ese festival juntos. Al estar Kaito-kun y Aoko-chan me ha recordado a ti y a mí… me ha parecido verte en toda la gente, luego la carta… y tus padres… - Se sonrojó al recordar lo que dijo Yukiko. – Yo sé que no seré yo quien este contigo Shinichi, pero necesito verte.

En el otro cuarto, un niño estaba tras la puerta. Se quito las gafas y apoyo la cabeza en la puerta. – "Ran, por favor… aguanta un poco mas."