Saludos. Veo que no hay mucha actividad en esta sección, pero quisiera meter la mano (?) . Puede que vaya publicandopequeños "one-shots", historias extrañas o cosas así, simples bosquejos y ninguna cosa importante. Ahora mismo he escrito un pequeño fragmento que va sobre Sawamura Ryuhei, un personaje que para los que han visto solamente el anime, aparece en el manga en el capítulo 462. Como es tiempo después, alerto de cualquier spoiler para los que aún no han visto cierta pelea de Miyata. ¡Nos vemos! Si quieres que continúe con el proyecto, nada más...esperen (?)
Ya había pasado tiempo desde que decidí plantar los pies al suelo. Sabía que más camino no me quedaba por recorrer en tan diverso mundo, lo que había logrado era suficiente y bastaba para cualquier cosa que me restara de la vida. Ahora que lo pienso con más detalle, ¿Había de verdad un objetivo? Simples y llanos caprichos, rellenos por completo.
Nagoya en primavera estaba…encendida. Cuando las sakuras nacen de los brotes y surcan junto con el viento los altos e imponentes edificios, es uno de los mejores (O peores, frente a cualquier juicio) lugares para alimentar recuerdos, enredados en el pasado como una bola de estambre.
-Bueno, aquí nos separamos. ¡No espantes a nadie con tu fealdad por el camino!– Se despidió él intentado hacer gracia, a puertas de la estación. Alzó su mano, y se marchó con una sonrisa endemoniadamente esmaltada, dirigiéndose por las calles que se internaban en su tierra, Osaka.
Desde allí el viaje era del todo solitario, pero no me importaba en lo más mínimo. A veces lo prefería así. A veces nada más prefería estar en el más recóndito silencio. De todas maneras hace bastante también que el esplendor de un buen motor no me cautivaba, mucho menos cualquier cosa que llamara la atención en las calles transitadas del país.
Me recosté prácticamente sobre uno de los tantos asientos del tren, tan vacíos como acostumbraba. Me producía algo de gracia no cumplir con lo que el gato me había mandado, pues sin ningún esfuerzo ahuyentaba a la mitad de los pasajeros, casi puestos al borde del vagón por el simple hecho se observar mi rostro, escondido tras una tonta gorra que había cogido de camino a la pelea. La misma pelea que me había motivado en mi nueva aspiración.
-"Mirad…no le había reconocido, pero realmente me es muy familiar"– Soltó un tío acurrucado junto al resto, señalándome sin mucha confianza.
-"Yo no sé…pero podría jurar que lo vi en la televisión, o algo"– Agregó una anciana entre pocas. Por supuesto que tras medio año…o más, cualquier recuerdo del campeón se había desvanecido como el humo de una chimenea. Tuve que sonreír nuevamente, por el simple gusto de verlos callar al mas mínimo gesto que realizara. Pasado un buen trecho, sin complicarse ya me habían convertido en un simple fantasma. El trayecto era largo en demasía. Reposé contra el cristal de mi ventana, y cerré los ojos junto con un corto suspiro, dejando que una aparente oscuridad fuera mi único panorama. La noche estaba espléndida, y la luna se postraba orgullosa en lo alto.
-"No sé por dónde escuché que podíamos ser estrellas"- Medité sin causa-"Aún sigues allí, en las alturas… ¿No, Makunouchi?"
