"La historia oculta del ladrón"


Resumen: ¿Qué sucede si Hans Gruber hubiese tenido una hija? ¿Qué pasaría si esta hija queda encerrada con McClane en un ascensor? ¿Podrá la joven perdonar a McClane por el asesinato de su padre? *Regalo de navidad para Lorcanina y Mafer Potter*

Disclaimer: "Die Hard" no me pertenece. ¡Créanme!, si hubiese sido mío… Hans no hubiese muerto.


Bueno… este es mi regalo de navidad, un poco atrasado y además no terminado U.U, pero en proceso, para Lorcanina y Mafer Potter. Las quiero niñas!.


Capitulo 1: Encuentros inesperados.

Un hombre, de alrededor de unos cincuenta años, iba caminando hacia el ascensor de aquel hospital. Iba cojeando levemente, ya que hace unos pocos días había recibido un balazo en su pierna derecha, gajes del oficio de policía.

Entró al ascensor, su pálida piel contrastaba con su chaqueta de cuero negro. Iban a cerrarse las puertas cuando una voz llamó su atención.

-Espere, por favor…-Sus ojos verdes se fijaron en una joven que iba caminando rápidamente hacia el ascensor. Puso su mano entre las puertas para evitar que se cerrasen. La joven entró al ascensor y dio un gran suspiro.-Muchas gracias…

-De nada…-Contestó el hombre mientras oprimía el botón de primer piso. Pasó una mano por su cabeza, su cabello estaba creciendo. Se lo había cortado al cero hace unos meses.

Iban bajando por el piso cuatro, cuando el ascensor se detuvo bruscamente. Las luces de emergencia se activaron.

-¿Qué pasa?.-Habló la joven nerviosa. El hombre notó cierto acento alemán en las palabras de la joven.

-Tiene que ser una falla del ascensor…-Mientras decía esto oprimió el botón rojo que estaba en el tablero.-¿Aló?, ¿Hay alguien?.

-¿Qué sucede?.-Se escucho del por el pequeño parlante que había sobre el botón rojo.

-El ascensor se ha quedado detenido. Estamos atrapados en el cuarto piso.-El hombre sabía lo que le dirían a continuación.

-Enviaremos a nuestros técnicos a sacarlos. No se preocupen.-Una sonrisa sarcástica cruzo los labios del hombre. Lentamente se sentó en el suelo.

-Si quieres siéntate. Siempre que dicen eso, son alrededor de dos horas de espera.-Notó como la chica asentía y se sentaba con cuidado en el suelo, frente a él. Notó que la joven tenía su vientre un poco abultado. No lo había notado antes por el abrigo que la joven llevaba.-¿Cuántos meses tienes?.

-Tengo cinco…-Dijo mientras acariciaba su vientre. Observó al hombre delante de ella. En algún lugar lo había visto.

-Mi nombre es John, John McClane…-John vio como la cara de la joven palidecía notablemente.

-¿Mc… McClane?... ¿Usted fue el policía que hace dieciséis años detuvo a los asaltantes del edificio Nakatomi?...-Su tono de voz fue débil.

-Sí, fui yo.-No esperaba que alguien recordase ese suceso… había pasado mucho tiempo.-¿Cómo te llamas?...

-Amelia… Amelia Gruber…-McClane le miró sorprendido. Pensando, más bien deseando, que únicamente era una coincidencia de apellidos.-Soy hija de Hans Gruber, señor vaquero*…-La joven miraba con sus ojos pardos, iguales a los de su padre, a McClane.

-Pensé que Gruber no tenía familia…-Dijo McClane observando a la joven. El ambiente era muy tenso entre ellos.-En los archivos no había ninguna hija…

-Sólo me tenía a mí y yo a él…-McClane sintió como un nudo se le hacía en la garganta.-Cuando vi las noticias… yo estaba en un internado. Él pensó todo y… al parecer sabía que si no volvería a casa…

-¿Y tu madre?.-McClane comenzó a preguntar. No es que se preocupara mucho por la joven, apenas la conocía y solamente sabía que era hija de Gruber. Era más que nada la curiosidad de saber.

-Mamá murió cuando yo tenía cinco años. Papá me cuido… ¿Quieres saber la historia?.-Preguntó la joven mirando a John… siempre había intentado odiar al asesino de su padre… pero ahora que estaba frente a ella no sabía cómo reaccionar. No se veía que era un mal hombre…

-Sólo si tú deseas hablar.-Le contesto John. Saber sobre la vida de Hans Gruber, a estas alturas, tantos años después de su muerte era algo que nunca pensó que podría suceder.

-Sí… si quiero…-La joven tomó aire antes de comenzar su relato… iba a hacer un poco doloroso recordarlo, pero era mejor que pasar las horas que se demorasen en sacarlos en silencio.

TBC.