Disclaimer: Nop, no tengo ni el más mínimo derecho sobre "El viaje de
chihiro"....esos los tienen Miyasaki, Ghibli y Buenavista según del lado
del oceano donde estés =P
~*~
El calor del verano era aún mas fuerte que de costumbre. Chihiro ahora con 11 años caminaba por una de las calles vacías llevando las compras que su madre le había mandado hacer. Era obvio que la gente estubiera encerrada en sus casas, simplemente el calor a esta hora del día era insoportable, sin embargo Chihiro había aprendido a trabajar duro hace algún tiempo. Hacía un año ella y sus padres habían llegado a éste pueblo.
Al principio a la chica la idea no le había hecho mucha gracia la decisión, pero todo cambió cuando tuvo aquel extraordinario viaje a un lugar fantástico que había cambiado su vida.
"Qué será de ellos?...y de él?..." pensó Chihiro distraídamente.
No era la primera vez que pensaba en los habitantes que había conocido en el SPA de los dioses, de hecho desde que había dejado el lugar no había dejado de pensar en ellos casi ni por un momento durante un mes aproximadamente.
Algunos momentos incluso había llegado a cuestionarse si todo había sido verdad o no, pero era entonces cuando de una linda cajita de madera tallada con motivos de flores, podía sacar la prueba de todo: una delgada pero fuerte liga para el cabello que resplandecía maravillosamente ante la menos fuente de luz.
"¿Chihiro, puedes bajar a poner la mesa porfavor?"
"Sí, en un momento bajo."
Era hora de dejar nuevamente los recuerdos y seguir con la vida diaria. Alguna vez, poco después del incidente de la visita al SPA, Chihiro había preguntado a sus padres si recordaban algo extraño de ese día, pero siempre había recibido como respuestas miradas extrañadas y preocupadas, así que decidió dejar de preguntar. Tal vez si insistía crerían que estaba loca y lo que menos quería Chihiro era terminar siendo examinada por algún especialista que insistiría en que sus memorias eran resultado de la imaginación o bien de alguna alucinación causada por días tan calurosos como aquel.
Mas tarde, después de terminada la cena, Chihiro se encontraba en su habitación preparándose para dormir así que colocó el incienso anti- mosquitos cerca de la ventana para dejarla abierta y dió un último vistazo a la calle que daba frente a su hogar.
Todo estaba tranquilo salvo por una cosa. Una figura caminaba a lo lejos con un extraño brillo plateado a su alrededor. Alguna otra persona supersticiosa hubiera creído que se trataba de un fantasma, pero no Chihiro, después de todo ella había visto seres mucho más extraños en aquel lugar.
De repente, el corazón de Chihiro le dió un vuelco en el pecho. Aquella sombra le había parecido por unos instantes familiar. No podía creerlo. No pudiendo controlar su emoción, Chihiro se encontraba ya en la calle. No se había detenido a pensar como había bajado las escaleras, ni si había hecho ruido o no para evitar despertar a sus padres, simplemente había casi literalmente "volado" hasta la calle, pero entonces ya no había nada.
Desilusionada regresó a casa lentamente. Sus padres no se habían dado cuenta de lo sucedido sorprendentemente. A veces Chihiro sentía que muchas veces había algo que los distanciaba, no era precisamente falta de comunicación, sino que simplemente se encontraban como en dos mundos diferentes.
Sobre su cama, Chihiro admiraba el techo como si éste fuera sumamente interesante, mas realmente su mente estaba en otro lado. Finalmente el sueño la venció y durmió profundamente pensando en Lin, Zeniba ( o "abuelita" como había gustado llamarle), sin cara, Kamaji y Haku...sobre todo Haku...."
~*~
"Aún nos recuerdas, no sabes cuánto me alegra eso. Espera un poco más, tan sólo espera."
~*~
El calor del verano era aún mas fuerte que de costumbre. Chihiro ahora con 11 años caminaba por una de las calles vacías llevando las compras que su madre le había mandado hacer. Era obvio que la gente estubiera encerrada en sus casas, simplemente el calor a esta hora del día era insoportable, sin embargo Chihiro había aprendido a trabajar duro hace algún tiempo. Hacía un año ella y sus padres habían llegado a éste pueblo.
Al principio a la chica la idea no le había hecho mucha gracia la decisión, pero todo cambió cuando tuvo aquel extraordinario viaje a un lugar fantástico que había cambiado su vida.
"Qué será de ellos?...y de él?..." pensó Chihiro distraídamente.
No era la primera vez que pensaba en los habitantes que había conocido en el SPA de los dioses, de hecho desde que había dejado el lugar no había dejado de pensar en ellos casi ni por un momento durante un mes aproximadamente.
Algunos momentos incluso había llegado a cuestionarse si todo había sido verdad o no, pero era entonces cuando de una linda cajita de madera tallada con motivos de flores, podía sacar la prueba de todo: una delgada pero fuerte liga para el cabello que resplandecía maravillosamente ante la menos fuente de luz.
"¿Chihiro, puedes bajar a poner la mesa porfavor?"
"Sí, en un momento bajo."
Era hora de dejar nuevamente los recuerdos y seguir con la vida diaria. Alguna vez, poco después del incidente de la visita al SPA, Chihiro había preguntado a sus padres si recordaban algo extraño de ese día, pero siempre había recibido como respuestas miradas extrañadas y preocupadas, así que decidió dejar de preguntar. Tal vez si insistía crerían que estaba loca y lo que menos quería Chihiro era terminar siendo examinada por algún especialista que insistiría en que sus memorias eran resultado de la imaginación o bien de alguna alucinación causada por días tan calurosos como aquel.
Mas tarde, después de terminada la cena, Chihiro se encontraba en su habitación preparándose para dormir así que colocó el incienso anti- mosquitos cerca de la ventana para dejarla abierta y dió un último vistazo a la calle que daba frente a su hogar.
Todo estaba tranquilo salvo por una cosa. Una figura caminaba a lo lejos con un extraño brillo plateado a su alrededor. Alguna otra persona supersticiosa hubiera creído que se trataba de un fantasma, pero no Chihiro, después de todo ella había visto seres mucho más extraños en aquel lugar.
De repente, el corazón de Chihiro le dió un vuelco en el pecho. Aquella sombra le había parecido por unos instantes familiar. No podía creerlo. No pudiendo controlar su emoción, Chihiro se encontraba ya en la calle. No se había detenido a pensar como había bajado las escaleras, ni si había hecho ruido o no para evitar despertar a sus padres, simplemente había casi literalmente "volado" hasta la calle, pero entonces ya no había nada.
Desilusionada regresó a casa lentamente. Sus padres no se habían dado cuenta de lo sucedido sorprendentemente. A veces Chihiro sentía que muchas veces había algo que los distanciaba, no era precisamente falta de comunicación, sino que simplemente se encontraban como en dos mundos diferentes.
Sobre su cama, Chihiro admiraba el techo como si éste fuera sumamente interesante, mas realmente su mente estaba en otro lado. Finalmente el sueño la venció y durmió profundamente pensando en Lin, Zeniba ( o "abuelita" como había gustado llamarle), sin cara, Kamaji y Haku...sobre todo Haku...."
~*~
"Aún nos recuerdas, no sabes cuánto me alegra eso. Espera un poco más, tan sólo espera."
