Hetalia no me pertenece.
Antonio/Chiara.
Antonio sonríe con tranquilidad con una taza de chocolate caliente en una de sus manos. Chiara está frente a él fingiendo indiferencia. No le importa, pues el leve sonrojo en las mejillas de la chica la delata.
Es el desayuno, es un día como cualquier otro y a la vez no. Hace más de cuatro años que ambos se acompañan en la mañana, pero ese día es especial. Antonio ríe y Chiara frunce el ceño.
— ¿Ya te dije que hoy te ves muy linda? —susurra deslizando sus dedos sobre la mano femenina.
—Déjame desayunar en paz, bastardo —contesta sin rehuir del contacto.
Antonio suspira cautivado por la inocencia de la joven. Está avergonzada y lo sabe.
—Tomaré eso como un no —exclama con un toque de picardía en su expresión. Se coloca rápidamente a un lado de Chiara, pasando su brazo sobre los hombros de la chica—. Hoy se ve increíblemente hermosa… señora Carriedo —besa la mejilla que va adquiriendo un color aún más rojizo.
Chiara baja la vista y pega su cuerpo contra el de Antonio. Ambos se quedan abrazados oyendo el tic-tac del reloj.
Antonio se siente el hombre más afortunado del mundo.
Chiara no hace más que sonrojarse incómoda y feliz.
Es nueva la situación, pero saben que tienen el resto de sus vidas para acostumbrarse.
Cosita~ c:
