Pasión
Por mayraexitosa
Capitulo 1
Soldados
Apenas y tenía trece años, pero teníamos todas nuestras ilusiones en todo, fantaseábamos, cada que veía un general visitar a mi padre, todo era seriedad y solemnidad, llegaba el General Anderson a visitar a mi Padre el Sargento Coronel Cedric White. Mi hermano tan joven ya era un soldado de aviación, el vecino Albert se veía increíble vestido de piloto, ellos serían los primeros en irse de todo el vecindario.
Desde entonces mi Padre, mi hermano y mi vecino dejaron de volver, la guerra era lo más triste que se escuchaba, mi madre lloraba todas las noches rezando constantemente, pasaba tres años ahora contaba con dieciséis cuando vi llegar a mi hermano, mi madre quería hacer fiesta, Albert el vecino también volvió, se veía tan alto y tan atractivo en ese uniforme caqui sus ojos azules, nunca olvidare, cuando salió corriendo su madre y su hermano abrazándolo, tal como mi madre y yo lo hacíamos, mi padre no había vuelto pero algo paso ese día.
Mientras su madre lo abrazaba, el sonriente la giraba en sus brazos, lo vi a los ojos y me vio era mágico, fue una mirada que me hizo sentir que todo mi ser se volaba en nubes flotantes, tuve que volver a la realidad cuando mi hermano me alzó en vuelo después de haber abrazado a mi madre dijo
-Candy que ya eres enfermera, mi pequeña es una enfermera.
-Si, me gradué hace dos meses apenas Richard.
Volví a verlo y el sonreía al parecer había escuchado, pero su madre lo guio a su hogar y nosotras hicimos lo mismo con mi hermano.
En la casa del vecino, Anthony feliz dijo
-Ahora ya estoy enlistado Albert seré soldado en la zona terrestre, Alister también se va a él lo eligieron como piloto naval, Albert con una sutil sonrisa le preguntó
- ¿Papá no ha regresado?
-No. El y el Coronel White no han vuelto. El padre de ellos William Andrew era Comandante de las fuerza especiales, al igual se habían vuelto muy importantes para el gobierno federal que todos por el vecindario los amaban por ser los héroes de USA.
Pero no todo era miel sobre hojuelas, Candy salió se topo con Archie quien lucía cómodo, el no había sido obligado, no acepto ir como soldado acompañaba a Candy al hospital en su turno de enfermera, lo consideraban un traidor a la patria, un hippie por no honrar a su país. Albert por su ventana vio como acompañaba a Candy, sintió furia repentina. En seguida entro Anthony a su habitación.
-Albert mañana salgo, pasan por mí a las 0600, sé que acabas de llegar pero ahora soy quien se despide.
-Si, nos veremos a tu regreso Anthony, no dejes de escribir, sabes bien que te contestare todo lo que me escribas.
-Lo sé Albert, aquí todo el vecindario está orgulloso de pertenecer a los USA honran a cada uno de sus hombres.
-También Archie, se acaba de ir con la señorita White.
-Ese es un hippie, pero su hermano va como piloto naval, el no quiso ir como su hermano y su padre ya son soldados, el se queda a cuidar de su madre.
- ¿A la vecina le gustan los hippies?
- Estás loco, su padre y su hermano son soldados, ella está enamorada de un soldado, todos la han querido hacer su novia, pero nadie le llega al que conquistó su corazón.
Esa noche Albert no dejaba de recordarla, cuando llegó su mirada y la de él, realmente se hizo mujer, ¿Quién será el soldado del que se enamoro? Maldito suertudo, pensaba Albert.
Candy estaba vestida de enfermera su falda era corta, sus piernas torneadas, sus medias y ese liguero que sostenía la hacía ver realmente espectacular y tentadora, el vestido se abría en sus bustos mostrando unos bustos tentadores y redondos donde las puntas de sus senos se transparentaban, estas estaban erizadas y endurecidas, sentada en una camilla de un paciente ausente llegaba Archie, quien traía una banda en la cabeza color naranja sus pantalones acampanados con cuadritos, la camisa suelta semi abierta, un collar con un hilo grueso café y un circulo en el mostrando un símbolo de amor y paz.
Se acercaba a Candy, ella le rompía la camisa, dejándolo expuesto ante ella y el la incitaba diciéndole que fuera natural, que se quitara la ropa, que se quitara el esclavismo, las reglas y la sociedad, ella respiraba agitadamente, caminaba contoneándose las caderas, abriéndose el vestido bajando la cremallera que apenas y podía guardar esos bustos, ante su magistral vestido blanco y diminuto.
Archie se encendía y le indicaba con ambas manos ¡viva el amor! ¡Viva el sexo libre! ¡Viva la paz! Ella se acercaba a él le dijo "soy tuya", "hazme el amor", "tu no me dejaras como esos estúpidos soldados que se van y dejan a las mujeres solas, ven hazme tuya Archie, ¡Archie!
Candy se abría todo el vestido dejándolo caer quedando en un sostén blanco casi transparente de encaje, la ropa blanca que la cubría la hacía parecer un ángel, el liguero le sostenía las medias, mismas que Archie la incitaba a que se desnudará, quitando lentamente cada una de las ligas mientras él con ambas manos levantaba dos dedos diciendo "amor y paz", "amor y paz", "sexo libre", "al natural gatita", "al natural mi gatita"
Ella le ronroneaba, subiendo en la camilla ya sin medias acercándose a él para abrir el pantalón que con solo quitar un listón se abría, cayendo por sus escuálidas piernas delgadas, dejándolo en un bóxer blanco con corazones rojos, en sus pies portaba unas sandalias con hilos que de inmediato aventó de lado para subir a la camilla donde ella todavía seguía ronroneándole, mientras él, le quitaba su sostén y su prenda interior diciendo "al natural mi gatita" "al natural mi gatita".
Cuando por fin las prendas caían, el se quitaba su bóxer de corazoncitos, doblándole sus piernas, para decirle "serás mía, solo mía" jamás te abandonaré, los tontos que se van te dejaron conmigo, agitando sus respiraciones, la poseía, una y otra vez, ella no dejaba de ronronear. Albert desesperado cayo de la cama, aventó al gato que estaba en su cabeza, dijo
-"Malditos hippies" "maldito gato" mil veces maldito Archie que te quedaste con mi chica.
Ya en el suelo después de tener una pesadilla horrible, no pudo seguir dormido. Salió a caminar, su hermano menor se iría al infierno en el que estaban todos aquellos que enlistados para proteger a su país, algunos perdían la vida, otros ya no regresaban y el maldiciendo a los que se quedaron, de solo recordar la pesadilla que había tenido. Camino hasta llegar al parque era muy temprano, aun estaba obscuro, caminaba en pantalón de mezclilla camiseta blanca y unos tenis blancos, sin suéter, estaba tan ardiente de su cuerpo que el fresco lo tranquilizaba, al llegar al lago que estaba cercano a su hogar, se tallaba los ojos, no lo podía creer ella estaba ahí de pie, viendo al horizonte su espalda con un vestido blanco de bolitas rojas, haciendo recordar su pesadilla, su silueta delgada y hermosa sus zapatillas altas con sus brazos cruzados, Albert se acercó.
-Señorita White que hace tan temprano aquí. Ella se sorprendió al escucharlo, volteo tallando sus ojos, para Albert no pasó desapercibido que ella lloraba, mientras trataba de hablar hizo un suspiro respondió
-Vine a ver el amanecer, tal vez a esta hora mi padre este viendo el atardecer, mientras aquí amanece.
-Son quince horas menos de diferencia con Vietnam, pero tal vez su padre no esté allá y usted tenga razón, el este viendo el atardecer. Albert noto que ella tenía frío, y no se trajo suéter agregó - Esta fresco, me deja que la abrace señorita White. Ella sonrió, se acercó a él y este le paso el brazo por la espalda.
Estaba fría y el muy cálido ambos sin poder dormir, ambos viendo el lago abrazados, el sentía el cuerpo de ella amoldado a su lado, el silencio invadía todo pero no sus pensamientos, notaba que ella se estremecía del frío y el la ajustaba tratando de cubrirla con su abrazo, como se fue a salir sin suéter, mientras ella sonreía suavemente. Dijo
-Mi hermano llegó ayer, pero ahora se va su hermano Albert, este al escuchar que ella le dijo su nombre sonrió, se sabía el nombre de él y el claro que sabía el de ella por su hermano, ambos estaban como pilotos dijo
-Si mi hermano sale en una hora, no sabe el infierno que es estar en guerra, ver caer personas que te atacan por una guerra que no nos hace ser mejores, sino que nos baja a un nivel destructivo que deseamos olvidar al llegar a casa.
-Que no lo escuchen decir eso, le podrían decir que es un hippie, que prefiere el amor y la paz. Haciendo que Albert sonriera por lo que lo había despertado, ella agregó recuerde realmente nos están protegiendo alguien inició esta guerra y no fuimos nosotros, ahora no nos queda más que defender nuestra nación.
-Me siento más tranquilo de escucharla, al parecer no le molesta que su padre y su hermano estén en la guerra.
-No, pero siento a mi madre que llora, reza y pide a Dios con tal ímpetu por aquellos que se van, me preocupan mis amigos, se han enlistado y ellos son jóvenes, muchas mujeres se quedan esperándolos, con una agonía que no es muy tranquila, con la esperanza de volver a verlos.
-Mi madre se angustia mucho por mi hermano y por mí, pero mi padre está ahora allá y créame, me preocupa más el, de lo que le puedo decir.
-Elisa ama a Anthony desde niña, el no lo sabe pero ella no puede dormir, no ha dejado de llamarme para preguntar a qué horas se va.
- ¿Elisa?
-Si una compañera de estudios de Anthony y mía, pero él no lo sabe.
-Debería decírselo, cuando estamos allá la soledad es una compañera muy traicionera, una carta, es a veces la mejor amiga que puedes tener.
- ¿De verdad Albert? le escribí mucho a mi hermano, pero no siempre podía contestarme.
-Si pero es su hermano, si me escribiera a mí sería diferente, no sería mi hermana quien me escribe, ahora piense en Anthony recibiendo una carta de Elisa, sería algo que él no espera, que le daría esperanza de volver a verla, de cuidarse para regresar, un motivo importante por quien volver.
- ¿Que no es importante su madre?
-Mucho, pero créame no la sueña ni la anhela como a alguien que te ama y te espera.
- ¡Albert! Usted recibía cartas de su novia
-No. Pero mi hermano y mi madre me escriben todo el tiempo, al descansar me daba la oportunidad de escribirles y decirles que todo estaba bien, que seguía con vida. Cuando regreso no ha mucho de qué hablar de lo que viví allá, sino de que fue lo que extrañe aquí.
Candy sonrió, el no recibía cartas de una novia, el recibía cartas de su hermano y su madre, ambos se regresaron para despedir a Anthony, Candy le dijo
-Anthony, Elisa desea escribir te cartas me pidió tu dirección. Albert sonreía porque sabía que lo hacía para su amiga. Pero lo que escuchó de Anthony le sorprendió
-Por supuesto Candy dile que me escriba, ¿me escribirás tu? para decirme quien es ese príncipe azul, que es soldado y se robo tu corazón.
- ¡Anthony! Candy se puso ruborizada, por lo que dijo frente a todos, los que despedían a los soldados. Su hermano Richard la vio dijo
- ¿Candy estas enamorada de un soldado?, ¿quién es?
- ¡Richard! Haciendo que el rubor se le subiera con mayor intensidad, salió corriendo y se fue a su casa dejando a todos sorprendidos, pues ella estaba enamorada de un soldado que era su príncipe azul y que nadie sabía quién era.
El camión militar se fue llevándose esta ocasión a Anthony, quien dejo en evidencia a Candy por no saber quién era su enamorado, mientras Albert ahora sabía que su vecina estaba enamorada de un soldado al que consideraba un príncipe.
Richard salía con Albert a tomar una copa ambos angustiados por sus padres, que debían venir y que no lo habían hecho, estos conversaban,
-Albert tu padre no le escribió a tu madre, no ha dicho nada algún comentario algo que digan donde están ahora.
-Richard solo sé que están allá pero no exactamente donde, el caso es que hace un mes debieron volver, se supone que no están juntos es coincidencia que ambos no estén ahora aquí. Ambos se retiraban, para regresar a casa y por el camino dijo Richard,
-Albert si te escribe Anthony dile que me diga quién es ese soldado enamorado de mi hermana, no me quiso decir nada.
-Por supuesto le preguntaré, pero recuerda dijo que no sabía quién era, deberías ganarte su confianza y que te diga quién es es uno de los nuestros me supongo, al menos no es un hippie, haciendo reír a ambos. Albert recordaba su pesadilla y respiraba para no delatarse.
