Se movía una y otra vez de la gran cama su frente sudaba y sus mejillas estaban rojas temblaba y sollozaba incontrolablemente.

-Inuyasha mi amor despierta- moviéndolo un poco para hacerlo reaccionar, nuevamente era ese sueño pobre de su inuyasha vivía atormentado desde aquella terrible tragedia perturbado todas las noches, el hombre a su lado abrió los ojos y se apoyo con sus brazos sentándose en la cama –Es otra vez ese sueño verdad- llevando su mano a la frente de su amado y haciendo que este la viese con su mirada dorada apagada su gesto era tenso y sus labios estaban apretados.

-Es como vivir atrapado en el pasado recordando todo como si hubiese sido ayer- volvió su vista a las sabanas azules que lo cubrían y trago saliva dolorosamente hoy se cumplían 8 años desde el incidente que le arranco a la persona que más había amado en toda su vida.

-Será mejor que vuelvas a dormir… mañana le llevaremos flores- sonriéndole e intentando calmarlo, se volvió a recostar en la cama y ella lo abrazo, la calidez de su cuerpo le hizo olvidar el sueño y recobrar la calma dio un gran suspiro y cerro sus ojos volviendo a conciliar el sueño que le fue perturbado como todas las noches hacia ya 8 años.

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Las finas hojas caían de los árboles y había un peculiar aire fresco esa mañana era extraño en una zona tan calurosa. Ambos caminaban hacia la puerta de cristal que se abría y se cerraba rápidamente, era un día de visitas y el hospital estaba agitado tomo la larga y metálica manija y la jalo abriendo la puerta… ir a ese lugar le producía melancolía tristeza sintió como ella se aferraba mas a su mano intentando apoyarle en aquella situación se dirigió al pequeño modulo donde una enfermera atendía el teléfono.

-preferiría entrar solo ¿podrías esperarme aquí?-la joven a su lado acento con la cabeza y soltó su mano para acomodarse en uno de los fríos asientos a su lado, sintió una opresión en el pecho mientras se acercaba lentamente hasta el modulo con un ramo de flores blancas en la mano..-Disculpe…- La enfermera que estaba muy ocupada dándole la espalda y teniendo una conversación por teléfono que no era estrictamente de trabajo lo ignoro por completo arrugo la frente y con voz ronca y mucho mas fuerte.

-Vengo haber a la señorita higurashi-Su voz no paso inadvertida la enfermera rápidamente colgó el teléfono y una sonrisa forzada se dibujo en su rostro mientras acercaba la silla hasta las carpetas que tenia a un lado.

-Permítame un momento señor y no hace falta que grite-tomando las carpetas y revisándolas una por una.

-Si cumpliera mejor su trabajo no haría falta que yo gritara- Estaba molesto solo quería verla y esa mujer hacia mucho mas difícil que esto sucediera apretó el ramo de flores conteniéndose, si hacia un escándalo seguro lo echarían y tendría que esperar hasta el próximo domingo para visitarla y eso ya no era posible había esperado 8 largos años y se arrepentía de no haber ido antes.

-Higurashi aquí esta, es la paciente en coma verdad, pobre nadie la visita desde hace muchos meses la ultima persona que vino fue una mujer muy guapa- revisando el expediente detenidamente volvió su vista hacia el joven que se notaba turbado y molesto…-Tomé el ascensor es el 2 piso vuelta a la derecha habitación 120-A.

Dio media vuelta y se dirigió al ascensor oprimiendo el botón, sentía un nudo en la garganta no era culpa de la enfermera solo decía la verdad después del accidente no tuvo el valor de volver haberla si no hasta ese preciso momento había sido un tonto, pero aun recordaba la platica con el doctor.

-Lo siento mucho no hay nada que hacer- la mirada estaba fija en el joven que tenia la boca entre abierta una venda en la cabeza y los ojos muy abiertos.

-a que se refiere acaso ella esta…MUERTA- aquello ultimo hizo que la saliva le pasara como cuchillas por la garganta… el corazón le latía rápido el aire le faltaba acaso.. Había muerto no eso no podía ser jamás, se llevo ambas manos a la cabeza sintió unas punzadas por el golpe que había recibido pero no eran mas fuertes que los latidos de su corazón que poco a poco se apagaban.

-No esta muerta pero esta en coma- viendo detenidamente al joven que pareció relajar su gesto con aquello –No quiero que se haga falsas ilusiones su esposa esta en coma y… no creo que despierte

El ascensor se abrió interrumpiendo sus pensamientos salio de el y con pasos firmes y rígidos camino por el largo pasillo…Paro en la puerta de metal y la vio detenidamente tomo aire y al mismo tiempo la abrió, hay estaba recostada en la cama cubierta con sabanas blancas y el respirador, cerro la puerta y camino hasta su cama sentándose a un lado de la joven dejo las flores en un viejo jarrón que contenía unas rosas las miro extrañado que acaso no había dicho la enfermera que nadie la había visitado…volvió nuevamente la vista hacia la joven se veía como una princesa con su cabello negro desparramado por la blanca almohada su piel blanca como porcelana, sus ojos cerrados y sus labios cubiertos por el respirador que le permitía seguir viviendo artificialmente.

-Kagome…mi amada kagome- dijo casi sollozando recordando el por que no la había visitado en todo ese tiempo no soportaba el hecho de ver sus ojos cerrados esos ojos con esa luz que ella transmitía y los cuales jamás se volverían a abrir llevo una mano hasta su frente y la acaricio como deseo jamás haberse descuidado de no ser por su descuido ella estaría aun con el y todo seria diferente, kikyo había sido un consuelo para el pero no sabia si haberse casado con ella fue lo mas correcto.

-Que extraño que estés aquí inuyasha- mirando al joven impresionada era extraño que el fuese a visitar a la que era su "esposa" si desde el accidente jamás volvió haberla se acerco y deposito unas rosas rojas al lado de las flores blancas.

-Sango…-Dijo tranquilamente mientras veía que la joven de pelo negro sujetado con una coleta que se sentaba frente a el.

-Hola ya hacia mucho tiempo- sonriéndole francamente sentía un poco de reproche hacia el mas no lo culpaba, debía ser difícil ver a la persona amada así y aunque no la hubiese invitado a su boda con la tal kikyo tampoco se molestaba por esto, tenia derecho a rehacer su vida ya que su amiga su casi hermana jamás despertaría fijando la vista en ella.

-Intente venir antes pero no podía sango no espero que me comprendas- acariciando a la que una vez fue su esposa.

-No te culpo debió ser duro, perderla cuando comenzaban una vida juntos- Sintió compasión no se imaginaba perder a su recién esposo miroku, lo que le había pasado a inuyasha y a kagome había sido realmente duro el mismo día de su boda haber sufrido tan trágico accidente.

-No sabes cuanto- se sentía vulnerable estaba exponiendo sus sentimientos y no solía ser abierto con nadie pero estar en esa habitación le hacia sentirse tan nostálgico la platica fue interrumpida por un hombre de ojos azules con una bata blanca que entraba a la habitación.

-Hola doctor kouga como a estado- sango se levanto y saludo cordialmente al apuesto doctor que le correspondió con una gran sonrisa y cambio a un gesto rígido al ver a ese hombre que acariciaba a kagome tiernamente.

-Muy bien señorita sango, pero me temo que les traigo malas noticias- mirando fijamente al sujeto que lo enfrento con su mirada dorada clavada en el, sintió una punzada de desagrado hacia el.

-Que mala noticia- levantándose y acercándose hacia el susodicho doctor y mirándolo con fastidio.

-Debo informarles…-Su gesto era mucho mas tenso trago saliva que apenas y le paso decir aquellas cosas siempre era difícil mucho mas cuando tomaba cariño hacia los pacientes –Como sabrán ya han pasado 8 años y el estado de la paciente no a mejorado, el hospital sugiere en estos casos que se… desconecte a la paciente.

Aquello les cayo como un cubetazo de agua fría sango se llevo una mano a la frente y se acerco al sillón dejándose caer soltando lagrimas al instante no ella no permitiría que la desconectaran tal vez… despertaría si algún día despertaría abriría sus ojos… los sollozos empezaron a invadir la habitación que ya bastante tensa estaba.

-Usted viene… y me dice esto- acercándose y tomándolo de su bata blanca que apretó entre sus dedos su voz era ronca -Lárguese nadie la va a desconectar entiende ¡lárguese!-

Lo soltó y apretó los puños quería darle una paliza por lo sugerido, casi salio corriendo de la habitación muerto de miedo, la joven se levanto del sillón precipitadamente por el susto que le había dado el comportamiento de inuyasha jamás lo había visto tan molesto.

-Nadie la va a tocar- Jamás permitiría que se la arrancaran de su lado tal vez no estuvo con ella por mucho tiempo pero el solo hecho de saber que aun respiraba le daba fuerzas para seguir y no soportaría tenerla 3 metros bajo tierra jamás… Permitiría que la desconectaran jamás…

-------Días después------

-Pero deberías considerarlo- mientras sorbía la copa de vino y lo miraba fijamente con su gesto sin expresión.

-No lo creo kikyo- Fijando la vista en el techo color azul y sosteniendo la copa de vino, la mujer que estaba a un lado suyo se apoyo en su hombro.

-Considérate en su situación que te gustaría que hicieran si estuvieras tu así inuyasha, vivir artificialmente eso no es vivir debes dejarla ir y cerrar ese capitulo de tu vida- Fijando la vista en la mesilla de vidrio que tenia al frente adornada por un jarrón negro con flores rosas, suspiro no era posible que después de 2 años de casados el siguiera anhelando que ella despertara, se sentía egoísta por sugerirle aquello pero era lo mejor para su matrimonio vivía con miedo de que algún día despertara y entonces que pasaría con ella.

-Tienes razón- se separo un poco y la miro fijamente sus ojos inexpresivos estaban mas abiertos mas que nunca y una sonrisa de sagdisfaccion se dibujo en su rostro esa mujer que tenia enfrente era ahora su esposa su nueva vida y debía concluir lo de kagome, dejarla ir era lo correcto aunque le resultase difícil mañana en la mañana iría y hablaría con ese doctor al que casi golpea y claro pediría disculpas por su actitud tan violenta.

-Es lo mejor- Sonriendo aun mas por la respuesta de su esposo, por fin podría dormir tranquilamente por las noches sin miedo a que un día ella despertara y le arrancara al hombre que mas había amado en su vida dejo la copa de vino en la mesilla y se acerco a el dándole un tierno beso en la mejilla que el correspondió con uno en los labios.

------Al siguiente día-----

-No lose kikyo tal vez no fue buena idea- llevándose una mano a la frente y tomando la mano de kikyo con la otra no sabia si realmente quería desconectarla y perderla para siempre, miro a kikyo que lo observaba fijamente cuando la veía sentía que era capas de todo y que a su lado seria muy feliz tal vez mucho mas que con kagome pero la ¿amaría mucho mas? kikyo era perfecta comprensible refinada tierna y de una belleza impresionante pero jamás… nunca tendría la mirada de su kagome la cual jamas volvería a ver.

-Solo tu puedes decidir eso inuyasha- Tenia que soportar la indecisión de su marido y mostrarse siempre de acuerdo con la decisión que tomara aun si rectificara y decidiera mantenerla viva.

-Es lo mejor…

-¿El señor inuyasha se encuentra?-Dijo la enfermera que sostenía un fólder y miraba a su alrededor en busca de respuesta.

-Soy yo- dijo con voz ronca y fuerte, soltó a kikyo y se levanto del asiento y con pasos firmes se dirigió hacia la enfermera que lo invito a pasar al consultorio y tomar asiento.

-Señor inuyasha que sorpresa tenerlo por aquí- con una sonrisa irónica que no era peculiar en el al menos no cuando se trataba de los pacientes o sus familiares pero aquel sujeto le causaba un poco de fastidio mucho mas por su comportamiento tan salvaje y poco educado, su aspecto tampoco daba buena impresión su pelo largo y negro su piel bronceada y sus ojos dorados que parecían gatunos.

-Antes que diga algo quiero…O..frecer… D-is-cul-pas- las palabras se le atoraban como odiaba ofrecer disculpas y mas a alguien tan molesto como el doctor kouga va doctor… más bien parecía un lobo al asecho.

-A no se preocupe pero hablemos de lo importante considero lo de desconectar ¿a su esposa?-mirándolo fijamente.

-Ex esposa me e vuelto a casar- Dijo calmadamente y dándole su lugar a kikyo.

-Bueno yo diría que es su esposa sigue viva y aunque la ley permita casarse nuevamente sigue siendo su esposa, pero ese no es el caso si usted ya tomo una decisión debe llenar esta forma y al día siguiente se realizara la petición- acercándole la forma color azul, que inuyasha tomo entre sus manos y miro con detenimiento tratando de asimilar y tomar la mejor decisión.

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-¿que paso inuyasha?- mirando al hombre que se acercaba con pasos lentos y la mirada caída.

-Lo hice, mañana la desconectaran- tragando saliva dolorosamente y sintiendo que un nudo se hacia en su garganta, era lo mejor pero no pudo evitarse sentir culpable y miserable, sintió los brazos femeninos que lo abrazaban fuertemente y el hizo lo mismo.

-Fue la mejor decisión que pudiste haber tomado- sonriendo por fin acabarían sus preocupaciones seria feliz con inuyasha sin el recuerdo de kagome atormentándole siempre.

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-Amiga te traje flores otra vez- poniendo las flores amarillas a un lado de las otras y sentándose a un lado de ella –kagome te extraño, perdón por no venir antes pero me case ya te había contando y me fui de luna de miel varios meses –Unas lagrimas empezaron a brotar de sus ojos le dolía verla así tan inmóvil tan sin vida y aferrada a la idea de que despertaría.

-Señorita sango vino a despedirse – Entrando a la habitación con el típico uniforme blanco y pulcro que usa toda enfermera.

-¿A despedirme?-Su vista se fijo en la mujer que tenía enfrente a que se refería con eso.

-Acaso no sabe su esposo decidió desconectarla, bueno disculpe haberla interrumpido- Saliendo rápidamente de la habitación con la extraña sensación que había cometido un gran error el haberle dicho a sango eso.

-Kagome… tienes que despertar- Empezó a sollozar sabia que ese día llegaría pero no pensó que tan rápido inuyasha… el tenia la culpa de todo eso apretó fuertemente su mano contra las sabanas blancas deseando con todo su corazón que despertara de aquel sueño que parecía eterno y el cual le costaría la vida.

-Sango mi amor será mejor que nos vallamos venir siempre aquí te pone muy triste y odio verte a si- acercándose a su esposa y apoyando sus manos en sus hombros.

-La van a desconectar miroku- levantándose y abrazándolo fuertemente.

-Sabias que pasaría, es lo mejor ella estará mejor- abrazándola fuertemente como le dolía ver a su sango tan triste-vamonos sango-.

-Si- Se acerco a la cama y le dio un beso en la frente y dio media vuelta sin voltear era lo mejor alejarse ella estaría en un mejor lugar y no en una cama con aparatos de los cuales dependía para seguir viviendo.

Eran las 3 de la mañana y a las 8 del siguiente día la desconectarían para dar fin con su vida artificial no había ni un alma por el hospital solo algunas enfermeras que tenían el turno de la noche los pasillos estaban oscuros y las habitación igual todo estaba en completo silencio, sus pupilas se movían rápidamente y entonces sus ojos cafés se abrieron lo primero que vio fue el techo blanco que sostenía un abanico empezó a sentir que se ahogaba la garganta le ardía y no podía tragar saliva movió sus dedos lentamente y sintió una punzada en la muñeca que tenia incrustada la aguja por la que pasaban los nutrientes, esa sensación de ahogo era cada vez mas fuerte para su suerte una enfermera entro a la habitación en ese instante y corrió hasta ella tratando de tranquilizarla y gritando a las demás.

CONTINUARA