Rose daba vueltas a su pluma entre los dedos, pensando en la equivocación que había cometido al aceptar ir a Hogsmeade con Tony el 14 de Febrero, cuando las bisagras de la silenciosa biblioteca hicieron su particular sonido, del que estaba acostumbrada apenas necesito levantar la vista para confirmar que se trataba de Scorpius Malfoy, pocas personas elegían pasar las tardes en la biblioteca como ella cuando no había exámenes.
Observo con cierto descaro como Malfoy se dirigía a la mesa que siempre ocupaba en el rincón más tranquilo (y alejado) de la biblioteca y en poco tiempo se perdió entre las estanterías, a Rose siempre le sorprendió la dedicación de ese chico, cuando lo vio la primera vez, hacía cinco años, se imagino de todo sobre él, gracias a las ideas preconcebidas que le trasmitió su familia, pero lo que nunca imagino… es que fuera tan inteligente como distante.
Siempre imagino a ese Slytherin como un poco matón, por esas ideas transmitidas desde niña, pero en todos los años del colegio, no había oído nada malo de él, muchos lo atacaban y se burlaban de él, bien porque su familia defendía los ideales arcaicos y aberrantes de la pureza de la sangre (aunque nunca escucho a Malfoy pronunciarse al respeto) o porque la misma familia Malfoy traiciono al Innombrable, tanto lo de un bando como los del otro le renegaban, pero él ni se inmutaba de estos comentarios (y ataques) no respondía absolutamente a ninguna amenaza, solo se defendía de ataques mágicos y se marchaba de las confortaciones en silencio, mucha gente le llamaba cobarde (o estúpido) pero a Rose le parecía digno y elegante, como si nadie mereciera su atención...
Rose dejo de analizar al extraño compañero que tenia de siempre, nunca había hablado con él, solo había oído su voz en las clases para contestar a sus profesores y esas cosas no pasaban a menudo cosa que confirmaba lo que Albus sospechaba sobre él, que se trataba de un chico autista, por esa razón era tan distante, pero que Rose no lo pensaba así.
Y en silencio volvió a maldecir a su primo, interiormente pensaba que el tenia la culpa de lo que estaba pasando con Tony, Anthony Duhamel, como verdaderamente se llamaba, era un chico que estaba en su año y también era de Gryffindor, cuando ella y su primo Albus Potter habían sido seleccionados por el Sombrero Seleccionador para ir a la casa de los leones, se sentaron cerca de Tony, que también era de su edad y de su casa. En poco tiempo Albus y Tony se hicieron grandes amigos, lo que les convirtió a ella y Tony en personas muy cercanas.
Con el paso del tiempo Rose se dio cuenta de lo que Tony empezaba a sentir por ella, cosa que le hizo distanciarse de Albus y pasar las tardes en la biblioteca, al principio lo hizo por miedo, no le gustaba pensar en la idea de tener novio formal, con el tiempo un poco como una huida y indirecta para Tony, ya que el no la atraía y no quería romperle su corazón, además no lo pasaba mal en la biblioteca, le gustaba estudiar y la tranquilidad, además, aunque no lo reconocía abiertamente, encontraba extrañamente divertido analizar a Malfoy en la distancia.
Desgraciadamente, Tony rompió la regla no establecida del tabú sobre "algún tipo de relación entre los dos" y le invito a pasar con él la salida a Hogsmeade, el día de los enamorados, lo que era sin lugar a equívocos, una cita en toda regla y Rose, no tuvo el valor de rechazarlo, ya que se trataba de alguien querido por ella, además hablando con su prima Lily y su amiga Lysander (con las que hablaba de sus temas personales) que no podía decirle que no sin ni siquiera darle una oportunidad real.
Además… objetivamente, Tony era muy guapo, era de procedencia muggle, cosa que le iba a encantar a sus padres, como le recordaba Lily y que Rose se ponía de los nervios recordándole a la propia Lily que no buscaba el novio que querían sus padres, de pelo castaño y ojos azules, se le daba bien el quidditch, era golpeador reserva y ya había jugado algún partido oficial y lo había hecho muy bien, pero con todo… Rose le dijo que si, un poco presionada, sentía que para estar con alguien necesitaba cierto atractivo, encanto y en cierto modo, misterio, Tony era una persona maravillosa y un gran amigo, con muy pocos defectos, pero era muy aburrido y predecible en todo.
Rose dejo de darle vueltas a la cabeza y centro su atención en la pesada carga que se habían convertido sus deberes de Astronomía, era una gran estudiante, pero el tema de las estrellas no era lo suyo, aunque no estaba dispuesta a sacar un Insatisfactorio en alguno de sus TIMO aunque estaba deseosa de llegar a sexto y abandonar algunas asignaturas, aunque no tenía claro lo que quería ser, pero Astrónoma… ¡NO!
En sus apuntes eran contradictorios con respeto a la constelación de Scutum, sobre si era una gran constelación o una pequeña, así que abandono la idea de intentar descubrir cuál de los datos que había apuntado era el correcto del que no, así que se levanto de su cómodo asiento y se puso a divagar por la estantería de Astronomía, por desgracia los libros de Astronomía estaban en los estantes más altos, ya que estaban colocados por orden alfabético y maldijo no haber crecido tanto como su hermano Hugo o no haber cogido su varita para poder convocar el molesto libro, incluso dio un infantil salto con la esperanza de recortar la distancia que le faltaba, cada vez su rechazo a la astronomía aumentaba.
-Odio Astronomía-maldijo ofuscada Rose mientras no dejaba de clavar la mirada en el indeseado libro, se dio la vuelta con intención de ir a su mesa a coger su varita, pero se quedo paralizada y abochornada.
Nada más darse la vuelta se dio de bruces con Scorpius Malfoy, por lo que deducía, el también estaba deambulando por la sección Astronomía de la biblioteca, Rose se sintió ridícula al dar esos saltitos delante de él sin darse cuenta, además se estaba planteando seriamente en dejar su ejercicio sin hacer, aunque debía entregarlo a la mañana siguiente, estaba bastante abochornada. En cambio Malfoy estiro el brazo y cogió el libro que Rose necesitaba, que infructuosamente no alcanzo y se lo tendió, simplemente.
-Gracias-musito Rose en un susurro al recoger el libro de la mano de Malfoy, el simplemente hizo un gesto afirmativo con la cabeza, no parecía burlón y mucho menos enfadado, se dio la vuelta y se fue, tan silenciosamente como había llegado.
En cambio Rose se quedo pasmada mirándole, no se trataba de un gesto de gran cuidado ni admiración por su parte, pero era la primera vez que le había interactuado con ella, realmente era la primera vez que Rose le vio interactuando con alguien (si no contaban las burlas ni los hechizos mal intencionados que recibía) podría decirse que había sido muy amable y gentil.
Rose se dio la vuelta y volvió a su mesa intentando concentrarse en su ejercicio, pero aun seguía un poco conmocionada por el gesto de Scorpius Malfoy, ese chico sí que era un misterio… no se parecía en nada a un Slytherin normal y corriente, incluso cuando el Sombrero Seleccionador se poso en su cabeza pudo ver la enorme tristeza y decepción cuando pronuncio el nombre de "Slytherin", no era lo que él esperaba, no sabía donde quería ir a parar, pero no era la casa de las serpientes y también físicamente resultaba desconcertante, lo más llamativo era su clara, clarísima piel, si no estabas acostumbrada a su presencia era normal pensar que estaba muy enfermo, también su pelo era muy claro, de un rubio casi blanco, pero ese día se había dado cuenta de lo alto que era, pocas personas conocía más altas que su hermano, pero Malfoy lo era tanto como Hugo, le debía sacar a Rose casi veinte centímetros y no se trataba de una persona fornida, pero tampoco era escuálido.
Termino su redacción sobre la Constelación Scutum, que significaba Escudo y que se trataba de una de las constelaciones más pequeñas del hemisferio sur, también anoto esos datos en sus apuntes y desecho los que estaban mal, por fin había terminado su latoso trabajo para Astronomía y se propuso a recoger sus cosas con la esperanza de no encontrarse a Tony aun en su Sala Común de Gryffindor.
Rose levanto la vista y pudo percibir que Malfoy también la estaba mirando, eso la puso nerviosa y no pudo evitar sonrojarse, pero Rose no lo interpreto como algo amenazante, sino más bien como de curiosidad, así que inclino el libro que le había ayudado a alcanzar, lo puso sobre la mesa donde podía ver la portada con claridad y le hizo un gesto con la mano, a medio camino de un saludo y un gesto de agradecimiento un poco nerviosa, que esperaba que interpretase bien, mientras intentaba formar una sonrisa un tanto forzada, ya que estaba muy nerviosa, a lo que ante su sorpresa respondió con un pequeño amago de sonrisa y él termino de recoger sus pertenencias y se fue, Rose volvió a quedar pasmada, por dos motivos, sorprendida por su propio nerviosismo y porque Scorpius Malfoy le había sonreído.
Puede que se tratase de un pensamiento un tanto presuntuoso por su parte, pero por una extraña razón, Rose tuvo la sensación que Scorpius Malfoy, estaba bajando sus propios y elaborados escudos con ella.
Mi primer fic, puramente romántico, espero que os guste, cualquier primera duda que pueda surgir la responderé encantada.
SSS
