Llevaba ya unos meses con la misma idea en la cabeza, cada vez desaba más ver de cerca ese pequeño cuerpo, quizá una mirada rápida, quizá algo más...
Y ya era la tercera vez en esa semana que se quedaban solos en casa, sus padres se irían en una hora y no volverían hasta el día siguiente pasado el mediodía.
Tomó una decisión y salió del baño con el pelo aún húmedo, entró en la habitación donde su joven hermano jugaba con sus muñecos.
-Heraminto, ¿Recuerdas que una vez te hable de un juego secreto al que juegan los mayores?
-Sí -Dijo el niño con voz enfurruñada-.. y también recuerdo que nunca me lo quisiste enseñar.
Aura recordó el momento de nuevo, una noche como esta, sus padres no estaban, se atrevió a dar el primer paso, pero entonces sonó el teléfono y sus padres le dijeron que podían volver a cualquier hora, con lo que sus posibilidades se esfumaron, y para mejorar todo, su hermanito se enfadó de que ni si quiera le contara las reglas. Pêro, evidentemente, ese juego no era algo que él pdiera entender de palabra, se lo tenía que demostrar directamente.
No pudo contener un suspiro de emoción, tan súbito que casi fue un respingo.
-yo.. Creo que cuando papá y mamá se hayan ido te lo podré enseñar, recuerda que es secreto, y que nadie, NADIE se puede enterar, entendido?- Susurró acercándose a su hermano y percibiendo su suave aroma.
La puerta se abrio y Aura dio un espasmo por el sobresalto, y notó como el rubor inicial daba paso al terror, su madre asomaba por la puerta con cara ligeramente amenazante.
-Portaos bien, no quiero peleas ¿Vale?
-Aura deseó con todas sus fuerzas que su hermano la tomara en serio aún no habiendo terminado de explicarle el por qué del secreto.
-Claro mamá, nos vamos a portar bien.
Dijo Max mostrando de nuevo esa inocencia infantil tan tierna.
Los latidos de su corazón volvieron a un ritmo normal y acertó a decir un "Tranquilos" bastante convincente.
La mujer cerró la puerta y empezaron a oir cómo sus padres se preparaban para salir.
¿por qué es tan secreto?- preguntó max en un tono de voz muy bajo.
En ese momento ella se dio cuenta de que su hermanito la tomaba en serio, y que por esa parte no había peligro. No pudo contener una sonrisa nerviosa. Pero entonces fue consciente de ello, había dado un paso del que no podía retroceder, esa noche no habría contratiempos, iba a tener que cumplir su promesa. Los nervios se apoderaron unos segundos de su corazón pero luego se fue tranquilizando, esto era lo que había estado esperando. Y todo iba a salir bien, volvió a sonreír.
Le guiñó el ojo y dijo - Lo entenderás en poco tiempo.
Sl fondo de la casa se oyó el sonido de la puerta al cerrarse y un segundo después, seis sonidos mecánicos les confirmaron que la puerta estaba cerrada del todo.
-¿Ya podemos empezar? - Dijo el niño con impaciencia, mirando a un lado y a otro intentando adivinar si debía coger sus muñecos, el navegador, el pc...
-No, espera, ahora te voy a explicar algunas reglas para que todo salga bien, es algo más complicado que jugar a los muñecos...
-No irás a decirme que el juego secreto es que haga los deberes! no soy tan tonto, hermanita!
Aura soltó una risita inocente.-Tranquilo, Max, no es eso, te aseguro -le miró directamente a los ojos- que te va a gustar.
-Vale, ¿Qué hacemos?
-Lo primero que te voy a pedir es que no te asustes.
-¿Que no me asuste?
-Te sonará a tontería, pero voy a hacerte algunas cosas que te van a hacer pensar que estoy loca, pero quiero que confíes en mí, te va a gustar ¿vale?
El niño se quedó callado unos segundos, pensativo, evaluando las condiciones. -¿qué me vas a hacer?
La chica no pudo contener un profundo y tembloroso suspiro, estaba empezando a excitarse. Dejó salir el aire lentamente y volvió a mirar a los ojos a esa tierna criatura con la que compartía el código genético.
-¿Confías en mí?
-Parecía que Max iba a insistir, pero tras vacilar unos segundos, le dirigió una mirada inocente y ligeramente temerosa y asintió. -Sí..
Todo estaba yendo a la perfección, estaban de acuerdo y no había discusiones, era el momento de empezar.
Bien, Max, quiero que cierres los ojos.
Él, obedientemente así lo hizo.
-Y ahora vas a tumbarte, voy a darte un masaje.- dijo mientras le guiaba suavemente hacia la cama, le quitaba las zapatillas y lo acostaba bocarriba sobre el colchón.
-¿Un masaje?- Dijo con un tono de desilusión en la voz
-Sshhhh, espera, ten paciencia y confía en mí.
Comenzó pasando sus manos por los hombros, bajó hasta sus pequeños pectorales, pero evitó las zonas erógenas, no era el momento.
Cuando llegó a las costillas Max se empezó a remover -Me haces cosquillas!- dijo casi riendo.
Aura empezo a convertir el masaje en una caricia, por su abdomen, su cadera, su... volvió a subir de nuevo y bajó la cara, volvía a percibir su olor. Tan sutil, pero tan inconfundible...
Y empezó a besar su abdómen, luego subió hasta el centro del pecho, luego al cuello.
La respiración del pequeño empezó a agitarse.
-¿Tienes miedo?
-No lo sé, hermanita... ¿qué...?
Aura acerco sus labios a los de su hermano pero no le besó, Max se quedó callado y la miró, su mirada era más atractiva que nunca...
Tan dulce, tan suave...
Se acercó más, lentamente, dejándole la oportunidad de apartarse, no quería forzarle lo más mínimo, pero el niño no se apartó, de hecho parecía esperar el momento.
Y sucedió, sus labios se unieron, y una fuerte energía llenó el cuerpo de aura de felicidad y sed, una sed que solo podía calmar besándole más fuerte.
Rodeó el cuello de su hermano pequeño con los brazos y se quedarón así unos instantes, luego se separó y abrió los ojos.
-¿Qué te ha parecido? ¿te gusta?
La temblorosa voz de Max no acertó a articular una palabra concreta, se volvió a quedar callado y empezó a sonrrojarse.
-Te voy a hacer una pregunta muy sencilla, no tienes más que asentir o negar con la cabeza... esta era la primera parte del juego... ¿Quieres ... seguir?
-Max se sonrojó aún más y asintió lentamente
-Vale... mira, no quiero que tengas miedo, vamos a hacer una cosa, en cualquier momento que quieras que dejemos de jugar solo tienes que darme una señal, como levantar un brazo o darme dos palmaditas.
¿De acuerdo?
-Max volvió a asentir
Entonces Aura le guió para que se sentara apoyado en la pared que había en el otro lado de la cama y se sentó a su lado, le acarició ese suave e infantil rostro y vlvió a besarle.
En ese momento, su mano derecha comenzó a acariciar la mejilla de Max, poco a poco fue bajando por el cuello, el abdómen... hasta que llegó a la base de la camiseta, entonces metió la mano por debajo y fue directamente hacia un pezón, comenzó a acariciarlo.
Max dio un pequeño espasmo y gimió, Aura sabía que había acertado. Separó su rostro y le quitó la camiseta.
Observó durante unos instantes ese pequeño torso que durante las siguientes horas iba a ser suyo. Acercó el rostro al pectoral y comenzó a estimularle con la lengua.
Max respiraba fuerte y puso sus pequeñas manos sobre la cabeza de aura, moviendo irregularmente las piernas.
Aura volvió a alejarse de Max, ahora los dos temblaban. -Veo que no levantas los brazos, vamos a pasar a la parte tres...
Max no dijo nada. Aura bajó la mirada y vio lo que esperaba, un pequeño bulto que antes no estaba ahí, una erección.
Aura dirigió su mano lentmente al pantalón, desabrochó el botón y bajó la cremallera. Lo hacía muy despacio para dar tiempo al niño a pararla, pero parecía que eso no iba a ocurrir, así que le terminó de quitar el pantalon. Ya solo unos pequeños slips blancos la separaban de él.
Miró a su dulce amante a los ojos para darle una "última oportunidad", al no haber señal alguna, le cogió de la zona de las costillas y lo sentó sobre su regazo.
-Bueno, ahora voy a cumplir parte del juego yo también. -Le dijo al oído dulcemente.
Se desabrochó el camisón dejando a la vista sus pechos y empujó suavemente el cuerpo de Max hacia si, para que apoyara su espalda sobre ella.
Y le abrazó, pasando del abrazo a nuevas caricias, mientras le besaba el pelo y asiraba su aroma, las caricias fueron bajando hasta llegar a los slips. una vez en ese punto, acercó su mano derecha a su objetivo y empezó a acariciar la parte más elevada del slip con el dedo índice.
Al momento max empezó a temblar y a gemir, estaba empezando a sentir su primera excitación sexual, y era suyo, todo suyo.
metió la mano dentro del calzoncillo y agarró suavemente ese pequeño miembro, con el que llevaba soñando tanto tiempo, y comenzo a masturbarlo.
En ese momento los temblores y movimientos de max dieron paso a nuevas respiraciones agitadas y gemidos más fuertes.
Max se atrevió a actuar y se bajó los calzoncillos lo suficiente como para que la mano de su hermana se moviese con libertad, otorgando sin saberlo, la oportunidad de que aura lo viese.
Ella empezó a elevar la velocidad de su mano hasta que se dio cuenta de que si seguía así, la situación iba a acabar antes de dar el último paso. Así que paró en seco y soltó el pene de Max.
El pequeño miembro se quedó totalmente rígido y latiendo con relativa fuerza. El niño, balbuceó con la voz quebrada - por... ahh... por qué paras?...
-Ahora viene la mejor parte, Max, mira...
Agarró de nuevo el cuerpo de su hermano y lo volvió a tumbar en la cama, aura se dio cuenta de que su hermano estaba empezando a sudar.
le miró a los ojos una vez más y se tumbó tan cerca de la cintura de max que pudo observar con todo detalle esa parte a la que acababa de masajear, el lampiño miembro, aún latía rígido ansiando llegar a su primer orgasmo.
Se acercó mas y sin pensarlo comenzó a lamerlo, cosa que hizo que Max pusiera las piernas totalmente rígidas y empezara a gemir inmediatamente.
Segundos después de los lamidos lo introdujo entero en su boca y empezó a succionarlo, max ya no solo gemía, respiraba muy agitadamente y hacía sonidos muy sensuales.
Todo indicaba que estaba a punto de llegar, y entonces aura comenzó a tirar de la piel que envolvía el extremo, dejando al descubirto la parte más sensible.
En este punto cada mínimo roce de lengua o labios sobre el miembro hacían que el niño doblara su cuerpo hacia un lado o hacia arriba, elevando la espalda y quedando apoyado entre los pies y los codos.
Dejó que Max experimentara ambas partes por separado alternando una y otra y entonces comenzó a alternarlas rápidamente de forma que el movimiento de la piel fuera al ritmo de la masturbación de momentos antes. Siguió a este ritmo sin cambiar y max cada vez se removía más en su cama, cada vez sus gemidos eran más intensos... Hasta que llegó el instante. Uno de los gemidos se cortó de golpe, el niño se puso totalmente rígido y aura notó que de la punta de su pene emanaban unas gotitas de líquido preseminal mientras latía con fuerza dentro de su boca.
Max empezó a moverse de nuevo pero mucho más tranquilo, disfrutando de su primer orgasmo, la experiencia que aura le estaba regalando. Aura bajó el ritmo de sus movimientos hasta que max dejó de moverse por completo.
Levantó el rostro y volvió a mirar a la cara a su hermano, había unas pequeñas lágrimas en sus ojos pero él sonreía.
-No... no sé qué es este juego... Pero me gusta mucho, Aura.
Ella le guiñó un ojo. -Sabía que te gustaría, ahora entiendes por qué es un secreto?
El niño volvió a sonrreír. -Sí.
-Pues si quieres, cada vez que estemos solos podremos volver a jugar, y te enseñaré mas cosas.
-Max asintió vivamente y besó a su hermana en los labios.
La noche no podía haber sido más perfecta.
The forbidden words Master
