Disclaimer: Digimon y sus personajes no me pertenecen y esto sólo lo hice sin ánimo de lucro. Este escrito participa en el concurso "A la espera de Tri" del foro Proyecto 1-8.
Por un mundo mejor
Su maltrecha capa, de doble vista, ondeaba un poco, dejando ver los múltiples agujeros provocados por el encuentro que estaba sosteniendo. Todo su cuerpo, blanco, también contaba con muchos golpes y heridas; el rival que tenía enfrente era, sencillamente, formidable; el mejor que haya enfrentado.
En sus brazos llevaba a sus protegidos y trataba de cumplir su misión: cuidarlos y a los mundos de los que provienen. La situación era crítica, los humanos desconfían de los digimon y los digimon de los humanos, algunos grupos de ambos lados quieren el exterminio del otro. Ellos luchan por una convivencia pacífica y benéfica para ambos mundos; ese el sueño que aún comparten junto con sus camaradas.
Su fuerza empezó a flaquear, el daño era severo aunque no quisiese reconocerlo. Se apoyó en una rodilla y bajó la cabeza.
—¡Animo Omegamon! ¡No podemos claudicar en este momento! —expresó Taichi.
—¡Tienes que ser fuerte! Si nosotros caemos no quedará nadie que pueda detener la catástrofe que está por venir —fue el turno de Yamato.
—Esto es muy difícil, ya no me quedan fuerzas —dijo el cansado digimon.
—Nosotros no te abandonaremos —y Yamato se acercó y puso su mano sobre su brazo derecho.
—Estaremos contigo sin importar lo que pase. Y sí caemos, lo haremos juntos y seguros que nuestro sacrificio no será en vano, que el mundo que soñamos se puede realizar —fue el turno de Taichi quien tocó el brazo izquierdo.
Hecho esto, los corazones de los jóvenes brillaron y un par de símbolos se manifestaron en su pecho. De repente, Omegamon comenzó a sentir una fuerza interna surgiendo en su interior. Una que le brindaba un valor forjado de una estrecha amistad, también sentía los sentimientos de todas aquellas personas que buscaban un mundo mejor, un mundo en paz.
Se puso de pie y con voz firme expreso:
—¡Es cierto, no nos podemos dar por vencidos!
Ambos jóvenes se subieron a los hombros; enfocaron la mirada al frente.
—¡Tenemos fe y esperanza de que venceremos! —gritó Yamato.
—¡La luz es nuestra guía y confiamos en que nos dará las fuerzas necesarias para realizar un milagro e ilumine nuestro destino! —declamó Taichi.
—¡Para eso estamos aquí! ¡Y si debemos de dar nuestras vidas a cambio, que así sea! —pronunció Omegamon.
Y de un brinco, se lanzó contra Alphamon, empuñando su espada y su cañón. Porque estaban seguros de que luchaban por un mundo mejor.
¡Gracias a todos los que hayan leído!
