AU Fiore y Remnant están ubicados en el mismo mundo, los Cazadores y los Magos viven juntos pero alejados. Los Magos fueron bendecidos con magia mientras que los Cazadores son capaces de usar Dust y Aura al igual que poseer una Semblanza. Algunas cosas serán diferentes en ambos universos, solo para avisar.


La sonrisa del hombre de pelo negro que se hallaba sentado en la silla de plata y ébano se desvaneció en el momento en que sus ojos negros se fijaron en la esfera translucida enfrente de el, en ella se mostraba, acostada en una cama, a una niña de no más de cinco años, sudando y jadeando, el pelo negro que se le decoloraba a un tono gris, como las cenizas sobrantes de una chimenea, estaba desordenado y enmarañado, mientras que los ojos, de un refulgente color naranja-amarillento, como carbones encendidos, estaban desbordantes de lagrimas.

El hombre, de aspecto joven, se mostro disgustado ante la visión que tenía enfrente. Apresurado, se levanto de su asiento y camino por los pasillos de la suntuosa mansión adornada con tapices y alfombras de aspecto ostentoso. Al llegar a la última puerta del pasillo, este la abrió para revelar un cuarto desordenado, con poca iluminación y un hombre de aspecto viejo, pero fuerte, el pelo blanco platinado le llegaba hasta la mitad de la espalda, la Lacrima que estaba en frente de él le iluminaba la cara, revelando la existencia de un solo ojo verde oscuro mientras que el derecho estaba cubierto por un parche negro.

El joven se le acerco, se fijo en la Lacrima al lado del otro hombre para confirmar que, en efecto, esta también mostraba a la niña de antes, parecía más alterada que hace unos minutos.

-Hades ¿Me puedes explicar que le pasa?- Demando el pelinegro. Su mirada era tranquila pero fría al mismo tiempo-. Lleva ocurriendo por más de un mes

Hades tenía su mirada pegada a la Lacrima en frente de el, su ojo pensativo, como si tratara de resolver un misterio.

-Su cuerpo ha reaccionado muy bien a los injertos de Dust- dijo-. Pero sigue teniendo pesadillas, es un efecto secundario pero con el tiempo se le pasara, ya verá.

-No tengo tiempo para esperar-replico el joven-. Necesito que este en condición para su entrenamiento.

-No sabría decirle cuando se detendrán, pero le puedo asegurar que lo harán mi señor.

El joven soltó un gruñido de frustración y salió del cuarto hecho una furia, azotando la puerta detrás de el. Siguió el caminando por el pasillo hasta dar con unas escaleras las cuales estaban iluminadas por antorchas. Bajo hasta dar con una única puerta, al abrirla y descubrir una habitación de aspecto sobrio, fue recibido por una niña pequeña, con los ojos rojos e hinchados, y la cara sucia con lágrimas y lo que parecía ser ceniza.

-¡Señor! ¿Qué hace aquí?- pregunto la niña desde su cama, intentando limpiarse la cara lo mejor que pudo con la manga de su piyama.

- Es más de medianoche y todavía no estás dormida- le dijo el pelinegro, a diferencia de antes, su gesto y tono de voz eran amables y mucho más gentiles-. ¿Quieres decirme que pasa?

-Son las pesadillas otra vez-le contesto la niña con voz temblorosa-. Es el mismo sueño de siempre.

El hombre se acerco para sentarse en la orilla de la cama, la niña doblo las rodillas para darle espacio.

-¿Quieres decirme de que se trata?

El labio de la pequeña tembló, en su cara estaba plasmada una expresión de terror autentico, casi como si le doliera recordar el sueño.

-Estoy en un barco-empezó-. Y el capitán me pide que me vaya a dormir, pero le digo que no tengo sueño y él se enoja conmigo- la voz le fallaba y los ojos se le empezaban a cuajar con lagrimas-. Me grita y me arrastra por el pelo, me lleva a un cuarto y me ata a la cama con sabanas, me dice que no me soltara hasta que aprenda a obedecerlo- a este punto la niña había empezado a sollozar-. Yo intento escapar… pero no lo logro, y de repente algo golpea el barco… y nos empezamos a hundir, y todos logran escapar menos yo.-con aquello último, la pequeña rompió en llanto.

-Pero nada de eso fue real, solo fue un sueño-le dijo el hombre, colocando su mano en su hombro a modo de consuelo.

-¡Pero fue muy real! ¡Cada vez que me despierto me duele la cabeza de donde el capitán me jalo del pelo!- chillo la niña.

Tonterías- el hombre le levanto la barbilla-. Mírame.

Ámbar y ónix se encontraron. Los ojos de de la niña llenos de miedo y lágrimas mientras que los del joven eran fríos y filosos, pero extrañamente gentiles.

-Escucha, eres una niña especial, no eres como los otros, tú tienes el poder de enfrentar tus miedos, necesitas descansar para hacerte más fuerte, no puedes dejar que unas pesadillas te ganen.

La niña le miro con gratitud y se la arreglo para darle una leve sonrisa. El joven le sonrió de vuelta.

-Así me gusta-exclamo el hombre-. Ahora de vuelta a dormir

La sonrisa de la pequeña se desvaneció de manera fugaz.

-¡No por favor! ¡Le suplico! ¡No me haga dormir!-lloriqueo desesperada-. ¡En todos mis sueños me ahogo! ¡Por favor, Lord Zeref! ¡No me obligue!

-Shhh…Shhh, Tranquila-susurro Zeref, se acerco a la niña para acariciarle el pelo, su mano emitía un aura de luz negra.

La pequeña sintió que los parpados le empezaron a pesar y la visión se le comenzó a nublar.

No...por favor- intento suplicar pero la sensación de "sueño" empezaba a ganarle a la conciencia-. En todos mis sueños me….

Y con eso la niña cayo inconsciente.

-Buenas noches Cinder Fall - susurro Zeref, sonriendo con malicia.