Es un proceso lento y poco placentero; que comienza en algún recóndito lugar de su subconsciente (siempre esta corriendo y pensando y hay tanto para ver y tanto para recordar que la palabra orden ya le resulta extraña) y termina en un inaudible "Oh"; al ver las rosas marchitas en un cuarto abandonado.
Se ha ido. O desaparecido. Espera que sea la primera; la que implica cierta acción adrede. Porque cuando toca sentarse a los pies de la cama (ha terminado la patrulla en Central y la recorrida por Jump y si bien no debería estar cansado, lo esta); bajar los ojos y reflexionar sobre los últimos días, Wally se resigna.
Se resigna a que no ha habido tal cosa como un cambio de blanco a negro; pero tampoco se ve torturado por el pensamiento al recordar que – de haber un blanco y negro en primer lugar – no estaría sentado en el cuarto de una (¿ex?) villana. Porque, bueno, ya sabes. Corre en spandex y todo eso; pero no es tonto.
(El tiempo se vuelve más y más abstracto con cada kilometro que pasa y por más que vea; se esfuerza por observar).
Ella no irá por el lado de los héroes ni por el de los villanos. Simplemente, buscara el suyo. Y eso a Wally le alegra. Porque, bueno, a causado cierto cambio de perspectiva.
Hay miles de probabilidades y posibilidades (ella lo debería saber, teniendo algo así como alteración de probabilidad en sus manos) y se siente lo suficientemente satisfecho con que haya logrado que las tomara en cuenta, de cierta forma (la posibilidad de dar media vuelta e ignorar lo ocurrido no era viable con la chica de cabellos chicle - rosado; de ojos felinos – y atentos - que habían sobresalido en el torbellino de cosas que es su vida a 299.792.458 m/s).
Por ello, se resigna sin la connotación mala por las que todos irían. Claro, puede que no sepa donde esta ni la vea pronto; pero sonríe ante los escenarios que se forman en su mente (tanto para contemplar).
Y sabe que se encontraran. Porque el mundo a veces es lo suficientemente grande y otras lo suficientemente pequeño y, de todas maneras, su presencia destaca. Correra y volteara la cabeza ante el indicio de una sonrisa ladeada, de una mueca burlona decorada por cabellos rosados que le recordaran a algodón de azúcar y entonces parara y la encontrara y ella rodara los ojos y le dirá que no, no le parece bien que compare su cabello a una golosina.
Sonríe una vez más y guarda la rosa; aprontándose para tomar carrera. El sol esta bajando y le cielo comienza a tornarse violáceo pero cree que tiene tiempo para una última recorrida rápida.
Al fin y al cabo; es el chico más rápido del mundo.
Tiene mucho tiempo en sus manos.
(Ella también).
