¡Bueno! Aquí estoy con una historia, mi primero historia de Jeason y Rachel n.n
Jeje, no sean malos conmigo xD ¡Espero que les guste tanto como a mi escribirlo!
Si les gusta déjenme un review :D Me gustaría saber mucho su opinión y si debería seguir escribiendo sobre ellos!
Bueno, ¡los dejo leer!
Unforgivable Lovers
Tenían un romance. Uno salvaje, que revelaba la verdadera naturaleza de ambos, pero aun así podían distinguir que lo que sentían era genuino, pero al mismo tiempo irreal porque lo suyo estaba prohibido, no solo por las verdaderas naturalezas de los dos, sino porque así era como ellos lo determinaban. Él era un embustero ladrón y ella una solitaria heroína. Eran dos polos opuestos; él representaba lo negativo y ella lo positivo, razón por la cual su atracción era mucho más intensa.
"No debemos estar juntos" Susurraba ella, mientras no se resistía a los besos que se le eran propinados.
"Dices eso… pero correspondes mis besos" Murmuraba él, sonriendo de lado.
Se dejaban llevar todas las noches, todas esas veces en las que escapan de los mundos diferentes en los que se veían obligados a existir. Con cada beso, con cada caricia sentían como la pasión los encendía, prendiéndolos del fuego del deseo y la lujuria que los consumía lentamente con los días que satisfacían sus necesidades, sus incontrolables sueños.
Sin embargo, la magia no duraba siempre. Cuando el Sol amenazaba con salir llenando la tierra de sus lumínicos rayos debían terminar con todo contacto, con toda emoción de placer.
"¿Ya te vas?" Cuestionó el criminal.
"Debo hacerlo. No deben descubrir que no pase la noche en la Torre" Respondió la titán.
Esas eran las desventajas de ser un rebelde. Esas eran las desventajas de ser la ley. Por culpa de sus contradictorias naturalezas no podían permanecer más de una atareada noche juntos.
"Siempre es lo mismo" Refunfuñó "¿No puedes quedarte al menos un día entero, Rach?"
"Sabes la respuesta, Jason: No"
"¿Por qué? ¿Por qué no puedes decirles que te tomas el día para meditar o yo que sé? ¡Invéntales algo!"
"Ya les miento lo suficiente como para agregar más mentiras"
"¡Pero te quiero solo para mí! ¡No deseo compartirte!"
"Son mis amigos"
"Eres mía"
Reaven lo miro prestándole atención. Por alguna razón que desconocía, en los últimos días Jason Todd, afamado ladrón conocido, mayoritariamente, como Red X había actuado de una forma muy posesiva y algo egoísta. Se cuestionó una y otra vez el porqué de esa actitud, pero ninguna respuesta le pareció la adecuada.
"Estas siendo infantil" Declaró.
"No soy infantil" Se excusó ofendido "¿Acaso está mal querer tenerte más de unas pocas horas?"
"Si, porque si lo hago, entonces descubrirán lo nuestro"
"Al demonio con que lo sepan"
"¿Qué estás diciendo?" Preguntó extrañada ante el comentario.
"Sí que ellos sepan de nuestro romance hace que te quedes más tiempo conmigo entonces acepto. No me importa si se enteran o no. Incluso iré a tocar la puerta a la Torre para que lo sepan"
"En verdad, estás loco" Comento la hechicera, a la par que respiraba hondo.
"Si, loco por ti" Murmuró lo suficientemente alto para ser escuchado.
Reachel Roth se sorprendió lo suficiente como para tener que tratar de mantener sus sentimientos a raya, para que nada explotara, para que él no supiera de los efectos de aquellas palabras. Se hizo una pregunta que hizo eco en su mente: ¿Acaso aquellos revolcones habían paso a tener un mayor significado? Al parecer, ya no era una simple satisfacción de las necesidades biológicas, sino que todo era más complicado y ciertamente profundo.
Por otro lado, Jason trataba de controlar sus emociones como la chica enfrente de él lo hacía, pero se le era muy complicado. ¡Quería gritarle en la cara todo lo que pensaba! Aun así, se lo guardaba porque no quería ahuyentar a la droga de la que era adicto.
"Lo siento" Dijo de repente "No debí haber dicho nada"
"Jason…" Musitó con anhelo reprimido.
Aunque acaba de vestirse para marcharse, para salir por la ventana como nada hubiera ocurrido, se tiró sobre él en busca de sus excitantes labios. Los encontró enseguida al ya estar acostumbrada a todo eso. El ladrón no la apartó, pero tampoco pudo corresponder aquel sorpresivo beso.
"Está bien. Me quedaré. Me quedare con Jason, no con el criminal Red X" Le susurró tan cerca de sus labios que fue difícil interpretar el significado de la oración.
No diría que lo amaba, pero aun así también quería pasar más tiempo a su lado. Lamentaba desde el fondo de su corazón traicionar a los Titanes, a su equipo, a su familia, pero lo que Jason le daba cada vez que lo veía era algo que ninguna otra persona en el universo le podría dar: esa pasión desenfrenada combinada con un amor incomprensible. Ya que aunque no admitiera que todo se resumía en las cuatro letras 'amor', era consciente de que ese era el nombre abreviado a sus problemas.
La volvió a tomar, declaro en frente de los ojos del dios que los observaba que Rachel solo seria de Red X desde ese preciso momento hasta siempre o, al menos, se encargaría de eso. Mientras el amanecer hacia acto de presencia la beso con mucho más amor y mucho más anhelo que otras veces, porque esta vez no se le escaparía con el inminente amanecer, sino que pasaría el día entero a su lado. Con la idea de que Jason y Rachel sonaban bien juntos le mordió el labio suavemente, despojándola otra vez de sus prendas.
"Lo siento" Exclamo contra la piel de la hechicera "Pero el ser un ladrón me hace alguien muy egoísta y yo solo te quiero para mi"
-Continuará-
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