Notas del Fanfic:
Kuroshitsuji y sus personajes no me pertenecen, sino que son obra de Yana—sama.
Con este Fanfic no pienso obtener ningún lucro, es simplemente una forma de desarrollar aún más mi escritura, además, creó que ya es tiempo de desmitificar a Sebastian, él no siempre tiene que ser prefecto.
Notas de edición:
16/06/2019: He decidido continuar esta fic, pero antes, voy a editarla, porque desde el 2012 hasta hoy en día, algo he mejorado en mi escritura.
Ese Mayordomo, Falla.
Era muy entrada la noche, el viento era tan helado que llegaba cortar y la húmeda neblina solo contribuía a que el frio fuera aún más intenso. No obstante, ignorando la inclemencia del clima, el Conde Phantomhive se encontraba caminando por un pasillo casi en ruinas de una abandonada casona, ¿la razón? La Reina le había encomendado otra misión, la cual él y su mayordomo estaban cumpliendo.
Ciel caminaba con cautela por el largo y angosto pasillo del segundo piso, llevaba una pistola en la mano y miraba en todas direcciones. La casona estaba en tan malas condiciones que la mayoría de las paredes estaban derrumbadas y en varias partes el suelo contaba con grandes agujeros que dejaban ver la planta baja. Hace 10 minutos que había llegado a ese lugar, al parecer una banda ilegal de contrabandistas se escondía ahí, y como era de esperarse, le había sido encomendado a él la misión de terminar con aquel asunto que ensuciaba el limpio y puro Londres de la Reina.
Sebastian iba unos metros atrás de Ciel. Como de costumbre él acompañaba a su amo y velaba por su seguridad. Desde donde se encontraba, podía ver cada movimiento del chico, su característico caminar, la forma como cada musculo de su pequeño cuerpo se contraía al escuchar algún ruido e incluso, pese a los esfuerzos del Conde, era capaz de notar el casi imperceptible temblor de su cuerpo ante el crudo e invernal frio. El mayordomo sonrió, ese niño era tan orgulloso, no se permitía ni una muestra de debilidad, realmente era el mejor amo que tenía en años.
De pronto, el sirviente vio como su amo se detenía en el final de pasillo y pegándose a la pared apuntaba con el arma hacia dentro de la habitación que se encontraba al final del corredor. Sebastian se puso alerta y en un instante estuvo junto a subocchan.
—¿Qué sucede? —Sebastian le susurró a Ciel.
—He visto a alguien moviéndose —Ciel respondió susurrando también.
Sebastian iba agregar algo más a la recién iniciada conversación cuando un disparo paso tan cerca de su cabeza que la bala le rozó el cabello.
—¡Maldición! Nos han visto —dijo Ciel mientras se apartaba de la puerta.
Otro disparo se dirigió hacia ellos, pero esta vez el mayordomo reaccionó y apartó a su amo del camino de la bala.
—Rápido, debemos salir de aquí —se escuchó una voz desde dentro de la habitación, mientras un tercer disparo era efectuado.
—Quieren escapar —comentó Sebastian en tanto acorralaba a Ciel contra la pared, cubriéndolo de las balas con su propio cuerpo.
—Ya lo sé, debemos hacer algo —replicó el niño y apartando a su mayordomo, entró en la habitación y disparó hacia uno de los hombres.
Se escuchó un grito de dolor y más disparos se dejaron oír. Sebastian para ese entonces ya se encontraba dentro de la habitación defendiendo a su amo y había logrado quitarle el arma a un hombre que había intentado dispararle a Ciel por la espalda.
Los hombres comenzaron a escapar por la cornisa de la casona, la cual era lo suficientemente ancha para que alguien caminara por ella, como era de esperarse Ciel fue tras ellos y Sebastian fue tras su amo.
Una vez comenzaron a avanzar por la antigua cornisa, todos pudieron notar la mala decisión, ya que esta debido a su antigüedad se desarmaba cada cierto tramo, volviéndola cada vez más inestable. A todo esto, los disparos que, si bien no habían dañado a Ciel, tampoco había cesado y era lo que más preocupaba Sebastian, quien dispuesto a terminar con esto de una vez decidió adelantarse a su amo y detener a los hombres, pero justo cuando lo iba a hacer cierto sonido lo distrajo.
—Miau —Sebastian dirigió su atención hacia el lugar de donde provenía el sonido y vio a un pequeño gato grisáceo, al instante, dejó toda intención de atrapar a los contrabandistas, en su lugar, se acercó al gato y tomándolo en brazos, comenzó a acariciarlo.
—¡Sebastian! —Ciel llamó a su mayordomo al no sentirlo tras él. Al no tener respuesta se volteó y pudo ver como el demonio se había quedado atrás por un gato.
—¡Ese maldito demonio ¿cómo puede entretenerse con un gato en este momento?!—masculló Ciel entre dientes y tan ensimismado estaba en mirar con odio hacia donde su mayordomo estaba que no se fijó que dio un paso en falso, lo que provocó el derrumbe en la zona de la cornisa en la que estaba parado.
—¡Ahh! —gritó el niño de ojos azules al caer, pero alcanzó agarrarse del borde y quedó suspendido en el aire.
—¡Sebastian —gritó aún más fuerte, pero el sirviente no le escuchó —. ¡Sebastian! —volvió a gritar, revelando desesperación en su voz, su mano estaba cediendo y Sebastian parecía estar ausente a todo lo que no fuera el gato.
Debido a los gritos de Ciel, los contrabandistas se detuvieron a ver que ocurría y vieron como el niño se mantenía agarrado de la cornisa a punto de caer.
—Vaya, vaya, Conde mira donde estás —dijo un hombre captando la atención del niño —. Eso te pasa por meterte en asuntos de grandes —continuó hablando el que al parecer era el líder. El resto de los hombres rieron burlonamente.
Ciel quiso protestar, pero justo cuando abrió su boca para hablar los hombres dispararon hacia él, dándole en varias partes del cuerpo. Ciel solo gritó ante el dolor y sin poder evitarlo se soltó de la cornisa.
Mientras tanto Sebastian estaba hablando con el gato.
—Eres un gatito muy lindo, ese pelaje entre gris y esos ojos azul profundo me recuerdan mucho a mi amo, creó que te pondré Ciel —apenas terminó de decir eso, Sebastian sintió que su amo estaba en problemas. Se dio vuelta lo más rápido posible en dirección a su amo, pero todo lo que alcanzo a hacer fue escuchar el golpe seco del cuerpo de Ciel al chocar contra el duro pavimento y ver como al instante un charco de color rojo comenzaba a rodearlo.
Notas finales del capítulo:
Años que no escribía en este lugar, pero decidí seguir con el manga de Kuroshitsuji y recordé todo esto, los fics que escribía aquí, como amaba este lugar y sobre todo, esta fic, que dejé inconclusa, pero hoy pienso terminar.
Es muy raro volver a escribir en después de tanto tiempo, volví a escribir en el 2013, pero me fui a Wattpad, aun escribo, otras fics, de otras parejas, pero tengo que terminar esto, por mi Ciel y su Sebas-chan xD
Espero recordar bien como se hacía esto…
