Recuerda que aunque esté contigo siempre estaré apoyándote y amándote en la distancia de este cielo que nos separa

Only Humans

Buenos días…

Buenos días… ¿Pudiste dormir bien? Creí que la cabeza iba a explotarme por tanto que golpean contra la persiana —quejumbra con cansancio.

Tengo un hambre horrible, pero seguramente no habrá nada en este lugar que la sacie —suspira desanimado—. ¿Y tú? ¿Tienes hambre?

— Hablas demasiado… supongo que quieres comida

— No entiendes nada ¿cierto?

— Umm… No, Francesco no entiende nada

Suspiraron al mismo tiempo con cierta frustración. La misma conversación cada mañana, casi cada noche y aun así la repiten una y otra vez como en un intento vago por entenderse. Uno habla italiano y el otro inglés, sin entenderse en lo más mínimo ni por un segundo aparte del Si y No. Es un poco tonto lo que hacen, pero ellos mismos son los que quieren seguir repitiendo la rutina… Saber que tienen un compañero a pesar de no entenderlo es todo un regalo cuando no hay más nadie.

Cuando solo hay silencio y corres el riesgo de enloquecer por ello.

Miran fijamente la entrada por unos minutos en puro silencio. El italiano decide levantarse y alzar la persiana metálica. No hay nada cerca para alivio de ambos; entrecierran los ojos cegados por la claridad mañanera y con muchísima resignación el americano tan solo toma su bolso para guardar sus cosas.

Hace un maldito frío y aun así andan por ahí como si nada —quejumbra frotando sus brazos. El otro al ver esto lanza un sueter—. En una hora o dos subirá la temperatura por el hijo de puta que es el clima. Solo apresurémonos a salir de esta ciudad de mierda. —usualmente salen mayor cantidad de palabrotas cuando está enojado.

Sigo teniendo mucha hambre, seis días con una sola comida para estomago de niño me va a matar —se montó el bolso al hombro—. ¿Podríamos buscar que comer antes de que me desmaye de nuevo a medía vía?

— Pásame el revolver.

Creo que hay un supermercado cerca. Con suerte no estará saqueado y tendremos un desayuno decente

— Deja de hablar tanto y Dame la maldita arma

Tomaré eso como un sí iremos —sonríe complacido, al girar encontró una escena…peculiar—. Lo siento. Sigo sin entender cuando pides esto. — admite avergonzado. Sacó el revolver de su pantalón y disparó a la persona de piel grisácea, ojos enrojecidos y una parte faltante de su abdomen. El italiano bufa tirando el cadáver al suelo y luego tomó el arma con brusquedad.

— América es un asco y su gente muy lenta—guardó el revolver en su pantalón y cogió la escopeta apoyada en la pared—. Vamos, debo alimentarte si no quiero que te desmayes de nuevo—menciona con diversión—. Aunque… de verdad te hace falta comer más, Lightning.

Espero que eso no sea un insulto.

Salieron de la tienda y pronto estuvieron caminando por la destruida y desolada calle. A Lightning ya le era indiferente el panorama. Siempre es igual y honestamente se sentiría hasta irritado de que no estuviera así en todo lugar. A final de cuentas, en Estados Unidos se desató un caos terrible que disminuyó su población a un mínimo tal que posiblemente ni siquiera cuente como porcentaje. Fue paulatino y no por ello menos violento.

Una enfermedad extraña que empezaba por ensangrentarte los ojos, una fiebre alta y taponar con la misma sangre los pulmones fue el principal tema de habla hace alrededor de dos años seis meses y medios. Fue horrible y él mismo se creyó infectado; afortunadamente era una enfermedad muy difícil de contagiar, se mantuvo en el país de manera más que exitosa y posiblemente se solucionaría pronto; se creó y se podría destruir.

Y una puta mierda

Se creía que como la viruela se mataría por siempre a la enfermedad de nombre indecible, efectivamente se murió algo y fueron los enfermos que seguido obtenían una curiosa reanimación cerebral mínima… que seguido buscaba infectar al ser sano más cercano. no hubiera sido un problema de no ser porque la enfermedad corría más rápido que un auto de carreras. Empezó en New York y en menos de un mes ya más de la mitad del país tenía el sangriento problema. Porque, oh sorpresa, solo se transmite a través del contacto directo con las heridas, venas, etc, etc.

Cuando menos se dio cuenta, su celebración por ser modelo en una reconocida marca internacional se volvió una huida a toda velocidad para que no los mataran. Se implementó un proceso para evacuar a los sanos, él y sus amigos eran parte de ese grupo con la mala suerte de ser impares y su poco corazón para impedir que una niña se fuera sin su madre. Cedió su lugar y… Justo en ese instante el aeropuerto tuvo un ataque.

Se considera una persona altamente desgraciada. Que él sepa, no hubo más vuelos para irse del pais y él quedo completamente varado. Al principio entró en crisis, quiso morirse, intento suicidarse y alguien tuvo la gentileza de impedirlo. Eso ya es historia para otro momento. Lo cierto es que de todo este tiempo, al menos la mitad si es que no más la tenía vagando en completa soledad… Escuchaba gruñidos de esas personas enfermas, muertas o lo que sea día tras día cada vez que andaba por la calle. Estuvo un tiempo simplemente instalado en un lugar como esperando morir por inanición, un tiro a la cabeza o que le saliera alas a alguno para alcanzarlo. Afortunadamente no pasó y cuando pasaba horas llorando por pura frustración de no saber qué hacer… se topó con alguien: El italiano Francesco Bernoulli.

Fue mera casualidad. Lo dejó entrar a su "vivienda" para que no lo mataran a base de canibalismo y volviera como un enfermo más. Desde el principio hubo un problema tremendo: No entienden ni una sola palabra de lo que dicen. Lightning no sabe ni una pisca de italiano y Francesco se declara incompetente en cuanto al inglés. Esto mantuvo el recelo en ambos hombres, pero cuando el italiano se iba lo detuvo al instante. No lo conocía de nada y posiblemente lo matara para sacar algún provecho de él o quedarse con sus cosas, pero… Es otro ser humano en meses donde hasta su voz se dañó muy ligeramente por el desuso.

Prefería tenerlo cerca aun si no entendía nada y Francesco parecía opinar igual. Tuvo oportunidades y razones para irse, pero se mantuvo con Lightning. Las razones eran iguales aunque ellos no lo sabían. Pensaban que uno sacaba beneficio del otro de algún modo. Siendo así Francesco explico a muy duras penas que quería llegar a Canadá, sin embargo, no tenía ni la más remota idea de a dónde ir porque los mapas se le hacían un lio terrible. Lightning no entendía de que serviría ir a Canadá, quizá para morir de hipotermia o poco más, aunque sin nada mejor que hacer o como detener al único ser viviente en muchísimos kilómetros a la redonda tampoco se pondría quisquilloso. Su cruzada inició hace dos meses y ya se siente que fue una eternidad.

Desde que tiene memoria ha sido alguien delgado, pero ahora es otra cosa. Puede ver sus costillas sin esforzarse tanto y honestamente no debe pesar absolutamente nada si Francesco es capaz de llevarlo en su espalda las seis veces que se ha desmayado por falta de alimentación decente. El italiano está genuinamente preocupado por ello; no puede hacer nada por mejorar la situación, tan solo ir más rápido y llegar finalmente a la línea fronteriza entre Canadá y Estados Unidos. Llegaron a un supermercado que luce bastante bien desde las puertas de cristal. Francesco silba y nada ocurre.

Parece que por fin corremos con algo de suerte. —comenta metiendo las manos en los bolsillos del pantalón que lleva puesto.

Es muy sospechoso que esto esté tan bien puesto… considerando que parece haber pasado un tornado por el resto de la ciudad — hace pequeños gestos sin lograr hacerse entender del todo. Francesco se encoge de hombros caminando en dirección al local—. No creo que sea buena ide-

Lo jaló justo al instante en que un cable casi invisible en el suelo se cortó y en el lugar donde estaría el italiano ahora hay un contrapeso, se disparó una escopeta y queda clarísimo que alguien estuvo ahí; importándole poco o nada matar a esa necesitada persona en busca de comida. En este caso, ellos. Francesco bufó, debió ver que eso vendría.

— Esto es una maldita mierda…

Espero que eso en italiano signifique que vamos a entrar de todos modos—ya ha pasado antes, lleva casi tres semanas pasando y a estas alturas Lightning cree que hay alguien siguiéndolos queriendo matarlos lo más pronto posible—. Hey ¿Entonces?

No podemos hacernos la vista gorda de nuevo. Sea o no una casualidad tengo que engordarte al menos dos kilos. —sintió un alivio tremendo al ver al italiano entrar en el local.

Francesco se sentía responsable de Lightning. En primera por haberlo convencido de alguna manera de acompañarlo y en segunda porque el hombre se ve tan propenso a querer matarse que le produce escalofríos. No hace falta tener una visión excelente para notar los cortes en sus muñecas ni la expresión desesperada que parece ser permanente. Tiene la impresión de que estando ambos juntos espera lo peor, incluso que el cielo se rompa y los aplaste; gustaría tener una explicación, el problema es que obviamente aun si la tiene no iba a entenderla.

Tampoco necesita el idioma para saber que se despierta a mitad de la noche llorando a mares llamando a dos personas. En conclusión, el rubio es alguien igual de frágil a como su apariencia lo delata… Una apariencia que impidió que lo matara en primer lugar. Todo está en la mierda y admite que ver un rostro tan bello a pesar de la agotado que tuviera lo animó bastante.

Sin mencionar que afortunadamente mantiene la figura de modelo. Encontraron algunas revistas donde estaba él. Era una pena no haberse conocido antes… y no haber estudiado idiomas.

Volviendo al asunto, entraron al local con luces débiles a nada de quemarse. La comida en los congeladores no era una opción, pero los estantes están considerablemente llenos y no esperó para abrir lo primero que se topó y que de hecho no estuviera caducado. Francesco empezó a guardar en ese bolso vacío de repuesto dejando al rubio comer sentado en el mostrador del área de carnicería. Quién sabe cuanta cosa comió hasta sentir su suplicante estómago lleno; se acercó al italiano extiendo una lata de raviolis en salsa. Es lo único que sabe que le gusta.

Prefiero comer fuera del lugar donde nos van a matar intentaron matar, muy amable. —dice jocoso dejando el bolso ya lleno en suelo.

Pareces Hudson trabajando sin parar para luego reclamarme algo. No sé qué dices, pero anda, come.

Deja de chocar la maldita lata contra la cara de Francesco

Come.

Ya te dije que—en su cara había un reproche tal que no terminó de hablar.

Yo ya estoy lleno y aunque seas más fuerte necesitas comer. Solo hazlo ¿sí? —acabó tomando la lata y abriéndola con toda la resignación del mundo. Para compensar el asunto al menos le saco una sonrisa al rubio—. Bien… Gracias por esforzarte tanto en cuidar de mí.

Sea un pensamiento narcisista, tenía la impresión de que eso es lo que Francesco estaba haciendo apenas decidieron partir juntos. Lo molesta, pero no es capaz de rechazar las buenas intenciones del italiano que suele repetir su nombre en lo que cree es hablar en tercera persona. Siendo más bajito se alzó para darle un pequeño beso en la mejilla y después andar por el lugar en caso de que necesitaran algo más. Francesco sabe que Thanks es Grazie por lo que no pudo aguantarse una risita ¿Que estaría agradeciendo? Sea como sea, el contacto no venía mal.

Para nada… demasiado tiempo vagando perdido como para rechazar este tipo de contactos. Mientras más lo abrazara o besara el americano más contento se sentiría. Ve ondear la melena rubia y larga, diferente a lo corto que era antes de este desastre. Le gusta cómo se mueve, como a pesar de no ser lavada apropiadamente se ve lisa y brillante con la luz.

Llevarlo a Canadá se ha vuelto algo esencial, no debe permitir que algo tan bello se muera en este lugar, debe mantener esa flor viva a como dé lugar. De otro modo, sentirá que no ha valido la pena haber sobrevivido a todo esto. Lightning es una buena razón para seguir andando, una que antes no tenía. Suspira divertido de verlo probarse gafas de sol.

Francesco aun no entiende cómo alguien como tu estaba solo. —dice distraído en lo que come su desayuno y el otro sigue jugando con lo que se encuentre. Iban a tener otro día muy largo.

Tal como se quejó, el día se hizo más caluroso unas cuantas horas después, quizás tres. Ir caminando y probando que algún auto funcionara se acabó al momento en que salieron de la ciudad y se enfrentaron a una carretera que es de muchos, muchísimos kilómetros de distancia. Menuda desgracia. Lightning iba con unos grandes lentes de sol y una bufanda blanca envolviendo su cabeza. Si permitía que mucha luz solar le pegara en la cabeza iba a acabar con un dolor de cabeza que nadie en su lugar aguantaría.

Su vestimenta consiste en un pantalón de cuero ligeramente ajustado, un par de botas al mejor estilo rockero y un top. Cuando no hace calor lleva chaqueta del mismo material que su pantalón; Francesco llevaba unos pantalones de jean, playera con un decorado de comic y una camisa a cuadros arremangada. Es una peculiar forma de vestir la que se cargan ambos, pero es lo que cogieron en la última tienda de ropa que se cruzaron. Francesco podía darse cuenta de ese modo que tan mal estuviera en rubio en cuanto a comida, por lo que no era una mala elección.

Hablaban en voz moderadamente baja de temas totalmente opuestos, pero sin saber o dar importancia a ello. Simplemente escuchaban la voz del otro, lo interpretaban como respuesta y así creaban un falso diálogo que disfraza el monólogo. Algunas veces se acaban riendo de lo desesperados que están como para hacer esto, sin embargo es una forma de disfrutar la compañía del otro hasta que empiece a atardecer, deban apurar el paso y hallar donde rayos dormir.

Afortunadamente encontraron un pueblo pequeño y de seguro ubicado ahí como parada para turistas. Con los últimos rayos de sol entraron a la primera casa que se toparon, bloquearon la puerta y sonidos de golpes y gruñido llegaron al instante. El italiano algunas veces llega a creer que los tiene siguiéndolos, siempre que el sol se pone aparecen al instante y eso no es normal. Incluso estando solo es algo que ocurría; a llegado a sentir miedo de que por su culpa acaben matando o infectando a Lightning de algún modo.

Vaya, esta casa es tan de abuelita que me recuerda a alguien. En la Ruta sesenta y seis había una señora que se le olvidaba absolutamente todo, incluso que su esposo murió. Su casa se parecía a esta, aunque la suya tenía más fotos y menos santos. —comenta divertido. Francesco dejó el bolso que lleva en el suelo. Las ventanas de la casa estaban cerradas con tablones de madera.

— Esta señora tuvo la decencia de dejar bien su casa. Espero que donde sea que esté se encuentre bien y no se enoje por esto. —murmura viendo entre dos tablones y casi cayendo de espalda al notar que uno de esos también lo hace.

Tiene la iris extrañamente amarilla y contrario a los que ha podido ver hasta fecha luce muy bien; sombrío y salido de una película de terror por su piel gris, pero dentro de lo que cabe está bien. Dándole más vuelta ¿eran capaces de mantener la tan vista fija? Hasta donde recuerda eran "ciegos", no portadores de brillantes faros de luz amarilla. Por no mencionar que es más corpulento y se ve extrañamente fuerte… vivo para resumir. Lo vio mover los labios de forma muy brusca y haciendo ruidos extraños que lo hacen suponer que debe dormir más para dejar de alucinar.

Ellos no pueden hablar

Para su sorpresa, algunos semejantes a él, pero más pequeños, se retiraban junto a ese como si sus sonidos fuesen una orden a perros bien entrenados. Se alejó de la ventana, su imaginación no puede ser tan hija de puta de inventarse todo eso ¿Verdad? Miró a Lightning que colocaba velas en sitios exactos para que hubiera iluminación suficiente y no excesiva en lugar. Le dio el encendedor y este prendía cada pequeña vela a medio consumir.

Hay algo muy extraño pasando con ellos. Francesco no es médico, pero eso no debe ser normal—murmura pensativo. Lightning sacude cobertores y cojines para poder dormir en los sofás—. Iré a ver arriba. —señala y el americano asiente.

Cuando Francesco no estaba o hay suficiente distancia -o eso cree él de manera ilusa-, se ponía a tararear la primera cosa que se le venía a la cabeza. Podía estar cantando Lady Gaga en un instante y al siguiente una canción de comercial de Coca-Cola. Al italiano le gustaba mucho escucharlo aun si fuera tan quedo, es un rasgo tierno que de tanto en tanto corresponde antes de que se vayan a dormir.

El piso superior está en completa penumbra, exploró un poco; dos habitaciones vacías, tomó los edredones porque el frío acabará por enfermarlo y eso si es que es una mierda. Al entrar a la última habitación empezó a toser por el mal olor que salió de ahí. Cerró rápido, no necesita saber que tan mal está el cadáver de alguien suicidado. Apenas alcanzó a ver que es hombre y consumido por larvas y demás agentes en un cuerpo putrefacto. Quizá debió prestar más atención en biología. Aunque en biología de bachillerato es seguro que no iba a haber una clase de "Como un enfermo de un Virus nuevo revive tras Morir"

Esa clase sí que hubiera sido entretenida.

Bajó de nuevo, los muebles perfectamente acomodados para dormir mejor que la noche anterior -en el suelo-, y Lightning habiendo preparado para cenar lo que hay en la casi vacía despensa más lo que trajeron. No ha cenado tan bien en días, su estómago crujiendo por el solo olor se lo informó.

Dios bendiga tus manos por alimentar tan bien a Francesco—comenta con sonrisa coqueta. Lightning correspondió con un gesto tímido, asumía que el olor de la pasta y la salsa con albóndigas de lata le está gustando—. Arriba no hay nada relevante. No subas.

Eh… ¿Dormiremos arriba? está un poco oscuro y dado que también se guía con sus expresiones es complicado. Francesco negó vehemente por la señal afirmativa del rubio—. ¿Es malo arriba?

— Si. Creo que ya entendiste. —suspiro aliviado.

Comieron en cierto silencio que no era incómodo o atosigante. Lightning come acelerado y prácticamente limpia el plato; Francesco más bien ve la entrada de tanto en tanto como dudoso, los golpes son menos fuertes y constantes. Ya casi no hay enfermos fuera, lejos de aliviarlo lo preocupa enormemente por culpa de ese enfermo tan… ¿Sano? No sabe cómo llamar su situación. Al terminar de comer con tanto gusto Lightning llevó los platos a la cocina y al regresar de ella dejó un mapa en la mesa.

¿Dónde estamos? —pregunta viendo ese trozo de papel con odio.

Canadá —señala y hace un pequeño circulo con un bolígrafo que estuvo tirado en el piso—. Nosotros—hace enorme circulo en Missouri—. Y todo lo que falta por avanzar. —concluye con sonrisa tensa al trazar la línea que conecta un lugar con otro. Francesco se frota las sienes.

— Estamos asquerosamente lejos aún. Vengo desde… "California" y siento que llevo toda mi vida caminando para llegar a Canadá. —Lightning hizo una mueca, debe estarse quejando de caminar y habiendo estado en California ha hecho un gran maratón.

— Quizás encontremos un auto funcional en algún momento y podamos llegar más rápido. —dobla el mapa y le sonríe. Francesco se pregunta si en algún momento Lightning a interrogado ¿Por qué ir a Canadá? Asume que no, hasta ahora no lo ha escuchado nombrar ese país.

Aunque con la condición que tienen, no lo sorprendería que no le importe la razón de ir. Él lo acompañó como un pequeño cachorro para no estar solo. Podría incluso ir a su "guarida" para matarlo y Lightning ni siquiera lo sabría. Aplicaría a la inversa sin dudas, que mal hace la desesperación por no volver a estar rotundamente solos. Cada uno se acostó en un mueble con los edredones acobijándolos. Se quedaron viendo, una vela en el suelo para alumbrarlos.

— Buenas noches. —despide con queda.

— Buenas noches, Francesco. —le sonríe suavemente antes de soplar la vela y girarse en su sitio para darle la espalda.

Espero que hoy no tengas pesadillas. —le desea con sinceridad.


—Así que… Te jodiste por dejar a una niña ser feliz yéndose con su madre en lugar de tomar tu maldito asiento en ese helicóptero… Amigo mio, eso es tener la suerte metida en el culo.suspira abrazando sus piernas.

Huyendo de los infectados se topó con alguien… Particular por llamarlo de un modo no tan feo. El hombre -que apenas tiene diecinueve-, apareció de repente frente a él con un rifle cruzado al pecho y disparando una metralleta con una expresión de psicópata. A decir verdad, casi se desmaya de verlo; sin embargo, aparte de que esa peculiar criatura lo invitó, él decidió seguir con él ya que no parecía molestarlo.

Se llama Jackson Storm y estudiaba medicina forense; reprobando el semestre por estar con la cabeza metida en su hobbie de carreras ilegales. Es un muchacho extraño: habla y gesticula de cierta manera entre confiada y burlona; su corte deja dos largos mechones de cabello negro azulado enmarcando su cara; tiene la mala maña de exhibir la perforación en su lengua y dice una grosería cada dos por tres… realmente es el rasgo más normal en Jackson considerando la edad que tiene.

Bueno amigo mio… Al menos tocaste con suerte de toparte conmigo. —aseguró la primera noche en que estuvieron como compañeros tras el lindo detalle del muchacho de evitar que se suicidara… Sin comentarios al respecto.

Jackson tiende a reírse de su poca resistencia a ver sangre. Acaba vomitando lo poco que come cada vez que un cuerpo asquerosamente mutilado está en la acera que debe transitar. Lo acusa de blando y bastante vulnerable; Lightning sencillamente no creyó que algún día algo como esto ocurriría y debía ser fuerte para ello. Supo enfrentarse a la vida casi solo, esto sencillamente lo sobrepasa. Tenían como destino llegar a Colorado, al principio Jackson no le dijo porque debido a razones varias como salir huyendo antes de que los maten y demás.

Sin embargo una noche fue distinto.

Bueno estaba en Texas porque se supone que ahí iban a trasladarme a Alaska. Los enfermos no pueden andar en el frío, literalmente los mata una miserable brisa de invierno. —explica con diversión. Lightning se acomodó el cabello tras la oreja. Está a nada de bajar por sus hombros y no sabe si eso es bueno o malo.

— ¿Y eso que tiene que ver con que vayas a Colorado? —pregunta confundido por la falta de conexión. Hizo una mueca de asco cuando clavó un trozo de patata en su pircing.

Quien pidió ese traslado fue mi novio. Todo un Daddy: Agente secreto, millones en la cuenta y demás. El problema es que el avión explotó por los enfermos trepándose y golpeando. Antes de que la señal se fuera a la reverenda mierda me dijo que me vería en Colorado. —asintió ligeramente con la cabeza para luego ladearla.

Siendo honesto… no pensé que fueses Gay.

¿Y tú no lo eres? Principito. —burla. Lightning lo vio con fastidio para poder seguir comiendo.

Dada la distancia el tiempo que pasaron juntos fue bastante largo. Alrededor de dos meses y medio o más. La confianza empezó a surgir, como un par de buenos amigos. Jackson lo enseño a disparar una pistola, que tan profundo debe clavar un objeto para que el cerebro deje de funcionar; encender un auto sin llave y por sobre todo, esconderse de los enfermos para no ser descubierto sino hasta la mañana. Periodo en el que están más inactivos.

No sabría cómo explicártelo sin recurrir a las mierdas técnicas. El asunto es el siguiente, hay criaturas nocturnas con vista y piel sensible a los rayos ultra violeta. Por lo que entiendo, el virus hace eso: Sensibiliza la piel y la vista hasta el punto de ser nocturnos.

Pero aún hay de ellos durante el día.

Los más moribundos. Los que necesitan con mayor desesperación contagiar para que su existencia tenga un mínimo sentido—resalta con el dedo enroscado en el cabello rubio—. Es cuestión de instinto. Una vez tienes tu función debes cumplir. Sino ¿de qué sirve que siquiera la tuvieras?

Suena muy… rígido.

lo es. al menos cuando no tienes razonamiento con el cual darte cuenta. Nuestra función es reproducirnos como conejos y aun así ve al hijo de puta que se le ocurrió la brillante idea de soltar un virus letal en pleno Estados Unidos. Es algo secundario porque dejó el instinto a un lado… más o menos. —recostó la cabeza de su hombro, jala con suavidad de los hilos en el deshilachado pantalón que tiene puesto.

Aun así «Crea» … No lo deja totalmente atrás. — asiente satisfecho de que lo entendiera.

Igual esperó por las bolas de Cristo que ese Virus no evolucione. Transmitirse por aire o permitir que resurja el intelecto sería la muerte. —rió suavemente. Jackson y sus maneras de aliviar el ambiente.

Aprovechando que aún había agua y calentador funcional en ese piso decidió tomar una ducha. Pensando en la informativa conversación olvidó cerrar la puertas como solía hacerlo siempre en su hogar. Antes de meterse a la ducha Jackson lo vio y silbó con expresión de ligera sorpresa. Lightning enrojeció tapándose al instante.

¿Eres un…? —asintió repetidamente antes de que lo dijera—. Vaya, eso explica mejor como eres así principito.

Deja de llamarme así. —pide antes de cerrar la puerta, o al menos intentarlo. Jackson entró en el baño y lo arrinconó.

Es una putada, pero mi novio no quiso tener sexo conmigo por ser menor de edad y cuando lo era tuvo una misión larguísima. Apenas tenemos ocasiones en las que me jodió tanto que acabe inconsciente —ahora no sabe que pensar con respecto a Jackson y su relación—. El único asunto es que no podría ponerme arriba suyo. No me lo permite.

Y-Ya, pero-

Tengamos sexo tu y yo—ofrece, Lightning quería fusionarse con la cerámica—. No prometo ser muy gentil, pero te aseguro que te vas a divertir. —pasó los brazos por la cintura del rubio y quitó la toalla. Lamió la oreja de Lightning que tembló violentamente.

No quiero.

¿Unm? —lo vio con ligera sorpresa—. Oh vamos… Aquí hay cama, incluso no saldremos mañana para que descanses—canturrea acariciando la piel apenas sudada que permanecía suave a pesar de la suciedad—. Además necesitamos desahogo ¿o no?

No necesito ningún desahogo y no quiero hacerlo. Suéltame. —con un poco de forcejeo no tuvo otra opción de soltarlo. Jackson lo miró de arriba abajo y a juzgar por su vergüenza…

No me digas que no lo has hecho nunca—pregunta retórico. Lo tomó del brazo —. QUE MUNDO MÁS IMBÉCIL. Nadie se tiró al modelo más natural. Creo que en mi vida había visto un desperdicio más grande. Ahora con todo en la mierda ¿Quién crees que te va a coger?

Jackson suéltame ya, no me importa eso.

Eres hombre, tienes pene y tarde o temprano ese pene va a querer atención. Además somos criaturas inminentemente sexuales. Si yo no lo hago, lo hará otro y no sé si ahí afuera contaran con mi gentileza. Principito. —mofa besándole la mejilla y saliendo del baño. Lightning bufo molesto viendo su antebrazo marcado por el agarre. No fue tan fuerte, no obstante con lo poco que ha comido en este tiempo su piel demuestra lo sensible que siempre ha sido.

Afortunadamente Jackson no siguió con el tema los días posteriores. Retomaron una rutina que a Lightning le gustaba cantidad. Lo único persistente era ser llamado "Principito". Lo irritaba de sobremanera porque muchos antes lo llamaban así y aunque no ha tenido sexo si lo han acosado cantidad de veces para poder llegar a ese punto. El tema "Sexo" le resbala totalmente… a Jackson no, lo ha escuchado masturbarse algunas veces, igual no se lo dice ¿Para qué? A pocos días de llegar a Colorado pasó un pequeño problema.

Oye amigo… vas bien acompañado. —Jackson miró el cielo, estaba atardeciendo, calcula que quedan cuarenta minutos de luz solar y esos son cuarenta minutos de irse corriendo a encontrar un lugar con una puerta lo suficientemente resistente.

Si. Lo sé. Una hermosura que no se toca por desgracia. —mofa casi ignorándolos. Lightning se mostró incómodo por la forma en que los ven a los dos.

¿No se toca? Amigo, has desperdiciado tres meses junto al modelito. —burla uno de los siete hombres que obstruyen su paso.

Estoy buscando a alguien para que hagamos un trio. Por eso no lo he tocado. —explica con altanería y falsa sonrisa. Unas carcajadas se oyeron, Lightning se mostró aún más receloso.

Hombre yo no resistiría ni un poco. Mira nada más… Aun con tierra encima provoca partirlo a la mitad… ¿Por qué no lo prestas? Te lo dejaremos listo para ese trio que tienes planeado.

La expresión se Jackson se hizo sombría. Como si algo de lo que acaban de decir lo molesto y eso es teóricamente complicado de lograr. Lightning mantenía las manos tranquilas con el par de cuchillos que Jackson le indico que tuviera bajo la manga por precaución. Parecía como si hubiese predicho esta situación.

No. Quítense de en medio. Va a ser de noche pronto y-

Disparó directo a la cara de él que alzó su arma en su dirección. Lightning apuñalo en el estómago al que intento tomarlo de rehén mientras el menor disparaba a la pierna, estómago u hombro de los demás. Al final estuvieron Moribundos a más no poder. Jackson cogió a Lightning del brazo para correr a un edificio abierto y clausurarlo con la cortina de metal. Subieron hasta el quinto piso y bloquearon la puerta en el primer apartamento que vieron. El atardecer ceso y los gritos de ayuda hicieron eco en el silencio.

Jackson…

Déjalos ahí. Me siento el Papa Benedicto en comparación a ellos. Violadores de mierda-

Están viniendo. —informa asomado por una ventana.

Jackson se puso a su lado y ambos vieron a los infectados llegar con espeluznante velocidad. Se abalanzaron sobre los moribundos que gritan a todo pulmón por el dolor—Vivir solo por infectar no llena sus estómagos. Por eso no pueden evitar comer parte de su presa—. Explica. Cuando ya no hubo más ruido lo jaló del hombro, Lightning no se movió de donde estaba. Es raro, pero cree que uno allá abajo lo está mirando aun cuando no se supone que tengan esa capacidad. Con mayor brusquedad lo apartó de la ventana y la cubrió con las cortinas.

¿Que tan rápido muta un virus?

Depende mucho. Sin embargo y ya que este aun no hace el más mínimo cambio diría que no puede hacerlo.

Lightning se mantuvo pensativo toda la noche, ignorando en gran medida la conversación que Jackson instaló desde la cena hasta que se hizo la hora de dormir en una cama matrimonial. Ninguno quería dormir en el sofá, así que compartir no era tan malo en este instante.

Tienes miedo de acabar como ellos. —afirma rascándose la cabeza. Asintió suavemente con la sabana hasta la nariz.

Es… tan injusto. Tenía una vida y ahora… es como si estuviera en cuenta regresiva y… No quiero morir. —mete la cara en la almohada. Jackson le dio un suave tirón en el cabello para llamar su atención.

No te vas a morir, estoy cuidando muy diligentemente de ti ¿o no? Estoy seguro de que Daddy tendrá algún plan. Después también lo tendrás a él… Con su impulso casi megalómano de cuidar criaturitas desamparadas—desvió la mirada con los labios apretado—. Hey, créeme. Estarás bien, Principito.

— Ese Jackson sí que es importante ¿eh?

Aunque era de día, el ambiente estaba terriblemente gris. Lightning tenía una mano en el pecho y respira con tanta fuerza que podría reventarse los pulmones. El italiano lo vio normalizarse y finalmente decidió decir su duda. Ese es uno de los nombres que quejumbra estando dormido.

— ¿Jackson era tu novio? —aparentemente la pregunta no se entendió. Rebusco en su pésima memoria hasta encontrar la palabra—. Jackson era tu "amigo".

Si, era un amigo… O algo así. —Francesco bajó la mirada y parpadeó repetidamente hasta hacer un pequeño gesto con las manos… más exactamente un circulo con el dedo índice y pulgar para luego meter un dedo. Lightning Enrojeció y comprendió que es lo que quería decir—. ¡No! ¡No era mi novio! Era un amigo—Francesco sigue sin ver la diferencia—. Eh… como… Amico. —dice con torpeza recordando a su mejor amigo Mate festejando por saberse una palabra en italiano gracias a su novia. Es la única que le importaba y le decía así de vez en cuando. Además, recordó que en español es "Amigo" y se acercaba.

¡AMIGO! Bueno, supongo que eso es la diferencia—se sentía muy tonto por no haber entendido. Es culpa del ingles por tener palabras tan parecidas—. ¿Qué pasó con él? ¿se fue con el resto de tus amigos? ¿te abandonó a tu suerte?

Entre ellos sabían que sus conocidos evacuaron. La lista de Lightning le resultaba interminable y recordaba apenas unos cuantos nombres: Mate, Hudson, Sally y Cruz; Francesco por su lado apenas tenía a sus dos amigos Shuu y Raoul. Lo que pasó en ese entretiempo hasta encontrarse es tan largo que no decían nada al respecto. No iban a entenderse para nada.

Lightning mantuvo el silencio y quedó nuevamente recostado en el sofá. Miró al techo, luego a Francesco sentado con el grueso edredón acobijándolo. Suspiró resignado; seguramente no tiene nada que ver con lo que pregunta, pero tiene la ligera sensación de que es mejor decirlo ahora. Una vez frente a él bajó un poco su pantalón.

Doncel. —Francesco abrió los ojos con cierta sorpresa. A nivel de ingle hay una marca de unos cuatro centímetros. Podía parecer un tatuaje, pero por como el color está en su piel se nota que es más un lunar. Una marca de nacimiento.

vaya… Creí que eras simplemente afeminado, no Doncel—La palabra es muy parecida en ambos idiomas. Lo acercó con suavidad y acarició ese tramo de piel—. Es muy complicada de ver, Shuu la tiene en su hombro al menos.

Ibas a verla en algún momento, es casi una cadena de eventos desgraciados así mí. Mejor mostrártela yo y- ¡HEY! ¡ERA QUE LA VIERAS Y YA! —reclama habiéndose sentado de golpe en el mueble.

Lo siento~ Francesco no pudo evitarlo. —alza las manos en son de paz con sonrisa divertida y coqueta.

No pudo resistir dar un besito a la zona con la marca. Siempre se le hizo tierna, incluso a Shuu que es novio de su mejor amigo se lo hizo. Diría que es una mala costumbre. Lightning lucía molesto, quizá ofendido y aunque siguió repitiendo lo mismo como obvia disculpa este siguió enfurruñado.

El rubio estaba completamente negado a salir de la casa, incluso se le montó en la espalda para que no se atreviera a hacerlo. Discutieron a su muy particular manera, sin entender que reclama uno al otro y finalmente, a regañadientes, sacó al americano de la casa para continuar.

El día aclaró y ellos siguieron con su camino de forma relativamente tranquila; sin mucho sol, los infectados tienden a aparecer más. Francesco ya había matado a un par y Lightning también; el rubio se nota muy receloso y más apurado de lo normal. Supieron que la suerte no estaba precisamente de su lado cuando cayó un rayo y algunas gotas descendían del suelo casi negro.

— Esto se siente como si el mundo me escupiera en la cara—bufa Francesco poniéndose la capucha de la chaqueta al igual que Lightning. Más por inercia que por utilidad. Lightning lo hizo casi correr—. Está demasiado oscuro aquí, no vamos a-

Su comentario murió cuando tuvo que disparar a uno que se le lanzó en la cara. Lightning clavó un cuchillo en la cara del infectado que lo agarró de la mano; Francesco empezó a correr seguido del rubio, empujando y haciendo paso por los molestos enfermos que parecían brotar de las tinieblas.

¡aquí! ¡HEY! —lo tomó de la camisa para que no siguiera de largo. Saltó y se guindó de la persiana metálica y que esta cayera con su peso. Lo tomaron del pie y aunque podría cerrar la persiana, con él ahí estorbando no se podría—. ¡FRANCESCO AYÚDAME, AYÚDAME! —su voz se volvía cada vez más desesperada. El italiano tomó ambas manos y tiró de él.

¡MIERDA! —Tuvo que soltar la derecha para tomar el hacha oxidada a un lado y cortar al mano que empezaba a jalar su pie y lo haría perder el equilibrio—. ¡AHORA, AHORA, AHORA…! —Lightning finalmente entró y la persiana cayó. Francesco cerró las rejas que había y retrocedieron con lentitud.

N-no salgamos más cuando este nublado ¿sí? —pide agitado con las manos contra su pecho, Francesco supuso que Nublado tiene que ver con Nubes, por lo que asintió simplemente. Hasta ahora no les había pasado esto—. ¡DIME QUE NO LO HAREMOS! —exigió a gritos repentinamente.

— Tranquilo, fue solo… mala suerte, no volverá a-

Lightning lo abrazó y lo apretaba con tanta fuerza que sus costillas crujieron. Acarició su cabello, está temblando demasiado, pareciera que en cualquier momento va a tener un ataque de ansiedad o algo peor. Murmuraba Tranquilízate de la manera torpe.

Subieron al segundo piso del abasto, a la vez que un almacén debía ser la casa del dueño o dueña del local. Fue una suerte que estuviera tan a las afueras de esa ciudad a la que se dirigían; de otro modo no hubieran llegado enteros… O tan enteros como lo están ahora o meridianamente intactos.

Déjame ver —pide una vez el rubio se sentó en el mueble. Este intento levantarse el pantalón, las manos temblorosas se lo impidieron. Francesco hizo a un lado el cuero roto y vio las varias mordidas que hay en la pantorrilla—. Te duele, supongo.

Creo que… me he acostumbrado a ellas. No me duele mucho. —murmura moqueando, vio su mano sangrando con las marcas de dientes. Limpió la palma con el mueble.

Buscaré si hay vendas aquí… No te muevas y… No importa —musita con sonrisa amable, Lightning veía la mordida en el antebrazo del italiano—. No duele tanto como esas.

— Pudieron haberte arrancado el brazo…

— No me voy a sentir mejor si haces eso, si toma gangrena será culpa tuya.

Deberías tener más cuidado ¿Qué pasa si te quedas sin una mano?

— Si, si duele si lo haces, deja de hacerlo y preguntar si duele.

Unos segundos de silencio y suspiraron al mismo tiempo, era obvio que no estaban entendiendo la línea de pensamiento del otro. Francesco entró al pequeño baño de la vivienda y sacó el botiquín. Tenía vendas suficientes para Lightning si no venda su mano y si él no venda su brazo. Considerando que deben caminar, le importa más la pierna.

Volvió donde el rubio se apoyaba en una sola pierna para ver por la ventana. El italiano se había percatado hace un tiempo que el americano se iba en las nebulosas cuando hacía eso. Incluso parecía tener una conexión extraña con los enfermos.

Alguno siempre lo miraba. Tal como el de ayer.

Lo apartó de la ventana al percatarse de que de hecho este estaba ahí, viendo arriba con una cara de pocos amigos y ojos amarillo resaltando entre la penumbra. Sí dispara un láser en ese instante, no le parecería extraño.

Ese de ojos amarillos estaba allá atrás… Creería que nos sigue si no es porque no pueden pensar en nada.

Me… cortas la circulación de la pierna —quejumbra dándole palmadas en el hombro—. Francesco, mi pierna, duele, eso duele; no lo aprietes ¡TANTO! —chilló llamando la atención del italiano, este vio achinando los ojos. no ve una mierda y no hay electricidad o velas a la vista.

Creo que quedó un poquito justo… —Lightning lo miró con un tic en la ceja. Seguramente ya se dio cuenta de lo que decía—. Realmente tenemos mucha suerte de ser inmunes los dos. —musita tras aflojar un poco la venda ya manchada. Lightning ladeó la cabeza.

Inmune

Palabra que se escribe igual en español, inglés e italiano sin perder su significado.

Francesco luce especialmente orgulloso de llamarse a sí mismo de esa manera, de decir que Lightning también lo es. Lo considera una bendición y en cierta medida lo es. Como seres humanos tienden a descuidarse sea por la razón que sea; ya los han mordido muchas veces y apenas tardan un día o dos en sanar esas heridas

La inmunidad no es un estatus precisamente extraño. Lightning lo vio antes de que todas las señales murieran. Después de ello seguía sin ser extraño, pero el doble de peligroso. Los enfermos se daban cuenta de quien es inmune a su virus y por ende no les servías para nada. Los mataban de forma excesivamente brutal, como si fuesen un animal hambriento que apenas deja los huesos y una que otra cosa de su víctima.

Lightning tiene miedo de ser inmune y de hecho lo odia en gran medida. Él quisiera estar muerto ya y Francesco lo puede notar en su mirada cada vez que dice esa palabra. Parece amargar un poco más su conciencia oírla y saber que también lo refiere a él.

No pienses en eso ¿sí? — toma la muñeca con pequeñas cicatrices—. No me abandones, por favor. Francesco no quiere volver a ir solo. —besa la muñeca del americano que cree haber entendido lo que pidió y esto solo logró que tuviera ganas de llorar. Un fuerte relampago cayó alumbrando por un instante.

Esa noche cenaron en silencio y Francesco se permitió dormir abrazándolo. Cuida que no se levantara para cometer una tontería.


Ah~ estamos en Colorado, tu amas Colorado, yo amo Colorado, él ama Colorado ¿Quién no amaría Colorado?

Jackson no podía ocultar su entusiasmo de haber llegado finalmente. Tendrían que caminar un par de días más para llegar a su objetivo, pero aquello no era nada en comparación a tanto tiempo y tan lejos. Lightning sonreía por la emoción de Jackson totalmente desentonante con el clima nuboso y gris. El rubio no sentía especial confianza de caminar con el cielo así, no hay mucha luz del sol y cree escuchar esos gruñidos espantosos de los infectados. No obstante es posible que solo sea paranoia.

¿Estás seguro de que a tu novio no le molestará que esté con ustedes…?

Para nada~ A menos que seas comunista y apoyes el pensamiento de Hitler va a amarte. Eres pequeño-

Mides un metro ochenta y cuatro, eres casi un poste. —replica con una sonrisa divertida.

Daddy mide un metro noventa y cuatro —Lightning se puso pálido—. Y la tiene de veintiuno… veintitrés si se emociona demasiadopara ser sincero, no necesitaba esa información—. Como te iba diciendo, eres pequeño, eres hermoso, eres un modelo conocido; eres doncel, tienes voz bonita… Haces lo que otros no.

¿Eso es…?

Aguantarme —carcajea—. Además… eres una buena persona que necesita ayuda, básicamente eres su cosa favorita: Pequeño, dependiente y que sabe no estorbar.

Vaya, muchas gracias. Solo puedo decir que eres guapo y me salvaste. No tengo nada más. —para Jackson es sorpréndete que Lightning pueda aguantarlo en su espalda.

Soy una perra, pero aun así me amas. Una perra invencible. —lamió la oreja del rubio que lo dejó caer. Que horrible escalofrío.

te venció la gravedad. Quién lo diría—Jackson hizo un puchero antes de levantarse—. They say pain is an illusion. This is just a bruise and You are just confused but —Jackson le tomó de la mano, daba pasos exageradamente largos—. I am only human I could use a hand sometimes I am only human

Ahora tengo mucho miedo de que te prefiera a ti —hizo una especie de mueca fingiendo preocupación, Lightning le negó con la cabeza, siguió tarareando hasta que se escuchó un trueno y pequeñas gotas empezaron a caer—. Apenas son las tres de la tarde, que mierda per-

Ambos gritaron al mismo tiempo cuando un infectado salió de la nada y se lanzó sobre Jackson, este apenas tuvo suficiente reflejo para sacar la pistola. Disparó directo a la cabeza y tosió la sangre que le cayó en la boca. Lightning empezó a disparar sin tener un blanco fijo, salían en masa y no sabe a cuál apuntar. Chilló cuando sintió una especie de mordisco en la mano.

¡CORRE, CORRE YA! —ordena levantándose del suelo. Lightning recogió el bolso que había caído y aceleró cuando pudo para ir a la misma altura que el otro. La lluvia se volvía prácticamente torrencial.

¡NO! disparó limpiamente a la cabeza; un infectado se lanzó al costado de Jackson y lo había casi tumbado. Jackson tocó su cuello, hay sangre manchando su mano y viene de él—. ¡DEJA DE QUEDARTE AHÍ PARADO Y VA…!

Miro a los lados y metió a Lightning en el primer local que vio abierto con persiana metálica. Tiró los bolsos dentro con él— Que ni se te ocurra salir ¿Me entendiste? —advierte con los ojos enrojeciendo y la sangre brotando de la mordida en el cuello.

¿¡QUÉ HACES?! ¡JACKSON! ¡JACKSON! —Chocó contra la persiana y la golpeó. Un impulso más fuerte lo tumbo atrás y antes de decir nada escuchaba los gritos agónicos de Jackson al otro lado.

Se quedó quieto y en silencio, seguían golpeando, él seguía gritando y de repente hubo silencio total. A gatas se acercó a la persiana de nuevo— ¿Jackson…? —él sabe que es un gesto tonto llamarlo, pero lo hizo de todos modos.

Su labio inferior empezó a temblar, los ojos se le aguaron y cubriéndose la cara con ambas manos empezó a llorar de la forma más silenciosa que pudiera, acurrucándose en sí mismo y llamando al menor como si fuese a seguir de algo.

No durmió en todos ese tiempo, ni siquiera cuando volvió a amanecer, sentía los ojos irritados; tiene sueño, pero no podría dormir aun si lo intenta. Ve luz brillante bajo la persiana metálica. Ya es de día, está soleado. Aplicó toda su fuerza en alzar lo que le mantiene protegido y al hacerlo sintió las piernas temblar.

Hey… Hey, Jackson… —se acercó al cuerpo en el suelo, aun respiraba, lento y dificultoso. Se arrodilló a su lado y giró la cabeza, los ojos de Jackson están enrojecidos por la sangre, pero aún son grises azulado—. Vo-voy a-

Los… O- negativo son… más lentos… Les toma… hast…a cu-cuarenta y seis… horas cambiar—su voz es ronca, pausada. Su cuello tiene tantas mordidas que cuesta contarlas al igual que sus brazos, manos, pecho y piernas—. Los… A positivo… cuatro…

¿Q-que…?

Ellos… huelen… ¿sabes? sa-saben quién… está vivo por como hu-huele… —Para Lightning no tiene sentido que esté hablando—. Y tu… estás bien. —dice en un suspiro. El rubio miró por un momento su mano con la marca de mordida.

E-es más lento, quizá-

Hay in… munes al virus… Esperaba ser… uno, pero no—una sonrisa se formó en su rostro, como un gesto de ironía—. T-tu si… es una suerte… No gaste m-mi vida en nada…

Y-yo… yosacó la pistola y la puso en la sien de Jackson, este negó con la cabeza para sorpresa del rubio.

Tengo que ir… sea vivo o enfermo… S-si no me ve te matará… McMissile no me pe-perdonaría no llegar—sonríe ampliamente, como si no le pasara nada—. D-durante el día son lentos s-si no ven… nada… Solo cuida de… no dejarme las manos sueltas…

¿¡Estás loco!? No quiero que-

Yo quiero volver y que me lleves con él.

No importaba cuanto le replicara, Jackson no dijo nada más y zanjó el asunto con eso. Lightning lo arrastró hasta dentro del local y tomó todo lo que podía servir, lo ató de manos—The weight of the world is pullin' me down, Every breathe feels like I'm gonna drown, I'm the only one left alone on this Earth Singin' this song but can't find the words. Cus I could use a hand sometimes, Yeah I could use a hand sometimes. They say pain is an illusion… —y solo cuando dejó de respirar paró de cantar. Lo abrazó con fuerza llorando de nuevo con todas sus ganas.

Incluso por un momento, por más corto que fuera… pareció que Jackson lloraba por aquel grito de lamento que el rubio dejaba ir por su muerte. Sin embargo, Lightning sabía que no era así, que era tan solo el virus ensuciando el rostro pálido del más joven.

Los ojos de Jackson lloran sangre… Lo limpió con cuidado; cerró sus ojos aun cuando estos volverían a abrirse y con manos temblorosas logró vendarlo. A cierta distancia había un taller mecánico, tomó cadenas y la puso tanto en el cuello como manos del muerto; Jackson lo indicó así y por pura inercia lo hace.

Cuando se levantó como infectado intentó atacar, Lightning tan solo lo evitó y lo mantuvo encerrado en el cuarto de gerente durante la noche. Amaneció recostado a la puerta que el infectado golpeaba sin parar; pasado un buen rato se levantó y abrió la puerta.

Iba lento cuando la luz del sol impactó contra su piel, tapó su boca. No podía verlo, no quería verlo. Sentía que llevaba a un perro y eso lo atormentaba más de ser humanamente posible. Quería decir que era dramático, que no significa tanto… Luego acababa llorando por exactamente lo mismo, por saber que solo se está mintiendo y no para de preguntarse lo mismo.

¿Por qué lo salvó desde un principio? No lo necesitaba, no tanto como él necesitaba a Jackson. Así que es un bucle infinito de lo mismo… ¿Por qué?

Estuvo una semana y media en camino a la dirección que Jackson le dio; principalmente por pura paranoia casi esquizofrénica: El día se ponía nublado y él se escondía como un animal espantado a que los infectados volvieran. Pasaba esos ratos viendo a Jackson solo de pie, intentando ubicarlo y soltarse para matarlo.

No le hablaba aunque quería hacerlo, como si con ello llegaría a sentirse un poco mejor.

Cuando llegó a un cruce de caminos, a un par de cuadras de donde debía encontrarse con "McMissile", hay un camión enorme con botellones de agua. Considerando que no tenía ya tanta pensó en sacar uno o abrirlos donde están para que la gravedad hiciera lo suyo y llenar los envases que tenía. Un disparo lo detuvo.

Con ese chillido atraerás a lo que sea en un radio de veinte kilómetros—se sonrojo levemente, no es su culpa que lo asuste un disparo que estuvo a poco de reventar su pie—. Aunque tengas el cabello largo, suciedad en la cara; ojeras horribles y unos cuantos kilos menos es obvio que eres Lightning McQueen ¿O me equivoco?

N-no…

Vaya, quien diría que alguien como tu iba a durar tanto—burla guardando el arma en porta pistolas sobaquera que lleva—. Deja la cara de miedo, no vengo a matarte o algo por estilo. Ando buscando a alguien, pero nadie se ha cruzado por aquí aparte de ti. Quizá tú se-

¿Eres McMissile? —asintió con evidente satisfacción en los ojos, Lightning apretó los labios y el bolso que tenía en su hombro—. Es… obvio que yo no podría contra usted y esto sonara extraño, pero… ¿Puede venir conmigo?

Dado que Lightning se veía tan poco capaz de hacer nada sin ponerse a temblar como gelatina lo siguió sin mucha vuelta. Igual iba con su precaución necesaria. Entró a un centro comercial siguiéndolo y al momento de entrar en un banco escuchó un sonido metálico. Quizá cadenas.

Si lo que intentas es que me devore alguna persona mascota que tengas, creo que te va a ir mal. —afirma con sonrisa jocosa, Lightning lo ignoró por completo hasta entrar y permitir al mayor hacerlo. al momento en que McMissile vio a quién estaba ahí hizo una mueca.

A ver, no logra distinguir su cara, cualquiera puede parecerse a otra persona en cuerpo. Avanzó y al estar de frente al infectado que apenas se mueve desprendió la venda de los ojos, ahogó la exclamación y retrocedió medio paso.

Lightning tuvo el cañón de un arma en su frente al instante, no se movió, permaneció sumisamente parado ahí. McMissile lucía neutral, como indiferente y en blanco, a pesar de que su mirada evidencia ira, una especialmente fuerte hacía el.

¿Dónde lo encontraste? ¿Por qué está…?

Él me pidió que lo trajera así hasta acá; quería que lo vieras para que me creyeras que lo conocí… Me ayudó a llegar hasta aquí—el arma de McMissile temblaba levemente—. Él decía que se reuniría contigo, no faltaría a esa promesa ni estando muerto.

¿Y tú cediste a eso por qué…? —presionó con más fuerza el arma.

Evitó que me mataran a mi… Era lo único que podía hacer por él…

Tenía diecinueve años y tu eres mayor ¿¡POR QUÉ UN NIÑO COMO ÉL SALVARÍA A…!?

¡NO LO SÉ! —gritó en respuesta—. NO LO ENTIENDO, SOLO LO HIZO. ¿¡POR QUÉ NO ME MATAS AHORA SI TANTO ME ESTÁS ODIANDO!? SOLO HAZLO—pide con voz desesperada, McMissile bajó un poco el arma—. Yo no puedo solo… No valgo la pena, no sé porque lo hizo.

Bajó el arma por completo. Lightning lo interpretó como un gesto cruel de no hacer lo que él está pidiendo. McMissile, sin embargo, solo podía recordar a Jackson con su extraña actitud cuidando a ese conejo ciego y maltratado que encontró; se lo quedó por una sola razón: Le gustan las criaturas que no podrían sobrevivir mucho de quedarse solas.

Lightning indudablemente debió recordarle a ese conejo que acabó muriendo por haberse escapado accidentalmente. Jackson solo se había frustrado por la estupidez del animal… Y seguro se frustraría muchísimo de ver que eso en lo que botó su vida quería morirse.

Apuntó el arma al menor ya muerto de por sí que lo mira con ojos "ciegos" e inyectados en sangre. Se sorprendió de que Lightning lo hiciera apuntar a un costado de la cabeza—No querrás que lo último que veas sea su cara con un agujero en la frente… Por ti. —afirma el rubio en un murmullo. Disparó el arma y el cuerpo cayó como peso muerto.

Lightning cavó un agujero y McMissile le impidió rellenarlo, lo dejó a un lado, sentado como un niño pequeño sobre el maletero de un auto. Al momento de terminar sacudió la tierra de sus manos. Sacó un cigarro y lo encendió, ladeó la cabeza. Lightning miraba al lado opuesto, pero sabía que estaba llorando.

andando. —dijo tras un rato, cuando el cigarro se consumió sin darle una sola calada. Lightning lo vio sorprendido. McMissile acarició la oreja del rubio, tenía los tres aretes que Jackson llevaba. Apenas se ven con el cabello rubio y algo alborotado por el tiempo sin lavar.

¿Con… usted? —pregunta.

Mi viaje a este infierno tiene que valer de algo, andando. —repitió. Asintió atontado para luego seguirlo, McMissile se montó al hombro uno de los bolsos y camina sin decirle nada al rubio que va a su lado. Más bajito, delgado y delicado de lo que pensó que sería su acompañante en primer lugar.


Abrió lentamente los ojos, se despertó a mitad de noche, encontrando a Lightning con ese impulso sonámbulo de ir a recostarse en cualquier otro lado sin darse cuenta; lloraba y murmuraba el mismo nombre sin parar. Sabe que es por sonambulismo por lo confundido que despierta. Ya es de mañana, pero se siente horriblemente cansado. Que Lightning no estuviera con él lo hizo suspirar con cierto fastidio.

Lo amarraría de no ser porque eso lo pondría más sensible.

—Lightning, espero que si no estás aquí sea porque tenía que ir al baño o desayunar y no- ¡LIGHTNING! —Se apresuró hacía él una vez lo vio sentado en el alfeizar de la ventana viéndose las muñecas que sangran.

Ya sé que tan profundo puedo cortar sin matarme…. Es ridículo, porque lo aprendí en impulsos de no poder hacerlo—musita en voz sumamente baja, Francesco presiona la herida con un pedazo de tela—. Creo que lo único que impide que no me muera ahora eres tú… ¿No me vas a dejar, cierto? —pregunta deteniéndolo y poniendo una mano en la mejilla del italiano.

No te voy a dejar solo ¿vale? Deja de hacerte esto—algunas veces llegaba a sentirse su niñero… de no ser porque Lightning si sabe cuidarse solo. Su expresión debió ser lo suficientemente reprochante como para que Lightning bajara la mano—. No tengo ni la más remota idea de lo que has pasado, supongo que peor o tu te lo tomas peor; pero me fascinaría que no me detuvieras el corazón cada vez que me levanto pensando que te suicidaste y debo viajar solo de nuevo.

te molesto ¿cierto? —interroga ladeando la cabeza—. Lo siento por molestarte… Somos amigos ¿Cierto? Francesco.

El italiano tardó un minuto en procesar lo que escuchó. Fue bastante cantarín y hasta cierto punto, patoso; pero seguramente es porque quería imitar su forma de hablar. Su expresión demostró al ternura que le produjo aquel acto tan sencillo. Algo así debían sentir las madres cuando sus retoños dicen sus primeras palabras.

Le dio un beso en la frente, de cariño e índole franternal. La risita que vino del rubio por el gesto fue suficiente para que bajara un poco hasta dar un beso candido a los labios normalmente pálidos del rubio. Lightning se lo quedo mirando de forma no muy clara; no era reproche, tampoco molestia y se atrevería a decir que era curiosidad. Anhelo o bien al mera duda de si lo pensaba seguir haciendo.

Francesco se limitó a parar el sangrado con una leve curvatura en los labios.

Solo cuando hubo sol y poca actividad en las nubes Lightning permitió la partida a seguir con el rumbo. Dudaba que fuese realmente mala esta precaución del rubio, no deberían arriesgarse de ese modo por más deseosos que estén por llegar a su destino. Lo que si fue extraño es que Lightning lo metiera en una biblioteca municipal un poco patas arriba. Lo vio ir y venir intentando ubicarse entre los altos libreros.

Cuando tardó más de la cuenta fue a donde estaba. Toda una sección brillaba por su ausencia y Lightning revisa los lados con la esperanza de hallar al menos uno de lo que sea que busque. Francesco leyó la inscripción para explicar que se hallaba específicamente en el lugar y mencionaba algo sobre Italia, no está muy seguro de que de Italia debía estar ahí. El punto es que alguien lo tiro todo.

Tenía la esperanza de encontrar algún diccionario Italiano-Inglés o Inglés-Italiano para intentar aprender de algún modo —entendió Diccionario, inglés e italiano. Puede decirse que esta sera una conversación bien entendida—. Hay de francés, noruego y hasta filipino, pero todo lo de Italia simplemente se esfumó. —explica a medida que gesticula. Francesco dio toques a su barbilla, pensativo y dándose cuenta de que su barba empieza a ser molesta.

¿Sería por eso que Lightning se lo quedó viendo temprano? Quizá el vello facial lo molestó… o asqueó. Quién sabe.

Podemos quedarnos aquí a buscar—ofrece siguiendo la mímica—. Yo bloqueo cada entrada mientras tu buscas. Para cuando sea de noche estaremos seguros y si no encuentras nada nos vamos por la mañana. —aparentemente debieron esforzarse más en las señas con las manos, pues a pesar de haberse perdido en las primeras dos palabras, Lightning entendió la propuesta del italiano.

Hicieron lo dicho, desgraciadamente Lightning no encontró lo que buscaba y eso que buscó hasta que casi se mata al caer de la escalera. Cuando daba por perdida su búsqueda encontró una pequeña sala anexa. Por el cristal alcanza a ver una montaña mal apilada de libros en una mesa; debía ser una sala de lectura. Entró y apenas tomó uno vislumbrando que es el dichoso diccionario…

Las ventanas se rompieron con infectados al por mayor. Debido al susto soltó el libro y corrió a la puerta. Cerro a tiempo para evitar que el infectado más grande siquiera lo tocara. Este no golpeaba la puerta o la pared, se lo quedaba viendo fijamente con irises amarillos, bufando como un animal. Ladeó la cabeza, el infectado mueve los labios y gruñe de tanto en tanto... ¿Intenta hablar con él? Eso es imposible, los infectados no tienen la capacidad de hablar.

De hecho no tiene capacidad alguna aparte de aquello que convenga infectar de manera primitiva: Atacar y matar. Quién sabe, quizá ya está tan trastornado que no es capaz de distinguir bien lo que ocurre realmente o ve algo que no existe. El cristal de la puerta fue roto y él permaneció ahí de pie a un par metros, solo viéndolo. La mano grisácea, grande y con mugre estuvo a punto de tocarlo, un par de tiros hicieron que pasara de nuevo por el agujero. Francesco se subió a Lightning al hombro sin pensarse más.

El infectado gritó iracundo y lo vio con algo que parece rencor. Evitó en la medida de lo posible mirar sus ojos. Corrió y se encerró con Lightning en la secretaría de la biblioteca.

Apenas lo sentó le dio una bofetada que lo sacó del ensueño.

Ellos... tendieron una trama —murmuró ignorando el longevo regaño del italiano—. Llegaron justo cuando tome el libro… es como si esperaban que yo entrara ahí. —lo vio con angustia. Francesco resopló. Creía que era una excusa a lo que pasó.

Francesco tiene mucha paciencia, pero no hagas algo tan imbécil. Casi prefiero que te suicides a dejar que te maten—admite con amargura. Lightning miró a todos lados hasta que encontró algo en el suelo. Una trampa de ratones. La señaló y luego arriba—. ¿Había ratones ahí? Eso suena lógico a porque entraron. —lo animales se infectan, al menos las ratas, gatos y algunos perros.

No me estas entendiendo ¿verdad? —el moreno negó con la cabeza. Tomó un lápiz y accionó la trampa. Señaló un libro y luego arriba. Francesco pensó en una larga lista de opciones hasta que la más lógica quedó en su mente.

— Ellos montaron una trampa con los libros. Tú eras el ratón —fue estúpido hacer de orejas con las manos, pero Lightning asintió frenéticamente al saber que se entendió—. Es imposible que ellos armaran una trampa. No sienten, no piensan… Son peor que animales, ellos al menos tienen emociones.

Asintió suavemente, quizá la paranoia le ganó y Francesco se lo está haciendo saber. Sin embargo, en esta ocasión tiene la certeza de que realmente ocurrió, no fue un invento de su mente a tres pasos de ser esquizofrénica. Realmente fue como si sabían que si entraba sería para buscar libros de italiano; los juntaron y esperaron el momento en que entrara.

Sin nombrar que ese infectado se calmó… intentó tocarlo. Actuó delicado y ninguno ha hecho eso hasta ahora.

Dudo que nos topemos con bibliotecas seguido, Francesco debe hallar la enseñarte italiano o la forma de aprender inglés. —tamborilea los dedos y ve por la ventana. Una tormenta se formó y posiblemente sería bastante fuerte.

Lightning—el italiano ladea la cabeza ¿Por qué dice su nombre? Lightning aprovechó un marcador en la oficina, quitó algunos cuadros y al tener la pared blanca colocó su nombre con un pequeño rayo—. Mi nombre es literalmente "Relámpago"

Ah, "relámpago"—escribió justo al lado.

Dado que era relativamente temprano empezaron a decirse palabras al azar que pudieran explicarse fácilmente de aquella manera. Llegaban a confundirse porque dicho objeto podía tener más de una forma de soñarlo, podía ser un ejemplo de lo que es o de lo que está hecho. Francesco literalmente confundió "vaso" con "vidrio" y señaló la ventana como un "vaso". Lightning no pudo evitar reírse y Francesco agradeció hacer esa tontería para verlo reír de esa manera. No es un gesto que pueda ver comúnmente en él.

Corazón

¿Amor?

No—Había visto suficientes camisas de I Italia como para saber cómo se dice y pronuncia Amor inglés. Es posiblemente la palabra más puteada del idioma junto a Feliz o insultos variados que no conoce su traducción sino como se dicen—. Corazón, esto que tienes aquí metido. —acota con una mano en el pecho del rubio.

Corazón—Francesco intento pronunciarlo sin poder hacerlo—. Me pregunto si el corazón de los infectados aun late.

Francesco acabó recostándose en el pecho de Lightning. Su latido es tan tranquilo, desprende su calor corporal y es tan...

Hey, no te duermas.

El italiano acabó dormido acurrucado sobre él. Lightning suspiró resignado y se dejó caer con suavidad al suelo. La alfombra lograría que no fuera tan incómodo. Estuvo acariciando el cabello castaño un rato; como las patillas se volvían barba ligeramente descuidada. Podría afeitarlo. Se lo ofrecería mañana ¿Como se vería sin ella? Desde que lo conoció la tiene.

Buenas noches.

Posiblemente esta es la noche en al que mejor a dormido, nunca pensó que extrañaría tanto sentir el contacto corporal de otro ser humano mientras duerme, acabó acurrucándose un poco para sentir mejor como el italiano lo usa de almohada. La forma en que está tranquilo en su regazo…

Que lo tiene junto a él a pesar de que tiene tanto miedo de que acabe muerto.

Ha querido irse y dejarlo, que siga su camino por su cuenta, pero ¿Volver a estar solo? ¿Dejarlo solo? No podría hacerle eso ni hacerse eso. Tiene demasiado miedo a volver a estar en sepulcral silencio y más aún que Francesco al no encontrarlo lo empiece a buscar si es que le importa tanto.

No desea volver a estar de nuevo a como estuvo sin él… Si debe estarlo, no va a importarle sostener esas promesas y sacrificios por él. No está dispuesto a soportarlo más. Es débil a lo más banal y solo por eso es más vulnerable que cualquiera; solo por ello no importa cuanto sepa pelear, esconderse y sobrevivir: La condición humana de no soportar la soledad lo derrumba.

Solo es humanoSolo son humanos.