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Never can say goodbye to Sam

Piloto

En la pequeña ciudad de Lima dentro del condado de Allen viven dos chicas cuyas vidas estaban a punto de cambiar.

Quinn Evans - El tipo de chica que todas querían ser en la adolescencia; Popular, novia del mariscal de campo, bella y la reina del baile de primavera, otoño, invierno y de graduación. Hija de el matrimonio mas rico y popular de todo Ohio; Russel y Judy Fabray, su vida habia sido hasta ahora toda de color rosa, tenia a su querido Sam y a una linda bebe en camino.

Rachel Berry - La chica que sinceramente no habia tenido la mejor adolescencia o el mejor novio, participe de 15 clubs en la escuela Carmel, Hija de dos hombres homosexuales cosa que nunca le importo, su vida era linda, tenia a Noah, sus padres y a Mercedes su mejor amiga.

Casa de la familia Evans

La casa estaba repleta de gente vestida de negro, los padres de Sam llorando y alguna gente tratando de consolarlos, Russel y Judy sentados con la mirada en blanco sin pronunciar alguna palabra y sin moverse de su asiento; aun con la muerte de Sam el corazón de los padres Fabray no se ablandaba un poco incluso después de ver a su hija destrozada frente a la tumba de su amado y fiel esposo. Después de unas horas de intenso llanto Quinn decidió que era hora que todos se fueran de su casa quería estar sola, la gente empezó a irse y cuando solo quedaban ella y sus padres estos la abrazaron y tomaron rumbo a su mansión.

Quinn quería descansar así que empezó a subir las escaleras cuando el timbre de la puerta empezó a sonar " ¿Quien demonios es? " se pregunto enojada a si misma mientras bajaba las escaleras enojada y a paso apresurado, abrió la puerta y antes de ver quien era pregunto — ¿"¡Que quieres"!? — La chica dio un paso atrás del susto .

— Soy... Rachel Be...rry, disculpa no quería molestarte — Rachel empezó a jugar con su collar tratando de evitar a Quinn quien parecía molesta — Solo vine aquí para darte mi mas sentido pésame —.

Quinn la miro extrañada, no recordó si alguna vez Sam le había mencionado a la chica — No te disculpes, fue mi culpa, son las hormonas — Quinn miro su vientre "cierto tengo un bebe" pensó mientras acariciaba su estomago.

Rachel sonrió al ver su pancita de embarazo, tenia mínimo uno o dos meses — No te preocupes, ¿puedo pasar? —.

Quinn asintio y dejo pasar a Rachel al interior del acogedor pero ahora frió hogar. Quinn se sentó en el sofá y Rachel imito la acción.

— Así que señorita Berry, ¿como conoce a mi difunto esposo?, No recuerdo que el me contara de usted— El estomago se le hizo un nudo al pronunciar la palabra "Difunto" — miraba a Rachel impaciente por una respuesta.

Rachel miro directamente a los ojos color olivo de Quinn — Preferiría que me llamaras Rachel, en fin, es raro que nunca me haya mencionado, soy la ex novia de su mejor amigo —.

Quinn levanto las cejas en forma de arco — ¿conoces a Noah? —.

Rachel asintio y volvio a hablar — siempre hablaba de lo linda y amigable que eras, y cuando pronunciaba tu nombre se le iluminaba la mirada.

Quinn soltó algunas lagrimas que rápido la indujeron a un llanto mas fuerte, Rachel se acerco a la chica, la abrazo y le dio un beso en la frente tratando de calmarla.

— Todo estará bien, si quieres podría ayudarte — Quinn se enderezo en el sillón y se limpio las lagrimas.

— ¿Por que me ayudarías?, apenas si nos conocemos—.

Rachel sonrió — Porque Sam era una excelente persona, y ademas las mujeres tenemos que ayudarnos mutuamente—.

— Supongo que tendré que cuidar de ti y tu bebe, una mujer embarazada no puede vivir sola, es peligroso — Quinn le sonrió.

— ¿ como ? — Rachel la miro y tomo su mano — podría venir a visitarte de vez en cuando y ayudarte con tu casa, ¿tienes trabajo? — Quinn negó con la cabeza. — De nuevo, ¿ por que me ayudas? — Rachel contesto con una sonrisa — Los Berry somos muy amables, y como te dije antes, las mujeres debemos ayudarnos. —

La chicas se habían ganado confianza en esos minutos de platica.

— No puedo aprovecharme de ti Rachel, no puedo, ¿si quiera me conoces? — Rachel negó rotundamente con la cabeza.

— Piensa que esta es una oportunidad para una nueva amistad, esta bien? —.

Las horas pasaron y las chicas se despidieron a eso de las 3:00 de la mañana, "Jamas podre decirte adiós Sam" pensó Quinn mientras subía las escaleras dirigiéndose a descansar. Quinn se sentía mejor al lado de Rachel, tal vez era un ángel que Sam había mandado a cuidarla o solo parte del destino. Se recostó en su cama con las pijamas puestas y apago la lampara.

— "Buenas noches Sammy'' —.

Continuara...