Sion Allegra: …Siii ya estoy de nuevo al aire… como si alguna vez me hubiera ido jajajaja, pero ahora en una extraña dupla, (para los que me conozcan, jeje y para los que no, será una linda pareja a la que conocer… porque dicen que estoy media loca y pues mi compañera no está muy bien tampoco, aunque diga que sí jeje… Tonks si borras esto lo sabré, así que no lo hagas XD), bien espero que les guste el fic y lo disfruten!!!
Nymphadora Tonks: No lo borre Sion..!!! bueno pues.. aki haciendole compañia.. si lo se.. en que problemas me meto.. pero bueno.. espero que no se me pegue mucho la locura.. por ke si.. estoy cuerda..!!!! lo juro!! Pero bueno.. ya pasnado al fic.. lo hicimos entre nosotras dos.. pero lo publique en mi cuenta.. aunque recomiendo los fics de mi compañera.. que son bastantes.. pero tengan cuidado de no confundirse por la cantidad de personajes ke tiene..XD hahahha no te kreas Sion sabes ke me encantan tus fics..!! bueno pues espero ke les guste el fic..!! dejen sus Reviews..!!
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Mini-Merodeadores..!!
Una tibia mañana de Septiembre, en los suburbios de la imponente ciudad de Londres, sobre una pequeña colina se alza un colorido pueblo habitado por magos, por el camino principal, se distingue la lenta figura de un hombre mayor, la edad se nota por su lánguido caminar y cuerpo ligeramente inclinado hacia delante, parece cansado, sin embargo, también decidido a que su agotamiento no lo venza, entre sus brazos y fuertemente guarnecido contra su pecho con gran dificultad se mira lo que pareciera un bulto de no más de 50 centímetros; el anciano parece nervioso, cada 5 segundos exactamente gira la cabeza en todas las direcciones que le es posible y abraza más lo que lleva en brazos, el ruido de una vara partirse por un pie tosco le hace apresurar el paso, de entre el arbusto tras él sale un pequeño perro moviendo la cola, el viejo ya trota en dirección de la ultima casa de la vereda, una linda vivienda de dos plantas de un color ocre, con un pequeño jardín, la puerta de la verja café es abierta de una patada por el hombre, los pasos se escuchan cada vez más cerca, en su carrera hacia la puerta no le importa pisar las flores al salirse del pequeño camino descrito por piedrecillas.
En una de las habitaciones de la segunda planta, algo se remueve bajo un gran número de mantas, una mano sale de entre ellas pidiendo silencio, pero no hay nadie para verla, los únicos habitantes del lugar son dos, el que está bajo las mantas intentando volver a dormir y el otro, el que en la planta baja casi derriba la puerta ocasionándole al primero, un fuerte dolor de cabeza, las mantas se levantan un poco dejando espacio suficiente para poder ver la hora.
-Las siete de la mañana- murmura una voz gruesa debajo de las mantas, después se arropa y se acomoda en la cama y abajo siguen llamando apresuradamente, será imposible volver a dormir, no le queda otro remedio que levantarse y rogar porque no sea uno de sus amigos el que lo despierta a tan inhumana hora, con pesar las mantas caen una sobre otra al otro lado de la cama dejando ver un apuesto hombre de algunos 21 años, con pereza revuelve su casi dorado cabello, su cansada mirada dorada se posa en el pomo de la puerta, al escuchar el insistente golpeteo en la puerta principal se pone de pie, sus amigos no podían ser, lo habían acompañado toda la noche, después de una luna llena solo lo buscarían si fuera por algo muy importante, ignorando la protesta de su cuerpo ante la carrera que intentaba hacer por las escaleras, se apresuró a abrir la puerta, lográndolo justo para atrapar al anciano que se desplomaba hacia él, estaba demasiado débil como para mantener en pie su cuerpo y al anciano.
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En la primera casa de una de las callejuelas del Valle de Godric, resuena un estridente y agudo llanto, en la habitación principal un ojeroso hombre se revoltea bajo las cobijas, a su lado, su esposa duerme tranquilamente, "¡Imposible!... ¿Pero cómo puede dormir con semejante ruido?", se queda boca arriba mirando el delgado edredón, estira una mano y mueve a su mujer, ella murmura algo y se da media vuelta, el pobre hombre se destapa y se sienta con los ojos cerrados, intenta una vez más despertar a la pelirroja a su lado pero ella solo emite algunos balbuceos que no llega a entender, y el chillido continúa, mascullando para sus adentros baja de la cama y camina hacia la puerta, ahoga una maldición, había olvidado abrir los ojos y se dobló el dedo pequeño del pie con la esquina del tocador, sus cansadas avellanas fulminan el mueble, ¡ah y el llanto aumenta!, se gira con la mano en la perilla de la puerta, su esposa sigue durmiendo, ni enterada de que su hijo está a punto de quedarse afónico "¡ah que bien estaría eso!", sonríe mientras la mira, está agotada, él había llegado a las seis de la mañana y su esposa acababa de dormir al bebé, miró su reloj, las siete y cinco, no había dormido nada esa criatura, dando un suspiro de resignación se encaminó a la habitación de su pequeño hijo, cruzó el pasillo y llegó hasta la puerta cerca de las escaleras, miró con sueño la perilla, con gran lentitud levantó el brazo, ese niño tenía buenos pulmones, se decidió y por fin abrió la puerta, encontrándose con una amplia habitación dorada, en la alfombra roja se podían ver muchos peluches, pero los que mas resaltaban eran tres, medían casi un metro, un gran perro negro, un ciervo con imponentes cornamentas y un lobo castaño, justo en medio, una pequeña cuna dorada con barrotes rojos, se revolvió su ya revuelto cabello azabache y con una sonrisa cansada se acercó a la cunita, dentro, un pequeño bebé con demasiado y muy revuelto cabello azabache para sus dos meses de edad estaba rojo del esfuerzo que le provocaba llorar, aunando el mameluco rojo con una Quaffle con cuernos que llevaba en el pecho y la leyenda en amarillo, "Los Matadores de España" desde el cuello hasta el pie derecho, con delicadeza lo tomó de la cuna y se lo colocó en el brazo derecho, hizo una cara de asco mientras se miraba el brazo, era… era… "¿Acaso a Lily se le olvido ponerle un pañal?"se preguntó intentando no vomitar, algo titubeante levantó la piernita del niño, se puso de todos los colores habidos y por haber, definitivamente su esposa necesitaba dormir más, el niño no tenía pañal y todo se le estaba saliendo, miró por toda la habitación pensando qué hacer, junto a la ventana estaba un cambiador dorado, ¿pero que hacía?, no podía despertar a Lily y tampoco podía bañarlo él solo, se le podría desarmar, y si lo limpiaba con toallitas húmedas se las terminaba, ¡por Merlín solo tenía dos meses y su único alimento era leche!, ¿Cómo era posible que pudiera hacer eso, con ese olor y en esa cantidad?, ¡ay! y seguía llorando, corrió hacia el cambiador, puso algunas mantitas y lo recostó, justo cuando su espalda tocó el cojín, se arqueó y chilló más fuerte.
-Por favor Harry, solo te voy a…- se interrumpió, acababa de desabrochar el mameluco, tuvo que desviar la vista, iba a vomitar, se armó de valor y sacó el tarro de toallitas húmedas y empezó a limpiarlo - ¡por Merlín, casi le llega a las orejas! - murmuró asombrado James Potter.
Veinte minutos después, James entraba con un perfumado y limpio Harry en brazos a la cocina, fue al refrigerador, sacó una pequeña botella de vidrio y vacío su contenido a un biberón, con un ligero movimiento de su varita calentó la leche, comprobó en el dorso de su mano que la temperatura fuera la correcta, y dando un gran bostezo fue a la estancia donde se dejó caer en el primer sofá que encontró, el bebé bebió gustoso, "Si acaba de comer, ¿cómo es posible que tenga hambre?" en fin, poco a poco James fue cerrando los ojos, los quería mantener abiertos pero estaba demasiado cansado, solo un par de segundos se dijo y echó la cabeza hacia atrás, el reloj sobre la chimenea marcó las ocho de la mañana con débiles campanadas, James dio un brinco y alarmado miró que no tenía nada en los brazos, ni siquiera el biberón, tragó saliva y miró hacia el piso, no podía haberlo dejado caer, ¿o sí?... ¡no estaba!, cuando desesperado se disponía a correr por toda la casa, ya que repentinamente se le había ido todo el cansancio, escuchó un leve quejido, miró hacia el sofá donde había estado sentado, justo ahí, a la derecha de donde él estaba, con un lindo mameluco amarillo que ponía "Los Matadores de España" y que en los pies estaban dibujadas unas excelentes snitchs, su cabello alborotado, era su hijo, dormido placidamente, respiró aliviado, lo tomó en sus brazos y aferrándose a él subió las escaleras.
Justo cuando arropaba a su bebé, en la puerta principal se escuchó un escándalo, casi la derribaban, miró a Harry, se removía incómodo con el ruido, arrugó el entrecejo e hizo un mohín, iba a despertar, el ruido en la puerta aumentaba, miró al niño que empezaba a quejarse, maldijo su suerte y corrió como un vendaval escaleras abajo, la puerta la tenía solo a unos centímetros, aumentó la velocidad, su mano estaba a punto de tocar la perilla, sí, había abierto la puerta... y Harry comenzaba a llorar de nuevo.
-¡MOONY!- exclamó molesto James señalando las escaleras- ¿Moony? Remus, ¿qué te pasa?- preguntó preocupado al mirar a su amigo, tenía la pijama café destrozada, estaba herido, llevaba algo en los brazos y lo miraba con la cara desencajada por… el dolor?, James se acercó más a su amigo, deteniéndolo en su descenso, Remus se había desmayado, y ahora que hacía con un amigo inconsciente y un bebé que llor… ¿acaso había escuchado otro llanto?, volteó a su amigo, el llanto venía de él…
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Ese bendito teléfono tenía casi ya quince minutos sonando, maldita la hora en la que le había hecho caso a Lily, para qué quería él un aparato de esos?, pero el muy… se dejó convencer por unos bonitos y molestos ojos esmeralda, ¡ah por fin! se había callado el aparato del demonio, se acurrucó más en su cama y se dispuso a retomar el sueño de la linda rubia en bikini.
-¡Padfoot!... ¡levántate ahora mismo!, ¡tengo quince minutos llamándote y la chimenea la tienes cerrada!- gritó James entrando a una desordenada habitación.
-Mrñlprjslñnmn- balbucearon bajo las sábanas.
-¡Sirius!- James ya movía violentamente a su amigo.
-Mrpuyjñl esssstoy dormido- murmuró Sirius dándole la espalda a James.
-Sirius, es sobre Moony...
-No, yo ya terminé la tarea Moony- balbuceó Sirius.
-Bien, tú lo quisiste Padfoot- dijo amenazante James blandiendo su varita, apuntó al bulto de sábanas en la cama haciendo que las sabanas se retiraran dejando ver a un extremadamente apuesto joven de cabello negro y algo largo, llevaba solamente unos boxers negros como pijama, James lo apunto con la varita y pronuncio- ¡Aguamenti!
Una gran lluvia comenzó a caer sobre el joven haciendo que se revolviera en la cama buscando protección contra el agua mientras murmuraba.
-Pam, esta lloviendo, vamos a la cabaña a calentarnos un poco- James rodó los ojos y dejo de hacer caer agua, volvió a apuntar a Sirius con la varita y comenzó a hacerle cosquillas, pero lo único que provoco fue que Padfoot dijera entre risas- Pam, deja, me haces cosquillas.
-¡Sirius Black, levántate en este mismo instante!- grito James mientras zarandeaba a su amigo, pero no obtenía resultado alguno- bueno, si así lo quieres- James se acerco al oído de Sirius y comenzó a susurrarle con voz chillona e intentando hacerla sonar sensual- ya no te estoy haciendo cosquillas Siri-Boy.
-Lo se, nena, lo se- respondió Sirius aún dormido- vamos, prendamos la chimenea para entrar en calor.
-Podría haber otro tipo de calor, ¿no crees?- pregunto James preparándose para lanzar un hechizo a su mejor amigo.
-Eso suena mucho mejor preciosa- respondió Sirius removiéndose en su cama.
-Si, solo con una condición...
-La que quieras hermosura- dijo Sirius dándose vuelta y quedando frente a James.
-Abre los ojos y... ¡¡LEVANTATE DE UNA MALDITA VEZ!! - esto ultimo lo grito con su voz ronca y normal de siempre, provocando que Sirius abriera los ojos al extremo.
-¡No eres la rubia en bikini!- grito Sirius al ver la cara de su mejor amigo en el lugar en donde supuestamente había estado Pamela Anderson.
-¡Levicorpus!- dijo James apuntando a Sirius con su varita, inmediatamente el apuesto joven se vio elevado de su tobillo derecho, James movió su varita y dirigió a Sirius, aun colgando, hacia la ventana.
-Ya, Prongs, ya desperté, ahora bájame quieres- grito Sirius al verse colgado a 5 pisos de altura desde su departamento.
-Ya era hora- dijo James metiéndolo de nuevo a la habitación y dejándolo caer pesadamente sobre el suelo -tienes el sueño mas pesado que...
-Ya- se quejó Sirius poniéndose de pie- ¿a que vienes a despertarme, Potter?
-¡Oh si! Remus!- exclamo James al recordar por que estaba ahí- rápido, tienes que venir conmigo, Remus llegó a mi casa esta mañana, esta muy herido, y no vas a creer lo que trajo con él.
-Pero si apenas anoche fue Luna Llena- dijo Sirius frunciendo el entrecejo y mientras se encaminaba hacia el vestidor a ponerse unos pantalones.
-Lo se, eso es lo que mas me preocupa, esta muy débil- dijo James mientras lanzaba una camisa a Sirius para que se diera prisa- Lily se encargará de él y de...
-¿De?- pregunto Sirius al ver que su amigo se quedaba callado.
-Ya lo verás- respondió James- ahora vamos, tenemos que descubrir que paso.
Los dos amigos salieron del departamento y se dirigieron al Valle de Godric…
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Al llegar a la casa de James se dirigieron directamente a la habitación para invitados, en donde habían acostado a Remus para que descansara y que Lily le sanara las heridas.
-¿Cómo sigue?- Preguntó James entrando silenciosamente a la habitación.
-Ya está mejor, ahora duerme - respondió Lily mientras pasaba un trapo húmedo por la frente de Remus.
- ¿Y el pequeño?- volvió a preguntar James.
-Dormido junto a Harry- respondió Lily levantándose para ir con su esposo.
-Un segundo- dijo Sirius interrumpiendo a la pareja en medio del pequeño beso que se daban- el pequeño y Harry, ¿no son la misma cosa?
-¿No le has dicho?- pregunto Lily mirando a James.
-Bueno, creía que Remus podría explicarnos a todos juntos- respondió James ante la mirada de su mujer.
-Buen punto- dijo Lily- miren, mejor descansemos en lo que Remus se recupera, en un par de horas despertará y podrá contarnos todo.
Los dos animagos asintieron y se dirigieron cada uno a su habitación, Sirius tenía su propia habitación, ya que pasaba mas tiempo ahí que en su departamento.
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La luz no lo dejaba ver muy bien, intentaba enfocar para poder reconocer la habitación en la que se encontraba, en cuanto sus ojos se acostumbraron a la claridad pudo vislumbrar una gran habitación color beige, la reconoció enseguida, estaba en el Valle de Godric, pero, ¿por qué?, intentó incorporarse, pero un fuerte dolor en el brazo y pierna no lo dejaron, tenia vendadas esas zonas, entonces su memoria comenzó a rebobinar, ese anciano, el bulto que lloraba, Greyback, el bebe de ojos miel... esos ojos miel... con otro intento pudo ponerse en pie, no sin muchas muecas de dolor, camino hacia la puerta y la abrió con cuidado, la casa estaba muy silenciosa, demasiado debería decir, en ese momento escucho un par de risitas provenientes de la habitación cerca de las escaleras, con paso lento y tambaleante llego hasta esa puerta, dentro estaban James y Lily jugando con dos pequeños bebés, uno de ellos con muchísimo cabello negro que crecía en todas direcciones, el otro con cabello castaño, el segundo bebé miro a Remus y se quedó viéndolo.
-¿Qué sucede pequeño?- preguntó Lily al ver que el bebé se quedaba quieto de pronto, Lily siguió la mirada del pequeño y vio a Remus apoyado en la puerta- Remus, que haces, deberías estar descansando.
-Yo...- Remus no sabia que decir, no sabia que pasaba, no pudo continuar pensando ya que Lily lo llevó casi a rastras hacia la habitación.
-Te quedas aquí- le dijo Lily una vez que lo acostó de nuevo en la cama- te traeré comida y después nos cuentas que fue lo que pasó, ¿bien?
Remus no tenia fuerzas para replicar, así que simplemente asintió e intento recordar lo que había pasado la noche anterior mientras Lily le traía algo de comer, a los pocos minutos Sirius y James, cada uno con un bebe en brazos entraron en su habitación seguidos por una Lily cargando una charola con mucha comida y una gran cantidad de chocolate.
-Bien Moony- dijo Sirius sentándose en una silla junto a la cama del licántropo- empieza a contarnos de dónde sacaste a este plebe.
-No le digas así Sirius- lo regaño Lily mientras ponía la charola de comida frente a Remus- y Remus va a comer primero.
-Puede comer y contárnoslo, ¿verdad Moony?- pregunto James mientras caminaba de un lado a otro intentando hacer que Harry durmiera su siesta.
-Bueno, yo... no lo recuerdo muy bien- dijo Remus, dio una mordida al emparedado de pavo que Lily le había traído.
-¿No recuerdas como es que terminaste herido y casi muerto con un bebé en la casa de James?- pregunto Sirius, como siempre con su falta de tacto.
-Sirius, no lo presiones- dijo Lily con voz amenazante- Remus, ¿qué fue lo que paso? Debemos saber de quien es este bebé.
-Dina- susurro Remus mirando al pequeño que jugaba con el collar de plata de Sirius, el collar tenia forma de dragón y varias pequeñas piedras rojas representaban el fuego rodeando las letras "SB".
- ¿Cómo?- preguntó James deteniéndose en su paseo para dormir a su hijo.
-Eso fue lo que dijo ese anciano- dijo Remus sin dejar de mirar al pequeño.
- ¿Qué anciano?- pregunto Sirius confundido.
-Remus- dijo Lily volviendo la cabeza del Hombre Lobo para que la viera- dime que fue lo que pasó.
-Bueno- comenzó Remus frunciendo el entrecejo intentando recordar- eran cerca de las siete de la mañana, alguien tocaba a la puerta fuertemente, parecía ser una emergencia, y tuve que atender...
-------------------------Flash Back-----------------------
Con gran dificultad Remus llevó al anciano hasta el sofá olvidando cerrar la puerta, intentó arrancar de los brazos del viejo el pequeño bulto que seguía emitiendo un estridente chillido, pero el anciano lo tenía muy bien sujeto.
-¿Remus Lupin?- preguntó el viejo abriendo lentamente los ojos, Lupin asintió con la cabeza mientras lo ayudaba a sentar bien en el sofá- lamento molestarte, sé que estás cansado, anoche fue luna llena- explicó el viejo mirando con tristeza el bulto en sus brazos, Lupin se sorprendió al escucharlo- Remus, ¿recuerdas a Dina Hill?
-Sí, salí con ella los 2 últimos años del colegio- dijo Remus con una sonrisa melancólica.
-Remus disculpa la forma en la que lo digo, pero no hay tiempo, ¡pero muchacho no cerraste la puerta!- exclamó alarmado el viejo y con un rápido movimiento de su mano cerró la puerta- Remus… Greyback…- Remus se estresó al escuchar dicho nombre- anoche atacó a Dina- Remus perdió el poco color que tenía- yo la ayudé en todo lo que pude…
Un grito de furia y el sonido de la puerta derribándose lo interrumpieron, el viejo se iba a poner de pie pero un rayo verde que le dio en la cabeza se lo impidió, dejando resbalar el bulto de sábanas azules que rodó hasta dar contra una mesita de centro provocando un chillido, Remus se apresuró a recogerlo encontrándose con un trozo de pergamino que tenía dos fechas: 8 de agosto y 8 de mayo, dos fechas que no significaban mucho para él y el hecho de que Greyback riera irónicamente mientras se abalanzaba contra él no le ayudaba mucho, Remus abrazó el pequeño bulto y corrió escaleras arriba, al llegar a su habitación escondió en el closet empotrado en la pared, al pequeño bulto, justo cuando un rayo morado lo arrojaba hacia la cama haciéndolo rebotar y caer al lado de la pared.
-Greyback- susurró Lupin antes de quedar entre la cama y la pared, Greyback se acerco lentamente hacia el closet- ¡Inmovilus!- un rayo salió debajo de la cama y se acercó a toda velocidad al enorme sujeto, quien aún sonriente se giró y con un casi invisible movimiento de su mano lo hizo desaparecer.
-Lupin, tanto tiempo sin vernos y ¿tú me atacas?- susurró Greyback con divertida frialdad, después soltó una carcajada gutural, un rayo azul salió de su varita haciendo un hoyo en la pared al arrojar la cama, Lupin tuvo que girarse a la derecha para esquivar un rayo negro, después dos veces a la izquierda, iba a girar a la derecha, pero un rayo rojo que le cortó a lo largo del brazo derecho le hizo cambiar de dirección.
-Expelliarmus- murmuró Lupin al ver como Greyback se burlaba, Remus corrió hacia el closet, sacó el pequeño bulto y aprovechando el haber mandado a Greyback fuera de la habitación, subió a su escoba y salió por la ventana, pero lo detuvieron del pie, miró sobre su hombro, Greyback lo zarandeaba y él a penas podía mantenerse en la escoba, pues sujetar con una mano el pequeño bulto y el sujetarse con el otro brazo, que además tenía herido no era agradable.
Lupin no lograba entender como tenía tanta energía si acababa de ser luna llena, mientras intentaba zafar su pie, pero simplemente no podía… suspiró decidido y sacando su varita se giró lanzando un rayo azul hacia el enorme licántropo que lo agarraba, Greyback solo dio un grito de furia y jaló con más fuerza a Remus logrando desestabilizarlo haciéndolo caer y que soltara su varita para poder sostenerse de la escoba, el bulto en su brazo izquierdo dio un movimiento brusco y se le zafó justo cuando Greyback se reía agitando la escoba de la que Remus intentaba seguir aferrado, mientras con la izquierda hacía hasta lo imposible por hacerse con el bulto que caía, quitó una sábana que solo logró darle más velocidad en la caída, miró bajó él y después sobre él, simplemente no podía soltarse y mucho menos subir, se detuvo con un par de dedos en la escoba y con otros de la otra mano sujetó una cobijita blanca y rogando por que estuviera bien sujeta intentó subirlo, pero la cobijita se desenredó y a Lupin no le quedó otra opción que soltarse y por fortuna logró agarrar una frazada azul con lunitas en todas sus fases, pero se quedó con ella en la mano, molesto la soltó.
No supo si era la desesperación de ver una mata de cabello dorado cayendo, la risa burlona de Greyback o el ver la tierra cada vez más cerca, pero se giró en el aire y se estiró todo lo que le fue posible logrando hacerse de una pequeña mano que sobresalía de una sábana, la jaló hacia él y lo abrazó mientras se giraba quedando boca arriba, justo a tiempo para caer en un arbusto, del que todo adolorido y lleno de raspones salió rápidamente, respirando agitado miró su brazo derecho, estaba bañado en sangre, después miró su brazo izquierdo, donde tenía sentado a un risueño bebé de cabello dorado que lo miraba interesado, de lindos ojos también dorados, esa mirada le recordaba a alguien, el bebé le jaló el cabello mientras soltaba una carcajada divertida, sacando al licántropo de sus pensamientos, alarmado miró la ventana de su habitación, después miró la puerta principal que tenía enfrente, se abría violentamente y un rayo verde salía hacia él dándole solo oportunidad de abrazar al pequeño intentando protegerlo, cerró los ojos esperando el impacto, un par de segundos después los abrió y miró sorprendido la frazada azul con lunitas frente a él, después miró al bebé que lo miraba fijamente, Remus agarró la frazada y cubrió al niño mientras lanzaba un petrificus que Greyback esquivó fácilmente y en el mismo momento lanzaba un rayo morado que cortaba aún más el brazo de Lupin arrancándole un grito de dolor, Greyback soltó una nueva carcajada mientras lanzaba otro rayo a Remus cortándole gran parte de la pierna izquierda, Lupin hizo un gran esfuerzo y lanzó un tarantallegra que por suerte le dio a su atacante logrando que se distrajera lo suficiente como para darle tiempo de correr fuera de la propiedad y desaparecer…
---------------------------Fin Flash Back---------------------------
-Aparecí aquí después de eso, no recuerdo nada más- terminó su relato Remus, todos los demás lo miraban curiosos, estaban prácticamente seguros de que el bebe era de Dina, pero no sabían quien era el padre, aunque Lily lo intuía, ya que el bebe era muy similar a...
-¿Y que hacemos ahora?- preguntó Sirius interrumpiendo los pensamientos de la pelirroja.
-Pues cuidar al bebe, qué más- respondió James volviendo a su tarea de dormir a Harry.
-Tengo que... digo, debemos saber quien es el padre de ese niño- dijo Remus mirando al bebe quien seguía jugando con el collar de Sirius.
-Bueno, creo que lo averiguaremos después, es la hora de la siesta- dijo Lily mirando el reloj, estaba segurísima de saber quien era el padre del niño, pero dejaría que los "Hombres Sin Hormonas" lo descubrieran por ellos mismos.
-Vamos Sirius, ayúdame a dormirlos- dijo James yendo hacia la puerta.
-Si claro, ¡oye que haces! Suelta!- dijo Sirius riendo mientras jalaba con cuidado la cadena de la mano del bebé, pero, a pesar de jalar con mucho cuidado, la cadena hizo un corte en la piel del pequeño, comenzó a sangrar un poco y el bebe comenzó a llorar- ¡no hice nada lo juro!
-Ya tranquilo, dámelo, lo curare enseguida- dijo Lily, Sirius le entregó al bebe y ella lo recostó sobre la cama enseguida de Remus, después se dirigió al botiquín que había en la habitación y sacó una poción cicatrizadora, rápidamente mojó un pedazo de algodón y lo pasó por la herida del pequeño, pero la herida no cerró- que raro- murmuro la pelirroja, volvió a pasar el algodón, pero tampoco cerró la herida, entonces se dio cuenta, que tonta, si ese niño era...- James, pásame el botiquín que uso cuando Remus se corta con plata- dijo Lily sin dejar de sostener el algodón en la mano del pequeño que seguía llorando.
-Tengo algunos problemas por aquí- dijo James al ver que Harry, al ser interrumpido de su poco sueño, empezaba a hacer pucheros y todo indicaba que se echaría a llorar.
-Sirius, muérete y pásame el botiquín- dijo desesperada Lily.
-¿Cuál?- preguntó Sirius, no sabia que hacer.
-¡El que tiene una cruz plateada!- casi grito exaltada Lily.
-Ya voy, ya voy, que genio- dijo Sirius mientras tomaba la pequeña caja con la cruz plateada y se la daba a Lily, ella sacó una poción y mojó otro algodón, lo paso por la mano del bebé y ésta dejó de sangrar, volvió a pasarlo y la herida se cerró poco a poco, la pelirroja saco unas vendas de un extraño color azul y las remojó en otra poción para después ponérsela al bebe a modo de venda, el peque ya no lloraba, miraba la venda en su mano curiosamente- a que ya no te duele, eh pequeñín- dijo Lily haciéndole cosquillas al niño que comenzó a reír, al ver al bebé tan risueño y con la venda en su mano, un foco de luz se prendió sobre la cabeza de Remus, ya sabia quien era el padre del bebé, pero era imposible, Dina nunca había mencionado algo, aunque hacía ya casi un año que no la veía.
-No puede ser- fue lo único que pudo pronunciar Remus, Lily sonrió al darse cuenta que Remus al fin había descubierto la identidad del bebé.
-No puede ser ¿qué?- pregunto Sirius aún sin entender nada.
-¿No lo ven?- preguntó Remus a Sirius y James que claramente no entendían.
-Cabello y ojos dorados, ¿no les recuerda a alguien?- preguntó esta vez Lily sonriéndole al bebé.
-Pues...
-¡Le hace daño la plata chicos!- exclamó Remus exaltado al ver que ninguno de sus dos amigos entendían, pero entonces James hizo una exclamación y después abrió ojos y boca al máximo.
-No puede ser- repitió las palabras del licántropo.
-¿Que? Tú también? Yo no entiendo- dijo Sirius cruzándose de brazos y haciendo pucheros.
-Mira Siri- dijo Lily con voz de madre enseñando a su hijo de cinco años que dos mas dos son cuatro- ese bebé esta idéntico a Remus, la plata le hace daño, y tiene aproximadamente cuatro meses de edad, y Remus la ultima vez que salio con Dina fue hace mas o menos un año, ¿qué piensas que es?
Sirius meditó por unos segundos, el bebé era idéntico a su amigo licántropo al cual también le hacia daño la plata, y luego un año que no veía a Dina, los cuatro meses del plebe mas los nueve meses que Dina pudo haber estado embarazada suman...
-¡Caramba!- exclamo Sirius al darse cuenta de quien era el padre del bebe.
-¡Al fin!- exclamó James- si tu eres mas lento que...
-¡Ya!- interrumpió Sirius mirando a su amigo con un enojo falso, después volvió su vista hacia el licántropo para decir alguna broma que tenia como victima a James, pero su victima cambio al ver la cara del licántropo.
La mente de Remus era todo un lió, no sabia que iba a hacer con un niño, un bebé, nunca había cuidado uno, bueno sí, a Harry, pero no pasaba de una noche, a este bebé lo tendría que cuidar por siempre, su cara expresaba preocupación y hasta un poco de miedo, no estaba listo para eso, definitivamente no lo estaba, una carcajada, que más bien sonó como un ladrido lo saco de sus pensamientos, volteó la mirada hacia sus amigos y vio a Sirius retorcerse de risa en la silla en la que estaba sentado.
-¿Se puede saber de que te ríes?- pregunto Remus con cara de pocos amigos.
-Yo... jajajajaja... de... de nada... jajajajajajaja- respondió Sirius entre risas.
-Paddy, cierra el pico- le advirtió Remus mirándolo con los ojos entrecerrados, Sirius no le hizo caso y siguió riendo aun mas fuerte- Padfoot te la estas ganando.
-Vale, ya me callo- dijo Sirius conteniendo la risa, pero solo lo logro por unos segundos, tras los cuales una nueva y sonora ladrido-carcajada resonó por la habitación.
-¡Sirius!- lo regaño Remus mirándolo enojado, se burlaba de él porque tenia un hijo.
-Perdóname Remus, pero es que... jajajajajajaja- intentó disculparse Sirius, cosa que no le salió muy bien. Remus decidió que era mejor que se le pasara la emoción de burlarse para poder hablar con el sobre una frase muy conocida… "No hagas lo que no quieras que te hagan"… creyó que se le pasaría pronto, pero que equivocado estaba.
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Septiembre llegaba al final con extrema lentitud para Remus, no lograba dar con el significado de las fechas del dichoso pergamino que había encontrado con el niño, su hijo seguía sin un nombre que lo convenciera, para Lily era "El Bebé", para James "Pequeño Lobezno", y para Sirius "Mini Remus". Sirius, ese era otro problema que le hacía más lento el pasar del tiempo, su buen amigo había aprendido a usar el teléfono, además de solo contestar, no tenía idea de cómo había averiguado su numero telefónico y le llamaba cada quince minutos, ¿pero cómo podía tener tanta imaginación como para inventar diferentes comentarios sobre su nueva paternidad?, pero cuando no contestaba, aparecía por la chimenea, o cuando se le ocurría ir a visitar a Lily y James, casualmente Sirius hacía su aparición, o cuando James iba a visitarlo a él, Sirius llegaba pocos segundos después "Un regalo para "mini Remus", comentaba sonriente extendiéndole una gran caja, gracias a Sirius el niño tenía mucha ropa y juguetes; incluso le había dado a Remus clases de métodos anticonceptivos tanto Muggles como mágicos y cómo podría olvidar la ponencia que filosóficamente había titulado "Cómo pasarla bien y no llevar un bebé a cuestas", y como si eso no fuera suficiente, su pequeño vástago parecía extrañar a su madre, ya tenía dos semanas y media sin dormir una sola noche, por la mañana dormía media hora y el resto del día se la pasaba de lo más fresco, de la nada un estridente llanto casi destruye los tímpanos del pobre y desvelado Licántropo, con cansancio miró el reloj frente a él, las ocho de la noche, justo la hora en la que el niño empezaba a llorar, resignado se encaminó a las escaleras.
No muy lejos, en la estancia de un apartamento localizado en el quinto piso de un aristocrático edificio, una elegante mesa redonda estaba abandonada, bajo ella, pétalos de rosa indicaban el camino hacia la habitación principal, donde tras la puerta se escuchaban leves risas, gemidos, murmullos y un "¡Ooh! Sirius", con voz temblorosa mal ahogada, la puerta principal se abrió con lentitud, mientras un misterioso aire formaba un remolino de pétalos, un delicado taconeo se escuchó por el pasillo, segundos después unas zapatillas negras se asomaban al departamento, su dueña, una hermosa mujer de largo cabello negro y penetrantes ojos azul oscuro, caminó con elegancia hasta la estancia, llevaba algo en ambos brazos, miró detenidamente el piso que estaba cubierto de pétalos de rosa, una mística sonrisa se formó en su pálido rostro, después posó esos fríos ojos en los bultos que llevaba, sin perder la elegancia fue hacia la puerta de la habitación, que como por arte de magia se abrió dando solo un chasquido, lo primero con lo que se topó al plantarse en el marco de la puerta, fue la espalda de una mujer rubia y unas manos que la recorrían.
-Buenas noches- todo movimiento en la habitación se congeló al escuchar un susurro que hizo sentir escalofríos al dueño de las manos que recorrían la espalda desnuda de la rubia, al instante la rubia cayó de la cama en un sonido sordo, Sirius Black algo despeinado se sentó en la cama y miró con los ojos como platos a la mujer frente a él, se acomodó rápidamente el cabello y envolviéndose con una sábana se acercó.
-So… So… ¿Soren?- preguntó con voz incrédula, la mujer le sonrió fríamente- ¿Que haces aquí?- ella siguió sonriendo, la rubia se acercaba con una camisa de Sirius, le llamó la atención los bultos que esa extraña mujer llevaba- te has puesto muy bien, como que algo te cambió, ¿bajaste de peso?- Sirius estaba embobado con la morena frente a él, miraba con atención el gran escote que casi dejaba escapar unos prominentes senos, ese vestido negro que tan entallado llevaba lo estaba volviendo loco, la abertura que tenía desde los tobillos hasta un milimetro bajo la entrepierna, lo hacía sonreír como tonto, tragó saliva imaginando que tendría un escote grande en la espalda.
-Con el mismo tacto de siempre Black- susurró la mujer- ¿pétalos de rosa? No recuerdo que te hayas esforzado tanto conmigo
-¡Oh! vamos, sabes que nunca fue necesario, lo nuestro era demasiada pasión como para entretenernos por simples cursilerías, ¿ya no recuerdas las noches que pasamos?- sonrió seductoramente, hizo una extraña mueca al recibir tremenda bofetada de la rubia que con la ropa en la mano y vistiendo la playera de Sirius salía furiosa.
-No imaginas lo bien que las recuerdo Black- dijo la mujer mirando significativamente lo que llevaba en los brazos.
-Por favor Soren- murmuró Sirius sobando su mejilla herida- ¿desde cuando soy Black?- preguntó con su sonrisa seductora.
-¿Podrías por favor quitar las mantas?- pidió señalando los bultos de sus brazos, Sirius aún sonriendo lo hizo- desde hace exactamente diez meses- dijo Soren levantando ligeramente sus brazos, la sonrisa de Sirius se esfumó inmediatamente, tragó saliva, y miró el brazo derecho de Soren, un bulto pequeño de lo que él deseaba fuera cualquier cosa inanimada, envuelto en una cobijita blanca, perdió el color, después miró el brazo izquierdo, algo igual, con mirada implorante miró a Soren que no mostraba ningún sentimiento, el animago negó lentamente con la cabeza, ella fue directo a la cama y puso ambos bultos, después se giró hacia Sirius- de nada me sirven siendo mitad mortal.
-Bromeas, cierto?- preguntó suplicante, ella lo miró fijamente y salió de la habitación, Sirius dio media vuelta lentamente, con paso titubeante se acercó a la cama, debía ser una broma, sí eso era, una muy mala broma, Remus debía haberse cansado de que él se burlara, dio un paso hacia atrás, los bultos se habían movido, con una mano temblorosa apartó la parte de la cobijita que estaba suelta, cayó de rodillas a punto del llanto, hizo lo mismo con el otro bulto, su boca casi cae hasta el piso, frente a él tenía a dos bebés de cabello negro, uno de ojos grises y el otro de ojos azul oscuro, quizá como decía James, era muy lento, pero eso sí lo había entendido rápidamente, y desesperado salió corriendo, pero un par de minutos después regresó algo ensimismado, fue a su habitación y buscó su ropa interior, pasada media hora salió corriendo, ésta vez si llevaba a los bebés se había cambiado en menos de cinco minutos pero no lograba agarrar algo tan pequeño y con vida sin desarmarlo en el proceso, era por eso que no sostenía a Harry por mas de 10 minutos, y para colmo eran dos, maldijo al ascensor por no apresurarse, miraba insistente el foquito que indicaba que seguía en la planta baja, y él a como podía presionaba el botón, volvió a maldecir y fue a las escaleras, bajó corriendo los cinco pisos y sin importarle la enorme tormenta que se desataba justo en ese momento, corrió calle abajo, debía llegar a la casa de James.
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Eran cerca de las 8:30 de la noche cuando en la casa de los Potter, un joven de cabello azabache y bastante desordenado se apresuraba a abrir la puerta antes de que, quien fuera que tocaba, la derribara. Lily había ido con Harry a San Mungo para su revisión mensual, pero por la lluvia se había quedado en casa de Alexa, una amiga muggle de Lily, James se apresuró a abrir la puerta, tal vez era Lily que regresaba, y sin paraguas.
-Ya, tranquila que ya... ¿Padfoot?- dijo James al abrir la puerta y ver la cara completamente desencajada y empapada de su amigo, Sirius estaba parado frente a la puerta con un bulto en cada brazo, no sabia como rayos había casi tirado la puerta a golpes, miraba a James como pidiéndole auxilio y que lo matara al mismo tiempo, estaba completamente empapado de pies a cabeza, pero intentaba proteger a los dos bultos del agua- Sirius, que demonios...
-James, auxilio, ¿qué voy a hacer? No puedo... no puede ser... es imposible... yo...- Sirius entró en la casa sin importarle mojar toda la alfombra del recibidor hasta llegar a la sala y comenzar a pasearse por el lugar mojando todo y sin dejar de decir cosas sin sentido.
-Ya, Sirius que si Lily ve que empapaste todo te va a matar- le dijo James yendo hacia su amigo.
-¡Eso! Perfecto!, si Lily me mata va a parecer un homicidio y no un suicidio, por que el suicidio es de cobardes y yo no lo soy, solo en este caso que es especial y...
-Sirius ¿de que diablos estas hablando?- preguntó James mirando a su amigo preocupándose por su salud mental, Sirius lo miro como si al fin se diera cuenta que James estaba en la habitación.
-James, tienes que ayudarme, yo no estoy listo para esto, es demasiado- dijo Sirius acercándose rápidamente a su amigo y haciendo que James retrocediera un par de pasos para evitar ser mojado
-Ya, tranquilízate Siri y dime que te pasa- le dijo James sacando la varita para comenzar a secar la alfombra y los sillones que Sirius había mojado, pero no pudo comenzar su tarea, ya que Sirius le mostró el contenido de las mantas que formaban los bultos en sus brazos- Bromeas, ¿cierto?
-Eso fue exactamente lo que yo dije- respondió Sirius, bajó la mirada hacia los dos pequeños en sus brazos y luego la apartó como si hubiera visto a su verdugo.
-Sirius, pero que... como...
-¿Qué voy a hacer con dos bebes?!- exclamó Sirius mirando a James con la cara completamente desencajada, James, al ver a su amigo así, tan preocupado, asustado y miserable no pudo hacer otra cosa que...- de que demonios te ríes Potter?!!
-Perdóname Paddy... jajajajaja… deberías ver tu cara... jajajajaja
-No es gracioso, ¿dime que haré?- volvió a preguntar Sirius, en ese momento sintió como el bebe de su brazo derecho se movía- ¡no! Está despertando!
-Sirius, tranquilo, no te va comer- le dijo James limpiándose las lagrimas- haber, dejemos a los bebes en el corral mientras te secas.
Dejaron a los dos pequeñines en el corral que usaban para Harry y para el bebe de Remus y se dirigieron a los sillones, Sirius comenzó a secarse mientras James iba a la cocina por algo fuerte para tomar, su amigo lo necesitaba, pero antes de volver a la sala hizo una rápida llamada a Remus para que viniera a disfrutar una dulce venganza riéndose del perrito.
-James, no se que hacer, no estoy listo para tener hijos, no los pensaba tener hasta por lo menos unos 15 años mas!- dijo Sirius mientras tomaba el trago de tequila que le daba James.
-Sirius, ¿pero que pasó? cómo es que de repente tienes dos bebes?- preguntó James mientras le servía otro trago a su amigo.
-Soren, ¿la recuerdas?- pregunto Sirius, James frunció el ceño haciendo memoria, y entonces recordó a la cachonda morena con quien Sirius había salido el año pasado y asintió- pues, parece que la protección que usamos no sirvió y...
-Soren, ¿la Vampireza, embarazada de ti, y no te dijo?- preguntó James mirando a los pequeños bebes, los dos tenían el cabello negro, eran muy pequeños, apenas si tendrían un mes.
-¡¡Tengo hijos James!!- mas que emoción era terror lo que había en la voz de Sirius, vació su vaso por segunda vez y se lo entregó a James pidiendo mas.
-Ya, tranquilo Paddy- dijo James mientras servía un tercer trago, pero Padfoot no pudo tomar su trago ya que, por el grito que había pegado, los dos nenes habían despertado y habían comenzado a llorar.
-No puede ser- dijo Sirius mirando a los niños con horror.
-Tranquilo, ven, yo te ayudo- le dijo James poniéndose de pie y yendo hacia los bebes que lloraban.
-¿Ayudarme? A que?- preguntó Sirius sin moverse del sillón.
-Pues a lo que sea que los bebes necesiten, tal vez tengan hambre, o sueño, tal vez... un cambio de pañal- dijo James mirando a Sirius con una malvada sonrisa en los labios.
-James, hermano, por favor no me asustes así- le dijo Sirius haciéndose bolita en el sillón.
-Ya, no seas simple, ven acá- le dijo James yendo hacia él y jalándolo del brazo, Sirius lo siguió muy a su pesar- bien, ahora debemos ver que les pasa, primero el cambio de pañal...
-¡No!- gritó Sirius, no quería tener que cambiar un pañal en su primer día cuidando a ese par.
-Tranquilo, solo necesitamos saber si lo necesitan o no- lo calmó James.
-Bien, y ¿cómo los revisamos?- preguntó Sirius no muy convencido.
-Solo debes de meter el dedo en el pañal- respondió James tocando el pañal de uno de los bebes- es la única forma.
-¡Yo no quiero tocar... nada de lo que hayan hecho!- exclamó Sirius con asco.
-Son tus hijos, y debes cuidarlos Sirius- le dijo James, Sirius hizo una cara de resignación y dirigió su mano hacia el otro niño, estaba ahí, ya estaba por meter el dedo en el pañal...- solo no vomites si tocas algo raro.
-¡James!- lo regañó Sirius alejando la mano del pequeño rápidamente, James se hecho a reír, una vez mas Sirius dirigió su mano al pañal, e ignorando las risitas de James, cerró los ojos y metió el dedo en el pañal, estaba seco, gracias a Merlín, Sirius respiró aliviado, pero después se dio cuenta de algo- James, a este bebe le hace falta algo.
-¿Qué quieres decir?- pregunto James mirando a Sirius con el entrecejo fruncido.
-Pues que sí, le falta algo- Sirius dirigió su mano al pañal del otro bebé, también estaba seco, pero dentro de ese pañal si estaba la parte que al otro bebe le faltaba, Sirius cargo al bebe "defectuoso" y lo puso entre James y él, James revisó el pañal del pequeño y se dio cuenta…
-Sirius, es una niña- le dijo James a su amigo, quien lo miraba aun mas preocupado, las niñas necesitaban mas atención que los niños.
-¡Por que me castigas así!- exclamó Sirius mirando al techo.
-Ya, no te preocupes, las niñas son más fáciles de controlar que los niños- le explicó James y al darse cuenta que los pequeñines seguían llorando decidió ir a la habitación de Harry por algunas mamilas- Sirius, cárgalos y paséalos por la estancia mientras traigo algo para alimentarlos.
Sirius cargo, con algo de esfuerzo, al otro bebe y comenzó a arrullarlos, funcionaba, los bebes se calmaron un poco, pero aun hacían pucheros y gemías de vez en cuando.
-¿Y ahora que voy a hacer con ustedes dos?- dijo Sirius mirando a los pequeños, estaba de verdad asustado, y el hecho de que alguien parado en la puerta de entrada lo viera con una sonrisa burlona no iba a ayudar mucho.
-Paddy, vamos a la cocina te enseñare a...- James se detuvo al final de la escalera al ver a Remus en la entrada con el "Pequeño Lobezno" en brazos, James le dirigió una pequeña sonrisa cómplice, Remus le entregó al bebe a su amigo y se dirigió a la sala en donde Sirius veía, con ojos entrecerrados, la sonrisa burlona en los labios del licántropo.
Lupin miraba divertido a la presa de sus siguientes múltiples carcajadas, Sirius lo seguía con la mirada, tenia dos bultos en brazos que emitían algunos gemidos amenazando con echarse a llorar, Sirius los medio mecía intentando que se calmaran pero no dejaba de ver a Remus con cara homicida, Remus, con toda tranquilidad llego al sillón y se tendió en el para después...
-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!
-No te rías Lupin!- le dijo Sirius, pero Remus simplemente cambio de posición agarrando su estomago para que le dejara de doler- Remus te lo advierto- Remus simplemente tomo un cojín y comenzó a golpearlo aún carcajeándose- Moony, me estás cansando- Remus dio vuelta y sin querer cayó del sillón sin dejar de reír y señalar a Sirius con el dedo, James simplemente miraba divertido como Sirius se moría por intentar un ataque homicida contra el hombre lobo, pero los dos bebes en sus brazos se lo impedían- bueno ya, riele, no me importa.
-Jajajajajaja... que esto te enseñe Padfoot... jajajajajaja... nunca hagas lo que no quieras que te hagan... jajajajajajaja- Remus siguió riendo por un buen rato, incluso cuando entre él, James y Sirius alimentaron a los tres nuevos integrantes de la familia de los Merodeadores, cerca de las 9, cuando los tres pequeñines ya estaban dormidos en el corral la puerta principal se abrió dejando ver a una pelirroja con un paraguas morado y con un bebe, con la capucha de su chamarra puesta, en brazos.
-Ya llegamos- dijo la pelirroja dejando el paraguas en la entrada y yendo hacia la sala- vaya, tenemos casa llena.
-Sip, estos cinco nos vinieron a visitar- dijo James yendo hacia su esposa y besándola.
-¿Cinco?- pregunto Lily confundida cuando James deshizo el beso para agarrar a su hijo.
-Hola pequeño, ¿cómo te fue con el sanador?- preguntó James mientras elevaba a Harry en el aire e ignorando la pregunta de su mujer.
-James, ¿como que cinco?- volvió a preguntar Lily, pero al ver que su esposo estaba muy ocupado haciendo que Harry "volara" se dirigió a Remus- ¿que quiso decir, no son solo Sirius, tu y el bebe?
-Pues, el bebe se multiplicó- respondió Remus mirando a Sirius con una sonrisa burlona.
-¿Como que se multiplicó?- pregunto Lily aún mas confundida ahora mirando a Sirius, éste señaló el corral y Lily dirigió su mirada ahí- ¡Por Dios!- exclamó al ver a los tres bebés durmiendo placidamente- ¿pero, de quien son estos pequeños?
Remus y James miraron a Sirius, quien miraba al piso, al sentirse el centro de las miradas levanto la mano lentamente, James dejó a Harry en el corral y le dio un pequeño peluche de un perro negro, Harry no se percató de la presencia de los demás pequeños, solo tiraba del perro y lo mordía.
-¿Se puede saber de donde sacaste a esos niños Sirius?- preguntó Lily mirando a Sirius incrédula.
-Ya, Lily como si no supieras de donde vienen los bebés- le dijo Sirius.
-No es eso Sirius y lo sabes- lo regañó Lily- ya sabía yo que en una de tus aventurillas iba a pasar algo así, te lo advertí, no debes de andar de pinga loca por todos lados Sirius...
-Ya, lo se, es algo tarde para el discurso Lily- le dijo Sirius mientras miraba a los bebes.
-No lo puedo creer- dijo Lily dándose vuelta para mirar a los otros dos hombres que miraban con una pequeña sonrisa- ¿tu sí disfrutaste tu venganza no?
-Totalmente- respondió Remus sonriendo más ampliamente.
-Creo que será mejor que prepare la cena...- Lily no pudo ir a preparar la cena, ya que el llanto de uno de los bebes de Sirius resonó por la sala, y es que en un movimiento demasiado brusco de Harry, el perro de peluche salió volando y se fue a estampar en la cabeza del pequeño cachorro, su hermana, tal vez fue por la conexión que supuestamente existe entre los mellizos y los gemelos, o tal vez por el golpe que le dio su hermano, pero también comenzó a llorar, al escuchar el llanto y no tener a su perro de peluche, Harry también soltó el llanto, y por el ruido el lobezno de Remus también rompió a llorar.
-Esto debe ser una broma, una cruel y mala broma- dijo Sirius tapándose los oídos ante tal escándalo.
-Pues se escucha muy real- dijo James también tapándose los oídos.
-Ya, dejen de ser simples y ayúdenme a calmarlos- dijo Lily mientras se dirigía al corral para calmar al ejercito de bebes que lloraban a toda potencia…
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Sion Allegra: Para los que me conocen saben la mecánica y para los que no se las explico quiero 5 reviews o no dejo que Tonks suba el siguiente capitulo y Espero Señales de Vida..!!
Nymphadora Tonks: Y bien..?? ese es el primer capi.. ya hay Mini- Merodeadores..!! hahahahahaha pues espero ke les haya gustado..!! dejen sus Reviews por fa..!!
