Sin ti mi vida no era nada

Diez años sin nada que hacer y de pronto él se aparece. Una tentación imposible de resistir, y por la que estoy dispuesta a hacer lo que sea por conseguir, el punto de vista de Rose de Una vida vacía sin ti.

Disclaimer: Los personajes de la saga Crepúsculo son propiedad de Stephenie Meyer y su casa editorial.

El resto de los personajes pertenecen a mí y a mi imaginación.


Capitulo 1: Como comenzó todo

Esa venia siendo una estupenda semana. Había estado con James la noche anterior en su casa y había sido fabulosa, bueno tampoco como para endiosarlo, pero debía admitir que era muy bueno en la cama.

Jasper no iba a estar en casa, y como mis padres se habían ido hacían ya más de tres días, tenia la casa para mi sola, o casi.

Después del instituto, invité a las chicas a casa para comer algo y luego divertirnos en la piscina. Pensé en invitar a James también, pero si Jasper llegaba a aparecerse de casualidad y lo veía en casa, me iba a meter en un lindo escándalo, y la verdad prefería guardármelo para cuando mis padres estuvieran por volver.

Nos pedimos varias pizzas y luego de comérnoslas en el patio de tras, estuvimos charlando y escuchando música por un buen rato hasta que decidimos meternos a la piscina. Aun estábamos en verano, así que teníamos que disfrutarlo.

Estaba tirada en una repocera gozando de los últimos rayos del sol cuando escuche la televisión de la sala andando.

Miré a mí alrededor, no había nadie adentro, entonces…. Jasper. ¡Estupendo! Y eso que había dicho que iba a tardarse toda la tarde en eso del trabajo o vaya a saber quien hacia.

No necesitaba entrar para saber que era él.

Me puse de pie de un salto y luego de ponerme unos shorts negros, caminé hacia la puerta.

-¿Qué pasa Rose?- preguntó Victoria, todavía adentro de la piscina

- acaba de llegar mi hermano, es hora de que se vayan.

- oh, bien- dijo decepcionada y así igual el resto de las chicas.

Comencé a recoger las cajas de pizza y la ropa que habíamos dejado por ahí, en tanto ella se secaban y se vestían. Esperaba que Jasper no se diera cuanta de que había invitado a nadie hasta que Angela se tropezó con una de las pelotas de voleibol que había y caso de bruces al piso. De inmediato todas comenzaron a reír y entonces fue cuando escuche a Jasper llamándome desde adentro.

Fui hasta la sala y entonces lo vi sentado frente al televisor junto a otros dos, uno de los cuales era Edward.

- lo siento Jas- me disculpé- como no estabas en casa invite a las chicas a la piscina. Ya están por irse de todas formas, lamento no haberte dicho nada.- agregué haciendo mi papel de niña buna, o al menos lo hacia con Jasper. Es que él era tan… bueno.

En serio, a veces pensaba que no éramos hermanos. Bueno el siempre tan dedicado, pendiente de cada detallito, serio, tranquilo, y yo todo lo contrario, por supuesto.

-esta bien Rose, no te preocupes – me dijo con su tono de siempre- si quieren quedarse a comer por mi esta bien, los chicos y yo solo vamos a mirar el partido, no tienen por que preocuparse.- mentira, bueno. De cualquier forma no iba a dejar que ellas se quedaran en casa con mi hermano y sus amiguitos por ahí.

Ya para entonces estaba frente a ellos, y casi me llevó una sorpresa al ver quien era el otro tipo sentado en el sofá junto con mi hermano y Edward. Pero no, no podía ser él... es que estaba tan... cambiado. No, probablemente no debía de ser la misma persona,

-lo siento, no salude, que descortés.-dije casi imitando la voz de mi hermano.- ¿Cómo estas Edward?

-muy bien, Rose, gracias- me contestó como siempre

- y tu eres….- dije ahora llevando a mis ojos hacia él. No cabía duda alguna que fuera él. Bueno, simplemente era él. Aunque ahora, un hombre, en el sentido amplio de la palabra. No podría olvidar aquel mentón firme, y esa sonrisa con hoyuelos tan linda. Esos ojos verdes, y dios mío, ese cuerpo. No recordaba que entonces estuviera tan .. Bueno.

-¿acaso no recuerdas a Emmett?- me dijo mi hermano. Y si, me acordaba- no ha pasado tanto tiempo desde entonces- no, solo han pasado como nueve años, que poco ¿verdad? Era un niñita la última vez que lo había visto, a diferencia de ahora.

-¿el que jugaba fútbol contigo en la secundaria?- pregunté como si no lo recordara y solo para cerciorarme de que no estuviera imaginándome semejante hombre.

-el mismo- me contestó él, con una voz más grave y masculina que la que mi mente recordaba- ¿ya te acuerdas?

-McCartney, Emmett McCartney- dije con una sonrisa.- por supuesto. Hacia demasiado tiempo que no te veía por aquí.

- se mudo a New York Rose, es por eso- interrumpió Jasper, mientras yo lo miraba de arriba abajo notando los cambio que había producido el tiempo. Si, en definitiva ya era un hombre, y no un adolescente. Llevaba puesto un sweater azul que marcaba su musculoso pecho y su ancha espalda, mas grandes de las que yo recordaba e increíblemente sexys, aunque con eso me quedaba corta -pero ahora volvió para quedarse ¿no es cierto amigo?- dijo Jasper dándole un ligero golpe en las costillas.

- si, por suerte sí.- afirmé. Para mi suerte, sí, agregué para mi misma.

Le dije que iría a ayudar a las chicas a terminar de ordenar, pues aya seria la hora de la cena y ella iban a irse a casa.

-genial, olvidé eso- dijo Jasper pegándose con la mano en la frente.- tu crees que podrías…

Y otra vez con eso. Bien, Jasper era un hermano estupendo, pero en la cocina no podíamos decir lo mismo, bueno no si se olvidaba de prepara la mayoría de las comidas del día. Por suerte, su novia Alice se había ofrecido a enseñarme algunas recetas, así que tenia una idea bastante acertada de cómo preparar algo para cenar o almorzar cuando mi hermano no estaba.

Es que ella chica parecía hacer de todo, bueno era muy simpático, no iba a negárselo, y le encantaba ir de compras ¿qué más podía pedir yo de una novia para mi hermano?

Las chicas ya habían dejado el patio trasero como nuevo y estaba saliendo por garaje cuando llegué. Las despedía todas y luego me fui a la cocina en busca de prepárame algo de cenar, y ya que estábamos para esos tres. Nunca estaba de más sorprender a los chicos con comida ¿no? Siempre dicen que a los hombres se les gana por el estomago, y claro por otros sitios también.

Metí algunos trozos de pollo que había en el congelador y también unas cuantas hamburguesas. Lave un par de verduras y me dispuse a hacer una ensalada. Estaba cortándolas en trocitos dentro de un bold, cuando sentí que la puerta de la nevera se estaba abriendo, y casi me muero del susto.

Era Emmett, buscando cervezas. Le pedí que me alcanzara la mayonesa de la nevera, pues él ya la había abierto y lo hizo de buen gusto.

-¿se puede saber que estas preparando?- me preguntó todavía a mi lado y sin disimular el que me estaba mirando.

- la cena- contesté con una sonrisita- espero que tu y Edward vayan a quedarse por que la verdad es que... creo que me he pasado con esto de... la comida. No creo que Jas y yo vayamos a terminarnos esto en al menos unos cuatro o cinco días.- le dije, aunque ya bien tenia planeado que todos se quedaran a cenar.

- no me gustaría que toda esa comida se echara a perder- contestó y yo me mordí el labio inferior.- y estoy seguro que a Jasper tampoco –agregó y se volvió hacia la mesada.

Creía que ya se estaba por ir, cuando me pidió que les preparar palomitas. ¿Es que me veía cara de mucama o que? ¿Lo invitaba a cenar y encima me pedía todaza más? No, no, no, eso no se lo iba a permitir, ni que muy bueno estuviera.

Sin embargo el no parecía dispuesto a hacerlo y cuando le dije que nadie mas lo haría y le indique donde estaban las palomitas se puso en marcha.

-¿si lo pongo tu lo vigilarías?- preguntó en tanto metía el paquete al microondas. Yo negué con la cabeza divertida. El bufó y luego de colocar las palomitas en el microondas se quedó parado junto a la mesada detrás mió sin decir absolutamente nada.

Yo seguí cortando las verduras y mezclándolas con la mayonesa y unas cuantas cosas mas en tanto sentí su vista fija en mi espalda. No me molestaba la verdad, en realidad me gustaba que me miraran, y bueno, viniendo de él era un halago.

Sin embargo no volteé y tampoco dije nada, esperando alguna reacción de su parte.

Pasaron los cinco minutos y el timbre del microondas sonó indicando que las palomitas estaban listas, pero él no se movió.

-Emmett- le dije dándome vuelta y viéndolo con los ojos perdidos y los pensamientos en cualquier sitio menos ahí mismo- eso ya está listo. Lo mejor será que lo saques antes de que explote.

-¿Qué?- dijo volviendo en si y mirándome como si no hubiera comprendido una palabra de lo que acababa de decirle.

Casi me rió para mi misma, pero me contuve, y por el contrarió fingí estar exasperada.

-Dios, ¿Dónde tienes la cabeza?- dije sacando el paquete del microondas y arrojándoselo - ponlo en un bold y llévatelo.

Él hizo lo que le indique y antes de irse me ofreció ayuda, cosa que ante sin me habría imaginado. Yo me reí y le robé unas cuantas palomitas.

- eso no es justo- dije- tu no me ayudaste a prepararlas.

- si yo no las hubiera sacado del microondas mientras tu estabas en la luna habrías hecho un desastre- le solté - así que creo que me merezco una recompensa.

- y ya te la cobraste- dijo frunciendo el ceño- así que mejor me voy antes de que te las termines tu solita.

- muy bien, señor tacaño, ve a ver tu partido, y a comer tus palomitas, porque en la cena, no vas a comer nada.- agregué sacándole la lengua cual niña de seis años.

-pareces una niña- me soltó y se fue sin darme tiempo a replicarla algo más.

No, yo no era ninguna niña, y eso se lo iba a demostrar, sí, por supuesto que si. Iba a enterarse que no estaba jugando con una niña e iba a terminar arrepintiéndose por haberme dicho eso.

Seguí preparando la cena en tanto pensaba como demostrarle al bombón de Emmett que ya no estaba junto a la misma niñita que recordaba. Varias ideas aparecieron en mi cabeza, pero la última fue la que mas me gusto. Y además de conseguir mi propósito obtendría algo más que una lección para él. Algo que en cuanto lo había vuelto a ver me preguntaba como sería.

Luego de sacar y voltear los trozos de pollo del horno y las hamburguesas. Corté y pelé varias papas ya dispuesta a hacer papas fritas una vez que las ensaladas estuvieron listas.

Ya todo bajo control, y únicamente esperado que las papas acabaran de freírse, salí de la cocina y comencé a llevar todo hacia la mesa del comedor. Por supuesto, le puse mi mejor esmero en acomodarlo de modo que pareciera todo un festín aunque solo fueran un par de cositas.

Los chicos se aparecieron en cuanto los llamé y pude ver lo sorprendidos que quedaron al ver las cosas que había preparado. Me ofrecí a servirles a cada quien lo que quisiera, y luego de hacerlo con mi hermano y Edward me dirigí al lado de Emmett.

-¿Qué vas a querer?- dije

- una hamburguesa, papas y un poco de ensalada.

Yo asentí con la cabeza y luego de tomar su plato me volví hacia la mesa para llenarlo con lo que él me había indicado. Una vez hecho esto, volví a su lado y coloqué el plato frente a él, pasando mi mano desde la suya hasta su codo con un ligero roce en tanto la retiraba.

Él volvió los ojos de inmediato, pero yo me hice la desentendida. Que fácil era llamarle la atención, me dije a mi misma y eso que aun tenia toda la noche por delante.

Con eso y todo, me abstuve, pues vi que aquel ligero toque lo había tenido bastante inquieto, y obviamente o era mi imaginación. Él y Edward se fueron casi al mismo tiempo, luego de despedirse de Jas y de mi en la puerta principal.

Entonces fu que llegue a estas tres conclusiones:

1- Los años había hecho que Emmett pasara de ser un bombón adolescente, a un semental que Dios sabia que planeaba hacer con él.

2- Aparentemente él había notado que yo había crecido y jugar conmigo iba a significar otra cosa completamente diferente de ahora en adelante.

3- Un nuevo juego acababa de comenzar y yo ya sabia cual era mi presa, lo único que quedaba era esperar, esperar que él se diera cuenta de lo que yo quería y me lo entregara rendido. Eso iba a ser divertido, muy divertido…


Bien, lo prometido es deuda, y asi que como prometi aqui les dejo el primer capitulo narrado por Rose.

Tratare de actualizar alternando uno y otro, pero especialmente este, así lograran comprender el punto clave de la historia que luego desarrollare mas adelante.

ojalá lo disfruten...

saludos

Bella McCartney Darcy