Disclaimer: Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen...
Los opuestos se atraen
(Opposites Attract)
Un fic por Hella
Traducción por Apolonia.
Bulma estaba sentada en su laboratorio, trabajando en un nuevo diseño de circuitos para mejorar la cámara de gravedad. Eran las 12:56 am y estaba cansada. Se limpió el sudor de su frente y suspiró.
Ese Vegeta, ¡nunca está feliz con nada de lo que hago! ¡Primero insulta mi cocida, luego me dice que hago un terrible trabajo arreglando la cámara de gravedad! ¡Me gustaría verlo re configurar estos circuitos! ¡Dejarlo ver cuan FÁCIL es!
Silenciosamente se enfurecía ante su arrogante actitud. Era hora que alguien le enseñara una lección... Dejó el circuito y salió de la silla, frotándose bajo su espalda fuertemente. Había estado sentada por seis horas seguidas. Yéndose del laboratorio, cruzó el patio de la Corporación Cápsula para dirigirse a la casa. Sus padres se habían ido por tres semanas a dios-sabe-donde, y tenía la casa para ella.
Casi para ella...
Había un cierto príncipe Saiyajin en el lugar, y si los restos de su más reciente saqueo a la cocina era alguna indicación, había estado trabajando duro. Bulma revisó el desorden y sintió su furia crecer.
"Maldición Vegeta, ¿podrías limpiar el desorden cuando terminas?" murmuró ella. No había forma que ella limpiase los platos sucios y las migajas a estas horas de la noche. Ella se dirigió a las escaleras rumbo a su cuarto, pensando en nada más que dormir por al menos diez horas. No estaba acostumbrada a tener noches tan largas.
Había un tono oscuro en la pasillo, y caminó ciegamente en busca del interruptor de la luz pero no podía encontrarlo. Se rindió y usando la pared como guía, siguió su camino hasta el final del pasillo. Se detuvo brevemente ante la puerta del cuarto que Vegeta usaba, preguntándose si estaba ahí adentro o en la cámara de gravedad. Se encogió de hombros y continuó, preguntándose porque diablos le importaba de cualquier modo. Todo lo que hacía era comer, entrenar y en menor medida, dormir. Oh, y por supuesto insultarla. Llegó a su cuarto y encendió la luz, maldiciendo cuando explotó la bombilla.
"¡Oh, mierda! ¡Esto está sacado de una película de terror! ¿Quién va a saltar y matarme ahora?" Susurró sarcásticamente. Cerrando la puerta tras ella, se sacó los jeans y la camisa y saltó dentro de las sábanas de la cama.
Empujando las sábanas sobre su cabeza, casi se quedó dormida cuando recordó que había olvidado trabar la puerta tras ella. Con un gruñido se debatió si dejarlo para la mañana siguiente, pero rápidamente descartó eso y volvió a la cama. Como no había nadie cerca, Bulma simplemente sacudió sus brazos dentro de su bata y rápidamente la ató a su cintura antes de salir al pasillo, esperando no caerse y matarse en el camino. Llegó a las escaleras y bajó por ellas, pensando que si más rápido lo hacía, más rápido se iría a dormir.
Llegó al laboratorio, y cerró la puerta con llave. Con un suspiro, se guardó la llave en un bolsillo y se dirigió nuevamente a la casa, pero se detuvo cuando escuchó un ruido.
"Qué... ¿Quién está ahí?" Preguntó temerosamente. Ella se volteó hacia el ruido, y escuchó atentamente. Silenciosamente corrió al otro lado del laboratorio, el húmedo césped se pegaba bajo sus pies mientras corría. Llegó al otro lado y miró a su alrededor.
Las luces estaban encendidas en la cámara de gravedad, y el ruido que podía escuchar provenía del motor. Vegeta obviamente estaba entrenando todavía.
¿Se detenía en algún momento? Ella caminó hacia allí y miró dentro. No se lo podía ver por ninguna parte.
"¡Ese idiota! ¡Desperdiciando batería cuando ni siquiera está ahí usándola!" Ella desconectó el panel de control e ingresó el código de desactivación. Con un fuerte ruido, la cámara de gravedad se apagó y oscureció. Mientras se daba vuelta, escuchó un fuerte golpe desde adentro, seguido de una fuerte maldición.
"Que demo... ¿Vegeta?" Ella abrió la puerta y miró adentro. Encendió las luces nuevamente. Vegeta estaba acostado en el suelo de la cámara de gravedad, justo levantándose y sudando. Ella notó que no estaba usando nada más que boxers, y sus músculos brillaban por el sudor de sus ejercicios. Dejó de mirarlo y se reprochó silenciosamente por notarlo.
"¿Vegeta? ¿Dónde demonios estabas? No te vi por ninguna parte por eso quité la energía de la cámara de gravedad." Se alejó lentamente, consiente que estaba extremadamente furioso. Él se levanto y la miró fijamente.
"¡Tu maldita máquina se averió otra vez y volvió a la mínima gravedad! ¡Si hubieras dejado un poco más de energía y hubieras prestado atención, me hubieras visto en el techo, en donde he estado por la última hora!" bufó él mientras se levantaba. Bulma se olvidó de todo eso de tenerle miedo mientras escuchaba lo que decía.
"¿Gravedad mínima? Entonces... ¿estaba elevándote, en lugar de hacerte más pesado? Eso es nuevo," dijo ella, ajustando su bata un poco más.
"¿Nuevo? ¿Es todo lo que puedes decir? Arréglalo. Ahora," ordenó él. Ella se cruzó de brazos y sacudió su cabeza enojadamente.
"¡Demonios no! ¿Tienes idea que hora es? ¡He estado despierta por 18 horas! No hay forma que vaya a arreglar eso esta noche. Ve a dormir o algo."
"¡No me digas que hacer, mujer! Soy el príncipe de lo—"
"...los Saiyajin y vas a matarme y sólo me mantienes con vida para que tu máquina, aunque no lo haga bien, bla bla bla. Ya he escuchado eso antes," dijo irritablemente. Su rostro se oscureció y avanzó hacia ella.
"Harías bien en aprender algo de respeto," siseó él mientras se acercaba más. Ella frunció el ceño y se alejó de la puerta.
"¡Respeto! ¿Por ti? ¡No lo creo! ¡¡No eres más que un obsesivo, asesino molestia que se come toda mi comida y que me deja un desorden que arreglar!! ¿Qué parezco, una sirvienta? Bien puedes ir a tomar una caminata, príncipe. ¡No podría respetarse si mi vida dependiese de ello!"
Ella cruzó el patio, y se hizo su camino hacia la casa pero se detuvo cuando notó que Vegeta no la había abofeteado con uno de sus cortantes comentarios. Lentamente se volteó para volver a mirar a la cámara de gravedad.
Todavía estaba parado en la puerta, pero estaba... ¡Incrementando su poder!
Bulma se congeló, y casi gritó. ¿Iba a matarla? ¡Pero no podía! Su mente gritaba. ¡Él necesitaba que le arregle la gravedad de la máquina! Bulma comenzó a rezar silenciosamente mientras Vegeta empezaba a brillar en una implosiva aura azul. Se tragó el miedo y se encaminó hacia él.
"¡Oh, no lo harás, señor! Si me matas, ¿quién demonios va a arreglarte la cámara de gravedad? ¡Demonios que tú no lo harás, y papá se ha ido!"
Él se sonrió cuando leyó el escondido miedo en sus palabras. Ella comenzó a temblar levemente. Así como de repente lo incrementó, dejó bajar su nivel de poder a su estado normal.
"No te adules mujer. No desperdiciaría mi energía en algo tan significante como tú. ¡Eso era sólo un recordatorio para ti si piensas que no puedes respetarme, me temerás en su lugar!"
Con eso despegó hacia el cielo, dejando a Bulma mirando fijamente a la estela de energía mientras alejaba en la oscuridad de la noche.
¿Qué había sido eso? Usualmente no se enoja tanto si lo insulto... ¡Bien hecho entonces! Idiota.
Volvió dentro y trabó la puerta tras ella, y corrió nuevamente por las escaleras otra vez a la cama. Casi quedándose dormida instantáneamente.
Durante la noche, estuvo plagada de sueños, pesadilla sobre los androides y la destrucción del mundo. Vio a sus amigos morir alrededor de ella, la sangre saliéndose de sus cuerpos. Se vio a ella y a Gohan apenas escapando de la destrucción, con nada más que con sus vidas. Podía escuchar llantos de agonía creciendo alrededor de ella, pero no había nada que ella pudiera hacer para detenerlos. Una sombra apareció frente a ella, una figura. Sin saber que era uno de los androides. Le arrojó un disparo de Ki directo a ella, y no había nada que ella pudiera hacer para detenerlo... Nada excepto gritar y rezar por que el final no sea doloroso...
Con un aterrador grito, se sentó en la cama, respirando duramente. Se sentó temblando, mientras un fuerte ruido sonó en su balcón y sus persianas se abrieron. Una figura entró, con pulsos de una energía azul.
Vegeta.
"¿Qué? ¿Hay peligro?" Ladró él. Ella se encogió y trató de acurrucarse mientras él se acercaba.
"N... No. Lo siento, fue sólo un... un sueño."
"¿Un sueño? ¡Humana débil! ¡Los sueños no pueden lastimarte!" Él apagó su energía y ella perdió vista de él en el cuarto. Ella se quitó su azul melena de los ojos y miró fijamente a la oscuridad buscando su figura.
"Hey, ¿dónde estás? ¿Vegeta? Hey, yo... yo quería decirte algo antes que te vayas."
Ella escuchó un movimiento a su izquierda y lo vio abrir la puerta, preparándose para irse. Todavía estaba en boxers, y se dio cuenta que lo había dejado afuera cuando volvió a la casa. Debió haber estado en la cámara de gravedad otra vez, pensó. Se volteó hacia ella y la miró fijamente.
"¿Bien? ¿Qué sucede?" Dijo él.
Ella luchó contra su irritación y respondió. "Siento si te ofendí antes. Trataré de arreglar la cámara de gravedad en la mañana." No tenía idea porque se estaba disculpando con él, pero algún instinto le había dicho que algo no estaba bien con él. No tenía idea que podía ser, pero todavía seguía actuando como siempre. Ella decidió dejarse llevar por la intuición femenina.
Vegeta se congeló por un momento, y Bulma escondió una sonrisa por sus sorprendidos ojos. Esta era probablemente la primera vez que ella le pedía disculpas por algo.
Con un cortante asentimiento, salió del balcón y cerró las puertas tras él. Sintiéndose un poco más feliz, se volvió a recostar en la cama, olvidándose que las puertas de su balcón habían quedado un poco abiertas. Se acurrucó para dormir, y esta vez no hubo sueños.
Vegeta se dirigió a la habitación que usaba, sintiéndose extrañamente desconcertado con lo que acababa de suceder. ¿Qué la había llevado a disculparse con él en el mundo? Estaba justificado, supuso él, nadie debía hablarle a un príncipe de esa manera. Quizá era su forma de proteger su vida de él. Ese pensamiento incrementó su ceño fruncido en su rostro. No había querido asustarla tanto. Ella no lo había demostrado muy bien, pero él podía oler eso en ella, el miedo que le tuvo en ese momento. Eso estrechó su estómago dolorosamente cuando pensó en eso. Con un violento gruñido, hizo sus pensamientos a un lado. Estaba cansado y estos pensamientos le estaban probando eso. No había forma que se estuviera preocupando de ese tipo de tonterías si estuviera pensando claramente.
Pero sus pensamientos se quedaron otra vez como cuando reaccionó al escucharla gritar. Casi involuntariamente su poder había aumentado, y se dirigió al ruido. Eso fue desconcertante. Dejó eso a un lado por no haber tenido una buena pelea hace rato. Movió una agitada mano sobre su cabeza y se arrojó a la cama, sus músculos protestando por el áspero trato. Había estado casi en permanente dolor desde que había comenzado a entrenar en la cámara de gravedad, y no había mejorado ni un poco con el duro trabajo que les estaba dando todo el día. Con el conocimiento de que estaba muy de alcanzar su meta como Super-Saiyajin, cayó en un casi inconsciente sueño.
Bulma se levantó la mañana siguiente con la puerta de su habitación abierta y golpeada contra la pared. Sus ojos se abrieron violentamente y se enfocó en una pequeña figura de cabellos oscuros.
"Mmph. Desaparece."
"Bulma Briefs, ¡levántate en este instante! ¿Tienes alguna idea que hora es? ¿Son casi las once en punto?" Una voz femenina gritó agudamente. La figura procedió luego a quitarle las sábanas y casi las puso al pie de la cama.
"Chi-chi, ¿eres tú? Oh, hombre, olvidé completamente que venías hoy. ¿Qué sucede?" Bulma se levantó un poco, notando que sólo estaba en ropa interior mientras su amiga le lanzaba la bata. Chi-chi le arrojó una exasperante mirada y comenzó su discurso.
"¡Te diré que sucede! ¡Gohan y Goku están entrenando con ese sujeto verde y me dejaron sin nada que hacer más que estar en la casa todo el día más que limpiar su sucia ropa y cocinarles su comida, que por las últimas semanas, no ha sido nada más que pescado, y Goku se come hasta los huesos cuando prácticamente está inhalando su cena y casi se muere lo que hubiera sido genial, porque se suponía que iría a conseguir una licencia de conducir, pero fracasó en eso, así que aquí estoy, teniendo que caminar todo el camino hasta aquí para ver a mi mejor amiga, que se olvidó completamente que vendría! ¡Eso SUCEDE, señorita!" Chi-chi finalizó con una furiosa mirada y un rostro todo enrojecido.
Bulma hizo gestos de dolor por el volumen en el tono de voz de su amiga y trató de calmarla.
"Wow, Chi-chi, suena como si hubieras tenido unos días difíciles en estas semanas. Siento no haberme levantado más temprano, pero me quedé despierta hasta tarde arreglando los circuitos de un nuevo prototipo para una actualización de la cámara de gravedad. Aquí, me levanto y me arreglo y nos vamos a sentar al lado de la piscina, ¿está bien? Luego puedes decirme todo."
"Está bien. Pero déjame hacer el desayuno primero, está bien? No pude comer con dos Saiyajin a la mesa que no habían comido en un día. Te diré, les haré tomar los hábitos alimenticios de Piccolo a esos dos cualquier día. Todo lo que hizo fue tomar agua y algunos pequeños mordiscos de pescado. Debe ser cosa de los namek."
"Seh, Dende le dijo a Krillin que ellos solo bebían agua. ¿Cuan aburrido es eso?"
"¿Quién es Dende?"
"Te diré luego."
Con eso, Bulma se vistió con un par de jeans y top negro, y siguió a Chi-chi por las escaleras. Tuvo la sensación de que algo sucedía, pero no sabía bien que era. Vegeta no la había asustado esa mañana, demandándole que hiciera el desayuno, y tampoco se presentó para que le arregle la cámara de gravedad. Ella notó que la cocina estaba en la misma condición que la había dejado anoche, pero no parecía ser precisamente un regalo del Saiyajin.
"¿Ahora qué te trajo aquí?" Murmuró suavemente. Esto no era como él de ninguna manera. No estaba en la cámara de gravedad, ella podía escuchar la usual vibración que hacía.
"Hey, ¿viste a Vegeta cuando venías para acá? ¿Estaba en el patio o algo?" Le pregunto a Chi-chi mientras se sentaba en la mesa para desayunar. Los ojos de Chi-chi se detuvieron mientras miraba como se freía su huevo.
"No, ¡estoy segura que no! ¡Y espero nunca hacerlo! ¡Esa bestia trató de matar a mi esposo y mi bebé Gohan! Debería ser derrotado por lo que hizo, y—"
"Está bien, Chi-chi, entendí lo que dices," dijo apresuradamente, corriéndose el cabello a los hombros. Chi-chi le dio una mirada y continuó cocinando. Bulma estaba un poco preocupada. ¿En dónde estaba entonces? Ella sabía que era una molestia y que era imposible lidiar con él, pero no podía evitar preocuparse en si se había lastimado en la cámara de gravedad o algo. Ella saltó para ponerse de pié y se dirigió afuera.
"Hey a donde..."
"Espera un momento, voy a revisar la cámara de gravedad." Con eso, se dirigió hacia su invento y miró hacia adentro, esta vez revisando el techo también. No había nada. Algo aliviada, se dirigió otra vez a la casa, cuando se tropezó con algo duro y cálido.
"Ten cuidado, humana," bufó Vegeta. Bulma saltó al menos un metro y le dio una buena mirada.
"¡Tú ten cuidado! ¿Disfrutas asustarme o algo?" Se detuvo cuando él le dio una sonrisa, y se dio cuenta que probablemente si lo hacía.
"¿Dónde has estado toda la mañana? Usualmente me asustas temprano en lugar de dejarlo para ahora," preguntó, aún levemente nerviosa.
Vegeta se cruzó de brazos y consideró su arrogancia.
"No es que sea asunto tuyo, fui a darles a Kakarotto y a su mocoso una visita."
"Con visita, ¿supongo que quieres decir que fuiste a desafiarlos y asustarlos verdad?" Preguntó secamente. Él simplemente rió en esa irritante manera tan suya. Ella lo estudió por un segundo. Se había vestido en su armadura de batalla, y pudo ver tajos y grietas en el traje por haber estado entrenando con Goku. La sangre estaba goteando de una particularmente gran herida a su lado. Ella se levantó y sin pensarlo tocó su herida, evaluando los daños. Vegeta estremeció y se alejó un poco con un gruñido.
"¡Mantén tus manos contigo, debilucha!"
"Uh, lo siento. ¿Dolió? ¿Necesitas una semilla del ermitaño?"
"¡Por supuesto que no dolió! Y NO, ¡no necesito una de esas estúpidas semillas!" Con eso, se esquivándola rudamente y se dirigió a la cámara de gravedad, encendiéndola. Bulma se enfureció por su actitud tan maleducada.
Maldito, ¿por qué me molesto? ¿Por qué se molestaba? No tenía idea. Ella no debería importarle, o ir por ahí tocándolo. Ella ya tenía un novio, aunque no era muy atento por el momento, cancelándole todas las citas y diciéndole que tenía que 'entrenar'. A veces se preguntaba cual era su idea de entrenar, y si contenía la cama con otra chica. Dejó eso a un lado, diciéndose que él nunca la trataría así, que nunca la engañaría.
A veces se preguntaba si era ella la que se estaba engañando...
"¡Bulma! ¡El desayuno está listo! ¡ENTRA AHORA!"
"¡Estoy yendo!" Su estómago gruñó fuertemente, y se preguntó si Vegeta había comido. Conociendo a Chi-chi, ella había cocinado para un ejército más o menos, y podía decir que no había comido. Era demasiado molesto para tener una buena comida.
Ella volvió hacia donde estaba la cámara de gravedad y golpeó la puerta.
"Hey, ¡Vegeta! ¿Tienes hambre? Chi-chi hizo el desayuno, si quieres algo." Esperó por un momento, y ahí apareció un gruñido desde adentro. Ella ingresó el código de desactivación otra vez, y escuchó. No hubo un ruido esta vez, sólo una luz que se apagaba. Sonrió mientras la puerta se abría. Él le lanzó una agresiva mirada.
"Todavía no la he arreglado."
"¡Obviamente!"
"¿Entonces tienes hambre?"
"Pregunta estúpida."
"Ven entonces," suspiró y se alejó con Vegeta siguiéndola. Esperó que a Chi-chi no le molestara.
Le molestó, pero no dijo ni una palabra mientras el príncipe llenaba su plato y se dirigía afuera. Bulma lo vio irse y trató de leer que quería decir eso.
"Bulma, ¡no tengo idea como lo soportas! Sabes lo que le ha hecho a todos, ¿cómo puedes confiar en él?"
Bulma se ahogó con el tocino que estaba comiendo. "¿Confiar en él? ¡Demonios no! ¡Sólo se que no me matará porque le arreglo la cámara de gravedad cuando se rompe! ¡Esa es la única razón que impide que me mate de un golpe!"
"Menos que eso, mujer...," una voz flotó desde afuera. Ella frunció el ceño y le dio una mirada de '¿ves?' a Chi-chi. La mujer asintió sin comprender. Terminaron en silencio, y cuando ambas finalmente pusieron la cocina en orden, se dirigieron a sentarse bajo el sol.
Hablaron por un par de horas, sentándose en las reposeras junto a la piscina. Hablaron de todo, desde Bulma contándole otra vez lo sucedido en Namek, hasta hablar mal de la perra ex novia de Krillin, Marron. Ambas estaban de acuerdo que no eran de mediana edad. Vegeta se había ido a entrenar con Goku otra vez, ladrando sobre sus hombros que mejor que la cena esté lista y la cámara de gravedad arreglada cuando el regresara, antes de despegar y antes que ella pudiera insultarlo. A parte de eso, ambas habían tenido un pacífico día que ambas necesitaban. Al rededor de las cinco en punto, Chi-chi decidió irse, y Bulma le dio un aventón a su casa para salvar sus cansadas piernas. Con una promesa de visitarla pronto, Bulma condujo de vuelta a su casa.
Salió del coche, encapsulándolo y yendo a encontrar sus herramientas para arreglar la cámara de gravedad. Después de evaluar la situación, concluyó que un par de cables no se habían soldado bien, y lo corrigió. Hubiera esperado a que Vegeta llegara a la casa antes de poder saber si la había arreglado correctamente. No había manera que ella entrara y averiguara si lo estaba.
Estaba a punto de terminar cuando sintió una presencia tras ella. Ella se dio vuelta, con la llave inglesa en la mano lista para arrojársela a quien quiera que sea.
"¡Hola Bulma!" saludó Goku. Ella se tranquilizó.
"¿Todos están tratando de matarme? ¡Esta es la tercera vez que me asustan hoy!" Gritó ella. Goku levantó sus manos para calmarla.
"Hey, ¡lo siento!" Dijo avergonzado. Ella sonrió débilmente. No podía estar enojada con él por mucho tiempo. Era como un hermano para ella.
"Está bien. ¿Han terminado tu y Vegeta con su pelea?"
"Seh. Está preparando un nuevo ataque, también. Hizo volar mis calcetines."
"Goku, tu no usas calcetines."
"Sabes lo que quiero decir. Está muy obsesionado con superar mi poder, eso es seguro."
"Seh. ¿Entonces que querías? Mejor que no quieras que te construya una cámara de gravedad porque, ya tengo muchos problemas con esta."
Goku sonrió y sacudió su cabeza. "Nah, sólo me preguntaba si tenías alguna semilla del ermitaño por aquí. Korin está quisquilloso y pensé que podías tener algunas que te sobraban."
Bulma suspiró y asintió. "Seh, creo que tengo un par. Vegeta odia tomarlas. Creo que piensa que lo hace parecer débil o algo. Es tan idiota a veces. Todos los problemas que paso por él, arreglar la cámara de gravedad, hacerle la comida, construirle robots, ¡y ni siquiera obtengo un gracias por todos mis esfuerzos!"
Goku rió y sacudió su cabeza. "Wow Bulma, suenas casi... casada."
Casi lo golpea con la llave inglesa, "¿Casada? ¿¡Con él!? No lo creo! ¡No lo tocaría ni a diez metros excepto que tenga que hacerlo!"
Goku le dio una extraña mirada. "Aw, vamos, no está tan mal. Apuesto que ustedes dos tienen mucho en común si lo piensas. Es mejor que algunos hombres allá afuera," dijo él, antes de taparse la boca con la mano. Bulma casi revienta de la ira.
"¿ESTÁS TRATANDO DE JUNTARME CON ÉL?" Avanzó hacia Goku con la llave inglesa y una peligrosa mirada en sus ojos. Goku puso su mano detrás de su cabeza a su usual estilo, y sonrió.
"Uh... tengo que irme. Olvídate de las semillas, descansaré un poco. ¡Adiós!" Desapareció antes de que Bulma pudiera lastimarlo. Ella tiró la herramienta y rabió un rato. ¿En qué estaba pensando? ¡Ella ya tenía un novio! Quizá se había golpeado en la cabeza cuando estaba peleando o algo. Se detuvo a pensar en lo que había dicho. ¿Ella y Vegeta? Era una locura. ¿O no? Tenía que admitir que era extremadamente sexy, con sus fuertes músculos y esa sonrisa peligrosa... y su tan intensa mirada y ese salvaje pelo negro...
"Mierda, Bulma, ¿en qué estás pensando?" Murmuró ella. "Te estás volviendo loca, niña. Es hora de tomar un descanso."
Caminó hacia la casa y se acostó en el sillón. Así que, Goku piensa que Vegeta y yo haríamos una buena pareja, ¿o no? ¿Por qué querría torturarme al querer juntarme con ese idiota? ¿Me odia tanto? Pero ahora que lo había dicho, no podía parar de pensar en él. Había entrado en su cuarto anoche, listo para pelear con lo que sea que la había 'atacado'. ¿Quería decir eso que le importaba si ella vivía o moría?
Nah.
Probablemente estaba preocupado que si la mataban tendría que cocinarse o algo. Bulma se rió con el pensamiento de él en la cocina. Apenas podía usar el tostador. Por eso aquel lío anoche. Se dio cuenta que era hora de preparar algo de cenar, y se puso de pie. Dirigiéndose a la cocina, decidió que simplemente ordenaría pizzas antes que cocinar. ¿Pero cuantas tendría que pedir? Los Saiyajin comían más que una persona normal, así que pensó que al rededor de seis estaría bien. Podía pedir más. Marcó el número del lugar de las pizzas y ordenó, luego se dirigió arriba para tomar una ducha.
Mientras se lavaba el cabello, comenzó a sentirse un poco preocupada por Vegeta. Se había ido hace rato, y era más de la hora usual de la que comenzaba a quejarse por no tener comida. Se detuvo de repente mientras se daba cuenta lo que estaba haciendo. ¿Por qué me preocupo de repente? Dos veces en el día me asusté pensando que estaba en alguna clase de peligro, cuando cualquier otro día no me hubiese importado en lo más mínimo. ¿Qué está mal conmigo? Se dio cuenta que aunque Vegeta era un grosero y molesto dolor, le agradaba. Bien, estaba contenta con su presencia de cualquier modo. Usualmente sus padres se iban, se encerraba en el laboratorio para trabajar hasta que volvieran. Y tenía algún miedo de quedar expuesta a algún peligro, y desde que Vegeta se estaba quedando, se sentía más segura de lo que se había sentido hacía mucho tiempo.
"¡¡MUJER!!"
Bulma saltó y casi cayó de la ducha con el sonido del grito de Vegeta. Ella cerró la ducha y salió poniéndose una toalla a su alrededor y abriendo la puerta del baño.
"¿QUÉ?" Le gritó en respuesta. Él subió las escaleras y se dirigió al baño, pero se congeló cuando la vio. Sus ojos se ensancharon mientras la miraba envuelta en nada más que una toalla, con pequeñas gotas que caían por su piel como diamantes. Ella se miró a si misma y ajustó más la toalla sobre ella. Vegeta parecía desconcertado por un momento, pero rápidamente volvió en sí.
"¿No deberías estar haciendo la cena?" Preguntó rudamente. Ella frunció el ceño y sacudió su cabeza.
"Nop, La ordené. Sólo espera media hora y estará aquí. Si me disculpas, estoy semi desnuda aquí."
Con eso, cerró la puerta, preguntándose sobre la mirada en su rostro cuando la vio. Se puso sus pijamas y secó su cabello, decidiendo llamar a Yamcha más tarde para recordarse que ella era feliz con él, y no se sentía atraída por ese... idiota. ¡SI! Pensó. ¿Qué es esto? ¿Estoy atraída por Vegeta? No. No había forma, no había ninguna forma. Me niego a pensar así de él. Se quitó esos pensamientos, y salió del húmedo baño. Caminó dirigiéndose por el pasillo a las escaleras, pasando por la habitación de Vegeta mientras lo hacía. Ausentemente miró la puerta, y se detuvo. Su mandíbula cayó en estado de shock.
Estaba parado ahí, desnudo.
Estaba de espaldas a ella, así que no sabía que ella estaba ahí... todavía. Siguió caminado, la imagen de su musculosa espalda, su sexy trasero y todo sobre su espectacular cuerpo se le grabó para siempre en la mente. Todavía estaba mareada y sorprendida mientras lo hacía arriba, esperando que el muchacho de la pizza llegara. Bulma no pudo evitar sentirse un poco incómoda por lo que había visto, así que hizo la pequeña decisión de enterrar ese conocimiento. No pudo evitar más que sonreír un poco. Quizá debía hacer algo con esto que estaba comenzando a sentir...
