El Rey, La Nube Carmín, El Caballero Escarlata y La Araña

Advertencia: Esta historia se desarrolla en un semi-universo alterno y los personajes de Fairy Tail tienen distintas personalidades. Originalmente, El Caballero Escarlata (ECE) narraría las aventuras de Natsu como la reencarnación del Emperador Hades en el universo de Saint Seiya, después decidí que no sería así y que escribiría sobre las aventuras de Natsu en el Imperio Álvarez como el heredero al trono del hermano, pero una noche; esas noches en que te pones existencial y surgen ideas locas y asombrosas, decidí cambiar todo. En fin, esta historia se basa en la siguiente premisa: «¿Qué tan importante es alguien tan pequeño?».

Disclaimer: Todos los personajes, excepto los OC (si es que pongo) son de Hiro Mashima creador de Fairy Tail.

—Dialogo.

"Pensamientos".

«Técnicas, títulos nobiliarios».

[Notas del autor]

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ECE I: El preludio del fin de un tonto

Las calles de Magnolia deberían estar concurridas y rebosantes de vida, en cambio, hoy estaban por completo vacías y llenas de arena; los ciudadanos hace horas que emprendieron el camino hacia el oeste escapando de la eventual batalla y posible destrucción de Magnolia. Aunque, había un lugar, al centro de la ciudad, que refulgía de vida: Fairy Tail, irónicamente el centro de toda la conmoción.

El ambiente del gremio se dividía entre la algarabía y la incertidumbre; por un lado, estaban felices ya que uno de los escudos fue derrotado hace menos de una hora, y por el otro, dudaban de que pudieran ganar ya que Ajeel Ramal fue muy difícil de vencer y seguramente los demás escudos también serían igual de fuertes.

Natsu estaba en la enfermería del gremio; sentado sobre un taburete observaba a Erza. Ella dormía sobre una camilla, recuperándose de la batalla contra Ajeel. Los ojos jade de Natsu refulgieron, por un momento, llenos de odio. Igneel murió enfrentándose a una abominación de Zeref, ahora Erza estaba herida por pelear contra un vasallo del mago oscuro. "¿Cuántos más de mis amigos terminarán así? —pensó con amargura, después obtuvo la resolución para hacer lo impensable—. Zeref debe caer".

Lo primero que Erza vio al despertar fue a Natsu; él tenía una mirada profunda, que por un instante, cautivó su corazón. Era difícil verlo sin la expresión tontuela que lo caracterizaba y en su interior pensó que el lado serio del chico se veía atractivo. —Natsu, estoy bien —sus palabras obtuvieron una de las sonrisas típicas de él—. ¿Cómo estás?

Natsu la ayudó a incorporarse y después le puso en el regazo una bandeja de fruta ya pelada. —Al cien por cien, listo para seguir adelante.

—Que bien —le sonrió de vuelta—. Sólo faltan once.

Natsu no pudo distinguir si ella se mostraba animada o era un uso perfecto de sarcasmo. —Diez. Brandish fue capturada —en ese momento una ráfaga de viento entró por la ventana y alboroto el cabello carmín de la mujer. Natsu rio por el aspecto gracioso y cuando ella lo fulminó con la mirada, él se dignó a ser todo un caballero y le arregló el cabello—. ¿Cómo te sientes?

Ella volteó el rostro, sus mejillas estaban tenuemente rosadas. —Bien, algo adolorida pero aún puedo continuar. ¿Y los demás?

—Están bien, aún ninguna baja entre los nuestros.

—Aún —musitó ella y se sorprendió al comprender las palabras del chico. Lo miró perpleja.

—Es una guerra, ¿sabes? Tarde o temprano uno de los nuestros morirá —con las manos detrás de la cabeza le volvió a sonreír—. Tranquila, no dejaré que eso pase. Es una promesa, ¿de acuerdo?

—Bien, yo tampoco dejaré que algo así suceda.

Ambos sonrieron. —Necesitas comer, a ver, di ah.

Ella aunque avergonzada aceptó el gesto. —Ah~ —de esa manera se formó un ambiente rosa típico de una pareja, aunque ellos no lo eran.

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Cana llevaba vendas, esparadrapos y pomadas; subió al segundo piso y después de dejar atrás cuatro puertas llegó a la enfermería. Por alguna extraña razón decidió abrir sigilosamente la puerta y sorprender a la pelirroja; pero se quedó congelada ante la escena inverosímil del lugar. Ahí, bajo la luz mañanera que se filtraba por la ventana, Erza y Natsu se estaban besando. Y no era cualquier beso, era uno candente y lleno de pasión.

Unos minutos antes, Natsu se inclinó y la besó; fue tan sorpresivo que su cerebro tardó en procesar lo que estaba sucediendo, después, para su propio asombro, terminó correspondiendo el beso. Al principio fue torpe, pero luego se volvió un intercambio dulce y encantador. Se separaron y ella pudo ver el amor que ardía en los ojos de Natsu, un amor tan avasallador que se sintió abrumada.

—Nat —sus palabras murieron ahí, cuando otra vez sus bocas se volvieron a encontrar, también sus dudas desaparecieron. Natsu la obligó a ponerse de pie y tomó su cintura como todo un hombre, ella gimió dentro del beso y volvió a gemir cuando sus lenguas se encontraron. Lentamente se conocieron y exploraron, se separaban y se volvían a unir. "Mi segundo beso —pensó mientras su mente comenzaba a nublarse—. Y sabe a fuego". ¿Cómo sabe el fuego? Esa duda la tenía desde pequeña cada vez que miraba a Natsu engullir llamas, y ahora lo sabía: dulce, fuerte y caliente.

—¡Ajem~! —Interrumpió la morocha antes de que las cosas subieran de nivel, aunque también estaba celosa.

Erza se separó y cuando vio a la morocha, se avergonzó totalmente. Regresó a su camilla y se metió entre las sábanas; no había forma en que ella permitiera que fuera vista como una persona lujuriosa. Como una persona que no respetaba la moral.

Natsu soltó una carcajada y eso ameritó un almohadazo. —Bien —se dirigió a Cana y ella cerró los ojos y se puso de puntitas para recibir su beso. Natsu se quedó perplejo. ¿Por qué no? Él se dirigía al que probablemente fuera su último encuentro y no quería tener arrepentimientos, por eso había besado a Erza y ahora hizo lo mismo con Cana—. Te la encargó.

Cana tenía las mejillas coloradas y una mirada extasiada. —Sí señor —respondió en un ronroneo muy cautivador. Le gustaba Natsu y no era la única; ella era Cana Alberona hija de Gildarts Clive y como tal, no perdería esta batalla sin siquiera intentarlo y Natsu le había dado el valor. "¿Compartirlo o monopolizarlo?".

Y de esa manera, Natsu había desatado una lucha sin cuartel entre dos de las mujeres más fuertes del gremio; una guerra que tenía como objetivo el corazón de un dragón.

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Tiempo después, Mavis se situó en la tarima del escenario y después de dudar un momento, llamó a todos.

—Fairy Tail —a pesar de la voz suave y melodiosa, todos los del gremio le prestaron atención—. Desde que desperté, he visto que el gremio que fundé con mis amigos se volvió un lugar maravilloso; un gremio donde todos son familia y se protegen unos a otros… Por eso, quiero que conozcan mi historia…

"Increíble —pensó Lucy mientras escuchaba la historia trágica de Mavis— tan magnifica historia debe ser recopilada, después de que la guerra acabe le pediré permiso". Mientras Lucy divagaba, todos estuvieron de acuerdo en apoyar a Mavis después de escuchar la verdad del conflicto. A la mayoría de las chicas la historia las había conmovido y unánimemente decidieron apoyarla; para los hombres la historia era diferente pero era mejor no meterse con un frente femenino organizado.

—Por supuesto que no dejaremos que nada le pase a la fundadora —afirmó Erza con una expresión seria, después de que Natsu la dejará, durmió por casi dos horas y ahora lo estaba buscando pero no lo encontró. En ese momento comenzó a tener un mal presentimiento.

—Fufufu~. El deber de un nieto es velar por el bienestar de los abuelos —Mirajane ocultó una broma detrás de sus dulces palabras. Ella era La Demonio y siempre disfrutaría molestar a los demás.

Mavis sintió ganas de llorar. "Abuela —pensó abatida—. Si sólo tengo veinte años".

Después de que la risa general se calmará, Makarov intervino. —Bien, mocosos. Es hora de devolverles el golpe. Así que seguiremos el plan que ha trazado Mavis. Levy, Gajeel, Panterlily, Mirajane, Elfman y Lissana irán al norte para apoyar a Sabertooth, Blue Pegasus…

Dejando por un lado el anuncio de Makarov, Lissana se acercó a su grupo asignado. —Hermana, ¿has visto a Natsu? —Antes de salir al campo de batalla ella quería despedirse de Natsu y renovar cierta promesa ya casi olvidada.

Mirajane sonrió maliciosamente, y como no hacerlo cuando era su hermanita, ligeramente avergonzada, que preguntaba por un hombre. —Fufufufu~ Ya has crecido, espero que ese tontuelo no te haga llorar —el rostro de Lissana se coloreó intensamente e incluso Levy se unió para molestarla.

En otro lado del gremio, cuando el grupo de Natsu fue llamado se hizo obvio la ausencia del pelirrosa. Makarov soltó un bufido. "Ese mocoso no ha madurado ni un poco" pensó. —Max, busca a Natsu.

Max era el encargado de operar el Mapa Continental así que no era tan difícil saber dónde estaba cada mago. Desplegó los controles y empezó el rastreo de Natsu, después de dos minutos, el mapa se extendió en la zona Oeste del continente. La señal roja era para todos los del gremio mientras las oscuras eran de los enemigos. —Ya está —dijo mientras se volvía el centro de atención—. Natsu está luchando contra —hubo una pausa— uno de los Doce Escudos.

Max pronunció los escasos detalles que lo llevaron a dar una conclusión errónea: el poder era superior al de Ajeel Ramal y Natsu estaba luchando en igualdad de condiciones. Para los chicos del gremio fue notorio que, eventualmente, el pelirrosa seria superado así que Erza, las hermanas Strauss, e incluso Wendy se encaminaron a la salida del gremio; desechando el plan de la maestra.

Mavis fue la primera en darse cuenta del enorme ejército que lentamente se aproximaba al gremio. —Max, ¿Cuáles son los detalles del ejército que se avecina? —Dijo mientras por el rabillo del ojo observaba que más chicas irían detrás del pelirrosa. Para su alivio, Makarov las detuvo pidiéndoles que confiaran en la fuerza de Natsu. "Tsk. Lo mejor es dejarlo pelear sin importan contra quien, y que después de recuperarse se una al gremio para seguir luchando".

Después de varios segundos, Max dio la mala noticia. —Son novecientos noventa y ocho mil novecientos noventa soldados y no hay más detalles.

Algunos soltaron maldiciones al escuchar semejante cantidad mientras otros caían en la desesperación; para algunos más esto sólo era una oportunidad para incrementar sus fuerzas. Gajeel acarició la cabeza de Levy, reconfortándola y asegurándole que todo saldría bien. Alzack abrazó a su familia y les dio palabras para animarlas.

—Warren enlaza la comunicación con Natsu —ordenó Makarov mientras dejaba que el gremio asimilara la noticia—. Y dile que regrese.

El pelinegro agradeció mentalmente este año de entrenamiento exhaustivo ya que la distancia entre Natsu y el gremio era enorme. —¡Lo tengo! —Dijo después de un par de minutos—. Natsu, el abuelo ordena que regreses al gremio.

Después de algunos segundos, Natsu respondió. —¿Qué has dicho? —Sus palabras se escucharon en toda la sala. Y antes de que alguien del gremio volviera a repetir la orden, escucharon otra voz.

—Mi nombre completo es Zeref Dragneel, soy tu hermano mayor. Y tú eres mi creación más poderosa: END.

Inexplicablemente, Warren en vez de hacer un enlace mental terminó como uno ambiental y de una sola vía. Cabe decir que la declaración anterior cayó como balde de agua fría en el gremio y todos se quedaron en silencio. Los más nuevos maldijeron tener al hermano del enemigo como aliado; una mirada de Cana los hizo callar. Juvia se llevó las manos a la boca y luego miró la expresión de su devoción. La rabia inundó la mente de Gray, pero era rabia contra sí mismo, estaba apuntando a matar a su mejor amigo y eso era imperdonable. Las hermanas Strauss intercambiaron una mirada perpleja y luego negaron.

Lucy recordó la sonrisa radiante del pelirrosa y estuvo de acuerdo con las palabras de Happy, no fue la única; también Erza y Cana pensaron lo mismo. "Y, aunque fuera cierto, Natsu seguirá siendo Natsu" pensaron casi todas las chicas que tenían sentimientos por el pelirrosa ya sea amor, admiración o amistad.

—¡Mentiroso! —La vocecita de Happy reverberó en la sala, Warren ni siquiera se molestó en componer la conexión—. Si fueras hermano de Natsu no les harías daño a nuestros amigos. Sólo estás asustado de que Natsu está a punto de vencerte y por eso mientes.

—Es verdad. Happy tiene razón —dijo Natsu aunque sonaba poco convencido.

Muchos en el gremio sonrieron ante la seguridad que Happy le brindaba a Natsu, a pesar de ser alguien tan pequeño era sumamente importante para todos. Repentinamente Charle liberó un gritito doloroso. La gata blanca había tenido una visión y al parecer no era nada bueno; lloraba profusamente que hasta Wendy se puso a llorar con ella.

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Al oeste del continente…

Rocas enormes sobresalían del terreno anteriormente plano; bajo el cielo despejado una infinidad de árboles se estaba volviendo ceniza. Natsu respiraba con dificultad debido al excesivo uso de magia y a la extenuante batalla; por otro lado, Zeref no estaba en el mejor estado: tenía cortes en los brazos y quemaduras leves por el torso. La toga estaba hecha añicos y sólo le quedaba el collar colgado del cuello.

La expresión de Zeref siguió siendo una de melancolía. Le había dicho la verdad a Natsu y, tal como esperaba, Natsu se negaba a creerlo. "Está bien, es mejor así —el pecho le quemaba ahí donde recibió el último golpe, un ataque con la voluntad de Igneel—. Mi vida está a punto de terminar". —Uff… después de seiscientos años, sigues siendo el mismo cabeza hueca. Entonces te enseñare a la vieja usanza —dejó caer el libro y así obtuvo toda la atención de Natsu, después un rayo negro surgió de su índice y Natsu se dejó caer adolorido—. Parte de tu alma permanece sellada y todo daño al libro también te afecta. Si lo destruyo tú también morirás.

Natsu, agachado y sosteniéndose la zona del corazón, abrió los ojos sorprendido. "No es posible —se dijo—. Y sí así fuera, mi única familia es Fairy Tail". Mientras recuperaba el aliento, Zeref le relató brevemente la historia (que Natsu se negaba a creer) de su infancia, la muerte de la familia a manos de un dragón; la posterior búsqueda incansable hasta que lo resucitó y el porqué del entrenamiento con Igneel.

Mientras tanto, Makarov habló directamente a la mente de Happy. "Happy, no digas nada y saca a Natsu de ahí —el gato asintió vigorosamente—. Debes salvarlo". No necesitaban pedírselo, él ya estaba dispuesto a emprender la retirada. No le importaba si Zeref decía la verdad o no; él no estaba dispuesto a averiguarlo. ¿Quién dejaría que su mejor amigo muriera así como así? Él no, y Natsu era más que su amigo, era su padre.

—No permitiré interrupciones —dijo Zeref sin atisbo de rabia en su voz. ¿Qué era una vida más en su haber? Nada. Levantó el brazo derecho y del índice surgió una flecha negra; la maldición de Ankhseram materializada.

Natsu se puso de pie y antes de que pudiera decir algo, esquivó una flecha que iba directo a su frente; esquivar fue sumamente fácil. Y avanzó rápidamente mientras esquivaba otros tres tiros; le propinó un golpe tan fuerte que le crujieron los nudillos mientras al pelinegro se le fracturaba el pómulo. Estaba por seguirlo y seguir golpeándolo por mentiroso cuando su oído captó un quejido lleno de dolor. "Happy" pensó al mismo tiempo en que un malestar le crecía en la boca del estómago.

El mundo comenzó a moverse lentamente; Zeref surcaba el aire girando y girando mientras el pelirrosa volteaba y luego resbalaba debido a la inercia. Y cuando enfocó la mirada en su amigo, su mundo cayó a pedazos. Ahí, en el aire, Happy estaba suspendido por cuatro flechas negras: en la frente, en el corazón, en la garganta y en el estómago. Natsu quiso gritar pero no le salió la voz, también quería correr pero sentía las piernas como gelatina así que gateó y se arrastró.

Finalmente, después de unos segundos que parecieron años, Happy cayó acompañado de un ruido seco y sordo; las alas blancas lentamente se tiñeron de un carmín oscuro, casi bermellón. La expresión del gato era de perplejidad, la muerte lo cogió por sorpresa sin darle tiempo para pensar.

Natsu cayó de rodillas con una mirada incrédula que se transformó en una llena de dolor; la llama en sus ojos empezó a perder fuerza a un ritmo cadencioso. Lo tomó entre los brazos, lo apretó contra el cuerpo y dejó que las lágrimas fluyeran libremente al mismo ritmo en que surgían los recuerdos con el minino azul. Desde que lo encontró como un huevo blanco con rayas azules; la eclosión y la fiesta por su nacimiento; las misiones que compartieron desde niños; las aventuras que habían tenido; las tardes pescando en el río del bosque; como se acurrucaba en su regazo cuando había tormenta; el gato alado y bromista; con el pelaje azul tan fino y suave que era una delicia acariciarlo; el gato azul sonriéndole mientras se acomodaba su costal verde con pescados suficientes; muchos, muchísimos recuerdos lo invadieron.

—Happy —musitó en una voz tan quebrada que daba lástima; el dolor que sintió cuando vio morir a Igneel no era nada comparado con el dolor de este momento. El corazón lo tenía tan apretado que sentía morirse, y talvez eso quería. Seguirlo a donde sea que él hubiese ido—. Happy, vamos, aún no me dejes.

Lastimosamente el gato no respondió ni a esa suplica ni a las que le siguieron.

—Happy, aún no te vayas, aún no… todavía no… Happy… Happy... ¡HAAAAPPPYYYYY!

Natsu apretó los dientes. En lo más profundo de su ser comenzó a sonar cierta necesidad fisiológica. Primero a un ritmo lento y luego cobró fuerzas, más y más fuerte. Muerte… duumm… muerte… duumm… muerte… duumm… muerte. Muerte, muerte, muerte. «Matar a Zeref» ese era su instinto como el etherias más fuerte

Un dodecaedro surgió encerrando a Natsu; en cada lado se miraba un sello arcano y mágico, todos de color blanco. Los sellos comenzaron a girar a un ritmo cadencioso —¡AAAAAHHHHH! —El alarido de Natsu rompió el sello que contenía su forma etherias y abandonó su humanidad. La piel tostada comenzó a perder el color hasta tornarse de un blanco muerte; las venas y las arterias se oscurecieron mientras él se hacía un ovillo debido a la dolorosa transformación y el dolor del alma. El cabello rosa palideció y se volvió gris platinado casi eléctrico—. ¡ZEEEEREEEEFFFF!

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Mientras tanto, en la sala del gremio…

Max tragó saliva mientras los ojos se le humedecían. —La señal de Happy desapareció —dijo. Casi al mismo tiempo escucharon el gemido lastimero de Natsu llamando al felino.

Lissana cayó sobre sus rodillas incapaz de seguir consolando a Wendy y Charle; lo mismo sucedió con Lucy, ella ya no vería al gato bromista que siempre se colaba en su casa. Otros empezaron a llorar amargamente a medida en que Natsu llamaba al gato y este no respondía; Happy había nacido en el gremio y se pasó toda la vida entre ellos. Erza no lo pensó más, y seguida por Mirajane y Cana, salieron del gremio. No pasó mucho tiempo para que otros magos siguieran a las mujeres. Fairy Tail era una familia y esa era su mayor debilidad; ellos acudirían para ayudar a cualquiera sin importarles el riesgo ni las consecuencias.

Mavis no impidió la marcha de los magos. "Dependerá de Natsu si ganamos o no —pensó con serenidad, talvez sus sentimientos también estaban sellados junto con su cuerpo—. Quien iba a pensar que Zeref sería tan tonto". Por un momento sintió que la sangre se le congelaba y fijó su mirada en el Mapa Continental donde pudo ver que la señal de Natsu se había tornado negra. —Con que despertó —soltó un suspiro. ¿De qué servía el mejor plan sino había quien lo llevará a cabo? ¿De qué sirve una estratega que no puede hacer nada si no tiene compañeros? De nada—. Warren dile a Makarov que END ha despertado.

—Ojale que maté a ese maldito —masculló el mencionado. Se limpió las lágrimas e hizo lo que le pidieron—. Maestro, END despertó.

Lo cierto era que los magos aún estaban bastante lejos de Natsu y talvez nunca llegarían a tiempo.

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La consciencia de Natsu estaba adormilada y observaba todo lo que sucedía en el exterior como si no tuviera nada que ver con él. El pelinegro, su autonombrado hermano, luchaba contra alguien que no podía ver; la brutalidad era tal que la sangre volaba con cada golpe. "¿Qué está sucediendo? —Le tomó un par de pensamientos más para recordar lo sucedido—. Happy, pronto me reuniré contigo".

Zeref en un principio se intentó defender pero rápidamente fue abrumado por el odio de END; él ya no era Natsu, ahora sólo era una bestia consumida por el odio. "Bien merecido lo tengo —pensó en el momento en que se le rompían tres costillas—. ¡Que dolor!". Escupió sangre y un par de dientes; volvió a arremeter contra su creación y así estuvo por varios minutos. Fue azotado contra el suelo sin piedad alguna y sólo gracias a su alta habilidad defensiva pudo mantenerse consciente. Repentinamente fue soltado y uso el tiempo para recuperarse y respirar. "Así que has vuelto" pensó ya que hablar le dolía bastante.

Soltó a Zeref permitiendo que éste tuviera un momento para respirar. Flexionó los dedos del brazo derecho y dejó que toda la energía se reuniera en su puño. —Morirás —sentenció. "Y es probable que yo también". Natsu no tenía tiempo para detenerse a examinar el cambio de su cuerpo ni del poder oscuro que tenía; no, él sólo tenía el tiempo necesario para mantener el control y dar el último golpe. Su cordura era momentánea.

Zeref se permitió esbozar una sonrisa aunque ni se notaba debido a la hinchazón del rostro y los huesos rotos. —Así está bien —soltó cada palabra con mucho dolor—. Pero, vendrás conmigo. —Zeref había creado a Acnología y sabía lo que implicaba dejar a alguien tan poderoso sin supervisión, así que por eso ató su vida con la de END para no cometer el mismo error.

Ahí, bajo un cielo totalmente despejado y de un azul hermoso, en un terreno totalmente deformado debido a la brutalidad de la pelea; ahí, los hermanos Dragneel sellaron su destino.

Sin grito de guerra o fanfarria alguna, Natsu se lanzó al frente con el brazo extendido como si fuera una lanza. Zeref sólo extendió los brazos a ambos lados y esperó el momento fatídico; el mundo se volvió lento. Malditamente lento, él recordó su vida y las vidas que arrebató durante tantos siglos. Finalmente… había llegado su fin.

El brazo blanquecino salió del lado izquierdo de la espalda del pelinegro y las llamas blancas siguieron su camino sin detenerse, derritiendo piedras a su paso. Como una bestia en busca de víctimas. Una ola gigantesca de fuego blanco corrió detrás del ejército del Imperio Álvarez; el poder era tal que un camino de lava se fue formando detrás. El ataque era veloz y abrazador; inmisericorde.

En cuestión de minutos, la retaguardia fue tomada por sorpresa y los soldados fueron consumidos rápidamente; el hierro se derritió mientras la carne se calcinaba y se volvía cenizas que después se consumían. Algunos intentaron huir, pero eso sólo llevó a que se aplastaran por el pánico. La magia no funcionaba y no había defensa que pudiera resistir ese infierno viviente. El caos reinó y el milagro para Fairy Tail nació; la batalla que el gremio estaba destinada a perder se equilibró gracias a la muerte de Happy… que después llevó al despertar de END.

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En otro lado del continente, casi al mismo tiempo en que Zeref y Natsu comenzaban a pelear. Otros dos inmortales se encontraban y después de unas tres palabras, los dos se transformaron en los reyes que eran y se enfrentaron a muerte. Irene Belserion, la Reina de los Dragones lanzaba dentelladas y coletazos violentos contra el dragón negro. El balance de la pelea era equitativo y cualquier descuido conllevaría a la muerte; el intercambio de golpes sucedía a una velocidad vertiginosa y sin igual. El poder desbordaba con cada choque y deformaba el terreno; ellos peleaban en el norte y a medida que el tiempo pasaba, el hielo comenzaba a derretirse y nacían lagos y lagunas.

Acnología con un brazo era un oponente difícil, Irene ni siquiera quería imaginarse cuán difícil seria si tuviera los dos. Reunió su aliento y lo disparó; un instante después dos alientos de dragón chocaron. La pelirroja se había dado cuenta, al igual que el dragón negro, que la batalla al oeste estaba por terminar. La convicción de los dragones era distinta; Irene servía a Zeref y Acnología planeaba matar al que quedara con vida.

"Lord Zeref está en peligro —pensó amargamente. ¿Cómo dejaría que la persona que la sacó de la oscuridad pereciera? No había modo de que hiciera algo así—. Ahora o nunca". En medio de la explosión recurrió a su forma humana; un escudo pequeño fue suficiente para cubrirla y se adentró en el torrente de energía. A la distancia perfecta, usó una lanza hecha con uno de sus colmillos y perforó el ojo derecho del dragón negro. Claro, la estrategia sucedió en cuestión de segundos.

—ARGHHH —Acnología rugió de dolor y de un coletazo alejó a Irene del lugar.

La cola se acercaba a una velocidad extraordinaria, pero todo estaba calculado. Aprovechó el impulso del coletazo y tomó una distancia favorable. Ya en el suelo y en un cráter, convocó su magia. —Universe One —a medida que la luz blanca se extendió y se extendió a su cerebro llegaban las localizaciones de cada persona; con el riesgo de que su cerebro estallará por tanta presión, decidió llevar a los Doce Escudos y al Emperador hasta una lugar alejado mientras mandaba a Acnología lejos del continente—. Ya habrá otro momento para terminar esto.

Los efectos de una magia continental fueron atroces; el último ataque de Natsu fue enviado al mar donde lentamente se consumía, el ejército fue transportado a otra parte aunque ya tenían serios daños, los magos que iban a ayudar a Natsu fueron separados por todo el continente, en conclusión, la batalla volvió a tomar rumbo desconocido. En ese momento, Fairy Tail desconocía el resultado de la batalla y aunque se intentaron comunicar con la base todo intento resultó infructuoso.

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Brandish tuvo que parpadear varias veces debido al súbito cambio de ambiente; hace apenas unos segundos estaba encerrada en la oscuridad de una celda y ahora se encontraba en un gran comedor, rodeada de mesas largas y bancas, platos y vasos. Su atención estaba en el gran estandarte que colgaba de la pared: "Sigo en Fairy Tail". Se volteó y después de ser consciente de lo que estaba pasando se llevó las manos encadenadas a la boca para acallar un sollozo. —No puede ser… Majestad.

Zeref estaba de pie con un brazo perforando su pecho justo sobre el corazón; un golpe certero y mortal. Frente al pelinegro estaba un hombre de cabello y piel blanca con la expresión furica congelada en el tiempo contrastando con la de Zeref: una de aceptación y serenidad.

Los Doce Escudos estaban presentes, sus expresiones se dividían entre el asombro, la incredulidad, el dolor y el odio. Ajeel, a pesar de su salvaje personalidad, se quedó sin maldiciones que pronunciar. Por otro lado, Irene estaba de rodillas llorando amargamente y no era la única; Dimaria también lloraba. Todos los Escudos tenían una historia donde Zeref mostraba su lado humano y compasivo y es por eso que lo seguían.

August fulminó con la mirada a Invel. —¿Tienes algo que decir?

Invel negó. —Fue el deseo de Su Alteza enfrentarse a su hermano menor —le mostró los brazos carbonizados por haber detenido el ataque que afectó a la retaguardia del ejército—. Y los deseos de Su Alteza son órdenes. Nunca espere que esto terminará así. Pueden tomar mi vida.

La expresión dolorida de Rahkeid se transformó en una de rabia; la cruz que tenía en la espalda salió volando y si no fuera por Jacob, Invel hubiese muerto. August tuvo que intervenir. —Los deseos de Su Alteza son órdenes, aunque lo aceptes o no, mocoso. Aún tenemos trabajo por hacer.

Dimaria desapareció en un parpadeó y antes de que su espada rebanará el brazo de Natsu, un «No» la detuvo. Esa palabra, aunque suave y débil, captó la atención de todos.

Antes de que los Escudos hicieran algo, el poder característico del Emperador comenzó a surgir; una ráfaga de viento azotó el lugar y Natsu se deshizo en cenizas yéndose con el viento y haciéndose parte del edificio que en antaño fue su hogar. Natsu murió como el fuego, se consumió hasta las cenizas y no quedó nada.

El tejido calcinado de Zeref comenzó a regenerarse aunque le quedaría una cicatriz como recordatorio del fracaso.

—¿Majestad? —Irene se limpió las lágrimas y lo abrazó mientras recitaba encantamientos para fortalecer y recuperar al pelinegro—. ¿Cómo?

Zeref derramó lágrimas amargas al comprender que seguía con vida. Era consciente de que Natsu había muerto y él no; que otra vez la muerte se había llevado al menor de los Dragneel mientras castigaba con la eternidad al mayor.

—¿Se encuentra bien?

—No, mi hermano ha muerto y yo no. Irene, ¿acaso los dioses se están burlando de mí?

¿Qué podía responder ella? Estaba completamente feliz de que él no hubiese muerto y abatida por el deseo insano de morir. —No lo sé, Majestad.

Entre los Doce no había nadie que diera ánimos al Emperador, acaso podrían decirle: «Animo Emperador, seguro que la próxima le sale bien y se muere». No, después de verlo muerto ellos no volverían a permitir que semejante cosa volviera a pasar.

Zeref desvió la culpa hacia Natsu. —Era demasiado débil —dijo en un lamento—. Estuvo tonteando en vez de hacerse fuerte. —Y luego desvió la culpa hacia el gremio—. Entiendo, Fairy Tail es el culpable así que compartirán su destino. —Zeref se puso de pie y encaró a los Escudos—. Destruyan a cada mago de Fairy Tail.

El blasón del gremio ardió. —¡Como usted ordene! —Exclamaron los Doce Escudos, talvez tuvieran preguntas o dudas, pero las órdenes del Emperador eran la prioridad. Además, uno de Fairy Tail se había atrevido a levantar su mano contra Su Majestad. ¡Eso era imperdonable!

¿Cómo afrontara Fairy Tail está guerra sin Natsu?

FIN DEL CAPITULO

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Bien, bien, bien. Genial, ¿verdad? Creo que el concepto no es nuevo, y seguramente habrán adivinado hacia dónde va la historia. Bien, aunque deben recordar que siempre me gusta escribir algo nuevo y diferente al canon. Así que esta historia estará llena de muchas sorpresas. Espero seguir contando con el apoyo de ustedes a través de un comentario. Es probable, que al igual que Historia de un viajero, esto no incluya lemons en los primeros cinco capitulo o su avance sea lento. Pero tengan por seguro que Natsu será impresionante y tendrá a más de alguna chica deseando sus huesos.

¡Ah! ¡Rayos! ¡Creo que se me está haciendo costumbre matar a Happy! Muy mal, muy mal. En fin, algunos personajes quedaron OoC pero era inevitable.

¡Esperen el próximo capítulo!

Y, creo que la siguiente actualización será el segundo capitulo de Historia de un Viajero [La nube carmín]

Ah, me gustó la parte con Erza