Disclaimers: Los personajes de Harry Potter pertenece a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, salvo los personajes, como ya se ha mencionado anteriormente.
¡Hola! Yo no tengo llenadera; lo sé mi madre ya me lo ha dicho demasiadas veces en mi vida, pero no puedo evitarlo, así que aquí estoy, con ésta historia que comenzó a surgir un 23 de Marzo de 2016, y como ya lo he dicho, si no comienzo a publicar todo lo que tengo, perderé el interés y dejaré de hacerlo eventualmente, escribir y todo, así que me motivo.
Es un AU, no me gustan mucho, pero a veces las ideas vienen de esa forma, así que bueno, les dejo el primer capítulo, espero que le den una oportunidad, cualquier cosa, no duden en decirla, muchas gracias por todo.
Quédate conmigo.
Observó el agua caer por un instante. La melodía que sonaba en el fondo lo había envuelto en una extraña sensación de familiaridad, él siempre elegía la música clásica como música predilecta, porque era difícil relacionarla con alguien, no muy imposible, pero raro e inusual.
La voz masculina con esa canción en particular lo remontaba a hacía años atrás. Había elegido mal al dejar la radio en lugar de su reproductor musical, recordaba los labios rosas y la voz femenina a dúo con esa voz masculina que siempre sonaba en su lista de reproducción, lo que más le afectaba, era la forma en que la cantaba para él, la manera en que lo miraba invitándolo, incitándolo.
El cabello rubio se esparció por el agua, se talló el rostro y suspiró aliviado cuando la canción terminó, ese día había tenido una reunión importante y no quería que nada perturbara sus pensamientos, necesitaba concentrarse plenamente para pensar en todo lo que le habían dicho, de eso dependía su futuro, no obstante, se estaba arreglando para acompañar a uno de sus nuevos amigos a su especial despedida de soltero, había escuchado mucho de Theodore Nott, pero apenas lo conocía, a pesar de todo, se estaban llevando bien, aun así, tenían muchas cosas que no sabían el uno del otro.
Se puso unos pantalones negros de vestir y una camisa gris oscuro, se arregló el cabello y se colocó la loción que por contrato, estaba obligado a usar, se colocó sus lustrosos zapatos y caminó hasta la puerta de la habitación. La vio sentada en el lujoso sofá blanco, con su ajustado vestido a lápiz color uva, su larga cabellera negra sujeta en un peinado sofisticado y sus labios de un color suave, contrastando con sus ojos verdes brillantes, lo último que le faltaba.
—Ya no hay nada en mi agenda, Astoria.
—Tenemos que hablar sobre lo que te dijeron en la tarde, Draco.
—Ya lo pensé, aceptaré.
—Así de simple, cuando hace una semana te quejabas de venderte al mejor postor.
—Es mi futuro, nuestro futuro, y lo sabes, hay más de una persona detrás, que mantiene a sus hijos, que paga sus casas con lo que les pagamos, llámalo... Un trato justo, vendí mi alma a satanás hace mucho.
—Al menos piensas en los demás al esclavizarte en un contrato por cinco años, con una posibilidad de duplicar el periodo.
—Soy un amor, lo sé –soltó sarcástico.
—No deberás excederte esta noche y lo sabes.
—Sí, mamá.
Salió de la habitación de hotel, hacía nueve años había dejado de vivir en Londres, de hecho, había dejado el país y se había quedado en Los Ángeles, sólo regresaba por contratos, pero no estaba más de un mes en el lugar, no quería, no le gustaba ese lugar.
Condujo su auto rentado hasta el bar en una zona costosa de la ciudad, el enorme letrero de luces de neón le indicaron que estaba en el sitio correcto, aparcó y entró por la puerta que Blaise le había indicado. Era un lugar bastante amplio, el privado que tenían era el más exclusivo, ninguna ventana cerca, eso evitaba a los paparazis. Normalmente, él se sentaría hacia la entrada, pero no quería, así que le dio la espalda al mundo, observando el privado aún vacío.
Pidió solamente un agua mineral, nunca había sido de reglas, pero esa noche se disponía a comportarse lo mejor posible, no conocía tan bien a esos tipos, y no quería ninguna clase de escándalos en Inglaterra.
oOo
La mujer golpeó la mesa completamente furiosa, sus ojos verdes normalmente cálidos, estaban fríos por la furia, observó el encabezado y la foto de la primera plana, era él, la fiesta de anoche, se le había salido completamente de control.
—Te pedí, que no te excedieras, Draco, el contrato se suponía que deberías firmar hoy...
—Aún no es la hora.
—Ya sé que aún no es la hora, soy quien lleva tu maldita agenda ¿recuerdas? –Bramó –dijiste que sólo tomarías lo que te hiciera ver educado, el mensaje que me enviaste a las 12:00AM dice decía que solo tomarías agua mineral ¡qué mierda de agua mineral venden en ese bar!
— ¡Ya lo sé! No necesitas regañarme, no eres mi madre, Astoria, ni a ella le permito que me hable así, a nadie se lo permito, y es mejor que te controles, antes de que termines en la calle.
— ¿Qué cambió tan de pronto? –Suplicó –Draco, en cuestión de dos horas –le mostró el periódico – ¿en qué momento el agua mineral se volvió vodka?
—No quiero hablar de eso –soltó.
—No es necesario que me corras –se quitó audífono, le regresó el celular y avanzó al perchero por su abrigo.
—Vas a irte –gruñó.
—Sabes la razón por la que seguía a tu lado, pero me las arreglaré, ahorré lo suficiente para el bebé.
—Katherine va a matarte si sabes que renunciaste, Astoria, tienen a un bebé en camino.
—Por supuesto que lo sé –se burló –mi novia está entusiasmada por la idea, no me lo recuerdes.
—Ella estaba ahí –soltó sin ánimo.
oOo
Las risas provenían de sus espaldas, eran de mujeres, así que no podían ser sus acompañantes, se suponía que podía y había una promesa implícita en que habría mujeres, pero era demasiado temprano para que llegaran, porque incluso ellos aún no llegaban, del todo.
Blaise Zabini fue la segunda persona en unirse, de amigos o contactos ingleses, él era el más antiguo, habían trabajado juntos en los inicios de Draco y del mismo Blaise, pero con el tiempo, se habían separado y Draco había contratado a Astoria como su asistente personal.
—Llegas temprano, algo que no se te ha pegado de los norteamericanos –bromeó Zabini.
—Cierto, algunas cosas siguen ahí, otras no –fingió una sonrisa y pidió otra agua mineral.
—Un vodka –pidió Blaise –para iniciar bien la noche.
La charla comenzó bastante floja, pero resultó que seguían teniendo ciertas cosas en común, así que se hizo menos pesado el rato.
—Oh no –interrumpió Blaise a Draco, pero él no volteó a ver de qué se trataba, la curiosidad no era lo suyo –tú no puedes estar aquí, así que lo mejor es que te vayas.
— ¿Por qué no puedo estar aquí, Zabini? –la voz femenina y ese bonito acento inglés lo reconoció, así que sus hombros se tensaron de inmediato.
—Porque sin duda arruinarás nuestra diversión.
— ¿Por qué tendría que arruinarla? –bromeó y se inclinó a saludarlo besando su mejilla.
—Por qué tu presencia lo haría ¿cierto, amigo?
—Ella no tiene por qué irse –habló Draco, la chica pelirroja volteo a verlo, el ceño de diversión se volvió en una mueca confundida, por supuesto, debería sonar más americano que inglés ahora.
— ¿Es Draco Malfoy? –Interrogó la chica del privado contiguo, asomándose y zarandeándola un poco –escuche que estaría aquí por dos fechas –chilló emocionada.
—Creo que Blaise tiene razón, Ginny –argumentó la castaña junto a la pelirroja.
— ¿Por qué? –elevó una ceja.
— ¿Es una despedida de soltero? –Interrogó y los dos hombres asintieron –no tiene chiste que los novios, diagonal, prometidos, pasen sus despedidas de solteros en privados contiguos, matarían la diversión –sonrío la chica –y te he preparado la mejor noche de todas, te vas a olvidar que estás a semanas de casarte con Theodore Nott.
— ¿Qué dices, Gin? ¿Contratamos a Draco para tu boda? –bromeó Blaise.
—En realidad... Bueno, ya hemos contratado a alguien –se encogió de hombros.
—Es la manera educada de decirme que en nueve años, sigue sin gustarte mi música ¿cierto?
—Ahm...
— ¿Es que se conocen? –Indagó con curiosidad la castaña –porque Ginny jamás te ha mencionado nunca, y créeme, somos un club de fans, y la única que no te escucha, es ella.
—Puedo imaginarlo –sonrío de lado.
Se puso de pie y salió del pequeño privado para colocarse frente a ella, pero se detuvo al ver a Theodore Nott llegar hasta ellos.
—No sabía que eras parte de mi sorpresa de despedida de soltero, sin duda me encanta, gracias, Blaise –le sonrió y besó a su prometida.
—Realmente hemos coincidido en el lugar –sonrío ella –Blaise sugiere que me vaya.
—Nada de eso, podemos pasarla bien los dos y...
—No sería divertido –se quejó la castaña.
—Para nosotros sí, solemos pasarla bastante bien.
—Jugando twist y monopoli, Theo, claro –se burló la amiga de Ginevra.
—Draco, decidiste unirte.
—Sí –se encogió de hombros.
— ¿Tú sabías que tu novia y él se conocían? –interrogó la amiga entremetida.
—No, ¿en serio? ¿Cómo lo sabes, Lavander?
—Me enteré recién, como tú.
—Es raro, no le gusta tu música, sin ofender.
—Ya me lo había dicho –negó Draco.
— ¿Cómo es que se conocieron? –interrogó Theo.
—Es una larga historia –intervino la pelirroja y agradeció cuando su móvil sonó, se disculpó y se alejó, un minuto después regresó.
— ¿Ocurre algo? Estás un poco... Ansiosa.
—Tengo que irme, Ash –contestó.
— ¿Ocurre algo con Ash?
—Lo mismo, es sólo que quiere que esté ahí, a su lado, sin moverme, no soporta la influenza sin mí, no sé de quién lo ha sacado –bromeó.
— ¿No quieres que vaya contigo?
—No, nos veremos mañana, tenemos muchas cosas de las que hablar y planear para la boda.
—Si es que Ash nos deja –bromeó Theo.
—Tendrá, así tenga que cargarle en la espalda.
Se despidió de un beso de todos, menos de él, a él sólo le estrechó un segundo la mano y se alejó, Theo le acompaño y regreso después de unos minutos.
—Lo siento, Ash ha estado enfermándose bastante seguido últimamente.
— ¿Ash? –interrogó Draco.
—Sí, pero así son los "hijos" –se encogió de hombros.
—Te veo muy tranquilo –soltó Draco y ordenó un vodka.
—Bueno, próximamente, conocí a Ginevra cuando recién tenía a Ash, les he cuidado desde entonces.
— ¿Qué edad tiene? –interrogó por casualidad.
—Ocho años –informó.
La quijada de Draco se tensó aún más, así que "Ash", tenía bastante curiosidad de conocerla, sabía qué hacía nueve años había sido bastante descortés con Ginevra, por no decir un maldito hijo de puta, nunca debió pensar, que Ginevra sería capaz de hacer lo que le había ordenado.
Tenía una hija, de ocho años. De nombre "Ash".
oOo
— ¿Cómo que ella estaba ahí? –elevó una ceja.
— ¿Sabes quién es la prometida de mi nuevo colaborador y amigo? –Se burló –Ginevra Weasley –goleó la mesa lleno de frustración.
— ¿Tú ex novia Ginevra? –soltó la mujer abriendo los ojos.
—Me enteré de un par de cosas por la madrugada, no sólo de eso.
— ¿Qué más? –avanzó hasta él y le quitó la botella.
— ¿Recuerdas la historia que te conté cuando te contraté antes de irme a Los Ángeles?
—Por supuesto que sí –se cruzó de brazos.
—No te dije todo, digamos que ella me dijo que... Estaba embarazada, hablamos, o yo hablé, mejor dicho, y le pedí que se deshiciera del problema, le di dinero para ello.
—Por eso terminaron.
—No, yo terminé con ella en cuanto me enteré del embarazo, fui... Bastante yo con ella, y entendió rápido que... No había nada más, tomó el dinero y se fue, ayer, su prometido me dijo, que Ash, tiene ocho años, ojos azules y cabello rubio –observó a Astoria –sus hermanos tienen ojos azules, igual que su padre, sólo ella y la madre los tienen chocolate –aclaró.
—Ocho años, Draco ¿estamos seguros de que es realmente tu hija? Mira, creo que ella fácilmente pudo planear las cosas ¿no lo has pensado? Salvo que no le funcionaron, se conformó con ese pequeño pago.
—Eran cuarenta mil libras –le informó.
—Un buen pago para una niña que posiblemente no sea tuya –se encogió de hombros.
— ¿Estamos de acuerdo en que criaras al bebé de otros fulanos, no?
—Es muy diferente, Katherine quiere un hijo, yo quiero a Katherine feliz, pero no iba a embarazarme yo, ella tampoco, adoptar es lo mejor.
—Bien, legalmente será de ustedes –admitió.
—Ash Weasley –sonrío divertida.
—Al menos no la nombró de alguna forma extraña, solía ser un poco rara.
— ¿Qué harás ahora?
—Nada, me quedaré en Londres, cumpliré las dos fechas programadas, regresaré a Los Ángeles, y haré como que jamás me enteré de nada, ella no me dijo, oye, Draco, fíjate que tuve al bebé, aun así, me deje el maldito dinero.
—Dijiste que ella era de familia humilde –soltó Astoria.
—Define tu bando.
—Lo haré, pero no me quedaré con la duda –corrió por su bolso y caminó hasta la puerta.
—No cometas una idiotez.
—No lo haré –sonrío.
oOo
Astoria revisó la dirección, aparcó y regreso la calle y media hasta el pequeño apartamento sobre la florería, abrió la puerta y subió, se veía que era un lugar amplio, tocó a la puerta, no conocía a Ginevra, pero Draco la había descrito cientos de veces para ella mientras estaba ebrio, además, el cabello rojo fuego era lo característico en ella, según lo que decía el rubio.
Abrió la puerta un hombre pelirrojo, así que frunció el ceño un tanto confundida.
—No hemos ordenado nada –informó.
—Lo sé –sonrío Astoria.
— ¿Qué hace aquí entonces?
— ¿Aquí vive Ginevra, Ahm, Weasley?
—Sí, ella vive aquí ¿Por qué?
—Vengo a hablar con ella.
— ¿Cuál es su nombre?
—Astoria Greengrass.
— ¡Ginny! Te busca un agente inmobiliario, supongo que has dejado de pagar la renta –gritó el hombre.
— ¿Qué? –Escuchó la voz suave de una mujer –no grites, Ash se durmió por fin.
La mujer se asomó, después de que el varón se alejara, Astoria la observó de arriba a abajo, era atractiva, su cabello pelirrojo le llegaba a los hombros, llevaba jeans ajustados y una playera de color blanca con el nombre de una banda en letras negras, haciendo que Astoria sonriera, según Draco, esa banda, era la favorita de Ginevra en todo el mundo.
—Disculpe –pronunció bajo la chica –no sé qué tipo de error sea este pero...
—No soy un agente inmobiliario –la tranquilizó.
—Gracias al cielo –suspiro. — ¿Puedo saber la razón de la que esté aquí?
—Soy Astoria Greengrass, como se lo había dicho a...
—Mi hermano, Percy –informó.
—Claro ¿puedo pasar?
—Claro, desde luego –soltó riendo un poco apenada y se hizo aún lado.
Astoria observó el apartamento, era amplio, con un enorme tragaluz en el techo que permitía que el lugar estuviese perfectamente aluzado, los sillones eran de color café, había una alfombra color beige entre ellos, la mesa estaba al fondo, directamente a la puerta y la cocina a solo dos pasos, las habitaciones estaban al fondo, pasando la sala, estaba todo conectado, en las paredes estaban completamente tapizadas de fotos y cuadros.
Caminó para poder examinarlos, no eran los mejores, a pesar de que todos estaban enmarcados, no podían tratarse de pinturas de galería, mucho menos de cuadros que vendieran en alguna tienda de antigüedades o departamental.
—Ash –explicó la pelirroja –excelente artista –sonrío –ama pintar.
—Se ve que es una niña adorable –observó las fotos.
— ¡Ja! –Se burló Percy –ya viste el periódico –el idiota de Malfoy ha sido noticia, hizo un escándalo en un bar.
—Basta –pidió Ginny yendo hasta él y arrugo el papel, arrojándolo a la papelera –no quiero que Ash te escuché decir eso.
— ¿Por qué no? Es la verdad –bajó la voz –de todos los hombres, en el mundo, le diste al peor de padre.
—Theo ha sido y será su padre.
— ¿Y de qué sirve? Si desgraciadamente, la sangre que corre por sus venas, es la de ese imbécil mal nacido.
—Basta, Percival –suplicó –deberías concentrarte en la parte de empleos del periódico, en lugar de los escándalos de los famosos, esos, no nos importan.
— ¿Todo bien? –pregunto Astoria.
—Sí, lo siento, mi hermano está un poco... Amargado últimamente.
—Lo comprendo.
—Lo que no comprendo, es que haces aquí, Astoria.
—Soy la asistente personal de Draco, Ginny.
—Theo no está aquí, lo siento, fue a la disquera y... No vive aquí.
— ¿Cómo se conocieron?
—Su padre es dueño de la disquera, fui a solicitar empleo y...
—No tú y Theodore –aclaró.
—No quiero hablar de ello, en serio que no.
—Draco me dijo lo que te pidió...
—Si eres su novia, su prometida o lo que sea que seas de él, lo que pasó está en el pasado.
—Tienes una hija con él.
—No, yo no tengo nada con él, él pagó por matar a nuestro hijo.
—Ash no es hija de Draco.
—No –soltó –Ash fue el intento de olvidar lo que me hizo hacer, de olvidarme de él, me costó mucho, olvidarme de él, de sus palabras, y lo hice, cuando un mes después, me embaracé de Ash.
—Así que realmente terminaste con la vida de tu hijo y de Draco.
—Tengo las pruebas que lo respaldan, conociendo a Draco, sabía que si se enteraba que tenía a Ash, pediría explicaciones, así que guarde la evidencia, puedo mandarla a su hotel.
—Lo agradecería –aceptó.
—Lo haré, la enviaré con mi hermano en la tarde.
—Quiero que seas tú quien la lleve –informó.
—Mamá –una vocecita interrumpió.
— ¿Si cariño? –se giró Ginevra y le sonrió a la niña que seguía en pijamas.
—Sigo soñando que vuelo en una escoba.
— ¿En serio? –su voz sonó sorprendida, como si le estuviese diciendo que había descubierto la cura del cáncer, haciendo que Astoria sonriera.
—Sí, posiblemente el tío Ron tiene razón, y soy un fenómeno.
—Te hace falta la cabeza extra –acaricio la nariz de la niña.
—Y otro par de brazos –río.
—Y cuatro ojos más –interrumpió Astoria.
—Wow –soltó la niña –mamá ¿puedo tener una novia como ella cuando sea mayor? –sonrío y Astoria posó para la niña.
—Ash –pidió la pelirroja.
— ¿Puede quedarse a comer con nosotros? –Bajó la voz –tío Percy está amargado últimamente.
—Por mí encantada –sonrío Astoria –si a tu mamá no le importa, quiero que seamos amigas –extendió su mano y Ash frunció el ceño.
— ¿Amigas? –inquirió elevando una ceja, podía jurar que Draco lucia de ese modo cuando hacía eso –tiene que haber un error, no soy niña.
—La gente lo sabría si te cortarás el pelo, Ash –sonrío la mujer.
—Mamá –gruñó el niño –si quiero ser un artista famoso, necesito el pelo largo.
— ¿Cómo quién? –interrogó Astoria.
— ¿Gandalf? Daah –contestó él.
—Buena elección.
—Bien, ve a ponerte el abrigo.
—Ya estoy bien, no es necesario.
—Asher –lo reprendió Ginevra –ve por tu abrigo, ya te deje salir en pijamas, al menos ponte el abrigo.
—Bien.
El niño corrió por su abrigo, dejando a las mujeres solas de nuevo.
—En realidad pensé que era una niña, ya sabes, Ash, el cabello, eres la primera mamá que deja que su hijo tenga el cabello así de largo.
—Es su cabello ¿qué puedo hacer? Lo complicado con él es que haga lo que tiene que hacer, pero no quiere.
—Dímelo a mí, Draco es igual –sugirió.
—Hay muchas personas en el mundo así, no les agrada que les digan qué hacer y cuándo hacerlo, no son los únicos, mi hermano Ron es así en algunas ocasiones.
—Comprendo, no tienes que estar a la defensiva, Ginny, no soy un problema para ti.
—Eres la asistente de Draco Malfoy –le recordó –eso es un problema para mí, seré honesta y no quiero ser ruda, pero la única razón por la que estás aquí, es porque Ash te invitó, de lo contrario, te hubiese pedido que te retiraras.
—Veo mucho rencor en tus ojos, cuando lo mencionas –aclaró.
—No –negó la pelirroja –en realidad él ha dejado de perturbar mi mente desde hace mucho tiempo, no sé a qué viniste, porque...
—A conocerte, yo siempre quiero conocer a las conquistas de Draco, es mi trabajo que no hablen de él y sus malos juicios a veces.
— ¿Cómo financiar un aborto? –Se burló ella –si hubiese querido perjudicar a ese simio egoísta y patán, lo hubiese hecho, en su momento, lo que pasó entre nosotros, está más que muerto, frío y enterrado.
Astoria observó a Ginevra, tal vez por parte de ella pudiese ser así, pero tenía claro que para Draco no, después de todo, después de verla y saber las noticias, se había embriagado como hacía tiempo no lo hacía, suponía que sacarse a esa ardiente pelirroja del sistema costaba bastante, y tomaba mucho tiempo.
—Conozco muy poco de la historia en común que compartes con él, sólo sé lo básico.
—Bueno, Astoria ¿alguna vez te rompió el corazón un chico?
—No.
—Claro, sólo mírate, eres atractiva, inteligente y con buen carácter...
—Me han roto el corazón, pero no los hombres –se encogió de hombros –no soy ni seré tu rival, porque Ginny ¿puedo decirte Ginny? –La pelirroja asintió –tengo una novia, si novia, a la que amo, y como prueba de eso, estamos en espera de adoptar un bebé.
—Vaya, felicidades, espero que lo adopten –sonrío –y por lo otro, no me importa, te lo digo en serio, Draco Malfoy, dejó de interesarme, me rompió no sólo el corazón, jugó con mis sentimientos, e hirió mi orgullo.
—No deberías ocultarle si Ash es su hijo.
—No lo es, y si lo fuera, Astoria, si no le importó antes ¿por qué le importaría ahora?
—Porque las personas cambian, tú mejor que nadie lo sabe –Ginny se rió ante las palabras de Astoria.
—Las personas como Draco Malfoy no cambian, y jamás lo harán, tú mejor que nadie sabe eso.
— ¿Van a seguir ahí platicando todo el día o iremos por algo de comer? –se quejó Ash desde el otro lado del lugar.
—Ya vamos –observó a la mujer y se dirigió a su hijo.
El local de pizza favorito de Ash estaba a una calle de donde ellos vivían, Astoria observó atenta la relación entre la pelirroja con el niño, sin duda se llevaban muy bien, el pequeño había comido y había ido a la parte de arriba a jugar con su amigo James, dejándolas solas de nuevo, perfecto para obtener información.
— ¿Cómo se llevan él y Theo? –sonrío.
—Bien, se adoran.
— ¿En serio? Pensé que Ash sería más territorial contigo, como el hombre que es.
—Theo es el padre de Ash, no biológico, claro, pero nos conocimos cuando Ash era un bebé, para cuando Ash pudo procesar bien las cosas como los roles de papá y mamá, Theo y yo ya salíamos, hemos salido casi durante toda la vida de Ash.
—Deben amarse mucho.
—Él es fabuloso –sonrío, haciendo que a Astoria no le quedará dudas de que si la pelirroja salía con Theo era porque en realidad sentía algo por él.
—Bueno, tu reacción lo ha dicho todo.
—Lo sé, la mayoría piensa que lo uso, pero no es el caso, realmente siento por Theo algo fuerte, pensar en él, sirve para alegrar mi día.
—Eso es amor –le informó, haciendo que Ginny se removiera incomoda –te molesta el término.
—No, es sólo que cuando califique algo como amor, todo se fue al infierno –negó.
