CAPITULO UNO:

Debo iniciar el siguiente relato transportándome a un viejo pero conocido país europeo: Inglaterra. Allí, vivía un importante Sir en la sociedad, cuyo verdadero nombre no me acuerdo. Únicamente puedo decir que le apodaban cariñosamente "Sir Sonic" debido a que tenía una habilidad única en todo el país, e incluso, en todo el mundo: podía correr a velocidades Súper sónicas, y rebasar los límites jamás vistos. Aun así, era tan fino como el más grande aristócrata de la clase alta, y poseía varias propiedades, entre ellas, una mansión en las afueras de la ciudad. Esta construcción había pertenecido a sus antepasados, y había sido heredado de generación a generación hasta él, por lo que era incalculable su valor monetario y cultural. En fin, Sir Sonic era uno de los más excéntricos nobles que haya existido en Inglaterra, y este país estaba orgulloso por tan notable personaje.

Ya dada una pequeña introducción, debo decirles que, además de Sir Sonic, vivía en la mansión un mayordomo igual de raro que su amo. De su nombre tampoco me acuerdo, pero le apodaban "Knuckles" debido a que tenía en cada nudillo un par de púas afiladas que trataba de disimular con un par de guantes blancos hechos para este fin. De él puedo decir que era bastante gruñón, solitario y un poco, como les dijera yo, tonto. Pero a pesar de estos defectos, era un leal empleado, y estaba dispuesto a seguir a su patrón a cualquier lugar, fuera peligroso o no.

Precisamente, una mañana, la reina llamó por medio de una carta a Sir Sonic para que hiciera acto de presencia el palacio real. No decía el motivo, pero supuso de que se trataba de unas pequeñas informaciones importantes o una partida de cartas. Sin embargo, era muy cumplido, y por eso en un santiamén se encontraba en los aposentos reales, dispuesto a escuchar lo que le quería decir "Su majestad"

-Buenas tardes, Sir Sonic-le saludó uno de los sirvientes de la reina acercándosele-¿Me permite su gabardina, por favor?

-¡Oh sí, Claro!-contestó el erizo azul quitándose la prenda requerida-Tenga…

-Gracias. Bien, hum… Su majestad está en la sala de visitas, y lo está esperando…

Sonic agradeció, y valiéndose de sus increíbles piernas, partió como de rayo hacia donde el criado le indicaba. Cuando entró, se encontró con una gata lila sentada en un sofá bebiendo té de una tacita de cerámica. Tenía un vestido blanco con bordados del mismo color, y a primera vista no parecía ser un personaje significativo. No obstante, se trataba de la soberana de toda Inglaterra, la reina Blaze The Cat.

-Con permiso, Su Majestad-saludó el Sir inclinando reverencialmente la cabeza-He venido, como usted me ha mandado hacer…

-Sí, gracias por venir, Sonic-contestó la reina indicándole con la mano que pasara sin mayores protocolos-Ven, siéntate.

El erizo azul obedeció, y fue a recostarse en uno de los tantos sofás que había allí. Eran bastante cómodos, por lo que Sonic se hundió hasta el fondo para descansarse mejor.

-¿Cómo quieres tu té? ¿Con crema o con miel?-preguntó Blaze, sirviendo un poco del relajante liquido en una taza.

-Con crema, gracias-agradeció el Sir alisándose la solapa de su saco, pues con tantas carreras se le había desarreglado.

Pasaron algunos segundos, en los que ambos bebieron té sin decir nada. Esto impacientó un poco a Sonic, que dijo:

-No es que quiera parecer descortés, Su majestad, pero ¿Por qué me mando a llamar?

Blaze dejó de beber y puso su taza encima de su correspondiente plato tranquilamente. Luego contestó con tono despreocupado:

-Veras, Sonic… hace poco recibí una carta de parte del zar de Rusia, Ivo Robotnik…

"Ese tipo tan raro" pensó el Sir frunciendo el ceño. Sabía que ese zar era despótico, y siempre andaba alardeando de su poder. Poseía varios laboratorios a lo largo de su país, y con estos construía robots para servirle en el ejército. "Un soldado robot es mucho mejor que un soldado de carne y hueso" decía Ivo orgulloso "Nunca tiene hambre, nunca tiene cansancio, y lo mejor… Nunca muere" En son de burla, la reina le apodó "Eggman" debido a que era tan gordo que su cuerpo tenía una forma ovoide, generando la burla de los demás mandatarios.

-… En esta carta, Eggman me puso un desafío, un desafío que me pareció un poco atrevido pero igual de interesante. Se trata de recorrer el globo terrestre en busca de unas esmeraldas especiales, llamadas "Esmeraldas Caos"…

Al oír esto, Sonic soltó una pequeña risita burlona.

-Discúlpeme, Su majestad, pero usted bien sabe que esas "Esmeraldas Caos" solo son un mito inventado por alguien que no tenía nada que hacer. Cientos de arqueólogos se han roto la cabeza tratando de hallarlas y ninguno ha obtenido resultados. Por eso yo opino que…

Antes que terminara de decir la frase, la reina le puso un pergamino enfrente de sus narices. Sonic lo recibió sorprendido, y preguntó:

-¿Pero qué es esto?

-Es un mapa antiguo, Sir Sonic-contestó la reina poniendo un gesto de complacencia ante la sorpresa de su invitado-Eggman me lo mando adjunto a la carta. Lo hallaron hace un mes en una tumba egipcia, y en él se indica la ubicación de cada una de las esmeraldas Caos. Se encuentran repartidas en diferentes países-empezó a numerarlos con los dedos según iba anunciándolos- Egipto, Italia, Grecia, España, México, China… y por último, Inglaterra.

El Sir parecía escéptico. No podía creer que esas joyas antiguas existían, y más extraño le pareció que estuvieran repartidas en diferentes lugares.

-Si una está en Inglaterra, ¿Por qué no podemos ir y atraparla primero? Se nos haría más fácil…

-Ivo me explico estrictamente que habían varias reglas para el reto. Entre ellas, debíamos respetar el itinerario, e ir recolectando las esmeraldas según el orden establecido. Por eso, la primera parada debe ser en Egipto, y después en Italia, y así sucesivamente…

Sir Sonic no se daba por vencido, Así que preguntó:

-Aparte de eso ¿Cómo podemos saber si este pergamino es genuino? ¿No podría ser una pesada broma de Eggman?

-Bueno, no creo que sea una broma el hecho de que él también participe en este desafío-contestó Blaze-indicó que va a empezar dentro de dos días…

Sonic volvió a ver el documento que llevaba entre manos. Luego, reaccionó de pronto, y preguntó:

-¿Y yo que tengo que ver en esto?

La reina lo vio atentamente, y respondió:

-Bueno, supongo que usted es uno de mis allegados más apropiados para la prueba. Ya sabe, por ser atlético, mejor formado y rápido. Por eso, considere la posibilidad de mandarlo de parte mía para representarme en el desafío. Yo no podría hacerlo mucho mejor que usted, y le agradecería de sobremanera que acepte mi propuesta…

Sir Sonic empezó a pensar al respecto de todo lo que le habían dicho. Era una aventura, y a él le fascinaban las aventuras, por más peligrosas que parecieran. Por eso, no dudó en contestar:

-Acepto, Su majestad.

La reina Blaze, al oír esto, aplaudió complacida, y dijo:

-¡Buena elección, Sir! Tenga presente que tendrá mi respaldo en todo, y tan solo corra lo más rápido posible, y recolecte todas las esmeraldas antes que Eggman. Con esto, estaré satisfecha y le recompensare como es debido…

Sir Sonic inclinó la cabeza en son de reverencia, y salió de allí rápidamente. Pronto comenzaría la competencia, y tendría que empacar varias maletas para salir de Inglaterra lo más antes posible. No lo haría por el dinero. Lo haría por la emoción que conllevaba aventurarse en lo desconocido. Y, después de todo, era uno de los más importantes Hedgehogs de la elite…