Los Personajes de este fic no me pertenecen, a menos que el mismo fic asi lo marque. Los derechos correspondientes pertenecen a NINTENDO y a los creadores de THE LEGEND OF ZELDA. Este fic no está hecho con fines de lucro sólo es por entretenimiento y diversión.
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El mutismo del viento, el eco de sus botas, ese sonido metálico grabado en lo profundo de mi mente.
Nunca olvidaría ese día.
Quizás por el hecho de volver a ver sus fieros ojos azules, o porque en ese instante reviví un sentimiento que llevaba dormido casi siglos.
Hubiera jurado que siempre había estado ahí para protegerme, que aquello que movía mis sentimientos hacia su persona era el hecho de sentirme eternamente en el resguardo, pero esa solo era un parte de la verdad que unía a nuestras almas.
Una parte.
Una verdaderamente pequeña.
Lo supe en el preciso instante en el que el metal rugió al salir de su vaina protectora para cortar el aire, cuando el camino se abrió dejando al descubierto esos sentimientos, el mundo entro se detuvo tal y como los corazones de los presentes, el dejo de un aliento entrecortado entre la sinfonía que se acompañaba de otros tantos. El mundo entero debió admirar solo un desenlace de ira, pero lo que mis ojos vieron fue algo completamente diferente.
Amor y bravía, devoción y fidelidad, el verdadero espíritu de un ser que solo había nacido con un único propósito en este mundo.
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Ecos del Silencio
Por Yahab
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1
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Y así fue como en un día normal las cosas se pusieron... Extrañas. Era un día como cualquier otro, en el que el consejo de reino me había obligado a asistir a una de esas citas tediosas.
La mañana de ese verano había traído consigo un espectacular despliegue de vida, los ventanales de la sala del trono habían permanecido abiertos, al punto que de vez en cuando dejaban paso a las traviesas hojas bailarinas.
Al igual que muchas veces en el pasado solamente dije "no" a algo que no me gustaba, pero el duque de las provincias sureñas se había puesto reacio, en realidad no recuerdo que fue exactamente lo que me dijo pero la conversación casi amena se había vuelto acalorada, no entiendo cómo fue que llegamos hasta ese punto.
Le di la espalda, escuche el gruñido de su aliento mientras bramaba como animal encabritado.
—Si no es ahora ¿cuándo?, y si no es a mí, ¿a quién?, ¿ va a pasarse toda la vida huyendo, ¡con un demonio, que más quiere!, en el siguiente medio año Hyrule no será más que un viejo lugar de leyendas olvidadas, y todo por el capricho de una princesita.
Rechine los dientes haciendo que me crujiera la mandíbula. Lo odiaba… cuanto lo odiaba, pero lo peor de todo era que lo odiaba porque sus palabras estaban llenas de verdades, el reino había decaído después de la invasión de las sombras, la gente sentía miedo, el recuerdo de la pesadilla permanecía en el aire, y sin embargo… yo aún guardaba la esperanza de que Hyrule viera un futuro próspero por cuenta propia.
Suspire tratando de mantener mi postura, semejante atrevimiento y el consejo no había dicho nada, ¿de qué lado estaban estas personas?, obviamente no del mío, y de todas maneras no cedería, no quería entregarme a un hombre como ese, simplemente me vire para dar por zanjado el asunto. Pero entonces ocurrió lo inesperado, sentí un jalón brusco desde el brazo, cuando menos lo esperaba ya tenía los ojos acusadores de Becker ahí encima.
Fue un duelo de miradas confusas, uno que apenas si duro unos segundos, semejante osadía casi le cuesta la vida, no me di cuenta en que momento mi fiel guardián actuó por cuenta propia, en un arranque de ira lo tomó por el cuello obligándole a que me soltara, lo único que supe después era que Becker había caído al suelo temblando de miedo, los zarcos ojos del caballero lo escrutaban de manera implacable, la hoja de la espada había acariciado su cuello dejando que un hilillo de sangre escurriera a modo de advertencia.
No hicieron falta las palabras, el lenguaje corporal lo decía todo, un siseo peligroso se deslizó por su garganta al tiempo que la espada avanzaba con deslices amenazadores.
"Si vuelves a tocarla considérate hombre muerto"
Lo mire con cierta ternura. Él era el único ser que me entendía, recordé de golpe que si quería que aquello siguiera siendo cierto debía ponerle un alto, las palabras de los guardas del duque no parecían llegar a sus oídos, el ambiente se estaba poniendo tenso y los murmullos por parte del consejo comenzaban a volverse audibles. El chillido del conde suplicando por su vida logró sacarme una risilla traviesa que me esforcé por disimular al máximo.
A veces era mala, demasiado mala.
—Sir Link— lo llame, se viró, nuestros ojos se cruzaron. — Por el amor de las Diosas, ya suéltelo, no ve que no vale la pena.
Entonces finalmente llamó a la espada para que durmiera nuevamente en su vaina, se encogió de hombros al sentir las miradas maliciosas y chismosas de los presentes, ahora que había vuelto en si parecía realmente avergonzado, y fue a posarse a mi lado de forma mansa y sumisa.
—No quiero volver a tratar este tema, ni por parte de la alianza ni por el consejo, exijo que se respeten mis derechos como soberana, siendo así, esta reunión no volverá a efectuarse hasta que yo lo decida. Mis más sinceras disculpas….
"Pero me largo"…. El pensamiento murió en mi cabeza, pero no por eso me quede con las ganas de pronunciarlo a pulmón abierto. En cambio busque otra vía de escape, me enganche del brazo de mi caballero y con paso solemne abandone la estancia, la sala del trono se quedó envuelta en murmullos…
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"~...^°^...~"
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Fue extraño, era la primera vez que sentía la necesidad de abrazarlo enteramente. Nuestros pasos hicieron eco en los pasillos de los pisos superiores del castillo, el mutismo que los acompañaba resultaba reconfortante.
—No pasa nada— cerciore, el pobre tenía un cara de vergüenza que jamás me hubiera imaginado, nuevamente lo mire con dulzura—no digo que estuviera bien lo que ha hecho— se crispó— pero sin embargo nada puedo reprocharle. Sir Link, desde el inicio lo sabía, que nuestro héroe había nacido con alma de caballero.
Se viró curioso, nuestros ojos quedaron a la altura. Le sonreí nuevamente tal y como sólo podía hacerlo cuando estaba a su lado, habiéndolo dicho todo me retuve a de acariciarle la cabeza, no debía recordarle que era bajito para ciertas cosas. Meses en el pasado le había visto reñirse con los miembros de la resistencia, alguien por ahí se había carcajeado alegando que era sumamente gracioso vernos pasear por los pasillo; pocas veces en la historia de Hyrule la reina había sido más alta que su caballero, era el toque que desterraba la "elegancia", y sin embargo, de alguna manera a mí me había encantado que fuera de esa forma, porque sólo así él se retenía de agachar la mirada, aunque fuera un pensamiento tonto me hacía sentir que éramos iguales, incluso ahora cuando después de meses se había adaptado a esas botas con un tacón más alto que no hacían más que emparejarnos por centímetros.
—Pero la próxima vez— musite— trate de matarlo en el silencio.
Y nuevamente terminó por ponerse colorado, no entendía que había sucedido, por una fracción de segundo me había parecido ver sus ojos dominados sólo por el instinto.
…
Había por lo menos una vez al mes que me pedía permiso para ir a dormir temprano, lo había notado desde hacía tiempo, era curioso. Solía pasarlo por desapercibido, pero no ese día, después de haber tenido que lidiar con el enfado de la junta de aquella mañana lo que menos deseaba era tener a los consejeros por ahí rondando, la presencia de Sir Link los espetaba la mayor parte del tiempo, así que extrañe de buena manera que insistiera demasiado en descansar apenas caía la tarde.
Resople a medida que veía entrar la noche a través de los ventanales del despacho, una pieza de ajedrez rodó desde la mesita. Estaba cansada, ignore los traqueteos que constantemente provenían desde la puerta, después de un rato simplemente se calmaron, la joven noche acogió mis pensamientos, por unos segundos al cerrar los ojos puede recordar los de mi caballero mientras pronunciaba aquellas palabras de disculpa, había insistido tanto y sin embargo podía leer en su mirada que no deseaba marcharse, ¿Qué le había pasado?, era como si en ese preciso momento dos partes distintas de su lógica se hubieran estado pelando a muerte.
Finalmente abandone el estudio, los papeles, la partida de ajedrez incompleta…
Vagabundeé por el castillo, una leve brisa veraniega se cernía, desde los pasillos aspire al olor a tierra mojada, era agradable, me sentí tentada a quedarme ahí toda la noche, había quietud por demás en el ambiente, el castillo estaba casi completamente dormido, exceptuando por los guardias y las quisquillosas cocineras, incluso desde la lejanía escuchaba su risitas risueñas pero escandalosas. Avancé de manera inocente hasta posarme cerca de la puerta, las conversaciones mundanas siguieron por un rato hasta que finalmente se dieron cuenta de mi presencia, era una lástima, había estado tan a gusto, de vez en cuando a mi corazón le daba alegría no tener que soportar únicamente el sonido de las charlas políticas, administrativas, territoriales…
Sí. De vez en cuando enterarse de que el gato de la vecina se había comido la tarta también era interesante.
Reí despreocupadamente. Termine sentada en la cocina mientras todas se hacían un lio tratando de ordenarse para hacer pose de reverencia.
—Solicita algo, Alteza.
—Realmente nada— musite de la manera más desganada posible. Les indique que abandonaran el protocolo lo cual pareció desconcertarlas.
— ¿Alteza?
—Estoy cansada— me excuse, alguien había dejado un plato para la cena predispuesto, robe de ahí la varita de apio y me la lleve a la boca, no creía que su dueño la extraña lo suficiente.
A los pocos minutos todo pareció volver a la calma, el ambiente volvió relajarse, las cocineras mayores seguían guardando el protocolo, pero las más jóvenes aún estaban parloteando.
—Debe estarlo, escuche que no ha sido el mejor de los días, ¿Es verdad que ese duque le ha ofendido?
—Fue realmente grosero— conteste.
—Yo le hubiera metido una buena bofetada— comentó con cierta risita, la superiora de la cocina le dio un pequeño zape y la riñó por dirigirme la palabra tan "vulgarmente"
Calme los ánimos, asegurándole que no me importaba.
—¿¡Qué!?, es verdad, nadie tiene el derecho de ofenderte si no quieres casarte.
—Ciertamente. Pero el consejo no entiende eso. Hubiera deseado no tenerlos toda la tarde a la caza.
—Menos mal que siempre tiene a Link a su lado— comentó despistadamente haciendo que su superiora volviera darle pero esta vez con la cuchara en la cabeza.
No entendí que paso en ese momento, había sido un comentario muy natural, pero de cierta forma el corazón se me aceleró y mis mejillas se tiñeron con un poco de vergüenza, ¿acaso había sido por el tono en el que lo había dicho?
De cualquier manera trate de evadir ese sentimiento, no estaba bien que mezclara pensamientos y emociones de maneras equivocadas.
—Hoy se ha ido a dormir temprano— clame sin poder expresar cierto tono de tristeza.
Hubo un resquicio de silencio que me obligo a levantar la mirada para mirarles, para ese entonces la superiora de la cocina se había llevado una mano a al mentón en pose pensativa y meditabunda.
—Quizá está enfermo, me pregunto si se siente mal— soltó finalmente— esta noche tampoco ha venido por su cena— expresó señalando al plato al que le había quitado apio anteriormente, la sopa aun humeaba, y sin embargo, se notaba que llevaba bastante tiempo esperando que alguien viniera a recogerla.
La extraña actitud de Sir Link volvió a mi memoria, parecía preocupado. Me sentí mal de repente, también era mi amigo y no le había dado demasiada importancia, ¿Y si de verdad se sentía decaído?, tal vez le dolía algo, tal vez estaba deprimido por el incidente de aquella tarde.
—A veces pasa, a veces solamente desparece y se va sin cena— dijo la aprendiz que hasta entonces había estado conversando conmigo.
— ¿Había pasado antes?...— solamente asintieron a mi pregunta
Me levante y pedí que me llevaran una charola, obedecieron sin preguntar nada, aunque era obvio a donde quería ir a para con mis acciones.
Esa noche me despedí con una sonrisa y abandone la cocina con paso firme y charola en mano. Era extraño, jamás había sentido tanta necesidad de hacer algo por mí misma, nada me habría costado pedirle a la parlanchina aprendiz que me ayudara con esto.
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"~...^°^...~"
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Mi recorrido terminó en las torres del ala oeste, los cuartos de caballería estaban en el lado contrario, pero el de Sir Link estaba situado bajando las escaleras que llevaban a mi dormitorio, había por lo menos dos pisos más hacia arriba, relativamente cerca, y sin embargo, al mismo tiempo lo suficientemente lejos.
No solía usar demasiado ese pasillo, era lo único que pensaba, de vez en cuando tomar un camino nuevo relajaba al intelecto, me pose frente a la puerta, debían ser las nueve de la noche, aún era temprano, realmente me pregunte si mi Sir estaba dormido.
Finalmente toque la puerta con cautela, sólo el silencio respondió a mi llamado, suspire de manera triste, no entendía porque tenía tantas ganas de volver a verlo, un par de intentos más me obligaron a rendirme, quizás de verdad estaba cansado, aunque me preocupaba que se hubiera ido a la cama sin cenar esa noche.
Con desgana puse rumbo hacia la escalera más cercana pero de pronto un sonido fuerte salió desde el cuarto, sonaba como si algún florero se hubiera caído, me detuve, sin pensarlo mucho volví sobre mis pasos.
—Sir Link— lo llame
Nuevamente el silencio.
¿Acaso lo había imaginado?, me quede quieta hasta que de pronto escuche otro ruido, era como un gruñido doloroso. Nuevamente toque la puerta, otro sonido parecido a un siseo se hizo evidente.
—Perdón por venir a estas horas, me informaron que no bajó por su cena, ¿se siente bien?... ¿Sir?
Quizás debía dejarlo pero había una preocupación que no me abandonaba. Desde el incidente de la invasión crepúsculo había pedido a los nuevos ingenieros que los seguros de las puertas cedieran ente mi aura, era una medida de seguridad inteligente, cualquier puerta podía estar cerrada pero si la tocaba con magia no importaba cuantas llaves le hubieran echado. Con un poco de duda aplique el hechizo sobre la cerradura y abrí un poco la puerta para asomar la cabeza.
Estaba oscuro. Otra vez escuche el gruñido. Tal y como me lo temía, creo que el dolía algo y se había callado su dolor para no preocuparme, una respiración sofocada se escuchaba por debajo de las sabanas.
—Link, respóndeme, ¿Te sientes mal?
El bulto bajo la sabana se crispó al sentir que había invadido su recinto, lo llame de nuevo pero no hubo contestación alguna, al avanzar tropecé con algo sobre el piso; eran los restos del jarrón que se había derrumbado, me moví con cautela hasta ponerme hasta ponerme a su lado, con cierto cariño pose la mano por encima de la sabana esperando poder calmarlo, para sorpresa mía el tacto contra el objeto fue extrañamente inesperado ¿demasiado esponjoso?
Un gruñido muy sonoro cortó el silencio, pero ya no era un quejido humano, retrocedí sintiendo miedo, mientras el aullido de dolor se repetía constantemente, fue entonces cuando la sabana cayó al piso, una sombra negra se levantó desde la cama, me miró fijamente haciendo que me paralizara, sin poder evitarlo solté la charola haciendo que el tazón de la sopa se desquebrajara contra el piso.
—¡Sir.. sir Link?
Nuevamente nuestras miradas se cruzaron, había pasado por esto antes, pero sin embargo ahora era diferente.
Los enormes ojos azules del lobo me miraron casi sin vida, vacíos, carentes de cualquier sentimiento, pareció retener el aliento hasta que sin más se tambaleó y se cayó desde la cama al piso. Me quede helada después de escuchar ese golpe atronador contra el suelo.
Petrificada, con el aliento a tope, las manos temblorosas y la mente en blanco… ¿Qué rayos había pasado?, nuevamente el recuerdo del héroe convertido en bestia invadió mi memoria, apreté los dientes y con paso torpe me asome al otro lado de la cama, entre la oscuridad solamente vislumbre una maraña de pelaje.
Estaba inconsciente… quizás se habría golpeado la cabeza, de pronto otro miedo me invadió el alma, seguramente se había lastimado al caerse de ese modo. Con cierto nervio corrí hacia la puerta con el único pensamiento de pedir ayuda, a dos pasos de llegar al umbral pegue un grito verdaderamente sonoro, no supe cómo ni cuándo pero el que supuestamente estaba desmayado se había levantado como el rayo, con poca cautela se arrojó contra la puerta cerrándola con un sonoro golpe. Me había bloqueado el camino.
Nuevamente me quede congelada, pero al mirarlo me di cuenta de que sus cálidos ojos habían vuelto, nuevamente nuestras miradas se encontraron entre el mutismo, con sopor bajo la cabeza y soltó un gemido melancólico.
Sin entender porque me lleve las manos a la boca, quizás trataba de contener mis propios gemidos, o las lágrimas, o el temblor de mis piernas. Verlo de esa forma me partió el alma; asustado y desesperado. Me di cuenta de que me había bloqueado el paso para que no saliera corriendo a pedir ayuda, ciertamente, no había sido las más brillante de mis ideas, de haber completado mis acciones medio castillo hubiera salido despavorido.
Alce la mirada, no sabía desde hacía cuanto tiempo me había caído de rodillas al piso, ¿Qué había ocurrido?, creía que "Link" me quería lo suficiente como para no guardarme secretos, llevábamos cerca de dos años acompañándonos cada día de nuestras vidas, y ahora… esto. No sabía ni cómo explicárselo a mi cabeza, no entendía porque nuevamente era un lobo, si acaso era un presagio o si desde siempre había podido volver a esa forma. Y además, era muchísimo más grande de cómo lo dibujaban mis recuerdos.
El susurro triste de la bestia llegó hasta mis oídos.
—Yo…. Lo siento
Y era lo único que habría podido articular aquella noche.
Lo escuche levantarse, paso a mi lado con cautela, y sin más remedio fue a esconderse bajo su propia cama, solamente me miró desde el rincón oscuro con unos ojos sumamente vidriosos.
Sin poder asimilar las cosas todavía, me levante con cautela de mi sitio, Sir Link no se atrevió a salir del suyo, intuí que estaba igual de conmocionado, sin virar la mirada salí al pasillo, no tenía el valor de permanecer ahí por más tiempo, me fui sin decir una sola palabra, dejándolo solo, detrás de mí únicamente quedó el silencio, la confusión, un florero roto y una porción de sopa desperdigada. Trozos de porcelana descompuestos. La mirada silente del héroe que sin más remedio había huido.
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Continuara...
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Comentarios del Capitulo:
Que tal ¡Sorpresa! y feliz semana de aniversario para la saga. Finalmenete tenemos por aqui "El Reto del Silencio"
Antes que nada quiero darle las gracias a mi buena amiga DarkCat , seguramente se preguntan ¿por qué?, bueno, la preciosa portada del Cover es un dibujo que me regalo hace tiempo y que me inspiró enteramente para crear esta historia. Caray aun recuerdo cuando me pregunto ¿que quieres que te dibuje? y yo conteste "Amor de Lobito" jajajajajaja. Y desde entonces ya sabia cual iba a ser la tematica para mi reto.
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Y bueno algunos ya lo saben pero otros no, este mini fic forma parte del Reto del Silencio, el cual consiste en que Link no debe tener ni un solo dialago "hablado" a lo largo de toda la narrativa. Por iniciativa propia he querido provar cosas nuevas ya que siempre me estanco en eventos demaciado "magicos", "platonicos"... en teoria he llegado a tropezarme con la perfeccion IRREAL, asi que para variar he querido colocar a los personajes en una situacion en la que sus reacciones sean un poco mas naturales, ya me diran despues ustedes, adorados lectores, si lo he conseguido.
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Para variar, el mini Fic es un "TriShot" relativamente corto, y claro, forma parte del especial de aniversario que espero que se repita cada año ;)
Y en realidad que sea asi es un mero capricho, solo para sentirme aun mas feliz de alcanzar a publicar algo la misma semana que tambien se estrena Breath of the Wild.
Hype Everywhere... wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ok ya estubo bueno, pero regreso pronto con la continuacion de esta historia :)
