1.No hay que jugar con pociones desconocidas
Los pájaros cantaban, el sol se vislumbraba por el horizonte, las hojas caían de los árboles y todos los alumnos de Hogwarts dormían plácidamente¿todos¡NO!. Una aldea habitada por unos irreducibles galos sigue resistiendo al invasor y la vida no es fácil para las guarniciones de patatas, carne y de verduritas al vapor. Pero como íbamos diciendo: en la más alta alcoba de la más alta torre se encontraban cuatro estudiantes montando jaleo desde muy entrada la mañana.
En la habitación estaba todo patas arriba, la ropa tirada por el suelo; revistas de quidditch esparcidas en el alféizar de la ventana; otras revistas de género desconocido, cuyo contenido estaba protegido por un conjuro, se asomaban tímidamente bajo la cama; había calcetines colgando de la lámpara del techo; dos estudiantes despanzurrados encima de sus respectivas camas; un tercero golpeando la puerta del lavabo ( hasta el punto de notarse la zona golpeada ligeramente desgastada, es decir: que se había abierto una brecha en la puerta)... Vamos, lo más normal en la habitación de los chicos de séptimo. Mas, el causante de todo aquello estaba tranquilamente encerrado en el baño siguiendo la rutina diaria.
Ellos cuatro eran los Merodeadores: En cabeza estaba James Potter, alias Prongs, con sus características lentes y su cabello negro desordenado. Era un auténtico rompecorazones entre las chicas, pero el solo tenía ojos para una: Lily Evans, su pelirroja.
Su mano derecha era el sex-symbol de la escuela, un bombón, un pibón, un "tío güeno", pero todo eso se podía definir en dos palabras: Sirius Black, el tío más enrollado de la escuela. Era amigo de James desde siempre, nadie les recordaba separados. Y al contrario que su amigo su corazón no era de una, sino de toda la población femenina de Hogwarts.
Era un joven alto y delgado, con los músculos desarrollados. Tenía una cabellera negra como el carbón y con unos ojos azules como el cielo. Sirius era uno de los dos únicos que conseguía que todas las chicas que le viesen cayeran rendidas a sus pies (tanto literal como metafóricamente hablando).
Remus Lupin, era el cerebro del grupo. No es que los demás no fueran listos pero Remus era Remus y sin él los Merodeadores no serían lo mismo. Inteligente y guapo ¿qué más se podía pedir de un chico? Pero por alguna extraña razón evitaba estrechar lazos con las féminas. No fuera a ser que se enamorase profundamente de alguna. Guardaba un gran secreto que le aterrorizaba.
Y no menos importante pero si menos popular estaba Peter Pettigrew, todo lo contrario al resto del grupo: bajito, gordinflón y con poco carácter. Las chicas también caían rendidas a sus pies, no por sus cualidades que seguro que las tendría, sino porque las ponía la zancadilla cuando ellas no miraban. Qué podía hacer él, "si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma..."
Esa mañana, los cuatro estaban especialmente nerviosos, pues aquel día probarían la nueva poción, una poción que habían creado recientemente con el fin de hacer explotar la puerta de Slytherin. Ya no tendrían que usar trucos sucios para averiguar la contraseña de la casa de los-que-permanentemente-visten-de-luto. No, ya tenían LA SOLUCIÓN.
-¡Sirius¡¡Sal del baño!! –rugía Remus mientras aporreaba la puerta. Estaba histérico y eso que nada conseguía altearle, nada a excepción de la escasez de chocolate y no poder satisfacer sus necesidades (tanto físicas como intelectuales).
-¡¡Nunca!! –La cara del castaño cambió a una de pánico y antes de que consiguiese entrar se oyó un "clic", había corrido el pestillo -¡No sin antes haber hecho lo indispensable!
-¿Qué es para ti exactamente "lo indispensable" Padfoot? –preguntó Peter con una ceja alzada.
-¡No¡Qué no empiece otra vez!- dijo James mientras se daba un golpe en la frente.
-Baño de burbujas después de uno de leche de cabra, lavarme el pelo con un champú de "Timotei Revitalizante", a continuación aplicarle acondicionador "Pantene pro-v" ya sabes, para... –su voz fue interrumpida por los otros dos chicos de la habitación...
-¡DEJAR MI PELO SUAVE Y SEDOSO!- dijeron con sorna el chico de las gafas y el gordinflón desde el otro lado de la estancia.
-Muy bien chicos, me doy cuenta que lo que decía mi madre era verdad que:"Todo se pega menos la hermosura", que es, por cierto, una de mis mejores cualidades...
Los otros tres chicos se miraron con cara de circunstancias y siguieron haciendo sus "tareas"... James, estaba estirado encima de su cama leyendo una de las muchas revistas de quidditch. Peter ordenaba su baúl y Remus continuaba golpeando la puerta.
-Mi crema de "Loreal", ya sabéis, porque yo lo valgo...- continuaba Sirius.
-Por supuesto qué otra cosa iba a ser...- dijo el castaño mientras la voz de Sirius se seguía oyendo de fondo.
-Bueno, Padfoot, ya me he cansado, voy a entrar. Remus, amigo, apártate...- ordenó James.
-¡No James, todo menos quitarme el baño¡Eso estropearía mi cutis!!- dijo cuando oyó a su amigo fuera del baño.
-Sí, Sirius ya estoy harto de tantos rollos, todas las mañanas montas la misma escenita, además¡Los demás también necesitamos arreglarnos, que ya vamos necesitando una ducha!
-Pero si ya tenéis la de los prefectos para bañaros, Moony nos da siempre la contraseña.
-¡Cierto!...- empezó a meditar James- Pero ese no es el punto. Moony necesita un baño- dijo mientras fijaba su vista en su otro amigo, que se iba poniendo azul por momentos.
Acto seguido cogió el frasco y lo estampó contra la puerta del baño...
-¡ALE!- dijo James.
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- gritó Peter.
-¡No hace falta que creo que me aguanto...!- dijo un nervioso Remus.
Todos tenían un mal presentimiento.
Todo sucedió a cámara lenta: el frasquito verde giró y giró y giró hasta que finalmente golpeó la puerta. Éste se quebró en mil trocitos de vidrio y entonces...
¡BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUM!- una gran explosión sacudió el castillo, en especial el ala de Gryffindor.
Las paredes se vinieron abajo, se abrieron enormes grietas en el suelo, que levantaron una gran polvareda. Corriendo, todos los estudiantes salieron de sus respectivas habitaciones y salieron corriendo hacia la sala común de Gryffindor. Todos estaban histéricos y la sala común tenía una neblina producida por el derrumbamiento del edificio que no dejaba ver más allá de sus narices:
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!, James sabía que tenías un instinto asesino en tu interior, pero ni en mis peores pesadillas pensé que me acosarías de esta manera...- gritó un asustado Sirius, que aunque no veía ni tres en un burro llevaba cinco minutos chillando desde la explosión.
Poco a poco se fue despejando la bruma y entonces quedó al descubierto un cuerpo de género dudoso, vestido con un albornoz fucsia, (con propaganda en el lado izquierdo, de su marca favorita de cosméticos: DIOR).Ese no era otro que Sirius Black.
Las carcajadas de James no tardaron en oírse y le siguieron las de los demás chicos porque el disfraz de Sirius no solo estaba formado por un "simple albornoz", sino que también...:
-¡Sirius lleva mascarilla!- gritó uno.
-¡Sí, y además es de aguacate con trocitos de perlas del mar Mediterráneo!- gritó uno desde la otra esquina de la habitación.
-¿Y tú cómo lo sabes?- preguntó otro- Yo pensé que era de fresa, piñones y nata...
James estaba cogiéndose de la tripa, no podía parar de reír.
-¡No, idiota¡Sino sería rosa y ésta es verde!- dijo una chica que tenía la antena muy desarrollada.
-No tenéis ni idea- dijo Sirius sin cortarse un pelo.
James se tiró al suelo y empezó a golpearlo con su puño derecho.
Sólo había una cosa que podía hacerle parar de reír. ¿Dónde estaba su pelirroja?, se levantó y se puso serio. A continuación empezó a buscar a "su" Lily Evans entre los alumnos. No la encontraba, y eso le empezaba a preocupar.
-¿Qué te pasa Prongs?- preguntó Remus.
-Lily...no está... ¿y si le ha pasado algo¿y si no se ha salvado?
Entonces, alguien se fue haciendo paso entre los alumnos hasta llegar a James, quien estaba de espaldas.
-¿Y si sigue allá arriba bloqueada y no puede salir¿y si me está pidiendo ayuda? –dijo James mientras el color de la cara de Lily iba cambiando a rojo.
Ahora era el turno de Sirius de reírse, y sin saber los demás cómo, cuando le volvieron a mirar todo signo de mascarilla, crema, champú y albornoz se sofá esfumado, él se sentó en un sofá de la sala común y se cruzó de piernas aunque en ningún momento dejó de mirar a su amigo, no quería perderse nada.
-¿Y si se ha caído por las escaleras¿y si le cayó un ladrillo encima¿y si...?-la voz de James fue interrumpida por otra, otra voz inconfundible, la voz fría de Lily Evans:
-¿¡Potter qué has hecho esta vez!?- rugió una Lily Evans muy enfadada, aunque no esperaba una respuesta a su pregunta- ¡De esta si que ni Dumbledore te salva!
Todo rastro de preocupación desapareció del rostro de James Potter, y soltó un enorme suspiro de alivio.
-Oh, mi dulce Lily¡Estás viva¡Qué bien que mis futuros hijos no se queden sin madre!, yo que ya tenía pensados los nombres...Mira se el primero era niño se llamaría...- el joven enamorado fue interrumpido por un pisotón de la pelirroja.
James pegó un grito y se agarró del pie, y empezó a dar saltitos.
De repente Remus miró el techo, y se dio cuenta de que el techo estaba a punto de desplomarse sobre sus cabezas.
-¡Salid rápido al pasillo¡La torre se va a derrumbar¡Corred!...
En ese instante todos los estudiantes de Gryffindor, guiados por los prefectos, salieron de su sala común, en realizar toda esta maniobra no se tardó mucho, ya que ninguno se quería quedar atrás. Fuera se encontraron con que McGonagall acababa de llegar, a ella tampoco le había dado tiempo a cambiarse, por lo que venía con su bata rosa y sus zapatillas de conejitos blancos (decía que daban suerte). A ella le seguía un Dumbledore medio dormido, con su gorrito de estrellas y sus pantuflas.
-¿Qué ha ocurrido aquí?- quiso saber la jefa de la casa y llamó a los prefectos. Ellos le explicaron la situación, y a continuación McGonagall se puso a hablar con el director.
-¡Lily¿Dónde estabas? Te he buscado por todas partes- dijo una chica que tenía el pelo ondulado y castaño.
-¡¡Kate!!- Lily se sorprendió del grito de su amiga.
Las dos eran amigas desde su entrada en el colegio, cuando fueron seleccionadas para entrar en la misma casa: Gryffindor. Eran muy distintas.
Lily era flaca y de estatura normal, además, tenía un cuerpo bien desarrollado. Su pelo era largo, ondulado y pelirrojo, y aunque le costaba admitirlo, le encantaban los halagos de James sobre él. Sus ojos eran verdes, verdes esmeralda, y su piel era blanca con muchas pecas. Era buena estudiante, siempre cumplía con lo que se la mandaba. No era tan estricta como todo el mundo pensaba, con sus amigos era una persona muy cariñosa, pero delante de los demás no, tenía una reputación que mantener.
Katherine, o Kate para los amigos era alta, morena y estaba MUY desarrollada. Tenía el pelo castaño, con bucles y los ojos de un bonito color avellana. Era partidaria del tópico "Carpe Diem", es decir, "Vive el Momento", esto lo cumplía al pie de la letra. Era muy enamoradiza, aunque en el primer puesto de su lista se encontraba James Potter. Quizás por esa razón Lily nunca se había fijado en él.
-¿Qué te ha dicho McGonagall?- Preguntó Sirius a Remus, nervioso.
-¿Cuánto durará el castigo?- Interrogó James.
-No me ha dicho nada, pero Dumbledore quiere hablar con nosotros...y ahora mismo.
En ese momento la jefa de la casa cogió su varita y usó su hechizo para amplificar su voz:
-Alumnos, sus objetos personales han sido transportados a un lugar seguro. Mientras que sus uniformes están en los lavabos de tercer piso. Ir a cambiaros y continuación esperad en el comedor a nuevas órdenes- informó.
Todos siguieron estas indicaciones y se pusieron en marcha, incluyendo, entre ellos a los Merodeadores que intentaban escabullirse.
-Srs.Potter, Black, Lupin y Pettigrew. ¿Adónde van?- dijo divertido el director- acompáñenme a mi despacho, esta zona se va a derrumbar de un momento a otro.
Cuando estuvieron allí, empezó con el sermón. Esta vez no les ofreció ningún caramelito de limón, estaba enfadado:
- No sé en qué estabais pensando, pero os habéis pasado de la raya. Alguien podía haber resultado herido.
-Pero profesor- replicó Sirius- esa poción no debería haber causado semejante explosión
-Pero profesor- empezó Remus- yo mismo fui quien le agregó los explosivos cuando fue el momento y tuve mucho cuidado. Medí todo varias veces.
La cara del resto de los Merodeadores cambió a una de sorpresa, todos abrieron la boca, pero el primero en hablar fue James:
-¿Cómo que lo añadiste tú¿No me tocaba a mí?
-No, no, yo creo que acordamos en que lo haría yo.- dijo Sirius algo confuso.
Dumbledore juntó sus manos y apoyó encima la cabeza. Ya se olía que había pasado algo así. De verdad, que eran un caso. Sonrió de lado, una sonrisa siniestra se asomó entre sus labios, una que muy pocas veces mostraba, sólo en ocasiones "especiales", y ésta era una de ellas. Porque lo que ellos no sabían era que esa broma iba a ser la excusa perfecta para que Dumbledore llevara a cabo un plan que llevaba maquinando hace tiempo.
-Bueno, el asunto del castigo lo hablaremos más tarde...
-¡Bien!- dijo Sirius muy emocionado levantándose de su asiento...
- Lo que no quiere decir que se me vaya a olvidar- recordó Dumbledore mientras Sirius se volvía a hundir en su asiento- bueno id yendo hacia el comedor, ya nos veremos allí.
Lily, mientras tanto estaba sentada en el mismo lugar de siempre, al lado de su amiga Kate desayunando aquel pastel de chocolate negro recubierto de pequeñas aunque abundantes y deliciosas virutas de chocolate blanco, acompañado de una deliciosa crema de arándanos (que aunque no combinaba mucho a ella se le caía la baba solo de pensar en ella). Todo esto era imposible de ingerir a no ser que se tuviera una bebida al lado. En Hogwarts había de toda clase, pero su "alimento líquido" preferido para tomar por las mañanas era un delicioso zumo de naranja recién exprimido (NO ERA DE DON SIMÓN).
En ese mismo momento se disponía a dar el primer bocado a su deliciosa tarta, llevaba tres meses esperando a que pusieran esa tarta para desayunar, su madre no sabía hacerla y en caso de que supiese no tenía tiempo para prepararlo, y además ella era una pésima cocinera, aunque lo intentaba nunca conseguía freír un huevo, de hecho le estaba prohibido encender el fogón de su casa. En ese momento, como un gato huele las sardinas, ella captó la conversación que estaban manteniendo unos chicos de tercero a su lado y es que todo el mundo hablaba de lo mismo: la explosión en la sala de Hogwarts, Lily siempre tenía la antena preparada:
-¿Creéis que Dumbledore tardará mucho en arreglar la torre?, porque me han dicho que ha quedado totalmente destrozada...
-Yo creo que mañana, sino es esta misma noche, estaremos durmiendo en nuestras camas.
-Yo creo que tienes razón, seguramente será así...
Lily, que había estado escuchando atentamente; sin percatarse de que su amiga se estaba zampando su pastel, y es que... ¡estaba delicioso!; como prefecta que era decidió intervenir:
-¡Pero estáis tontos! Para asegurar cada milímetro de esa torre se han utilizado una gran cantidad de hechizos, no hay que dejar ni uno solo sin encantar, así que despedíos de la torre hasta probablemente el curso que viene.- Hasta ese momento Lily no había sido consciente de lo que eso significaba...
¡CONDENADO POTTER!...
Y hablando del rey de Roma, por la puerta asoma...
Y nunca mejor dicho, porque en ese momento, en el Gran Comedor entraban los Merodeadores, todos se quedaron en silencio cuando ellos entraron.
Los chicos los miraban con envidia, las chicas con lujuria incluso alguna soltó un suspiro (muy sonoro) cuando Sirius les guiñó el ojo.
Entró James, un rayo de luz bañó su hermoso rostro, era en esos momentos en los que Lily Evans se olvidaba de que él era James Potter, la persona que más odiaba. No solo ella se quedaba atónita al observar a ese cuerpo entrar en la sala, un gran porcentaje de los presentes también se quedaba boquiabierto.
Detrás de él entró, como siempre, Sirius Black. Ahora sí, todas las chicas de la sala se le quedaron mirando, en ese mismo instante un ventanal se abrió y el viento azotó su larga cabellera. La boca de Sirius esbozó una sonrisa de satisfacción, todo aquello parecía un anuncio, o de champú o del concurso de mister que todos los años pasan por la tele.
El tercer integrante, Remus Lupin, entró a continuación, aunque muchas menos que al anterior miembro del grupo, también le miraron bastantes adolescentes con las hormonas alteradas. Cosa que, aunque luego no afirmara en público, le encantaba.
Y por último, apareció Peter. ¿Qué decir de él?, en aquel momento se sintió desplazado, deprimido, excluido, despreciado...Todos los alumnos bajaron la cabeza, y continuaron desayunando y cotilleando. Vamos, que no hizo como sus otros compañeros que se fueron a saludar grupo por grupo, en plan estreno de película de Hollywood, él directamente se fue a su sitio en la mesa de Gryffindor.
-Hola Lily- dijo Remus a la pelirroja, éstos habían empezado a ser amigos hace poco, en las rondas nocturnas que hacían los prefectos todas las noches.
-Moony, no me lo puedo creer¡eres un traidor!, y yo que creí que eras mi amigo, en cuanto me doy la vuelta te intentas ligar a mi Lily...
-Calla Potter ¿mi Lily?...Yo no soy nada tuyo, más quisieras...
A esto James contestó con una extraña mueca.
-¡Ya no queda pastel con virutitas!- dijo Remus algo triste- ¡con lo bueno que está! Os dije que os dierais prisa...
-¿No queda pastel? Jooooooooo- protestó Sirius.
"Por suerte yo he llegado a tiempo"- pensó orgullosa Lily, mientras miraba hacia el plato en el hace dos minutos se encontraba su magnífico trozo de pastel...
-¿Y mi trozo de pastel?... ¿Potter, no habrás sido tú?... ¡Te juro que...!
-Lily, tú eres más importante que un trozo de pastel, además acabo de llegar...
-Es verdad, acabas de llegar y ya molestas, eres...
-Ya, Lily, ya...Fui yo, pensé que me lo darías, lo siento- estas últimas palabras fueron acompañadas por una sonrisa angelical, inocente, una sonrisa que hacia que hasta el más insensible se derritiera.
-No te preocupes, Kate, pero la próxima vez, me avisas¿vale?
-Ok, gracias.
Sirius despistado empezó a mirar a su alrededor, y al mirar al frente, vio sentado a Dumbledore. ¿Cómo es qué estaba allí¿Cómo había llegado antes que ellos? Lo dejó pasar, misterios de la magia.
Dumbledore se puso en pie, y dio varios golpes a su copa:
-Como ya sabréis todos, la torre de Gryffindor se ha derrumbado por motivos confidenciales. La nueva torre tardará varios meses en ser construida...
-¿Dónde dormiremos?- preguntó curioso un alumno de cuarto.
-Como me disponía a decir, seréis repartidos entre las demás casas. Entre los demás profesores y yo hemos hecho el reparto, no se podrá cambiar ni elegir donde os alojaréis, lo que toque tocó, como se suele decir.
Entonces muchos estudiantes pusieron cara de no estar conformes y protestaron, James se enfadó (le podrían separar de Lily), Sirius sonrió (nuevas posibilidades de ligar), Remus puso cara extraña (¿qué pasaría si los Merodeadores se separaban?), Peter se alegró (ya no sería inferior a nadie) y Kate tenía sentimientos contradictorios (por una parte se alegraba, a lo mejor separaban a James y Lily y él se fijaría en ella, y por otra parte se entristecía, quería quedarse con Lily y con todos los demás).
-Antes de nada, cada habitación de cada casa tendrá un representante, ellos se encargarán de mostraros el camino y de acompañaros. Bueno, comencemos. Empezaremos por los alumnos de primer curso...
Mientras Dumbledore iba nombrando a los miembros de la casa y sus direcciones, éstos iban poniendo diferentes caras o iban haciendo diferentes gestos según les tocara en una casa o en otra.
Llegó el turno de los de séptimo curso:
- Bien, Sirius Black, irás con los chicos de séptimo curso de Slytherin, acompaña a Severus Snape- en ese momento ambos cruzaron una mirada de repulsión y asco, Severus pensó que su día ya no podía empeorar más.
-¡Mierda! Me ha tocado con las serpientes y además solo.¡Mierda!
-Señor Black no me interrumpa- los de Slytherin rieron por lo bajo¡qué mal se lo iban a hacer pasar!- Bueno continuemos; Remus Lupin, irá a Ravenclaw, a la habitación del señor Brocklehurst.
-Peter Pettigrew será destinado a Hufflepuff, acompañe al señor Madley.
-Y el último chico de séptimo, James Potter- todos aguardaban impacientes el destino del joven Potter, todos querían que el último merodeador fuese colocado en su casa- Slytherin, vaya con el señor Snape- sí, definitivamente ese día estaba siendo el peor de la vida de Severus.
-¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!- gritó un emocionado Sirius, casi se le saltaban las lágrimas de alegría.
-¡Silencio!- pidió Dumbledore- queda el último grupo, empecemos por Katherine Kingstam, Hufflepuff, vaya con la señorita Smith.
Kate esbozó una sonrisa triste, de resignación.
-Lily Evans- James cruzó los dedos, Lily cruzó los dedos, por motivos completamente diferentes, las admiradoras de James cruzaron los dedos-...Slytherin, acompañe a la señorita Alice Dantious.-ambas cruzaron una mirada y sonrieron, se lo pasarían muy bien juntas...Como siempre...
-¡Hurraaaaaaaaaaaaa!- dijo James- la suerte está de mi lado.
-¡Nooooooo!- se lamentaron las numerosas admiradoras de James y Lily lo hubiese hecho si no hubiese estado tan concentrada mirando a Alice aunque más tarde cuando estuviera en su habitación lo haría.
-Bueno mis queridos alumnos- continuó el director- sus baúles ya han sido trasladados a sus respectivas habitaciones. Hoy les dejaremos día libre para que se acomoden y vayan haciendo nuevas amistades.
NA¿Qué os ha parecido? Esperamos que os haya gustado.
Dejadnos un comentario ya sea positivo o constructivo :P, que ayudan muchíiiiiiiiiiiiiiisimo a continuar escribiendo.
