Drabble #1

Título: Danna

Pareja: TobiDei

Palabras: 471


Balanceó sus pies con completo aburrimiento, observando la dulce sonrisa que adornaba el rostro de Deidara, el cual estaba sentado sobre el tierno pasto moldeando pequeñas figuras de arcilla con el entusiasmo propio de un niño. Era tan lindo que podría haberlo observado todo el día, y lo hubiera hecho de no ser por la interrupción de cierta marioneta.

—Ah, Danna! —el rubio detuvo sus movimientos al ver cómo su maestro se acercaba y Obito, detrás de la máscara, deseó desaparecer al pelirrojo con el Sharingan.

Para disgusto del Uchiha estuvieron hablando un buen rato, y nunca faltaba el ''Danna'' de Deidara hacia el de Suna, algo que empezaba a irritarlo. ¿No podía simplemente decirle Sasori? Era su nombre, ¿No?

Bajó del árbol de un salto cuando el pelirrojo se alejó, sorprendiendo al rubio que no se había percatado de su presencia.

—¿Sabes lo que significa Danna? —preguntó con molestia, dejando que su verdadera voz saliera a flote.

—Maestro, hm —contestó el rubio como si fuera obvio, encogiéndose de hombros sin prestarle demasiada atención a ''Tobi' y volviendo su vista a la arcilla.

Una mueca de disgusto se formó en el rostro de Obito y el sonido de una máscara siendo retirada llamó la atención del rubio, haciendo que volviera a levantar la mirada.

—Y esposo —completó arrodillándose para quedar a la altura de su explosivo ''compañero'', viendo con satisfacción el sonrojo que empezaba a formarse en el rostro de éste.

—No significa eso, ¡Y PONTE LA MALDITA MÁSCARA QUE ESTAMOS EN…! —su tremendo grito fue interrumpido por una presión en sus labios, su espalda chocó contra el tronco y su cuerpo quedó acorralado entre los fuertes brazos del Uchiha, el cual parecía no estar dispuesto a dejarlo ir.

Soltó un jadeo de sorpresa, los cálidos labios de Obito se movían suavemente sobre los suyos, no había pasión, solo ternura y… amor.

Rindiéndose y dejando, solo por esa ocasión, su orgullo de lado rodeó el cuello del contrario, dejando que se posicionara entre sus piernas para que pudiera rodearlo mejor. Su único ojo visible se cerró lentamente, disfrutando de los dulces labios que poseía ese bastardo, porque si, le encantaban aunque no lo admitiera. La lengua traviesa del Uchiha lamió su labio inferior con ternura, no estaba pidiendo permiso, tan solo estaba saboreando, una última lamida y se separó lentamente, dejando un rápido beso en la mejilla del rubio.

—No lo llames más así —estaba celoso, se notaba y no lo negaría, los Uchihas eran posesivos y eso era bien sabido—, si quieres… yo puedo ser tu Danna.

Porque fuera con la intención que fuera, odiaba que le diera apodos a alguien que no fuera él, sobre todo a ese pelirrojo. Tal vez debía poner una nueva regla en Akatsuki, sí, eso estaría bien.

''No se aceptan apodos en la organización''