MI AMOR
Ella siempre fue alegre, amable y de familia cariñosa, él es todo lo contrario, serio, grosero, su familia lo odia… y por primera vez ella conoce lo que es la soledad, mientras que a él le da igual si lo dejan morir solo. Pero ¿qué pasa si sus caminos se cruzan? ¿Porque ella es su cielo? ¿Por qué él es su nube? Y ¿Cuál es el secreto que esconde? AxfemG!
Era una cálida tarde de mayo se encontraba descansando en su cama, leyendo tranquilamente, cerró los ojos un momento, y solo los abrió al escuchar el llanto proveniente del cuarto continuo al de ella, dejó el libro que hace poco leía y con una sonrisa camino hasta el cuarto, al llegar se asomó en la cuna, extendió sus brazos sacando al pequeño de ahí. Lo acomodo en sus brazos camino hasta la recamara donde antes se encontraba.
-shh… ya ya… pequeño- le decía con amor mientras lo mecía en sus brazos – mama está aquí… ya deja de llorar mi niño- siguió arrullando al bebe hasta que se durmió en sus brazos.
-descansa Tsuna…- dijo mientras se acomodaba con él bebe, aun en brazos en la cama y acompaño a su niño a los brazos de Morfeo.
Su vida había sido la envidia de muchos, al igual que su apariencia física, era considerada la hija perfecta, la amiga perfecta todo de ella era para muchos perfecto. Y aunque ella decía lo contrario muchos parecían ignorar las palabras de la única hija del matrimonio Sawada.
Asi es Gina* Sawada era la envidia de toda chica, y es que a pesar de su delgado cuerpo, tenía buena figura, su cabello rubio largo casi debajo de la cadera lo había heredado de su padre Iemitsu, los bellos ojos caramelo* sin duda los heredo de su bella madre Nana; y también de carácter dulce y alegre, a veces un poco ingenua y despistada. Y claro no era de extrañarse si se dijera que la joven rubia de diecisiete años era la ídolo de su escuela, cosa que a veces le incomodaba a la amable chica.
-Gina-chan- dijo castaña de una coleta a la rubia sacándola de sus pensamientos- la próxima clase será matemáticas con Nezu- dijo con un ligero toque de picardía.
-¿vienes o te quedas Gina?- dijo una pelinegra de cabello largo, cruzada de brazos.
-mmm… no se…- dijo un poco dudosa, viendo el reloj- hey Fujita… toma nota por mí- dijo la de ojos caramelo pasándole la mochila a una de sus compañeras.
-Kyoko nos espera en el pasillo- dijo la pelinegra a ambas chicas, y asi salieron del salón donde efectivamente otra chica las esperaba.
Se saludaron, para después correr por el pasillo, pero se vieron detenidas por el profesor de matemáticas.
-la clase esta por empezar- dijo viéndolas sonreír con un ligero toque de malicia- ¿a dónde se dirigen chicas?- pregunto pero ninguna contesto solo se echaron a correr a todo lo que daban sus piernas dejando al profesor solo en el pasillo.
Corrieron por los pasillos, y aun corriendo como si su vida dependiera de ello –no muy lejano a la realidad- salieron del colegio. Y solo se detuvieron al llegar a un parque.
-ya no corran…n-no creo que… n-nos s-siguieran… tres cuadras…- entre jadeos completo la frase Haru, y Kyoko asintio dándole en señal de estar de acuerdo con su amiga.
-mou… no aguantan una pequeña carrera- reprocho Hana con las manos en las caderas, mientras Gina sonreía a sus amigas.
- no lo dice la capitana del equipo de atletismo- dijo la de ojos miel a su amiga.
Después de su pequeña discusión, decidieron jugar un poco en los juegos sin importarles que las miraran raro, jugaron como nunca.
Todas ellas jugaban como niñas pequeñas, reían, cantaban y demás. Se divertían sin importarles las miradas que les daban las personas que pasaban por ahí.
-nee! Gi-chan- llamo Kyoko a su amiga rubia quien estaba en un columpio del lugar.
-dime Kyoko-chan- dijo la chica mientras se columpiaba hasta alcanzar altura.
-¿iras a la fiesta del viernes en la casa de Mochida-kun?- pregunto curiosa, a lo que la otra detuvo su movimiento, parecía pensativa.
-mmm… no creo prefiero quedarme en mi casa, el viernes no estarán mis padres y quiero disfrutar la casa solo para mi haha perdón- dijo con una sonrisa para después seguir jugando en el columpio.
-Hahi!-chillo Haru llamando la atención de sus amigas – la próxima clase empieza en treinta minutos!- dijo helándole la sangre a las demás.
Y sin más salieron como almas que se lleva el diablo, con una clara dirección la escuela. Al llegar las cuatro se toparon con el profesor Nezu.
-hiii – "dijo" Gina con un poco de miedo al estar frente a su profesor.
-bueno ya que regresaron, hay que ver cómo le hacen para recuperar los apuntes y tarea de la clase hoy chicas- dijo yéndose del lugar dejando a la muchachas con una gota en su nuca.
-por eso hay compañeros viejo- dijo en son de burla Gina ganándose la risa de sus amigas.
Después de eso se dirigieron a sus respectivas clases.
-etto…Fujita… umm- hablo con nervios Gina a su compañera.
-descuida Sawada-san tome nota y todo - dijo la chica de cabellos negros y cortos a la rubia mientras le entregaba su mochila.
-bien clase a sus lugares- dijo la profesora de inglés- Sawada, Miura, Kurokawa se quedaran en mi clase o se irán- dijo burlona la profesora; a lo que las mencionadas bajaron el rostro ligeramente pintado de rojo por la vergüenza.
Y asi entre clase y clase, risas, y demás llego la hora de la salida.
-Kyoyo-chan! Te esperamos en la salida! Rápido!- dijo la rubia mientras corría con dirección a la entrada de la institucion, sin embargo al dar unos pasos más choco con alguien ocasionando que fuera al suelo.
-jajaja! Si ya dejaste de molestar a mi novia… te ayudo Gina-chan – bromeo el joven, dándole la mano para ayudarla.
-mou!... uruse! Kenya-kun!-grito la chica un poco sonrojada al chico, Ishida Kenya un joven de cabellera azul brillante y ojos de color verde, tez pálida, atractivo, el típico ídolo juvenil, pero para la rubia acciones como esta hacia que su corazón palpitara como loco y es que no por nada estaba enamorada del chico desde hace años, sin embargo desde hace algunos meses que él y Kyoko estaban saliendo, rompiendo el corazón de la chica.
Y sin darse cuenta se encontraba en la entrada de la escuela con sus amigos, quienes esperaban a que despertara de su ensoñación para irse de ahí y terminar con ese día. Y asi los días iba pasando, claro que cada día es diferente, lo que consta la vida, reír, divertirse etc.
Y asi entre día y día el viernes llego a la vida de la muchacha de cabellos rubios, el día comenzó normal o al menos eso pretendía ser.
La joven rubia se despertó lentamente, sin embargo al ver mejor su despertador sintió su alma abandonar su cuerpo al ver que marcaban diez para las ocho y rompiendo la velocidad de la luz se vistió, bajo las escaleras con dirección a la cocina, solo para encontrar a su padre igual o más apresurado que ella, solo tomo un pedazo de pan lo coloco en su boca y salió corriendo de su hogar, claro siendo seguida por su padre.
Minutos después se podía apreciar a una bella rubia corriendo por las calles de Tokio solo le faltaba poco para poder llegar a su escuela, sin embargo una extraña sensación la invadió.
Era algo parecido a un escalofrió, por lo que se llevó amabas manos hacia su corazón apretando la ropa, como si haciendo eso le ayudara a aliviar el sentimiento, cerró los ojos un momento y al abrirlos identifico el sentimiento como su intuición, y es que ella siempre ha tenido una intuición muy aguda, y eso la ha ayudado un sinfín de veces en una ocasión le menciono a sus amigas y ellas le pusieron "híper intuición".
Sin embargo estaba tan perdida que ni noto como se acerca a ella un joven de cabellos castaños claros y cortos.
-corre Gi-chan que se nos hace tarde!- grito Kyoko a su amiga, para luego ser seguida por ella.
Una vez en la escuela, la joven pensaba que en clases se sentiría más cómoda sin embargo aquello no resulto ya que su intuición le marcaba peligro, pero llego un momento donde dejo de prestar atención a las indicaciones del profesor par mirar por la ventana, "ten cuidado no bajes la guardia" se repetía una y otra vez en su cabeza, y las horas pasaban dando paso a la querida hora de descanso.
-Gina solo te estamos esperando- dijo Hana quien estaba recargada en el marco de la puerta del salón.
-chicas… vallan ustedes yo, quiero estar sola un momento si?- dijo amablemente la joven Sawada.
-um? Esta… bien… te pasa algo Gina-chan?-pregunto un poco extrañada Miura, a lo que la rubia respondió con una sonrisa.
Poco después la chica iba caminando sola hacia su escondite: una esquina que limitaba la parte trasera de la escuela con uno de los edificios continuos. Ahí se escondía cada vez que quería estar sola, como en ese momento.
-cálmate Gina… no pasara nada… tu concéntrate en lo importante- se decía asi misma como una mantra.
Después de la hora de descanso pasara, la chica salió de ahí y camino un poco más clamada con dirección a su salón.
Donde de nueva cuenta se perdía en sus pensamientos, y asi fue pasando lo que quedaba de las clases.
Pero para el regreso a casa, le fue más tedioso ya que aquella sensación se duplicaba al estar sola, por lo que había decidido ir por donde hubiera personas.
Llego a su casa sin problemas, al llegar se encontró a sus padres quienes se encontraban arreglados, ni muy formales, ni muy casuales aunque solo les hacía falta una patita de gato.
-¿ya se van mama, papa?- pregunto la de ojos acaramelados aun en la puerta.
-sí, Gi-chan tu tía Oregano nos invitó a cenar después de la función- dijo la mujer colocándose unos pendientes.
-por lo que tu estas a cargos de la casa Gina, no hagas nada malo hija- le dijo Iemitsu mientras se acomodaba el saco.
Poco después sus padres salieron de la casa, no sin antes advertirla y demás. Tan pronto la puerta se cerró aquella sensación reapareció pero esta vez mas fuerte ocasionando que callera de rodillas, sujetándose con ambas manos la cabeza.
Cerro los ojos por un momento, al abrirlos dio un suspiro cansada, subió las escaleras y camino hasta su cuarto, tan pronto entro lanzo su mochila lejos; se quitó la chaqueta del uniforme y al igual que la mochila la lanzo lejos, camino lentamente hasta su cama y se dejó caer; y sin darse cuenta había quedado dormida.
Despertó el escuchar como tocaban la puerta, aun con un poco de pereza camino hasta la puerta de la entrada, sin embargo antes de siquiera acercarse la puerta dudo en si abrir o no, mordió su labio inferior sin saber qué hacer.
-Gina-chan! Soy yo Kenya!- dijo, la persona al otro lado ahora identificado. Sin embargo aun con duda le abrió la puerta al chico de ojos verdes.
-¿Qué haces aquí?- pregunto la muchacha quien a pesar de que tenía la puerta abierta no dejaba pasar al chico.
-bueno… vine a ver si ibas a ir a la fiesta de Mochida- respondió con una sonrisa.
-perdón…Kenya-kun pero no iré- respondió aun sin apartar su mirada del chico.-perdón por hacerte venir hasta aquí- dijo con un poco de nervios.
-ara? Estas sola Gina?-pregunto con una sonrisa de medio lado .
Aquella ligera acción alerto a la joven, pero antes de que pudiera reaccionar se encontraba acorralada entre el cuerpo del chico y la puerta.
-Q-Que estás haciendo?! Aléjate!- dijo un poco nerviosa la chica.
-mm? Lo siento pero… no lo hare ¿sabes? Sé que estas enamorada de mi… creías que no notaba las ligeras mirada que me dabas cuando estaba con Kyoko asi… que ¿Por qué no solo lo disfrutas Gina-chan?- dijo intentando besarla.
Sin embargo la joven al notar las intenciones de él se apartó bruscamente y al hacerlo un bufido salió del chico, y de nueva cuenta trato de besar a la chica, pero está en un movimiento logro zafarse del chico le pateo la espinilla y corrió con dirección a su cuarto.
Y al querer cerrar la puerta Ishida forcejeaba para evitar dicha acción, pero para la desgracia de la chica él era más grande y fuerte que ella y de un solo empujón logro entrar al cuarto
-¿sabías que… Kyoko no me causo muchos problemas?- dijo acercándose a la chica
-¡entonces vete con ella!- grito pero al quererse poner de pie, sintió como el chico se posaba encima suyo y no importara cuanto forcejeara no podía quitárselo de encima. Kenya de un momento sujeto las muñecas de la chica y las coloco encima de su cabeza, mientras que con la rodilla separaba sus piernas.
-no lo hagas más difícil Gina-chan- tan pronto termino la frase, sintió un horrible dolor en sus caderas, solo atino a lanzar un grito de dolor.
Después de lo que pareció una eternidad sintió como el peso se quitaba de ella, levanto la cabeza para ver mejor a su agresor, lo vio acomodarse la ropa y poco después entregarle la suya.
-gracias Gina… me hiciste pasar un buen rato- dijo ya en la puerta de la habitación, miro de reojo a la chica en el suelo con lágrimas en sus ojos, y cruelmente se fue.
Pasaron unos minutos que ella sintió como horas, con cuidado se levantó del suelo sin embargo su cuerpo dolía a morir, daba pequeños pasos un poco torpes, pero asi llego hasta la puerta de su cuartó.
Pero al abrir la puerta sus piernas flaquearon y obviamente cayó al suelo bruscamente, se quedó llorando ahí mismo. Desde entonces ya había pasado una semana, y en esa misma no había asistido a la escuela, ni la siguiente siempre buscaba excusas, no había clases, llegaba tarde etc. Pero la mayoría de debía a que últimamente se sentía mal: vómitos, mareos y también sentía mucho sueño o tenia antojos a veces un poco extraños. Se encontraba en el baño donde vaciaba su estómago.
-menos mal que no está….- dijo luego de levantarse y caminar hasta el lavamanos donde se limpió la boca.
Camino hasta su cuarto donde se encerró, se deslizo por la madera hasta tocar el suelo, ahí saco de su bolsillo una pequeña prueba, sin embargo no la miraba bien ya que desviaba un poco la mirada. Levanto la prueba hasta quedar frente a sus ojos, los abrió la ver la respuesta.
Empezó a llorar, no podía ser que ella la que siempre le habían llamado la chica perfecta ella a sus diecisiete años, estuviera embarazada.
hola, como están jeje creo que tarde un poco XD.
bueno aclaraciones.
1) ese nombre lo encontré de casualidad una vez que estaba leyendo un fic, que era fem27 y bueno aparte de que no tenia idea de como llamar a Giotto de forma femenina, pensaba incluso en Gioko XD
2) pues para explicar un poco el color de ojos de Tsuna (se darán cuenta que ella es su madre o al menos en esta fic XD) y bueno en el anime se ven anaranjados.
bueno hasta luego chiao chiao
