No se decir dónde me encuentro exactamente. Solo sé que se trata de una gran sala abierta por algún lado al exterior, muy iluminada. Los escalofríos que recorren mi cuerpo y una luz intensa que ni siquiera me deja ver más allá de la silla en la que estoy sentada, lo demuestran.
Tampoco sabría explicar como llegué aquí. Tan solo recuerdo que me encontraba sentada delante de la ventana de mi habitación, en la misma silla en la que me encuentro ahora y, después de que una luz me cegara por completo, aparecí aquí. No recuerdo qué hacía mirando por la ventana, pero sé que lo he hecho un día detrás de otro desde hace dos años.
¿Dos años? Hace tanto tiempo que ocurrió y todavía no he sido capaz de superarlo. Un momento ¿Superar qué? No lo recuerdo. Sé que algo ocurrió hace dos años que me marcó y que nunca seré capaz de seguir adelante con una vida normal. Pero no puedo especificar que es eso tan terrible. Sé que me horroriza, que no me deja pegar ojo. Me he pasado noches en vela pensando en ello y sin embargo, ahora no lo recuerdo.
-Winry...-ese nombre me es conocido, seguro que lo he oído antes- Winry- el volumen de la voz va aumentando considerablemente, antes apenas era un susurro audible y ahora a llenado la estancia entera con ese conocido nombre- ¡¡Winry!!-es una voz masculina, la reconozco, pero no sé ponerle cara. No tengo tiempo de pensarlo. El grito ha hecho retumbar las paredes, el suelo ha temblado, una mano me ha rozado justo en el momento en el que todo se quedaba en silencio de nuevo. Una mano cálida que contrasta con mi fría piel.
Parece que ha salido de la sala. Una puerta se ha cerrado cuidadosamente, probablemente porque es demasiado grande.
Tengo sueño. Me han hecho algo. Me estoy quedando dormida y no he podido emitir palabra alguna desde que desperté. Todo se está volviendo negro. ¿Negro? No. Es algo más oscuro, oscuridad absoluta.
--
BEEP-BEEP-BEEP-BEEP...
Un sonido débil, una cómoda cama de sábanas blancas...Estoy a salvo de lo que quiera que me había sacado de casa en plena noche. A salvo...quizá sí, pero no recuerdo nada, ni siquiera mi nombre. Sé de sobra donde me encuentro por lo que deberé responder a algunas preguntas cuando un hombre o mujer de bata blanca aparezca por la puerta a la que estoy mirando ahora mismo. Preguntas que, sin duda, no sabré responder por culpa de mi pérdida de memoria. Amnesia. No hace falta un diagnóstico, yo misma puedo saber que me dejaran internada si se dan cuenta. No puedo quedarme. Debo encontrar la manera de recuperar la memoria a mi manera. Debo alejarme de quienquiera que me haya secuestrado y encontrar a la persona que me ha sacado de allí.
La puerta se abre, seguro que es el doctor.
-¿Está despierta?- supongo que me pregunta a mi, no hay nadie más en la habitación.
-Sí, lo estoy-¡¡Tonta!! Podía haberme hecho la dormida y pensar en las respuestas que debo darle. Soy una imbécil. Ahora, piensa rápido, venga, venga.
Se está acercando. Se aclara la garganta.
-Necesitamos sus datos. Hemos de redactar un informe y llamar a su familia para que sepa de su estado.
-No hace falta que llamen a nadie. En cuanto me den el alta me iré de aquí y como si no hubiera pasado nada. Yo buscaré a mi familia- por favor no insistas más. Por mucha información que te dé no vas a encontrar a nadie que coincida con ella. Toda será falsa.
-Está bien. Ahora ¿ puede rellenar esto con sus datos? En cuanto termine firmaré el alta y podrá irse sin problemas. Su estado no era muy grave a pesar de donde se encontraba. Tan solo algunos rasguños y contusiones, pero nada serio. Es extraño que quedara inconsciente, pero le hemos hecho placas y no ha salido nada extraño en los resultados. Lo más seguro es que algunos oficiales se acerquen en un rato a pedirle su declaración sobre lo ocurrido...- no puede ser. No puedo responder. No sé que me ha ocurrido.
-¿Qué? Lo siento pero no podré ayudar. Las imágenes están borrosas en mi mente- créetelo y no investigues más, por favor. Solo quiero irme de aquí y buscar un lugar donde estar a salvo.
-Supongo que es normal. Te debiste llevar un buen susto cuando viste que se te caía el edificio encima. Les diré que no lo recuerdas. Seguramente no insistirán más- me encanta este hombre. Menos mal que es un doctor que vela por el buen estado mental de sus pacientes- Bueno, tenga un bolígrafo. Por favor hágalo deprisa. He de acudir a resolver algunos asuntos- vaya. Esto no es bueno. Venga lee tranquila e inventa.
"Nombre:
Apellidos:
Domicilio..."
No sé responder a nada. Debo pensar en un nombre o se dará cuenta. Un momento...un nombre...¿Qué gritaba esa voz? Winry...Sí, eso es.
Apellido...Le diré que soy huérfana y que no he tenido apellido nunca. Y por último...Domicilio...No vivo en esta ciudad. Viajo continuamente y no tengo lugar...
-¿Le pasa algo? Tan solo ha rellenado el nombre- se ha dado cuenta. Estoy perdida. Debo tranquilizarme o notará que me pasa algo. Tengo que actuar con normalidad y responder.
-No, bueno, es que, verá, yo soy huérfana. No tengo apellido y tampoco tengo lugar de residencia. Viajo continuamente para estudiar la historia de los diferentes países del mundo. Es algo fascinante.
-Vaya. Bueno, pues ya está. Aquí tiene el alta. Puede irse cuando quiera.
-Gracias por atenderme.
-Es mi trabajo. Espero que se recupere pronto, Winry. Aunque le vendría bien quedarse un rato más a descansar y reponerse, por lo menos el resto del día. Mañana podría reanudar su viaje sin ningún problema, y así tendría un lugar donde quedarse esta noche. Ya es muy tarde y le será difícil encontrar un buen hotel o pensión donde descansar tranquilamente.
-No se preocupe por mi. Sé arreglármelas. He pasado mucho tiempo fuera de casa- ha resultado ser un hombre encantador. No me importaría quedarme el resto de la noche pero eso solo empeoraría la situación. Me esposaría a que descubrieran mi estado de desorientación. Aunque tiene razón. Todavía no estoy repuesta del todo. El cansancio de podrá. Seguramente acabaré durmiendo debajo de algún puente.
-Está bien, usted decide. Tiene su ropa en el armario del fondo.
Oigo sus pasos al otro lado de la puerta mientras se va alejando lentamente de mi habitación. Ojala todos los hombres fueran como él. Tan educados y encantadores. Además estaba de muy buen ver.
Supongo que nada de esto tiene importancia ahora. Debo centrarme en buscar una solución. Primero me vestiré. No puedo pasearme por las calles vestida de esta forma. La gente me miraría extrañada y seguro que me devolverían al hospital.
--
