No sé cómo explicar muy bien la idea que he tenido, pero básicamente es escribir escenas que se me ocurran sin necesidad de que estén por orden. Esta primera es "la mañana después de Always", pero quizá en el siguiente ya se han casado y al próximo han vuelto a la época de llevarlo en secreto. Estoy exagerando, pero es para que lo entiendan. Vamos, serán como fics separados, pero todos en el mismo. Intentaré que se entienda siempre en qué momento de la relación están. Nada más, solo que espero que les guste.
Despertó cuando aún era de noche y aún así le costó acostumbrarse a la tenue luz que entraba por la ventana. Se levantó y caminó despacio intentando no hacer ruido. Supuso que con las prisas, a Castle se le había olvidado cerrar las persianas. "Castle", musitó. Sonrió levemente, llevándose una mano a la boca y echando una ojeada a la calle antes de dejar la habitación a oscuras. Regresó a la cama de la misma forma sigilosa, pero a pesar de no ver absolutamente nada, supo enseguida que sus grandes ojos azules observaban su sombra en silencio.
- ¿Te he despertado? –Preguntó mientras levantaba la colcha y volvía a tumbarse boca arriba-
- No he dormido en toda la noche. –Respondió con la voz ligeramente ronca-
- ¿Y eso por qué? –Volvió a cuestionar, girándose hacia él e intentando distinguir su expresión-
- No he podido dejar de mirarte. –Contestó sin pensar, y Kate solo pudo agradecer estar tumbada cuando notó cómo le temblaban las rodillas-
- ¿Así que no has cerrado las persianas adrede? –Lo escuchó reír- Entonces eres tú quien me ha despertado a mí… -Beckett giró el cuerpo hacia él y colocó las manos bajo sus costillas-
- ¡Están heladas! –Exclamó intentando librarse de ellas, aunque sin poner mucho empeño-
- Yo pensaba hacerte cosquillas pero… -Comenzó a tocar su pecho, su tripa y su cuello mientras Castle se retorcía bajo las sábanas-
- Kate, para por favor… -Suplicó un par de veces, pero la detective no tenía ninguna intención de detenerse- Está bien, tú lo has querido… -Susurró antes de comenzar la emboscada-
Agarró las manos de Kate como pudo y se colocó sobre ella ayudándose de las piernas. Beckett habría podido librarse fácilmente con cualquiera de las técnicas que le enseñaron en la academia, pero prefirió dejarle ganar esa vez. La cama era un desastre y las piernas de la detective se habían enredado con las sábanas, lo que facilitaba aún más la tarea a Castle.
- Elige: Cosquillas o lametazos. –Beckett hizo amago de bostezar de aburrimiento-
- Ninguna de las dos. –Respondió intentando soltarse- Richard Alexander Castle, está usted reteniendo a una detective de la policía de Nueva York contra su voluntad, ¿está seguro de lo que hace? –Preguntó en el tono más autoritario que pudo poner dada la situación-
- Yo prefiero los lametazos. –Murmuró el escritor, junto antes de pasar la lengua por su cuello-
Beckett se estremeció y al contrario de lo que intentaba, relajó su cuerpo. Castle notó como su cadera se apoyaba del todo en el colchón y la sintió suspirar contra su pelo.
- ¿Vas a contarme qué ha pasado esta noche? –Preguntó soltándole las manos y tumbándose a su lado, Kate se giró hacia él-
- No me apetece hablar. –Contestó llevando una de sus manos a los labios de Castle, que besó sus dedos dulcemente-
- ¿Quieres descansar un rato más? –Beckett murmuró un "sí" casi inaudible-
- ¿Me abrazas? –Richard sonrió y colocó el brazo sobre su estómago, atrayéndola hacia su cuerpo-
- Buenas noches… -Murmuró antes de depositar un suave beso en su pelo-
- Buenas noches.
Cuando volvió a despertar eran casi las 10 de la mañana. Se sentía tan cansada que simplemente se quedó tumbada sin abrir los ojos. Castle le estaba haciendo cosquillas en el costado y habría sido capaz de hacer cualquier cosa por alargar ese momento todo lo posible. Sonrió levemente cuando la mano del escritor se adentró más de lo debido entre sus muslos.
- ¿Esto no puede considerarse abuso? –Preguntó mientras separaba un poco las piernas, facilitándole el acceso-
- Sabía que estabas despierta. –Respondió apartando la mano y provocando un suspiro de Beckett-
- ¿A qué hora llega Alexis?
- No lo sé.
- Quizá debería irme a casa…
- Estás helada. ¿Qué tal si te das un baño mientras preparo el desayuno? Prometo llevarte yo mismo en cuanto comamos algo.
Kate se lo pensó unos segundos. Estaba decidida a hacer cualquier cosa por Castle, pero sentía que no era buena idea que su hija se enterase de esa forma y tan deprisa, cuando apenas acababan de pasar su primera noche juntos. Aún así aceptó la oferta porque realmente necesitaba un baño de agua caliente.
- Te sacaré algo de ropa de Alexis.
- No hace falta, me conformo con alguna sudadera que tengas por ahí abandonada…
- Puse a secar tu ropa hace unas horas, igual ya hay algo que puedas usar…
Beckett se levantó y se dirigió al baño cubriéndose con una de las sábanas. Estaba segura de que iba a ponerse enferma, pero no se arrepentía de nada que no fuera haber tardado tanto en hacerlo. Tanto como la preciada lluvia en mitad de un verano caluroso.
Se metió en la bañera y abrió el grifo. Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás cuando notó el agua caliente acariciándole los dedos de los pies. Colocó el tapón y luego se sentó en el extremo opuesto a la ducha, dejando caer el agua sobre sus pies.
- ¿Puedo pasar a dejarte la ropa y la toalla? –Beckett sonrió levemente, aún con los ojos cerrados- Te juro que vengo en son de paz.
- Vale –Respondió al cabo de unos segundos que se permitió dejar pasar para hacerlo sufrir-
- Prometo no mirar. –Dijo, abriendo la puerta despacio- Dios, debes estar abrasándote… sale mucho humo de ahí dentro.
- Igual si me hubieses enseñado a usar tu ducha de ricos…
- Puedo hacerlo ahora. –Se ofreció, aunque no se atrevió a acercarse a la bañera sin su permiso-
- Castle… -Murmuró alargando el final, como hacía siempre que el escritor se pasaba un poco de la raya-
- Ya sé dónde tienes el tatuaje, no creo que pueda ver nada más interesante… -Kate no dijo nada- ¿Te enseño o no? –Preguntó dejando la ropa sobre el WC-
- Está bien. –Aceptó intentando no parecer desesperada-
Castle se acercó a la bañera y no pudo evitar quedarse inmóvil cuando la vio completamente tumbada, con la cabeza apoyada en el borde y el pelo goteando el suelo. Tenía las manos dentro del agua y las movía a los lados de sus caderas. Él cogió un peine y se arrodilló antes de empezar a pasárselo suavemente por el pelo. Kate no se movió ni un centímetro.
- ¿Quieres que te ponga un poco de agua fría?
- Quiero que te metas aquí conmigo. –Respondió echándose hacia delante para dejarle espacio-
No hizo falta que lo repitiera, ni que abriera los ojos y lo mirase fijamente o le sonriera con picardía. Cuando quiso darse cuenta tenía el pecho del escritor justo detrás y sus piernas luchaban por hacerse un hueco entre las de ella. Se echó hacia atrás y apoyó la cabeza en su clavícula. Castle la rodeó con los brazos.
- Sigo pensando que el agua está demasiado caliente.
