N/A Esta es mi historia numero cincuenta. Pero seria como la cincuenta y dos ya que borre algunas por ahí.

Disclaimer: Este fic participa del reto temático de junio "Canciones" del foro "Power Z"

Advertencia:Demashitaa PowerPuff Girls Z no me pertenece. Y la canción My Immortal le pertenece a Evanescence.


°o.O мч īммσятαłO.o°•

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Su mirada era perdida y sin compasión.

La de ella era una mirada asustada.

Los dos estaban ahí, un frente a otro. Ella temblando y él, bueno, ni siquiera le importaba lo que había a su alrededor, más bien veía a aquella chica junto a él, quien estaba que se desmayaba del terror. Le hubiera dado gracia si no fuera porque esa chica de alguna forma lo dejaba cayado con solo ver su mirada.

Él se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad mientras que la chica estaba todavía en el mismo lugar en shock. Hasta que se desmayo y cayo al puso duro y frío de aquella calle. Sin antes ver aquella cabellera pelirroja de aquella persona que desaparecía en las sombras.

O ―

Despertó mirando hacia todos lados conmocionada. Miro que estaba en una habitación de color crema, y un sillón se encontraba junto a ella. ¿Dónde se encontraba?

Las imágenes de las personas cayendo ha su alrededor la impacto de repente. Y gruesas lágrimas cayeron de sus ojos. Trato de levantarse pero sin darse cuenta había apretado un botón, que era algún tipo de alarma para avisar de que ella ya estaba despierta. Pero la chica ni siquiera se inmuto de eso, y trato de levantarse, lo que por algunas razón le era imposible. ¡Ni siquiera podía mover sus brazos! ¿Qué le pasaba? Una imagen de una cabellera pelirroja paso por su mente, y un temor inigualable la dejo más quieta de lo que ya estaba. Su mirada se perdió en lo profundo de sus pensamientos. Y se dio cuenta que a pesar de que tratara de moverse, o consiliaria el control en su cuerpo, no lo aria ya que algo la sostenía a la cama por medio de unas cintas de cuero bien apretadas en su cuerpo.

Una enfermera con un tapabocas blanco, y una aguja en mano, con quien sabe que cosa, entro por la puerta y se dirigió a ella. Y fue ahí cuando la chica cayo en la cuenta. ¡La habían metido en alguno de eso hospitales de locos! Pero ¿Qué hacia aquí? ¡Ella no había hecho nada! Fue el chico pelirrojo.

Intento decirle pero no pudo ni siquiera procesar una palabra por sus labios cuando sintió que la enfermera pinchaba la aguja en su brazo, y todo se volvió oscuro.

O ―

La mirada de él iba y venía de ese hospital al que la habían llevado. Su rostro más pálido de lo que normalmente lo traía estaba con una mueca parecida a una sonrisa al ver que aquellas dos personas entraban a visitar a la que al parecer era su hija. Esa chica que a él, por alguna razón, le había atraído a este hospital.

Y tenía bastante suerte la verdad. Si no fuera porque en cuanto salio corriendo sintió el golpe de esa chica al caer, y fuera nuevamente junto a ella para dejarle el cuchillo y la escopeta, todas ensangrentadas, y que gracias a Dios había usado guantes, sería a él, al que estuvieran buscando ahora. Pero por suerte, no fue.

Y ahora aquella pelirroja estaba en ese hospital psiquiatra, porque al parecer, era una niña muy buena. Lo opuesto de él. Y eso le sacaba una sonrisa.

Pero tenía que hacer algo con su cuerpo. Con su mente. Ya que por alguna razón esa chica lo atraía, y quería ver cómo estaba. Pero la única forma era escabullirse, o matar a todos. Y un principiante como él no raía esta última. Al menos, no hoy.

O ―

Estos días soñó con aquel chico. Sueños que le hacían llorar, y que en vez de en realidad ser sueños, eran pesadillas. Porque claro. Un sueño no te hace llorar ¿Verdad?

Ahí todos creían que estaba loca. Y la verdad no los culpaba, pero a la vez le enfurecía mucho que creyeran que estaba en un estado delicado cuando, según lo que ellos le decían y que sabía que no era verdad, ella había matado a todas esas personas.

En varias ocasiones lloró y lloró ante sus palabras en las que ella verdaderamente no estaba involucrada porque ella era la víctima. Solo una víctima...

Sus padres le habían venido a visitar, y la verdad ella intento todo lo posible por contarles a solas lo que se acordaba en el estado de shock, cuando sucedió todo esto. Pero, o se quedaba con un enfermero, o con ellos y un enfermero, y la verdad ella no quería eso. ¡Les quería decir a ellos solos! Ya que sino, nuevamente les dirían que estaba en un estado muy delicado, y que algo le había entrado en la mente y todas esas cosas que le ponían furiosas.

Y las lágrimas siempre estaban al final.

O ―

No se la podía quitar de la cabeza. Y creo que no funcionaba ir cada día a espiar al hospital ¡Ni siquiera es como si él la viera!

Solo se sentaba en la parte del techo de un edificio que estaba junto a el hospital, para luego ver como venían y entraban las personas. Pero él conservaba esa esperanza de que ella aparecería en cualquier momento saliendo por esas puertas.

Aunque no es como si él ya la hubiera visto. Y eso es lo que pasaba en su mente a cada momento, y quería verla. Él quería ver esa carita que lo había hecho escapar y meterla a ella en un gran aprieto. La suerte que él tenia era que nadie sospecharía de él. Ni siquiera es como si alguien en este lugar lo conociera. Solo la pelirroja es la que lo logro ver. Y por eso también la tenía que sacar ese lugar, aunque las descripciones de los dos eran muy similares. Es decir él era pelirrojo y de ojos rojos, y ella pelirroja y de ojos rosas. Tal vez los psiquiatras pensarían que ella se había visto en alguna cosa en su ataque de "locura".

Ja. Otro punto a su favor. ¿Pero porque él sentía esa compasión por la adolescente?

Esa pregunta era todo lo que le rondaba en la cabeza. Y quería averiguarla.

O ―

Otra vez se encontraba en ese cuarto oscuro que a ella le causaba temor y a la vez le enfermaba. ¡Y es que no lo soportaba más! Si antes no pensaba en matar a alguien ahora lo quería hacer, ¡Pero a los enfermeros!

¡Dios!

Trataban de quitarle aquella locura que ella no tenía. Que no poseía. Y que el único que la tenía era aquel pelirrojo, que era dueño de sus pensamientos día y noche. Porque sí, aquel psicópata estaba siempre en sus pensamientos. Pero no eran pensamientos malos, eran pensamientos muy... raros.

Se preguntaba si se estaba volviendo realmente loca. Porque la verdad, ni ella sabía porque aquel chico estaba en sus pensamientos, tal vez lo que dicen de los hospitales sea verdad: Son una mierda.

En vez de estar mejor esta peor. Y no solo eso, sino que ahora sus pesadillas son más extrañas que nunca. Ahora ella es la que mataba a toda esa gente en el supermercado. Pero lo más raro era que lo disfrutaba. Era como sí... aquel chico le hubiera quitado todo de ella. Y la hubiera remplazado por una más extraña, y enferma.

Y parecía ser peor que nunca. Ahora siempre poseía ojeras, en la piel que antes era suave. Sus cabellos estaban desordenados, y ni que hablar de sus ropas siempre blancas. ¡Se estaba volviendo loca! O ¡Ya estaba loca!

No lo entendía. No lo comprendía. ¡Nada!

Pero lo más extraño es que a pesar de todo lo malo que le estaba pasando, ella seguía pensando en aquel chico. Y soñaba con él. Cualesquier tipo de sueño.

Y es que él, la hacía sentir mejor.

O ―

Se infiltro en el hospital en un ataque de locura. Bueno ya estaba loco así que pues...

La quería ver. No lo soportaba más. Ya habían pasado semanas, tal vez meses. Pero esa chiquilla no abandonaba sus pensamientos.

Y eso por alguna razón no lo soportaba. Pero le hacía sentir mejor. Es como si se hubiera hecho independiente de ella...

Y por eso, se la llevaría aunque le cueste la libertad.

Porque aquella chiquilla tenía algo, que le sacaba todo a él.

O ―

Las enfermeras le dijeron que tenía visitas. Al parecer un hermano. Ni siquiera le importaba y sabía que no tenía uno, pero de todas formas no dijo nada. Y espero.

Y espero.

Hasta que las puertas se abrieron y aquella cabellera pelirroja la dejo en shock.

Porque aquel chico era... el loco en el que ella había estado pensando por meses.

Y sus ojos... ¿Por qué la miraban tan intensamente?

Eran tan... rojos. Tan penetrantes, que una parte de ella parecía haber reaccionado de alguna forma ante ellos.

Y se sentía bien.

Aunque todavía seguía en shock.

O ―

Y ahí estaba, la dueña de sus pensamientos.

En cuanto entro a su habitación no dudo en ver que ella lo veía muy quieta, y no pudo evitar notar que estaba en un mal estado. Ni que hablar de sus ojera.

Pero de todas formas seguía igual. Hermosa como la primera vez que la vio. Bueno, como la única vez que la vio.

Y ella parecía conocerlo. Bueno, él sabía que lo reconocería. Después de todo era solo cuestión de tiempo

para que ella se diera cuenta.

Y además ¡Había puesto la escusa de ser su hermano! Y le creyeron por ser igualito a ella.

Casi (CASI) se había derrumbado cuando ella ni siquiera se abalanzo sobre él, o grito. Ni siquiera se había movido de su lugar junto a la cama.

Y fue ahí cuando paso, ella lo estaba abrazando. ¿Y llorando? Sí, y decía él que era el loco.

¿Qué le habían hecho mientras ella estuvo aquí?

O ―

Algo en ella había reaccionado ante su presencia, porque de repente ni siquiera le estaba prestando atención a que el verdadero loco estuviera junto a ella en este momento. Solo se había abalanzado sobre él y lo había abrazado mientras lloraba, pero lo más raro era que de felicidad.

De felicidad porque al fin él había venido por ella aunque ni siquiera lo conociera.

De felicidad porque se sentía bien junto a él.

De felicidad porque sabía que él tenía...

Y sí, tal vez estuviera loca al dejarlo noquear a todos a su alrededor mientras ambos sonreían.

Tal vez en realidad siempre lo estuvo en sus dieciséis años de vida.

Tal vez solo lo necesitaba a él y nadie más.

Y sintió como él estuvo pensando en ella tanto como ella en él.

Tal vez ella lo hubiera visto solo una vez, y no en muy buenas circunstancias, pero mientras escapaban de aquel lugar, con su mano sobre la de ella, lo único que pasaba por su mente era que él...

...Tenía todo de ella.

Y también supo que ella tenia todo de él.

°°°FIN°°°

Y una mierda yo y mis locuras.

Ni siquiera sé de dónde saque esta idea que logre escribir en una hora. Pero la verdad... creo que soy más rara de lo que pensaba.

Uff la vida es así. ¡Espero les aya gustado este intento de song-fic!

Hasta La Próxima.