Maldita obsesión.
Rose Weasley se encontraba sentada cerca del lago donde habitaba el Calamar gigante, a su lado estaba Scorpius Malfoy, el chico que le había robado el corazón, su novio. Aunque resulte extraño, ¿Un Malfoy y una Weasley juntos? Había tardado mucho tiempo para que la sociedad los acepte como pareja y todavía faltaba un poco más para Que Ron quisiera que el pequeño hurón este con su nena.
Lejos de ahí, tras un árbol una pelirroja lloraba, por bronca y dolor, se sentía humillada, lo ultimo que le faltaba para que le saque era a el amor de su vida, su amor platónico, y ya lo había conseguido, ahora su rubio de ojos claros era el novio de ella.
La odiaba pero al mismo tiempo la quería, era su prima, casi su hermana, se habían criado juntas, pero siempre le robaba todo lo que era suyo. Ella era la princesita Potter la última de la familia, la que tendría que tener toda la atención pero así no era la cosa.
Rose era la reina Weasley, la ultima chica que había nacido con ese apellido , con su pelo naranja y sus pecas, era una chica linda, con cara de muñeca, muy perfecta, y ni hablar de esos ojos azules que tenia, herencia de su papa.
Su inteligencia hacia que los mayores pongan su atención en ella, y ni hablar cuando se montaba en su escoba y se ponía a jugar quidditch con sus primos y sus hermanos. Era perfecta no fallaba nunca en nada, siempre la ayudaba a cocinar a la nana Molly, Le traía artefactos muggles a el abuelo Arthur, podía hablar horas y horas con su mama del ultimo partido de las Arpías de Holyhead, o cuando se la pasaba con Albus y James jugando con snaps explosivos, se llevaba bien con todos y siempre tenia la atención, y eso era algo que Lily no soportaba, lo malo de este asunto es que a ella le salía ser así, era su forma de ser, tenia como un don que cautivaba a todos. Porque Lily podía ser pelirroja de ojos verdes, ser hija del Niño que sobrevivió, ser la Princesita Potter, pero Rose era la pequeña reina Weasley, y aunque no quería admitirlo en el fondo la admiraba. Porque rose era todo lo que Lily alguna vez soñó ser.
