Superhéroe

Desde la ventana de una habitación, un hombre normal ve como la lluvia cae en la ciudad, dicen que el agua purifica, piensa, ojala fuera verdad

Misión 1: Todos quieren a un Superhéroe

"Ring Ring, Ring Ring" ese sonido acabo con su apacible calma, otra vez, ¿no podía tener una sola noche sin que lo molesten acaso?, que entiendan, tal vez el, sea él, pero sigue siendo un humano con necesidades naturales como lo es el dormir, pero bueno, el era quien había elegido esa vida por su propia cuenta, nadie lo había obligado, ahora tenía que cumplir con su responsabilidad como…jm…esa palabra con la que era conocido era tan absurda. Pero bueno, hora de trabajar después de todo, así que mejor no se quejaba y asumía su responsabilidad como el superhéroe de Konoha

-¿te vas?-pregunto una mujer entre las cobijas de la cama de la que el rubio se había levantado, la chica lo miraba algo desconcertada y molesta, tenía una larga cabellera rubia como la de él, unos brillantes ojos de un azul claro que fácilmente hipnotizarían a cualquiera, el chico la volteo a mirar serio mientras se vestía

-olvide que tenía algo que hacer hoy, lo siento-respondió sin darle más importancia al asunto y luego de tomar todas sus cosas se alejo de la cama con dirección a la puerta

-¿te volveré a ver?-cuestiono la chica entre animada y triste por estar muy segura de cuál sería la respuesta

-eso no puede ser Ino, tú lo sabes, disfrute lo de esta noche, adiós-sin más, el chico salió de la habitación y luego del departamento de la rubia que seguía en la cama inmóvil hasta que se aparto la melena del rostro y se recostó nuevamente en la cama

-Maldito Kiuby-exclamo ella con desprecio y luego cerró los ojos algo entristecida. Mientras, el chico caminaba por el pasillo del edificio en busca del elevador para salir de ahí rápido, con suerte, una pareja acababa de subir y el entro en ese elevador para bajar, para su fortuna resultaba que él era el único en ese elevador, así era mejor, odiaba las miradas indiscretas de miedo y desprecio que la gente de esa clase de lugares le dirigía, respiro hondo y luego tomo su celular para releer el mensaje que había terminado con su calma, lo tomo y con suma calma leyó el texto

"Te tengo un trabajito pequeño,

ven al puente en cuanto puedas, ya sabes cual,

te interesara, estoy seguro,

Jiraiya"

Un trabajo, algo que le interesaría, ¿Por qué estaba tan seguro?, el no disfrutaba mucho el trabajar, despejo su mente y coloco unos audífonos en sus oídos, se cubrió la cabeza con el gorro de su chaqueta y se relajo por unos minutos antes de que el elevador llegara hasta el primer piso, salió y se apresuro al estacionamiento donde un flamante auto de color negro lo esperaba, el chico subió en su Lamborghini y lo puso en marcha para ir a encontrar a su abuelo, mientras conducía su mente le recordó aquel hecho que lo convirtiera en lo que era en ese momento, la noche en que quedo solo, la noche en que cumplía 8 años. El recordaba que su padre había pasado ese día con él, eran muy difíciles para ellos dos conseguir momentos como ese, ya que su padre siempre estaba en la comisaria, bueno, ese es el precio de ser el Sargento en jefe de la jefatura de policías de Konoha. En la noche su madre había preparado un delicioso ramen solo para él, era su comida favorita, y su regalo, como si el amor de sus padres en ese día no fuera suficiente, había sido un collar de un hilo grueso y de color negro que atravesaba una pequeña piedra de color verde, una verdadera reliquia, su vida tan perfecta, pero eso había sido hace ya varios años, ahora estaba solo, a excepción de su abuelo Jiraiya no tenía a nadie con él.

Despejo su mente al ver que aquel punto de reunión estaba ya frente a él, avanzó mas y se detuvo frente a este alumbrando con la luz de su auto a un hombre de avanzada edad de rebelde cabello blanco, junto a este otro hombre con un traje de color gris que estaba de espaldas a el, el chico rio para sus adentros y apago las luces del vehículo y el motor de este antes de bajar, se acerco a los hombres y ya junto a estos pregunto

-¿y bien?, ¿para qué me quieren aquí?

-no es obvio, este pobre hombre necesita de tus servicios

-ya lo sé, lo que pregunto es que es lo que quieren que haga idiota

-¡no me hables de esa irrespetuosa manera, que no te enseñaron a respetar a tus mayores!

-¡tú me educaste, así que es tu maldita culpa!

-¡modera tu lenguaje cuando me hables a mí!

-¡modera tu lenguaje cuando hables con migo!-lo arremedo con tono burlón

-¡no me arremedes maldito chiquillo irrespetuoso!

-¡deja de decirme chiquillo ya cumplí 23!

-¡pueden callarse los dos de una vez!-grito el hombre de traje aun de espaldas

-no tiene que ser tan rudo, y deje de darme la espalda, logre distinguir que se trataba de usted cuando llegue-le dijo el rubio algo molesto-y bien, cual es el motivo por el cual un prestigioso hombre de negocios dueño de gran parte de los negocios de la ciudad quiere mi ayuda

-se trata de mi hija, fue raptada esta tarde cuando venía de regreso de la universidad a casa, mataron a los hombres que irían por ella y ella desapareció, no hemos tenido ninguna llamada por parte de los captores, por lo que no tenemos ninguna pista de donde pueda estar, por favor, le pido que encuentre a mi hija

-hare lo que pueda, no puedo prometerle que la encontrare pues no tengo ninguna pista y no se por donde comenzar

-y hablando mas en términos de negocios, ¿de cuánto será la recompensa?-cuestión Jiraiya

-¡siempre solo piensas en el dinero viejo depravado!

-¡ya te he dicho que me tengas respeto!, como pudo mi hijo darme un nieto tan desgraciado

-¡HOOO…maldito viejo hijo de…!

-por favor, guarden la compostura quieren –los tranquilizo aquel hombre-sí , estoy consciente del riesgo que corre su nieto con esto, y estoy dispuesto a pagar porque mi hija sea devuelta sana y salva

-bien, eso si me agrada escuchar

-viejo, tu nunca llegaras a cambiar-se dijo el rubio resignado-bueno, si así será, de cuanto es la recompensa

-digamos la suma de 50 mil dólares

-¡¿Qué?...-exclamaron al unisonó nieto y abuelo

-es poco, sí, creo que tienen razón, serán entonces 200, les daré 100 ahora y el resto cuando mi hija este conmigo

-Ok…-fue lo único que Jiraiya logro decir mientras pensaba en cómo gastar ese dinero.

Mientras el rubio subió a su vehículo y se dirigió a encontrar a la chica, y Jiraiya, como siempre, se ocuparía del dinero, el muchacho pensaba, ¿Dónde podría estar aquella chica?, era bastante difícil, ¿tendría acaso que buscarla por cada calle de esa inmensa ciudad, maldición, se puso a pensar en aquella ciudad que su padre trato de limpiar y volver segura hasta el grado de entregar su vida, con la idea, el sueño de que algún día esa ciudad será envidiada por su seguridad. El por otro lado, era consciente de que esa ciudad, era gobernada por vándalos, prostitutas, drogadictos, mafiosos y demás personalidades sin valores, bueno, el no era la persona más indicada para impartirle moral a la gente, gente, jm…el chico con tantas aventura que había vivido en los últimos años se había convencido de que la demás gente siempre ha tenido algo en común, que todos siempre buscan encontrar a un superhéroe, siempre han querido alguien que resuelva lo que ellos no pueden, el sabia que toda la gente prefería poner en manos de otros las cosas que son responsabilidad de cada quien, siempre buscan personas en las que apoyarse, o mejor dicho, gente de la que puedan aprovecharse, el había tomado un camino my difícil en su vida, seguiría aquella enseñanza que le lego su padre de acabar con las injusticias de ese mundo, pero más que por justicia por venganza, algún día se encontraría con él, y arreglarían sus cuentas pendientes, pero por ahora, lo importante era el encontrar a la chica.

El joven detuvo el auto a una especie de bar, algún lugar donde gente lujuriosa y perversa podría reunirse. Miro nuevamente la foto sintiendo una presión en el pecho, era una bella joven, más o menos de su edad, sería algo complicado encontrarla, ¿por que la habían raptado era una de sus dudas?, seguramente se trataría de un secuestro, si ese era el caso, o cualquiera que fuera el caso, existía un lugar que podría disipar parte de sus dudas y darle algún indicio del paradero de la chica, y ese lugar lo tenía frente a él, guardo la fotografía en su bolcillo trasero y camino hacia la entrada de dicho establecimiento, bueno, que empiece lo bueno…

Continuara…