¿Dragon Ball es un placer pecaminoso? Muchos lo acusan de sacrílego, pervertidor de mentes, y hasta satánico (y no me refiero precisamente a Mister Satán ;) Aquí les presentaré siete historias diferentes que le prueban a los que dicen esas cosas que están totalmente en lo correcto.
Espero les gusten, son pequeñísimas historias, independientes entre sí. Aquí está la primera. Espero que la disfruten.
Los personajes son Dragon Ball © Akira Toriyama / Bird Studio / Shueisha Inc. / Toei Animation / Fuji Tv
Los Siete Pecados Capitales
ENVIDIA
Pan y Bra, descendientes de las más poderosas familias de guerreros del Universo. En sus venas corría la sangre de una raza casi extinta, en sus manos la responsabilidad de mostrar respeto y honor a esa herencia. Habían sido amigas desde muy pequeñas, como Goten y Trunks se criaron prácticamente juntas. Pero las mujeres son distintas de los hombres y cuando las jovencitas llegaron a la adolescencia simplemente se distanciaron, no había un conflicto explícito como el del abuelo de una y el padre de otra. No había ni siquiera un roce de ideas como el de las matriarcas de la familia. Sencillamente las diferencias fueron creando en ellas perspicacias, dejaron de frecuentarse, los grupos de amigos cambiaron y el único contacto que tenían además de las reuniones de las dos familias se daba en la secundaria a la que asistían.
La Orange Star High School, aquella prestigiosa escuela a la que Gohan había asistido, una de las mejores de la región. Una pequeña sociedad dentro de la sociedad. Donde cada individuo es etiquetado y encasillado según su personalidad, estilo de vida y amistades. Esa circunstancia fue la que sutilmente y sin que se dieran cuenta las separó. Mientras Bra era vista como la más joven de una extraña, inaccesible, excéntrica y hermética familia de la que era mejor estar alejados, la imagen de Pan consistía en la nieta del gran campeón de las Artes Marciales, por sus venas corría la sangre del gran Mister Satán, salvador de la Tierra y objeto de adoración de millones.
Era como si de alguna manera se ponían de acuerdo para tener todas sus clases separadas, habían logrado mantenerse una fuera de la vista de otra en todas excepto en la de Deportes, las calificaciones de Pan en matemáticas bajaron su promedio por lo que no le asignaron la clase que quería, dándole una que debía compartir con se ex amiga.
Ese parecía ser un día como cualquier otro para Bra, llegó a la escuela en limusina –aun le quedaban un par de meses para obtener su permiso de conducir de aprendiz- bajó del auto y se encontró con las típicas miradas de desprecio, aquellos niños ricos parecían odiarla solo porque su familia tenía un capital mucho mayor al de las de ellos. Suspiró, caminó hacia su casillero, a unos metros de ella la vio, su némesis, tan despreocupada, nunca se dignaba a devolverle una mirada de odio, estaba ocupada recibiendo los cumplidos y halagos de todos.
Observó su horario, primero tenía Literatura y luego la temida clase de Deportes. Al sonar el timbre de finalización de las primeras clases, Bra se dirigió rápidamente al vestuario de gimnasio, sus pocos amigos estaban en otras clases así que en esa lección se sentía particularmente sola. Además siempre quería mostrar sus avanzadas habilidades producto de su genética saiyajin pero sus compañeros estaban tan ocupados besando el trasero de Pan que raramente se daban cuenta.
Entró al vestuario, no conversó con ninguna de las otras chicas, se limitó a ponerse su uniforme y salió rápidamente. Al llegar al gimnasio la profesora la felicitó por su puntualidad, le dijo que la mayoría de sus compañeras tardaban mucho arreglándose y conversando, lo que las hacía llegar tarde. Bra solo sonrió por el cumplido, si la profesora fuera un poco más observadora se daría cuenta de que la razón de su aparente puntualidad es que no tenía motivos para retrazarse, nadie quería conversar con la chica rara del grupo.
Minutos más tarde apareció la reina y sus descerebradas, así llamaba Bra a Pan y su séquito, ella, una princesa saiyajin, es la que debería ser adorada por todos, no esa nieta del soldado de baja clase, ¡Si supieran sus estúpidos compañeros quien era ella en realidad y quien era la tonta a la que seguían! En fin, Pan y sus descerebradas fueron las últimas en aparecerse en clase, pero no fueron regañadas por eso, al contrario, una vez que estuvieron ahí la profesora dio por comenzada la lección.
-Bien jovencitos, hoy les tengo una sorpresa especial, como han aumentado los asaltos cerca de la escuela, nos ha parecido que lo más recomendable es darles unas cuantas lecciones de defensa personal para que estén preparados –explicaba la profesora, mientras los estudiantes asentían, algunos con interés otros conversaban en susurros, otros simplemente le ignoraban- Pues bien, sin más que agregar les presento a su instructor, él es el hermano del profesor Hitaru de Algebra –todos miraron al recién llegado, un joven con apariencia de estudiante universitario, con ningún parecido al profesor de Algebra-
-Hola muchachos, soy Seizo Hitaru y les enseñaré algunas técnicas básicas que les pueden servir si son atacados por alguna persona que quiere dañarlos –Todas las jovencitas concentraron la mirada en él, un moreno de un cuerpo espectacular, una sonrisa impecable y una simpatía que le desbordaba- Comencemos, lo primero que deben saber es que todos tienen potencial para las Artes Marciales, solo deben conocer el cuerpo humano, saber sus debilidades y atacarlas en el momento justo –comenzó el instructor con la explicación-
-Yo quisiera que me enseñe su cuerpo humano –suspiró libidinosa una jovencita junto a Bra. Ella observó bien y se dio cuenta de que la chica tenía razón, el profesor estaba guapísimo, lo veía moverse en cámara lenta, no podía escuchar lo que decía, solo veía sus movimientos compasados, él seguía con sus explicaciones, ella perdida, creando fantasías en su mente. El oír el nombre de su rival la volvió a la realidad-
-Pan es la indicada para eso –afirmó sonriente la profesora- Ven, acércate niña –Pan se levantó de su asiento y fue al frente de la clase. Bra la miró con odio, seguramente iría a presumir sus habilidades de nuevo-
-Bien Pan, creo que serás una buena rival. Casi me asusta enfrentar a la nieta del campeón Mister Satán –el joven parecía caer en su hechizo, sus ojos cafés buscaron los azabache de ella-
-No te preocupes, seré piadosa contigo –la joven saiya sonrió, se puso en posición de defensa. Hitaru se acercó a ella, le aplicó una llave de rendición, la jovencita resistió por unos momentos y después se dejó vencer, no podía dejar en ridículo al instructor, a otro instructor talvez pera a ese definitivamente no-
-Muy bien Pan, te felicito, haz resistido mucho antes de caer –al joven le brillaban los ojos, para un hombre que entrena Artes Marciales encontrar a una mujer tan fuerte es un éxtasis. El ki de Bra se incrementó sin desearlo, Pan volteó a verla buscando el motivo de su molestia, nunca entendía que pasaba por la cabeza de esa chica-
-¿Que tal si lo intentamos de nuevo? –sugirió Pan al instructor, era necesario que diera una demostración más clara de su poder. El nombre de su abuelo estaba en juego. El maestro aceptó y en un rápido movimiento ella lo llevó al suelo, desarmándolo al sentarse sobre él. Hitaru sudaba recordando que era una menor de edad y los compañeros vitoreaban a la joven alabando sus habilidades. Bra estaba a punto de estallar-
-Creo que mejor me rindo, antes de que me aplastes –Sonrió acongojado el joven maestro- Mejor intentemos algo nuevo, vamos a dejar que alguno de ustedes ponga en práctica lo aprendido con su compañera como rival. Veamos… –comenzó a observar a los demás estudiantes, todas las jovencitas le rogaban con los ojos que las escogiera para estar cerca de él, y los muchachos también para estar tan cerca de Pan- Si, ven tu, la muchacha del pelo azul y la mirada fiera –señaló a Bra que se levantó sorprendida y sin saber en que momento caminó hasta el frente de la clase-
-¿Cuál es tu nombre? –preguntó el instructor-
-Bra Briefs –respondió con molestia, odiaba que le recordaran su "mirada fiera"-
-Ok, Bra Briefs, quiero que practiques las llaves de rendición que mostramos hace un momento –le pidió sin imaginar las consecuencias de lo que había hecho-
-No te preocupes Bra, mi abuelito siempre me enseñó que nunca debo lastimar a los que son más débiles que yo –la muchacha le dijo sin aparente mala intención, sus compañeros la animaron por el comentario. Bra sabía que se refería a su abuelo Goku y no a Satán como creían los demás-
-¿Quién es débil? ¡Te demostraré lo que la hija de Vegeta puede hacer! –furiosa se abalanzó sobre ella, era la oportunidad de su vida, le cobraría todas las humillaciones que le había hecho pasar-
Comenzó con torpes patadas y puñetazos que eran esquivados con suma facilidad, Pan se preocupó un poco de que la furia de Bra delatara sus verdaderos poderes que siempre ocultaba religiosamente, nunca intentó mostrar una fuerza sobrehumana para no asustar a sus compañeros. La otra seguía en su irracional ataque, los maestros veían con terror como se desarrollaba la pelea. Bra no sabía pelear, era más fuerte de lo normal pero no poseía una pizca de técnica. Pan se limitaba a esquivar sus golpes, esperando que se calmara. Sin embargo, Bra en uno de sus arrebatos logró conectar un puñetazo directo a la cara de su oponente.
-Jajaja, la pequeña nieta del tercera clase no es tan invencible. ¿Qué diría el gran Goku si te viera ahora? Definitivamente el linaje marca la diferencia –Se burló Bra, sin tener idea de lo que en realidad pasaba-
Un hilito de sangre se deslizó por el labio de Pan. Los espectadores enmudecieron, los maestros se sentían incapaces de intervenir. Pan pasó su mano por su boca, observó su propia sangre y la furia se apoderó de ella. Cerró los puños fuertemente ¿Quién se creía esa novata para tratarla de esa manera? El saiyajin dentro de ella le pedía venganza por la afrenta recibida. Bra se reía por haber logrado dañarla, entonces Pan decidió atacarla sin contemplaciones, la joven Briefs apenas podía esquivar algunos golpes, la mayoría la impactaban sin que pudiera hacer nada para evitarlo.
-No mereces llamarte hija del príncipe saiyajin. Eres solo basura –susurró al oído de la que fue su amiga, justo antes de darle un golpe final que la llevó a la inconciencia-
La batalla había concluido, los estudiantes gritaban apoyando a Pan, los maestros corrieron a atender a la muchacha desmayada, llena de pequeños cortes y moretones. La llevaron a la enfermería. Pan la observó en la camilla ¿Qué había hecho? ¿Por qué no se había controlado? Esa que iba ahí fue su mejor amiga, jugaron juntas, crecieron juntas. Se había dejado llevar, nunca la odió, ella era la que siempre insistía en su absurda rivalidad. Cometió el error de provocarla y su sangre saiyajin bloqueó su sentido común. Pensó en su abuelito, estaría muy decepcionado de ella. Corrió a la enfermería sin escuchar a sus tontos compañeros que solo querían festejar su victoria.
Cuando llegó la vio, inconciente aún, pero según la enfermera, estaba fuera de cualquier peligro, le dijo que en unos momentos llegarían sus padres para llevarla a casa. Salió de ahí rápidamente conteniendo las lágrimas, no podría darle la cara a Bulma y a Vegeta, eran como parte de la familia y de seguro le harían mil reproches.
Bra despertó en su cama unas horas después, comenzó a llorar desesperadamente, sabía que había perdido, que había sido humillada una vez más y todo por culpa de esa estúpida nieta de un clase baja. Es cierto, no merecía ser la hija de su padre, él nunca habría sido vencido tan deshonrosamente. Se sentía basura, ¿Por qué todos querían a Pan? ¿Que tenía de especial? Se sentía más bonita, más inteligente, más educada y sin embargo todos preferían a la tonta sin gracia que solo sabía dar patadas.
Dentro del círculo de amigos de su familia siempre escuchaba los comentarios de todos diciendo que Pan era una digna heredera de Goku, que había sacado su constancia y habilidad para entrenar fuertemente. En la escuela escuchaba lo grandiosa que era Pan, el centro de atención, la popularidad en persona. Incluso su hermano en una ocasión comentó con orgullo que Pan era el ejemplo que las mujeres saiyajin podrían seguir en el futuro. Y para terminar tenía un vago recuerdo de su infancia, en el torneo de Artes Marciales mientras Pan luchaba con un grandulón, ella buscó a su padre con la mirada para saludarlo, pero él estaba observando impresionado las habilidades de la pequeñita, sus ojos brillaban como visualizando a la próxima generación de guerreros saiyajin en aquella nieta de su rival.
Siguió llorando por lo que le pareció horas, escuchó a alguien aterrizando en su balcón. Alzó la mirada y era su padre. No quería darle la cara, pero eso a él no le importó, entró a la habitación, la observó con fastidio, detestaba verla llorar por lo que él consideraba tonterías. Antes de que ella comenzara con una explicación, él le habló.
-Eres una estúpida si no sabes escoger un rival antes de una batalla. Pan ha entrenado toda su vida, es una guerrera saiyajin, tu no eres más que una niña indefensa que tiene el honor de llevar mi sangre y no lo aprovecha. Si alguna vez piensas enfrentarla de nuevo, será mejor que estés completamente preparada para derrotarla -Sin darle tiempo de responder, Vegeta salió de la habitación, había sido duro con su hija pero era necesario, no se perdonaría que sus más grandes defectos se vieran reflejados en ella. Pero además no sabía como decirle, como hacerle entender que esa actitud lo hundió a él mismo en un abismo del que le había costado años salir. Esperaba que hubiera entendido bien lo que quiso decirle-
Bra siguió llorando su desgracia, ahora su padre también se avergonzaba de ella, no se sentía digna de su casta, en cambio Pan era la guerrera perfecta, el orgullo de todos. No lo admitiría nunca en voz alta, pero ¡Cuando deseaba ser como ella!
FIN
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¿Qué tal? Solo me queda agregar que ciertamente Pan es uno de los personajes que más me molestan –generalmente estoy cerca de odiarla- pero quise darle al fic un enfoque diferente, pues si fuera ella la que envidiara a Bra sería un tema muy trillado, espero que les haya gustado este estilo de la historia.
Déjenme sus reviews por favor, estoy ansiosa por saber que les parecerá este pequeño experimento.
Nos leemos en el próximo pecado.
Besos de su amiga melikav.
