Rurouni Kenshin Pertenece a Nobuhiro Watsuki y La historia presenta a Mirialia Paolini (o sea yo por pseudonimo)
algunas cosas estan cambianda de mi historia original del rincon romantico como los nombres y las situaciones, Kaori es el unico personaje que me pertenece asi como los que vayan apareciendo como hadas y algunos otros nombres
Espero que les guste esta historia
LA PRINCESA Y EL HIGHLANDER
PROLOGO
Septiembre
Año 847 d. C.
Las batallas eran acaloradas, no había más que los sonidos de espadas chocando contra escudos, desgarradores gritos de dolor e ira y guerreros agonizantes por heridas mortales. Los golpes por las espadas no paraban en esta guerra que tendría un fin trágico
En medio de esta batalla, los clanes más poderosos de las highlands se enfrentaban; los Kamiya y los Himura que tenían enemistad desde hacia 2 siglos.
Estos 2 clanes peleaban desde hacia 200 años por una muerte accidental en un matrimonio entre ellos. Pensando que fue provocada por la joven esposa, que aun contando lo que paso, nadie del clan Kamiya la creyó y murió en la vergüenza del clan de su marido.
Este hecho había pasado al olvido, desde entonces solo los 2 clanes sabían que tenían que pelear para revindicar a su compañero que muriera a manos de los Himura.
En la noche se oían cascos de un caballo negro como el azabache corriendo montado por un hombre con el cabello negro azulado, corría como si se le fuera la vida en ello. Combatiendo una y otra vez con su espada a los guerreros de los Kamiya.
Kenshin no dejaría que se acercaran a su amada cautiva en el fuerte de su clan en las tierras altas.
-¡Malditos engendros váyanse de estas tierras!- gritaba Kenshin al cortar cabezas de los guerreros que se aproximaban a el a toda velocidad en sus caballos sin el suficiente tiempo para detener los feroces ataques del highlander
-¡Kenshin!- grito uno de sus hombres cuando el laird termino con él ultimo Kamiya
-¿Qué sucede?- respondió gélidamente –Oh ya sé no me digas, ha tratado de escapar otra vez-
-Así es- contesto el hombre al llegar a su lado - Es muy lista casi no la encontramos esta vez, pero uno de nuestros hombres intento propasarse con ella, lo bueno es que la defendimos a tiempo por que grito. Ahora ella quiere verte para que la consueles o la regañes Kenshin-
-Ya voy, quiero ver a mi no tan pequeña fierecilla, no debe saber aun que estoy enamorado de ella-
-Hermano ¿Cuanto tiempo piensas ocultarlo?, ella también parece estar enamorada de ti-
-Lo sé, Sanosuke es muy posible que me corresponda pero ella es un enemigo, pero la amo más a que a nada y aun no quiero forzarla a nada que ella no desee - contesto con mirada de tristeza el joven laird
Después de la conversación Kenshin y Sanosuke se dirigieron a la fortaleza Himura donde les esperaba la no tan pequeña fierecilla de Kenshin, la joven y hermosa "Princesa Zafiro" como la llamaban por sus extraños ojos color azul zafiro, con un cabello negro y una tez blanca. Su vestido aun un poco grande le sentaba muy bien. Y Kenshin había decidido hacerla su esposa a como diera lugar.
Mientras la fierecilla aun estaba en su habitación decorada en colores dorados con una cama con dosel, y una colcha improvisada de piel de venado y zorro y grandes almohadones.
La princesa Zafiro paseaba de un lado a otro recordando como había sido llevada ahí a los brazos del hombre mas devastadoramente seductor que hubiera visto en su vida, también recordaba que estaba prometida a otro hombre que era demasiado torpe y falto de modales, desgarbado, un miembro del clan Yukishiro. El futuro esposo de la princesa, era Enishi Yukishiro el segundo hijo de su laird pero ella no quería casarse con él. Había cometido el pecado más grande, al enamorarse del laird enemigo.
La noche previa a la entrega de su mano a Enishi, ella dormía apaciblemente en su tienda dentro campamento de su padre para que la entregaran a los Yukishiro al mañana siguiente, esa misma noche oyó ruidos que provenían fuera de su tienda, aunque se oían como pasos pensó que serian los hombres de su padre y volvió dormir. Hasta que sintió un cuchillo frió como el hielo en su garganta y una voz sedosa que decía:
-No te muevas o te mueres- dijo la voz de un hombre, sexy, atrayente. Que encendía en ella algo que jamás había sentido en su interior.
El secuestrador le golpeo en el cuello dejándola caer desmayada en sus fuertes brazos que le rodearon en la cintura alzándola en hombros, sintiendo la suavidad de su piel en contra de sus callosas manos. Sentía el verdadero paraíso en su ser.
-Tu serás mi esposa Kaori Kamiya- dijo su secuestrador cuando ella cayo en sus brazos, fue lo ultimo que escucho antes de desmayarse.
Cuando despertó estaba en la cámara dorada en la fortaleza de Kenshin, miro a su alrededor y vio dormido a un hombre con un plaid que no lograba identificar, tenia cabello largo rojo hasta abajo de la cintura atado en una soberbia cola baja, tez blanca, pectorales poderosos, bíceps marcados, con una cicatriz en forma de cruz y en el brazo izquierdo tenia un tatuaje de un sol, una luna creciente y una estrella.
El hombre era atractivo como nadie es mas atractivo y tal vez sea mas un caballero que ese estupido de Enishi pensó con orgullo pues el sujeto en cuestión tenia rostro de un ángel vengador que la había salvado de un destino funesto.
Kaori concreto que el era su cuidador, pues solo de despertar, un paño frío cayo de su rostro al regazo. El hombre dormía apaciblemente y la princesa Zafiro, observando su plaid se dio cuenta con horror de que era un enemigo.
-¡Que diablos hago aquí!- grito dándose cuenta de que estaba atada a la cama, de la pierna izquierda.
-Que hago en el castillo Himura, oh Amaterasu ayúdame no quiero que me hagan daño-
El hombre despertó ante el escándalo encontrando su oscura mirada con la azul zafiro de Kaori, quien se quedo petrificada ante la oscura mirada del guardián. Atractivo, fiero y sexy como ninguno solo, se estiro dejando ver su esplendido cuerpo para la princesa. Quien sintió sonrojarse hasta las raíces del cabello.
El hombre era magnificencia en todo el sentido de la palabra; cada músculo, cada parte de su cuerpo era cautivadora a la vista, parecía inocente pero a la vez peligroso como un ángel de cabellos rojos con la mirada mas profunda ambarina que parecía no distinguir emociones en su mirar.
Kenshin al ver a la pequeña fierecilla se aproximo a ella como un león cazando a su presa, silencioso, sensual, emanaba masculinidad de cada poro que tenia su esplendida piel.
Aun enamorado de la mirada azul zafiro desde la primera vez que la vio en batalla, se acerco para hablar:
-Bienvenida a mi fortaleza Kaori Kamiya, espero que no te sea incomodo, estar en mi fortaleza, pues pasaras aquí un buen tiempo-
-¿Quién es usted señor?- pregunto pretendiendo ignorancia, pero sabia que él era el laird del que se había enamorado pero no podía estar junto a el.
-Soy Kenshin Himura y tu captor mi pequeña princesa Zafiro-
-¿Que va a hacer conmigo? Le recuerdo que mi padre tratara de recuperarme y si estar aquí es mejor que estar en manos de los Yukishiro, se lo agradeceré mucho.
-Pues tal vez sea mejor, princesa Zafiro. Aquí estarás bien, bueno debo irme pues otros asuntos requieren mis atenciones- dijo sentándose en la cama, sin querer deja su aroma masculino en las fosas nasales de Kaori, que se embriagaba con él, enamorada de su enemigo mortal.
Al levantarse al mismo tiempo que él, la fierecilla tropezó y antes de caer; otra vez se encontraba en los fuertes brazos del Laird quien la aproximo a su poderoso torso bajando su cabeza hacia ella, apoderándose de su boca con una ferocidad que hizo las rodillas de Kaori empezaran a temblar como gelatina a medio cuajar.
Era apasionado pero ceso el beso, Kenshin sabia que no podía dejar que su fierecilla se diera cuenta de que estaba enamorado de ella.
Al terminar el beso, dejo a una sonrosada princesa que estaba con los ojos como platos y sin aire.
El laird dejo a toda prisa la habitación y Kaori se pregunto si él correspondería lo que sentía.
Desde entonces todos los días Kaori se entretenia en sus intentos de escape, leyendo o a veces jugando con un zorro bebé que le regalo Kenshin, que sin querer dejo huérfano al matar a la madre en una cacería, el pequeño se llamaba Knox.
Kaori era feliz viviendo en la fortaleza Himura, pero no podía evitar pensar que su clan odiaba a Kenshin por raptarla. Se entero de ello en uno de sus paseos por el castillo y desde entonces se preocupaba en parte por su padre y en la otra por su amado que estaba deseando hacerla su esposa, Ese es mi mas ferviente deseo Kenshin, amado mío decía para sus adentros.
Tirada en la cama acabaron sus recuerdos junto con la llegada de su ángel oscuro, entro como el sexy highlander que era.
Kenshin la vio acostada mirando el techo con la vista perdida, así que en esa situación de distracción salto encima de la cama para darle un susto, hasta que oyó el grito de ella, rió como un niño.
-Kenshin- grito la fierecilla- No me des más sustos-
-Lo siento primor pero así es como quisiera que me recibieras solo poniéndome atención- contesto divertido para tornarse serio –Me informaron de que intentaste escapar otra vez Kaori-
-Lo sé pero ya quiero irme, me gusta estar a tu lado pero no es donde pertenezco, aunque si ofrecieras algo mas que tu simple compañía me quedaría- dijo con su mirada azul zafiro llena de angustia y abrazando al laird apoyando su cabeza en el pecho
Que podía ofrecerle se pregunto Kenshin, ya no podía ocultar mas sus sentimientos pero no quería que se fuera y era la hija del enemigo. Pero ya no importa mas será mi esposa exclamo para si su mente
-Kaori se te dijera que quiero que seas mi esposa ¿Te quedarías? Sé que solo tienes 18 años pero puedes-
-¿Kenshin me estas proponiendo ser tu esposa?-
-Si- contesto sincero.
-Claro que acepto- respondió alegre
-Mi amor creí que jamás me aceptarías, aunque yo sea tu enemigo me había enamorado de ti hacia mucho Kaori. Yo quería que estuvieras conmigo-
-Kenshin yo había aceptado mi destino como esposa de Enishi porque no podía estar contigo-
Kenshin la abrazo y saliendo de la habitación, en la entrada del castillo al patio anuncio que tomaría por esposa a Kaori Kamiya, pero no todos estaban de acuerdo con su laird y traicionaron a Kenshin avisando a las fuerzas Kamiya. Quienes idearon un plan para evitar la boda, un encantamiento por medio de Gitanos.
Durante los días siguientes a la preparación de la boda de Kenshin y Kaori, el highlander tenía sueños en los que no tomaba por esposa a su amada sino a otra mujer que se parecía a ella. Kenshin guardaba el secreto de un poder celta para ver el futuro en los sueños pero nunca le presto gran importancia. Pues desde hacia 200 años no era necesario mas ese poder.
La boda se efectuaba con gran alegría, y ningún percance pero solo uno venia en camino, al recibir la noticia de que los Kamiya pactarían la paz con la boda de la princesa Zafiro y el laird Himura enviaron a una caravana de gitanos para poder celebrar, pero había una trampa.
Kaori se preparaba con un vestido blanco, y una corona de flores que hubo hecho esa mañana. Nada podía ser mejor que casarse con el hombre que amaba y seria la esposa del laird y no del estúpido Yukishiro. Kenshin estaba en el mismo plan que ella ayudándola a vestirse y viceversa, con el tartan Himura que le gustaba de color guinda combinado con blanco y una camisa.
Cuando estuvieron listos empezaron el ritual de boda con las gaitas y las danzas que se consideraban el ritual de boda de un año y un día que aseguraba la paz
La caravana de gitanos empezó a bailar mientras una joven mujer de cabello cafe le servia a Kenshin una copa de vino, y este al beber tan deprisa no noto que esta tenia algo, las danzarinas daban pasos, giros y vueltas mortales; aun seguía observándolas bailar cuando empezó a cabecear y Kaori lo miro preocupada:
-Amor ¿Estas bien?-
-Si Kari, estoy bien solo cansado... - no termino la frase porque se derrumbo hacia atrás cayendo como inconsciente.
-¡Kenshin! Que pasa Kenshin- grita la princesa mientras tomaba a su aun pretendiente acunándolo junto a su corazón, en lo que lloraba desesperadamente. En eso una figura muy familiar se le acerco por atrás y la tomándola del brazo haciendo caer al inerte Highlander mientras extendía su brazo para aligerar su caída aunque el ver en cámara lenta el caer de su amado le daba la impresión de saber que pasaría a continuación.
-No, papá suéltame- grita mientras forcejea -Kenshin levántate mi amor-
-No se levantara princesa Zafiro- contesto otra voz detrás
-Enishi que le hiciste a mi Kenshin- volteo a ver con ira al hombre que había odiado siempre y más ahora por lo ocurrido al Laird Himura.
-Nada, solo hemos hecho dormir a ese estúpido que osó quitarme a mi prometida
-Yo amo Kenshin, déjenme con él-
-Lo siento, hija pero eso no es posible y lo sabes- Espeto molesto su padre
-¡Gitanos ponerlo a dormir y que no despierte jamás a menos que una de mis descendientes acepte despertarlo-
-Y tú mi princesa Zafiro no te casaras con el sino con Enishi como estaba decidido-
-Esta bien- dijo resignada- Solo déjenme despedirme de mi amado laird-
-No creas que podrás despertarlo él vendrá con nosotros, nuestros hombres han sedado a todos los del Clan para entrar-
Kaori miro a Kenshin que estaba con su magnifico tartan y dormido seguía siendo el atractivo ángel oscuro del que se había enamorado cuando tenia 12 años. Se acerco con el más tranquilo paso con un collar sujeto entre sus manos que su amado le dio esa mañana: se inclino sobre la mesa donde lo habían puesto y le hablo al oído:
-Kenshin, no podré estar contigo ahora, pero quiero que sepas que te amo mas que a nada y una de mis descendientes te despertara porque yo Kaori Himura así porque me considero tu esposa, mi corazón, estaré en ella, mi amor por favor nunca olvides lo que te he dicho- termino dándole un beso apasionado para marcar su promesa.
Aun dormido Kaori pudo sentir como si su laird pudiera responderle su entrega, tenia el mismo sabor de cacao e invierno que era lo que más le gustaba, una mirada y una caricia bastaban para hacerla suspirar, pero ahora solo seria mirar a su esposo. Por lo menos para ella.
-Kaori déjalo no hagas eso- dijo su padre apartándola de golpe –Él es un enemigo no tiene derecho a tener tu amor-
-Di lo que quieras padre, pero jamás dejare de amarlo aun tenga que esperar mucho tiempo para estar con él-
Los Kamiya se llevaron el cuerpo del Laird a la torre mas alta del castillo de su propiedad, el hermano menor de Kenshin se quedo como laird, generaciones después se procurarían por pactar la paz con ellos por medio de una boda como lo seria pasado el tiempo.
Kaori se caso forzada con Enishi Yukishiro y el se quedo a cargo de la familia Kamiya después de todo era el segundo hijo. Kaori todos los días iba a ver a Kenshin dormir en la torre y una vez ahí lo besaba apasionadamente sin que la viera su estupido esposo como ella solía llamarlo.
Así el tiempo paso cuando Kaori murió juro regresar al lado de su amado laird, muriendo agonizante en la habitación donde estaba Kenshin pidió al cielo conceder su deseo.
Espero que les haya gustado el prologo de esta historia, por fas me dejan sus reviews para saber sus opiniones
besos
Mitsuki
