El moyashi y el jardinero
Por Katou Yuu
ADVERTENCIAS: yaoi, yullen, dioses fabulosos.
DICLAIMER: D. Gray –man pertenece a Katsura Hoshino.
Un día como cualquier otro Kanda se levantó para ir a su jardín, se puso los guantes y sacó su regadera mientras iba a ver su cosecha de soja, si todo marchaba bien sería una cosecha próspera. Todo orgánico y lo miraba con orgullo, gracias a la moda su huerto era una joya preciada. Sin embargo, para el consumo personal, tenía hortalizas. Fue hacía las mesas de cultivo y revisó.
Los brotes de soya ya estaban listos, los tomó todos y los llevó a casa. Ya luego los cocinaría, era momento de preparar una nueva tanda de brotes. Con dedicación lavó los frijoles y los puso en su recipiente, sólo tomaría cinco días tener más moyashis.
Se retiró terminando de hacer los trabajos reglamentarios sin saber que su dedicación del día a día le traería una gratificante recompensa. Así como amaba a su jardín su jardín comenzaba a sentir lo mismo. En especial un pequeño brote que se había esforzado en crecer para conocer a la persona que le había cultivado.
Pero solo era una planta y aunque quisiera comunicarse para decirle cuan agradecido estaba era imposible, no le importaba terminar siendo parte del cuerpo de Kanda cuando fuese recolectado pero no quería que su vida se acabara allí.
Entonces ante sus suplicas un dios de la naturaleza le escuchó.
Durante el día, el pequeño brote permanecía acurrucado junto a sus hermanos, sin embargo ellos parecían dormidos, ausentes, se sentía sólo, pero cada día un joven lo tomaba con cuidado entre sus manos y lo frotaba en el agua fresca para dejarlo limpio y crecer bien.
Por la noche miraba aquella bola resplandeciente y perdía las esperanzas. Mañana lo cosecharían.
Una figura esbelta y graciosa se movía entre las hortalizas, acariciaba cada hoja y cada flor con mucho cariño hasta llegar a la bandeja del pequeño moyashi. Este abrió los ojos sorprendido cuando lo tomó en sus manos.
-No llores más pequeño, soy Jerry, dios de los ingredientes deliciosos - le sonrió
Escucho la melosa voz de aquel hombre alto que acariciaba suavemente sus pequeñas hojas. Se preguntaba qué quería decir
- Pero solo soy un pequeño brote, mañana seré cosechado y no poder verle más - el hombre conmovió diciéndole que estuviera tranquilo.
- Yo te puedo ayudar pequeño, he escuchado tu deseo. Te concederé un cuerpo humano con el cual podrás comunicarte y decirle aquello que tanto deseas... - el pequeño brote no daba crédito a lo que oía, no puedo evitar emocionarse pero entonces el dios siguió hablándole
- Pero una vez cumplido tu deseo mi magia se desvanecerá y volverás a tu estado normal - dijo con cierta tristeza en su voz. Al brote no pareció importarle y acepto las condiciones, si así podía seguir viendo un poco más a Kanda e incluso hablar con él.
- Por favor, hágalo - pidió temblando de emoción en las manos de Jerry.
Después de mirarlo con compasión, el dios hizo que el pequeño moyashi durmiera prometiéndole que al despertar, tendría una nueva forma.
A la mañana siguiente, Kanda se dirigió a su huerta.
Aún el sol no salida del todo y como era costumbre encontrarse con una capa poco densa de neblina que cubría sus vegetales se acercó a donde debían estar sus brotes puesto que hoy sería el día indicado para su recolección. Una vez frente a la mesa de cultivo se detuvo algo extrañado, algo no encajaba por completo. Un pie. Contuvo el alimento por un momento ¿Alguien había arrojado un cadáver a su cultivo? trató de descubrir si eso era cierto.
Entonces con la niebla algo dispersa y viendo que entre las hojas de sus brotes estaba el cuerpo de un jovencito, completamente desnudo, se le cayó la regadera de las manos, pensó por un momento que estaba muerto pero observo detenidamente y su respiración bajaba rítmicamente casi imperceptible. Claro que todo aquello pasó a segundo plano cuando veía que estaba sobre sus brotes.
- ¡Oye! - le llamó.
El moyashi abrió los ojos y se los frotó con un gran bostezo.
- ¿Quién eres y qué haces desnudo en mi propiedad? - dijo con mirada severa.
El moyashi se levantó y se lanzó a los brazos de Kanda en cuanto lo reconoció pero las piernas le fallaron, jamás había tenido unas, y se dejó caer en los brazos del dueño del jardín.
- Oye - volvió a llamarle. Algo dudoso puso sus manos en su hombro para alejarle de sí mismo. Actuaba precavidamente con aquel que se adentrara en su propiedad porque no faltaba algún vándalo que se aventurara a robar sus cosechas.
Vio severamente al niño que le veía con los ojos clavados en los suyos, sus ojos brillaban irradiando vida, por un momento pensó que estaba loco.
- ¿Quién eres y qué haces en mi propiedad? - preguntó manteniendo su tono firme.
- Soy un moyashi - dijo sonriendo ampliamente.
NOTAS: Aquí está el nuevo fic. Allen esta vez es un moyashi… de verdad! XD y Kanda un jardinero, que puede a algunas les resulte raro su rol en este fic pero me baso en la información dada por Hoshino en ultimo Charabook, a nuestro lindo amargado tsundere le gusta la jardineria o al menos tiene un interes por las plantas, ¿A que no es adorable? XD
Espero que les haya gustado la introducción y que sigan esta historia pues traerá mucho amor y sorpresas ;D. Gracias por su tiempo y nos vemos en la próxima!
