Endemoniadamente dulce
A sus veintiocho años de edad, Ranma Sotome era reconocido como uno de los hombres mas fuertes y con mejor técnica de artes marciales en todo Japón, China, e incluso, algunos se atrevían a decir, en el mundo entero. Nadie que lo conociera podía negar que el sujeto era uno de los peleadores más rudos jamás conocidos, los retos al dojo Tendo llegaban de a montones y el peleador los aceptaba todos para después ganarlos con facilidad.
Absolutamente nadie era capaz de detener a…
-¡Ranma! –el hombre de la trenza dio un respingo y se puso de pie al ver que su esposa se encontraba en el marco de la puerta. Akane Saotome lo miraba mientras que en sus brazos sostenía un pequeño bebé-. Toma Ranma –dijo ella al ver que su esposo no decía nada- cuídalo por mí un momento. Yo tengo que salir y hacer unas compras.
Ranma asintió aturdido y extendió los brazos para tomar al bebé. Después de despedirse de su esposo e hijo, Akane se dio la vuelta y se marchó, dejando solos a los hombres de la casa.
Los ojos azules de Ranma inspeccionaron una vez más al pequeño ser que sostenía en sus brazos al mismo tiempo que sonreía como un bobo, de pronto recordó todas aquellas cosas que se hablaban acerca de él. De su dureza, su fuerza, su valentía, su seriedad en el campo de batalla. Sin embargo, esas personas que tan bien creían conocerlo, no sabían absolutamente nada acerca de él; ni siquiera un poquito.
Alzó los brazos levantando al bebé sobre su cabeza, lo que siempre hacía que el pequeño soltara una carcajada.
-Ellos no nos conocen ¿cierto hijo? –el bebé le respondió con una carcajada más sonora.
Lo bajó y acunó en uno de sus brazos, mientras que con la otra mano le hacía cosquillas en la barriga y comenzaba a hablarle con una voz que utilizaba solo y especialmente para él.
-Tú y Akane, son lo mejor de mí –murmuró.
Y es que con solo mirar y tener cerca a estas dos personas, Ranma Saotome, de ser el hombre más duro de Japón, se convertía en el más endemoniadamente dulce de los seres.
Rnma ½ y sus personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi.
Que puedo decir, crecí con Ranma 1/2 , Dragon Ball Z, Sailor Moon, Caballeros del Zodiaco… en fin, todas estas series maravillosas que tan buenos recuerdos nos traen y no saben el estrés que me traía ese romance de amor odio que a Ranma y Akane tanto les encantaba. Gracias a Dios que años después descubrí que esas "caricaturas" que tanto me gustaban en realidad se llamaban anime y que efectivamente Ranma ½ tenía un manga el cual estaba ya concluido… ¡concluido! Dios, como me emocioné cuando supe eso. ¿todavía tengo que decir que lo devoré cuanto más rápido me fue posible?
Este pequeño fanfiction lo escribí una mañana de domingo inmediatamente después de levantarme, gracias a que la noche anterior me aventé una vez mas las ovas 7 y 8 (mis favoritas) y creo que la idea me vino a la cabeza y no quería dejarla escapar, como ya otras veces me ha pasado. Es pequeñito, pero me gustó.
Los dejo, felices lecturas!
