Misión NIÑERA

Por Lallen

Disclaimmer: Oh vamos, ya lo saben. Ludwig Kakumei no me pertenece, le pertenece a Kaori Yuki.

Summary: En un futuro… tal vez lejano tal vez cercano, Ludwig tiene ganas de salir a dar una vuelta, y le deja su primogenito a Will por una tarde. No, no es yaoi. De hecho, tiene más de LisettexWill. ¡Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

(Pd; El hijo es de Ludwig y Dorothea, por si quieren saber) (Weird…)

-Hum… cuando dicen que los recién nacidos son minúsculos no exageran.- opinó Ludwig acariciando con cuidado la cabeza de su primogénito, que dormía plácidamente en sus brazos.

El príncipe tenía una cara de total neutralidad pese a estar metido en una escena tan surrealista. Es decir, él sentado en un cómodo trono ostentosamente decorado, lleno de mil adornos y figuritas doradas que mareaban si observabas por demasiado tiempo el trono (Will lo sabia por experiencia propia)… y con un bebé en sus brazos.

Ludwig miraba con curiosidad a Wilhelm, preguntándose por qué demonios el primero en tener un bebé había tenido que ser él mismo… después de todo, el corazón de pollo ahí era Will.

-…¿Y Lisette y tú no…?-

-¿Eh? ¡No!- exclamó el sirviente, sentado frente al príncipe, arreglando un par de finanzas del reino que la reina Amalberga había encargado a su hijo. Pero como el príncipe Lui estaba muy entretenido con el recién nacido, mejor dejarle el trabajo a su sirviente.

-Vaya… así que la chica lobo resultó ser una cobarde.-

-Bueno… usted sabe, ella no es muy… bueno, no tiene esto de los hijos en mente.- Era difícil responder divagaciones de Ludwig mientras resolvía ecuaciones matemáticas; Tal vez el príncipe lo hacía sólo para molestarlo.

-Hum… ustedes plebeyos al menos tienen la suerte de que nadie los presiona para tener uno.- reflexionó Ludwig en voz alta, recordando con cierto disgusto las presiones de su madre. Cuando por fin Dorothea le sacó la noticia, fue un alivio para ambos.

-eso cree…- musitó Will para sí mismo. Ludwig no conocía a su familia. Lisette había oportunamente asesinado a la suya años atrás gracias a un lobo de peluche, pero aun así no había quedado exenta de una suegra que reaparecía luego de años de no haber visto a su propio hijo. Con argumentos de "quiero un nieto blah blah blah" incluidos.

Y eso no tenía muy contenta a Lisette que digamos. Pero al menos Amalberga le había dado un puesto de asesina profesional al servicio de la reina, buena paga, y sobretodo un buen pretexto para estar lejos de mami suegra

El silencio reinó en la habitación unos momentos. Cosa que Wilhelm agradeció con toda el alma, pues… dioses, tener que pensar, responderle a su amo y contar cuántos rifles había comprado la reina NO era fácil.

Así duró el silencio y la paz, hasta que…

-Ok. Esto esta resultando realmente aburrido.- se quejó Ludwig al cabo de unos minutos, con el bebé aun dormido entre los pliegues de su abrigo de estampado de leopardo color verde fosforescente. Se veía muy raro durmiendo tranquilamente en colores tan locos.

-…y… ¿Dónde está Dorothea?-

-Te he dicho que te refieras a ella como "Princesa Dorothea o Dorothea-sama". Recuerda que ya no estamos buscando princesa y no es sólo una bruja loca y masoquista, ahora es una bruja loca y masoquista esposa del príncipe que, casualmente, es tu amo.-

-Cierto. Discúlpeme…- "Aun no logro acostumbrarme a ello" pensó para sí mismo- quería decir… ¿Dónde está Dorothea-sama?-

-Hum… MUY buena pregunta. Hoy me dejo a Georg y se fue. Creo que a una reunión de brujas o algo así.-

-Entre la corte ha creado mucha polémica.-

-Que se vayan al diablo todos…-

-No debería decirlo tan fácil, Lui-sama. Recuerde que sin el apoyo del pueblo y la corte, bueno, usted podría perder su p…-

-…poder, seeeh… tal vez. Pero aun no me ha sucedido, ¿Cierto?-

-Bueno, yo sólo…-

-Will, mejor ocúpate de las cuentas y punto, ¿quieres?-

-Sí, señor…-

Si; mejor no debatirle demasiado. De todos modos, sabía por experiencia que Ludwig era alguien necio, y era mejor mantenerse en silencio para poder ocuparse de las ecuaciones que tenían su cabeza hecha una maraña de números.

No dejaba de preguntarse: ¿Por qué él? Es decir… ¿No existían contadores, acaso?

Ludwig, mientras buscaba en la habitación algo divertido o algún rastro de inspiración para poder alejar el aburrimiento, no se había dado cuenta de que el bebé de cabello suavemente anaranjado como el suyo, y con los ojos idénticos a los de Dorothea, acababa de despertar y buscaba, como su padre, algo de entretenimiento.

Balbuceó algo imposible de comprender, para atraer la atención de su padre, y éste comprendió. – ¿Estás igual de aburrido que yo, eh?-

Y balanceó sus dedos sobre el pequeño, que los atrapó con curiosidad. Mientras tanto, en la cabeza de Wilhelm iban volando números, símbolos extraños, cuentas de rifles… se estaba despegando de la realidad concentrado en resolver el problema de ¿Dónde demonios había dejado Ludwig el presupuesto para la caballeriza?...

-Hum… eres una pequeña cosilla muy fácil de entretener….-observó Ludwig, todavía concentrado en entretener a Georg, con curiosidad. Hasta que… -¡Oye! ¡Pero no me babees!-

Y retiró sus dedos haciendo que el pequeño lo observara con expresión de "¿Por qué me quitas mi juguete?".

-Ustedes los bebés son unos convenencieros. No puedo permitir que babees mi suave piel, lo lamento… entonces… ¿Cómo entretenerte? ¿Cómo entretenerme?-

Entonces, su mirada viajó lentamente del bebé hacia el concentrado sirviente frente a él, del sirviente al bebé… y una brillante idea apareció en su mente.

"Pero si son 500.000 francos para pagar el carruaje de Lui-sama, y si su majestad gastó 100.000.000 francos en gastos del ejercito… ¿Cómo es que aquí nos piden más de francos? ¿Acaso alguien habrá pagado mas de la cuenta? Tal vez nos estafaron, o tal vez…"

-¡Hey Will ve practicando!-

-¿Eh?- y el sirviente se dio cuenta de que sobre sus piernas el príncipe había depositado a su primogénito sin ni siquiera preguntar su opinión, tirando en el proceso varios papeles y sacando los cálculos de la mente del sirviente.

-Eto… ¡ETO! ¿Lui-sama qué pasa?-

-Diviértelo un rato. Voy a salir a dar una cabalgata.-

-¡¿QUÉ? ¡Pero Lui-sama! Yo tengo cosas que hacer y adem…-

-Te doy el día libre. Sólo cuida al enano, ¿Si?-

-Pero…es que yo no…-

-Una tarde solamente. Y es una orden-

-¡Lui-sama!-

-Will necesito que veng…- Lisette detuvo su frase al toparse frente a frente con el príncipe al abrir la puerta. Ambos fruncieron el ceño al mismo tiempo, y ninguno se molestó en saludarse.

Sí, era cierto que desde el matrimonio de la chica con su sirviente, Ludwig había tenido que mejorar su actitud hacia la asesina. Mejorarla en el sentido de "no hablarse, y por lo tanto evitar cualquier roce".

Y por su parte Lisette había tenido que dejar abandonados sus sueños de ver al príncipe torturado y muerto bajo un carruaje, por petición de Will, que por su parte había abandonado sus sueños de ver a Ludwig y Lisette llevándose bien hacia mucho tiempo atrás.

Y ahora, ambos no se cruzaban palabra, y se enojaban cuando terminaban cruzándose en los pasillos. Pero no pasaba de ahí.

Regresando a la historia, Will ni siquiera pudo protestar cuando el príncipe vestido con el abrigo de leopardo desapareció por la puerta.

¿Qué hacer?

Y peor:

¿Qué rayos decirle a Lisette, que en ese momento volteaba hacia él?

¿Qué hacer, si su mirada había ido directo hacia el bebé?

¿Qué hacer si sus ojos reflejaban un desconcierto que se convertiría en enojo cuando Will le contara todo?

-Eto… Se puede saber… ¿Por qué tienes eso en tus piernas?-