Primero que todo agradezco a quien quiera leer mi fic, sobretodo porque es el primero que hago . Tbn pues tendré en cuenta cada uno de los comentarios y sugerencias incluso sobre lo que les gustaría leer (las ideas nunca sobran jeje), etc… soy una persona abierta a críticas constructivas :P igual es algo que intento hacer con todo el gusto para ustedes, los lectores. Jejejeje bno, para empezar ya con el tema como tal, pues tengan en cuenta que este fic tiene como tema principal un femslash entre Brittany y Santana de la serie de televisión glee. ¿Por qué ellas dos? Prácticamente gusto personal, desde que veo el programa me he interesado en estos personajes o más bien en su relación…me he consternado al saber la poca cantidad de fanfics Brittana en español, NO LO SOPORTO XD. Bueno, bueno, me voy del tema xD ya entrando en materia una vez más, empezaré e intentaré introducir al lector en la historia…. Así que pues aquí está, mi primer fanfic:

Glee no me pertenece, si fuera así…. Brittana sería un hecho ;)

Capitulo 1:

Una tormenta insaciable había desertado cualquier idea de concluir de una vez por todas el tan esperado viaje, o por lo menos esa era la información que daba la pantalla con letricas tan diminutas que parecían una broma de mal gusto para los viajeros informando el estado de los vuelos en este caso suspendidos por mal tiempo.

En el aeropuerto Allen Country de Lima, Ohio, todo parecía transcurrir con intranquilidad, infinidad de personas pasaban de aquí a allá, los truenos emitían un fuerte estruendo que producía el llanto de algunos niños en la sala de espera, unas pocas personas paseaban alegremente sobre aquel piso liso y brillante jugando un estilo de patinaje sobre hielo imaginario, mientras que la mayoría, inconformes por la situación, insistían en miles de razones por las cuales debían viajar a la hora acordada desde un principio frente a un cristal de vidrio "pe.. pero señor, el clima no está en nuestras manos debe entender que es por su seguridad" alcanzaba a susurrar una joven pelirroja, hermosa silueta y piel de porcelana, obviamente se veía incómoda por las interminables palabras de los usuarios, y ¿cómo no? No era su culpa que lloviera y de qué manera, pero la gente no solía entender razones cuando se encontraba disgustada, así que finalmente decidió no escuchar y mover su cabeza en signo de aprobación a todo insulto, crítica o mala palabra que le dijeran, "definitivamente debo conseguir otro trabajo"- pensaba. Recordaba que de niña quería viajar por todo el mundo, conocer, probar todas las exquisitas experiencias que la vida misma puede ofrecer, pensó en su padre, el gran piloto ( por lo menos para ella), aquel hombre robusto y audaz, siempre con la mirada hacia delante, firme, pedante y sobre todas las cosas enamorado de su trabajo y familia; pensó en hacerlo orgulloso siguiendo sus pasos, sabía que él quería eso para ella y ella lo deseaba incluso más…esbozó una pequeña pero sincera sonrisa en su rostro, lo que despertó la ya ira de un usuario que dio varias palmadas fuertes al débil vidrio que se interponía entre ellos despertándola en seco de lo que parecía un sueño maravilloso a una realidad devastadora, ¿cómo había terminado ahí?.

Su mirada vacía yacía postrada bajo aquellos ojos negros penetrantes, que parecían querer matarla por no dirigir ni un solo susurro a lo que le estaba diciendo, o gritando más precisamente; cuando de repente se sintió observada y no por alguno de ese par de ojos invadidos de ira o aquellos que reflejaban desaprobación, sino… era algo más. Volteó instantáneamente cuando sus ojos se posaron sobre una mujer sentada en la sala de espera…al instante quedó petrificada.

Aquella joven mujer desaliñada de piel morena, cabello ondulado negro, vestía un pantalón camuflado con pequeños rotos en la parte inferior a la rodilla, dos pequeños lazos sobresalían del mismo con la función de ajustar la prenda a la cintura, una blusa de poca impresión, blanca, manga ¾ ,de cuello en V con grabado tribal de color negro, andaba con el cabello recogido groseramente con una pinza dejando liberar varios mechones en su frente, pero eso no fue lo que atrajo a la otra mujer, pues estaba sentada con las piernas medianamente abiertas observando fijamente detrás del vidrio con los brazos cruzados, la verdad parecía devorarla con la mirada, no porque fuera con odio y mucho menos deseo si no que prácticamente producía un estado de depresión al que le parecía imposible escapar, sus ojos expresaban miseria, no había otra palabra para describir, la mujer detrás del mostrador sintió cómo su corazón empezó a despedazarse, el aura cerca de la desconocida había hecho que nadie, tal vez inconscientemente, quisiera sentarse alrededor dejando libres dos puestos de cada lado, emanaba una sombra negra que era capaz de devorar al mundo entero en un par de segundos si así lo quisiese, o por lo menos así pensó la pelirroja. Duro un pequeño instante con sus ojos fijos, atónitos en ese otro par, instante que le bastó para dejarse envolver de aquella mujer que le había arrebatado el brillo a la vida (incluso la poca que quedaba en la de ella) con sólo una mirada. Finalmente la pelirroja parpadeó al notar el llamado continuo del hombre musculoso y uniformado de seguridad, que había llegado dispersando la multitud de gente disgustada por sus viajes suspendidos, le mostró al hombre una sonrisa notoriamente fingida y agradeció rápidamente por su acción para luego dirigir la mirada, tal vez por instinto, hacia aquel sitio de nuevo para acabar encontrando aquella silla gris con rayas azules vacía…. "y yo pensando que mi vida era miserable" susurró.

Alcanzó a suspirar dirigiendo su cabeza a las baldosas blancas sobre el piso de su cabina de información esperando componerse de tan extraño suceso, puso su mano derecha sobre sus ojos y la izquierda sobre el vidrio que tanto odiaba, "que extraño" seguía repitiéndose en su mente una y otra vez.

"señorita, tengo una duda" mencionó una voz femenina.

La pelirroja despertó bruscamente de su estado, bajó sus brazos, abrió sus ojos con la esperanza de despachar rápidamente la usuaria pues no estaba de humor y es que la verdad, nunca lo estaba. Levantó su mirada sólo para quedar shockeada una vez más, pues la voz provenía de la misma morena de la sala de espera y ahora esa mirada estaba sobre ella mucho más cerca…. Desvió sus ojos inmediatamente, su expresión no pudo disimular la incomodidad tan grande que sentía.

"oiga, ¡le estoy hablando!" habló fuerte la mujer al no recibir respuesta alguna.

"si, si… disculpe señorita, ¿en qué puedo colaborarle?" contestó casi de mala manera la trabajadora, quien tras de no soportar su trabajo tenía también el hecho que aguantar el hundirse en ese par de ojos tan de cerca.

"¿hasta cuándo podré viajar?" preguntó "Necesito irme ya de este maldito lugar"

"pero ¡que grosera es!" murmuró entre dientes la joven trabajadora.

"¿cómo dijo?" preguntó de forma arrogante la joven, claramente la había escuchado.

La pelirroja suspiró, no quería más problemas en su día "mire, señorita, los viajes están suspendidos hasta nueva orden, ni yo sé cuándo podrá viajar, pero tenga por seguro que estamos trabajando para dar el mejor servicio posible, usted debe entender que con este clima es imposible"

"ja" dijo la morena en tono burlón, haciendo una mueca de desaprobación.

"¿me regala su nombre por favor?" Preguntó instintivamente.

"Santana Lopez" respondió

"Su nombre me suena familiar" dijo inocentemente la pelirroja "… acaso usted no es la mujer del…"

" ¡MIRE SEÑORITA!" gritó inmediatamente Santana "a usted no le pagan por hacer preguntas estúpidas, por qué no más bien se digna, si es que no le queda grande, a hacer su mendigo trabajo en vez de estar interrogando a sus usuarios"

Un hombre de seguridad notó el descontento de la mujer y caminó tranquilamente para realizar el mismo trabajo que había hecho con los demás.

La trabajadora, por otro lado, se hartó, podía sentirse intimidada pero sin saberlo resultó ser esta la gota que rebasó el vaso:

"y si no, ¿qué me va a hacer, estúpida lesbiana de mierda?"

La morena se quedó paralizada por un momento, tal vez sólo asimilaba su próximo movimiento, o no podía creer que de ser alguien, alguien importante, había terminado siendo insultada por una persona como esa. La miró, pero no con vacío, no expresaba su aura negra, era diferente… de repente todo se tornó un desastre, su cabeza daba vueltas y más vueltas, sus ojos claramente se iban llenando de ira, de ira hacia el mundo, de ira hacia ese pútrido pueblo (como ella le decía), de ira hacia la vida, hacia la gente, hasta finalmente llegar a lo que no quería llegar, ira hacia sí misma. Apretó sus puños, sus uñas se enterraban más de lo debido a lo que ella no le daba importancia alguna, balanceó su brazo derecho hacía atrás, su cuerpo tomaba una forma agresiva, sus músculos estaban contraídos, se notaba un par de venas brotadas en su cuello y manos, era extraño ver a una mujer tan hermosa claramente fuera de control… hasta que finalmente con todas sus fuerzas golpeo el insignificante vidrio que separaba a las mujeres. La pelirroja saltó de pánico, nunca había visto una reacción así, apenas notó cómo pequeños cristales iban cayendo libremente sobre el mostrador, impactada, notó claramente que de la mano de la agresora empezaba a brotar un líquido color carmesí, se había enterrado pedazos de vidrio en su mano y aún así no parecía reaccionar. Santana, por otro lado, coloco su mano izquierda en el mostrador, hizo un pequeño movimiento, impulsándose, hasta que saltó sobre la otra mujer. Su estado de demencia no quería cesar, golpeó un par de veces en los costados a la persona que había causado todo, en su boca se empezaba a notar una pequeña sonrisa maquiavélica y justo cuando la iba a golpear directamente en el rostro, sintió una fuerza desproporcionada que la paraba alejándola de su objetivo, volteó la cabeza y vio a un hombre de seguridad que la estrellaba contra la pared del cubículo. Poco a poco la morena fue adquiriendo control, el hombre que la sostenía era muy fuerte, incluso para ella, tenía los brazos atrás de su cuerpo, estaba completamente inmovilizada. A los pocos segundos llegó más personal de seguridad, impactados por la escena auxiliaron inmediatamente a la trabajadora que yacía inconsciente en el suelo.

"Lleve la mujer a la comisaría, y que le revisen las manos" dijo una mujer rubia, al parecer de mayor rango que el resto, quien apuntaba con una linterna los ojos de la pelirroja, levantando sus parpados.

Apenas se dio la orden, aquel hombre musculoso esposó a la capturada y lentamente se la llevó caminando hasta una salida de seguridad seguidos todo el camino por los ojos asombrados de todos los viajeros en el aeropuerto. Todo se había quedado en silencio y hasta ese momento Santana lo notó.

"Se le fue bien hondo" Pronunció el hombre con cierto tono burlón.

"Eso es lo que menos me importa" dijo en voz baja la morena.

Bueeeeeno este es el primer capítulo de mi fic, espero haya sido interesante, acepto como ya dije toda sugerencia, o pues lo que sea que me quieran decir, incluso si debo retirarme xD. Aporten, apoyen, maldíganme, pero comenten XD… un abrazo y gracias por leer