Prefacio
Estoy muy triste, lo único que hago desde hace unos meses es llorar y llorar por él. Por él que dio su vida por la mía, por salvarme; si tan solo le hubiera hecho caso ese día, cuando me dijo: «Nessie, ¡Corre! ¡Corre, ve a casa!», pero yo no le hice caso porque quería ayudarlo, así que me quede a su lado, fue una mala idea, ellos nos tenían rodeados, y yo solo fui un estorbo. Pero que podía hacer, estaba en pánico, y mi vista solo estaba en el ejército completo de neófitos. Y me preguntaba, ¿Quién los había creado? ¿Con que motivo? ¿Y porque estaban aquí, en Forks?
Luego todo paso muy rápido, uno de ellos se me acerco cuando noto que me corría sangre por las venas, e intento clavar sus colmillos en mi cuello, yo no me pude mover por el pánico, no sabía qué hacer, pero de pronto alguien me empujo unos tres metros fuera del alcance del neófito sediento, cuando levante la cabeza pude darme cuenta que el que me había empujado era un lobo de pelambrera color arena, era Seth y no estaba solo, estaba con toda la manada de Sam y de Jake.
El lobo de pelaje rojizo luchaba con todas sus fuerzas, yo busque su mirada y cuando la encontré, su mirada me hizo un gesto, que la interprete como: ¡Vete, es peligroso! Esta vez le hice caso, me levante del suelo y empecé a correr hacia mi casa, pero no me di cuenta que me seguía uno de ellos, solo reaccione cuando el neófito se abalanzo sobre mí acorralándome contra un árbol, estaba perdida, y tenía mucho miedo, cerré los ojos esperando mi final, pero los segundos pasaba y nada paso, los colmillos del neófito nunca tocaron mi cuello. El gruñido del lobo rojizo me hizo abrir los ojos, Jake lo había empujado alejando de mí, y entonces empezó la pelea entre en neófito y Jake. Parecía que Jake iba ganando, pero otro neófito vino tras mi lobo y lo atrapo entre sus brazos cuando mi lobo estaba de espaldas, esto hizo que Jake soltara al neófito con quien estaba peleando y este aprovecho para unírsele al recién llegado y entre los dos atacaban a Jake. Yo grite con todas mis fuerzas cuando escuche el corazón de Jake latir cada vez más lento y luego… simplemente se paró. Los neófitos habían acabado con la vida de mi lobito de pelaje rojizo. Y lo peor de todo era que yo no pude ayudarlo y no porque no quisiera si no porque no pude reaccionar a tiempo, me quede estática viendo la terrible escena, y cuando el gran lobo cayó al suelo lo único que hice fue volver a gritar con todas mis fuerzas «¡NO! ¡NO!».
Luego sentí como una ráfaga de aire pasar por mi lado, eran mi familia, mi madre se acercó a mí y me abrazo mientras susurraba «Todo estará bien». ¿Qué todo iba a estar bien? ¿Acaso no se escuchaba lo que le decía? ¡Nada iba estar bien!
Después de eso no supe más porque me desmaye en los brazos de mi madre.
Ahora dos meses después de la muerte de mi Jake, estoy aquí encerrada en mi habitación, sin ganas de seguir viviendo. Solo veía fotos de él conmigo, cuando éramos felices. Ya no tengo vida, no salgo de mi habitación por nada del mundo, ni cuando algún miembro de mi familia viene para tratar de que baje al patio o a caminar, los ignoro; tampoco como, ni siquiera tengo sed, solo lloro porque me siento culpable de su muerte, siento que me ahogo, ya ni siquiera tío Jasper puede darme tranquilidad, mi pena es demasiado grande, siento que ya no tengo corazón, solo siento un hoyo en reemplazo de mi corazón.
¡Te extraño, mi Jake! ¡Te amo! Lo único que te pido es que me lleves contigo, no quiero vivir en un mundo donde tú no existas.
