Nuevo Compañero:
Como siempre yo iba al instituto en mi precioso descapotable, cuando entré al aparcamiento descubrí un Golf plateado. Jamás lo había visto cosa que me avisó que eso significaba una sola cosa: este año alguien nuevo había ingresado al instituto.
Mis clases pasaron rápido sin tener que conocer al nuevo estudiante. Yo solía sentarme con mis hermanas y hermanos. Yo soy distinta a los humanos. Tengo ojos que cambian de color dependiendo de mi estado de ánimo. Si son negros como el carbón es porque tengo sed y si son dorados es porque estoy bien "alimentada", si estoy enojada, triste o si estoy sufriendo algún sentimiento triste mis ojos se dilatan y se tornan negros. Cosas que los terrenales no poseen como fuerza tremenda y velocidad extrema, atraigo la atención de muchas personas y debo admitir que dejo mucho que decir pero obviamente ningún humano me ve corriendo a la velocidad de la luz o levantando un camión sin un mínimo esfuerzo. Yo dejo mucho que decir porque los humanos se sienten atraídos por mí. Mi olor que es como el perfume más extraordinario y dulce del mundo, mi figura es perfecta. Mis movimientos son gráciles. Si, queda muy claro soy una vampira como mis hermanos. No soy terrenal, lo fui sí, pero hace 2 siglos y 5 años que debo lidiar con la sed y cosas por el estilo. No hablo con nadie ya que si es difícil permanecer en un aula con humanos más difícil sería hablarles.
Emm... Elizabeth…. Estás ahí? – Me preguntó Susan un poco enojada ya que no le prestaba atención.
Emm... Claro Susan!-Contesté. Pero antes de que Susan formulara la pregunta que tenía en su mente la campana que anunciaba volver a clases sonó. Genial, salvada por la campana- pensé.
En literatura pude sentir un extraño aroma. Era un aroma dulce que había desarrollado una extraña atracción hacia el, en mí. Estaba acostumbrada al olor de la sangre humana ya que convivía diariamente en el instituto con ellos. Todos los aromas eran diferentes. Algunos amargos, otros dulces. Desagradables, agradables. Pero este combinaba todo en uno solo. Era dulce, exquisito, suave, agradable. Me volvía loca, pero no quería darme vuelta para ver quien era mi compañero de asiento, no quería perder la razón y arruinar mi limpio expediente. Jamás probé la sangre humana y espero que eso siga así por el resto de mi existencia. Mejor concentrarme en mi futuro. En mi familia yo era la única que no había probado la sangre humana, rescaté humanos. Cuando fui convertida decidí no ser un monstruo. No quería ser el típico monstruo de los cuentos que les contaban los padres a sus hijos y que provocaban que sufrieran pesadillas.
La siguiente en entrar a la familia fue Susan. Ella era una humana divertida y graciosa, por suerte no ha perdido su habilidad para ser cómica en la transformación. Luego de un tiempo de que viviéramos juntas en New Hampshire Susie (como le suelo decir) me trajo a casa a un humano que había sido herido. Tom desarrolló cierta atracción por mí pero de forma muy cortés le avisé que no estaba claramente interesada. Luego apareció Sam. El era un niño que encontré atropellado en la calle. Decidí transformarlo y desde el día en que Susan y él se encontraron no han dejado de derramar miel por todos lados. Tom perdió toda atracción hacia mí el día que traje a Mary a la familia. Había encontrado a Mary ya convertida en un viejo almacén. Estaba asustada y desesperada. No sabemos quién ni donde ni cuando la había convertido ella no recuerda nada.
Cuando por fin terminó la clase de literatura salí a volandas del aula. Quería alejarme de ese estúpido y al mismo tiempo delicioso aroma que me agobiaba.
Mis hermanos no preguntaron nada al ver mi cara de repugnancia y dolor pero pude ver en sus pensamientos que sabían que algo pasaba y que era mejor no preguntar. Conduje a toda velocidad por la carretera. Me urgía ir de caza y en ese mismo instante.
Al llegar a casa todos se fueron a hacer sus actividades diarias. Mary subió a su habitación junto a Tom. Susan y Sam fueron a ver televisión al cuarto de Sam. Al entrar en la cocina mamá preparaba la cena para papá, éramos adoptados por humanos. La saludé con un beso en la mejilla. Fui directamente a la heladera para ver a quien le tocaba ir de caza. Afortunadamente ese día me tocaba a mí. No quería tener que pedirle a alguno de mis hermanos que me permitiera su turno de caza, le tendría que dar explicaciones de porque me urgía ir de caza. Lamentablemente ese día me tocaba ir de caza con Mary. Eso sería un problema.
