Quiero aclarar que los personajes no me pertenecen...
Pero la historia es solo mia.
La elegida
-"¿En donde estoy?"- Akane se despertaba aturdida en una habitación, se fue incorporando poco a poco y observó una pequeña mesa con una lámpara junto a su cama. El cuarto era pequeño con paredes de color verde olivo y cerca de la cama, una gran ventana. Tenía dos puertas, una más pequeña que la otra, al parecer alguna daba a un pequeño baño.
La joven se levantó de la cama y se acercó a la ventana mientras veía la lluvia. El vidrio empañado permitía ver solo detalles de una calle alumbrada y algunas casas alrededor. No le gustaba la lluvia y mucho menos los relámpagos de los grande aguaceros.
La lluvia seguía desatándose en el exterior mientras su mente recordaba los acontecimientos recientes, trató de coordinar sus pensamientos y encontrar los motivos que la tenían en ese lugar. No lograba entender quién podía estar interesado en ella, o quiénes.
Se escucharon pasos acercarse a la puerta; La figura de un hombre alto se distinguió al momento de ingresar a la habitación. Era un joven moreno, de pelo castaño y corto, con una banda amarilla en su frente. Tenía facciones finas, ojos café claro y boca grande. Cuando sonrió, pudo observar un pequeño colmillo salir de sus labios.
-"Ya despertó"- comentó el joven que ingresaba por la puerta. Ella lo reconoció enseguida, fue el chico que la salvó de su agresor.
- "Si"- Contestó secamente.
- "Disculpe que la trajera aquí"- mencionó el chico mientras se llevaba una mano a la cabeza-"pero…"- mencionó el joven del colmillo sin terminar la frase.
-"Gracias"- Respondió mientras mostraba una hermosa sonrisa.
-"Está lastimada?"- preguntó nervioso el chico.
-"No, solo me duele un poco la cabeza"- mencionó tímidamente-"me gustaría saber qué está pasando y necesito regresar a mi casa, ya es un poco tarde y mis compañeras de cuarto pueden estar preocupadas"- continuó la peliazul.
-"Puede hacer una llamada para avisarles que se encuentra bien…¿gusta un poco de té?"- sugirió el joven del colmillo.
-"Es muy amable, le agradezco enormemente haberme ayudado pero quisiera irme a mi casa"-
-"Puede ser peligroso que regrese"- señaló el joven – "soy miembro de un escuadrón especial de la policía investigadora de Japón, estamos siguiendo a un grupo de criminales y por algunos datos que se nos proporcionaron nos dimos cuenta que el siguiente blanco era usted"- explicó mientras mostraba una placa con el nombre de Hibiki Rioga y las insignias que indicaban el rango de oficial especial de un departamento de investigación criminal.
-"¿Porqué alguien trataría de … secuestrarme o violarme?"- miró al joven devolviendo la placa, y enfatizando con tono de molestia y una chispa de angustia.
-"El comandante Saotome es el encargado de la investigación y él conoce más sobre el tema, me ha pedido que custodie de usted mientras él busca los motivos más a detalle, mientras necesito que se quede aquí",- señalando esto más como una súplica que como una orden –"eso hará más fácil mi labor y no la arriesgaré"-
Akane se quedó pensando sobre las opciones que tenía, primero el joven policía parecía una persona honesta y sincera; estaba casi segura que no le haría daño, pero toda la situación era muy extraña. Definitivamente tenía que hablar con el comandante y esperar alguna explicación que dejara las cosas claras, no quería arriesgar a sus compañeras o cualquier otra persona que estuviera con ella.
-"Tengo que hacer una llamada"- afirmó la joven, levantándose de la cama con determinación y, acompañada por el chico, se dirigió a la sala donde se encontraba un pequeño teléfono.
El oficial se retiró hacia la cocina para preparar un poco de té mientras la chica peliazul marcaba el teléfono; de inmediato contestó una voz femenina un poco adormilada.
-Yuca…soy Akane… tengo un pequeño problema y es probable que no llegue a dormir… luego te cuento, tú sigue dormida…nos vemos mañana… buenas noches"- terminó la joven con un suspiro. –"espero estar haciendo lo correcto"- pensó.
Akane se acercó a la mesa, observando un cuadro de frutas en la pared y un pequeño arreglo floral en el centro de la mesa. Observó un reloj en la pared marcando veinte minutos después de la media noche. Se sentó en una pequeña silla, recordando el acontecimiento que la llevó hasta allí.
Flash back -
Iba caminando hacia el departamento que comparto con mis amigas de la infancia: Yuka y Sayuri. Ese día cenarían en la casa y platicarían de las aventuras de la universidad. Me sentía muy cansada, siempre es así los viernes, el cansancio de toda una jornada semanal se acumula al acercarse el fin de semana. Por lo que deseaba llegar a casa y relajarme un poco.
A unas cuantas cuadras de la casa me di cuenta que alguien me seguía, mis sentidos se agudizaron y traté de ir más rápido pero el miedo y la angustia de ser perseguida entorpecieron mis sentidos haciendo que mis pasos fueran inestables, por lo que tropecé con un machuelo de la banqueta.
Rápidamente traté de pararme para seguir con mi camino. En ese momento, un hombre me jaló agresivamente del brazo, levantándome del piso.
-"Que le pasa, !suélteme¡"- grité lo más alto que pude y con desesperación, tratando de zafarme rápidamente de su agarre.
-"Eres más hermosa de lo que imaginé"- susurró en mi oído mientras chupaba mi oreja, se giró frente a mí y vi su mirada lujuriosa recorrer mi cuerpo.
Me arrastró hasta un pequeño espacio oscuro. Traté de soltarme de su agarre y grité fuertemente. Era más fuerte que yo, me tapó la boca con un trapo que tenía en su mano. Comencé a ver borroso y mi cuerpo se debilitó, pensé que todo estaba acabado cuando apareció un joven con una banda en la cabeza, golpeando a mi agresor.
Soltó mi brazo y caí al suelo. Observé cómo esos dos hombres peleaban y ágilmente el joven venció al delincuente; de pronto me sentí mareada y escuché cómo el chico de la banda amarilla me llamaba –"¿se encuentra bien… está bien?"- rápidamente y sin que pudiera contestarle, me levantó del piso como si yo fuera una pluma. En ese momento perdí el conocimiento".
Fin flashback
El chico del colmillo salió de la cocina con dos tazas de té y una sonrisa, ofreció una a la joven y se sentó en la silla contigua.
-"Creo que no nos hemos presentado adecuadamente"- comentó la chica peliazul-"Mi nombre es Tendo Akane y soy estudiante de la carrera de medicina en la Universidad de Kioto"- terminó haciendo una pequeña inclinación de su cabeza.
-"Mucho gusto, señorita Akane, soy como ya lo sabe, el oficial Hibiki Rioga"-
- "Oficial Hibiki, aun no le he agradecido su ayuda… Gracias por salvarme"- dijo la joven ofreciendo una hermosa sonrisa.
-"Es mi deber"- comentó Rioga jugando con sus manos nerviosamente y tratando se verse lo más profesional posible aunque sus pensamientos eran confusos y sus mejillas lucían ligeramente ruborizadas.
Después de un incómodo silencio, el oficial observó el pequeño reloj de pared y se percató que eran 30 minutos después de la media noche. Suspirando dio un pequeño sorbo a su té.
-"¿Ahora qué?"- preguntó la joven peliazul.
-"Sería bueno que durmiera un poco. El Comandante Saotome llegará hasta el amanecer. El cuarto, puede ocuparlo y descansar. Por el momento es mejor eso"-
-"Gracias, entonces descansaré un poco y espero que mañana pueda regresar a mi casa"- comentó la chica –"buenas noches"-
-"Buenas noches señorita Tendo, no se preocupe por nada yo me quedaré vigilante"-
Akane se levantó de su silla, dirigiéndose a la habitación y antes de ingresar, miró a Rioga y se despidió con una sonrisa y un movimiento de mano. Acto seguido, cerró la puerta y corrió el seguro.
Rioga observaba a la linda chica mientras se dirigía a la habitación. Realmente era muy hermosa, tenía una estilizada figura, piernas largas y torneadas con una diminuta cintura; pero lo más sublime de la chica era su rostro; lo observó detalladamente cuando se giró para ofrecerle una espectacular sonrisa. Su rostro parecía esculpido por los mismos ángeles, parecía muñeca de porcelana, sus facciones, detalladas delicadamente; ojos grandes y de color café rodeados por hermosas pestañas y su nariz, pequeña y respingada. Rioga deseaba probar los labios rosados de la chica más bonita que había visto.
Salió de su sueño cuando se escuchó el seguro de la puerta y en ese instante, caminó al teléfono para marcar un número conocido por él.
-"Ranma…sí, ella está aquí… no le pasó nada, no te preocupes…aún no le he explicado nada, le comenté que eras el único que sabía…lo dejé inconsciente…no me siguió…nadie, estoy seguro… como quieras pero que sean discretos…ok, espero entonces a Mouse…tu a qué hora llegas?... te espero entonces… adiós"- colgó el teléfono y dio una pequeña exhalación, Ranma siempre era sobreprotector cuando pensaba que la habían encontrado.
Él simplemente se sentó en el sillón de la sala y comenzó a leer una revista de política. Deseando que la chica de la habitación fuera la joven que llevaban buscando por más de 5 años, cuando fueron asignados concretamente a esta misión. Era desgastante encontrar chicas con las características idóneas y que no fueran la elegida. Rioga suspiró tratando de alejar sus pensamientos de los acontecimientos y concentrarse nuevamente en la revista de política.
En el cuarto conjunto, Akane se recostaba en la cama tratando de conciliar el sueño y esperando que los acontecimientos terminaran y que pronto estuviera en su casa con sus amigas. Cerró los ojos entregándose a los brazos de Morfeo para evitar cualquier recuerdo del reciente altercado.
En punto de las 7 de la mañana llegaba un auto negro y se estacionaba en la entrada de una vivienda en el norte de Kioto. La casa era pequeña y en la entrada estaba un joven leyendo el periódico del día. El chico tenía el cabello negro y largo, sus lentes gruesos escondían unos ojos verdes como las hojas de los árboles que rodeaban la vivienda.
Del vehículo salió un joven alto, de cabellera negra recogida, con una trenza larga. Vestía una camisa china color rojo y unos pantalones de color negro. Se digirió a la entrada de la casa.
-"Buenos días Mouse"-
-"Buenos días Ranma"- contestó el joven de lentes.
-"¿Alguna novedad?"- preguntó el azabache esperando el reporte del oficial.
-"Ninguna, desde que llegué ha estado todo tan tranquilo que me aburro fácilmente"- finalizó el chico.
-"Bien. ¿Rioga está adentro? - cuestionó Ranma.
-"Sí, está adentro de ocioso, esperando a ver si la señorita se despierta"- señaló el oficial.
Ranma alzó una ceja en señal de disgusto y desconcierto, se preguntó si la afirmación de Mouse tenía otro significado.
-" Hay algo que deba saber?"- solicitó el joven de trenza negra.
-"Pues, está ilusionado"- riendo sonoramente –"está como colegial, creo que esta candidata lo ha dejado idiotizado, no ha dejado de hablar de ella"- terminó el chico sentándose en la puerta.
Ranma evitó hacer cualquier comentario, Rioga era un poco tímido con las mujeres y siempre se ilusionaba fácilmente con alguna. Se decía enamorado de jóvenes que solo veía una sola vez y jamás cruzaba palabras con ellas. Suspirando pesadamente mostró un ademán de despedida al joven de lentes e ingresó rápidamente a la casa.
Conocía perfectamente a ese par de oficiales desde la niñez. El trío fue entrenado en el templo y vivieron juntos cuando ingresaron a la policía especial. Siempre compartieron todo y eran como hermanos. Los tres eran guerreros entrenados en el arte y su misión era compartida… tenían que encontrar a la elegida.
El chico de la trenza llegó a la sala y observó a Rioga leer una revista.
-"Buenos días, Rioga"- saludó el azabache.
-"Buenos días, Ranma"- contestó levantándose de su asiento y dirigiéndose al comandante.
-"Explícame con detalle cómo la encontraron"- solicitó Ranma-
-" No entiendo"- mencionó el chico del colmillo –"yo la vigilaba desde el lunes y nadie dio señales, pero ayer apareció Kuno en el camino hacia su casa y la dejó inconsciente"- después de un silencio, continuó –"es como si, no sé, como si supieran todo lo que hacía, como si, supieran nuestros pasos e investigaciones "- suspiró -"Ranma, siento como si… si hubiera alguna fuga de información"- terminó el joven un poco temeroso de externar su opinión, pero no dormir en toda la noche lo había hecho pensar detenidamente sobre los sucesos de ayer.
Ranma procesó la opinión de Rioga, sorprendiéndose de la posible verdad de su idea. Él también creía lo que el joven de la banda amarilla le externaba. Aunque guardó su opinión, pues no quería atemorizar o si hubiera algún traidor, prevenirlo.
-" No lo sé, aunque tenemos que ser cuidadosos"- terminó el chico de la trenza y el joven del colmillo comprendió claramente el mensaje oculto del comandante.
-"Dime qué averiguaste de la joven" – tratando de recordar el nombre de la chica.
-"Tendo Akane"- afirmó Rioga.
-" Sí ¿qué encontraste?- preguntó el azabache.
El joven del colmillo se acercó al sillón y sacó una carpeta de su mochila.
-"Ella es la tercera hija de un médico muy caritativo y sencillo, le gusta mucho ayudar a la gente, él vive en Nerima. Su madre murió cuando ella tenía 10 años y desde entonces su padre se dedica a su profesión cobrando muy poco y tratando de ayudar a gente necesitada. Sus dos hermanas viven con su padre y la mayor de ellas se dedica al hogar y las labores domesticas, la mediana de los Tendos trabaja en una empresa como secretaria, para ayudar en los gastos de la casa."- leyó el joven.
-"¿Cuándo nació?"- preguntó Ranma.
-"Ella nació el 3 de mayo de 1990, ese día hubo un eclipse solar y durante el mes de mayo de ese año hubo una epidemia que afectó solo a los bebés recién nacidos y mató a muchos de ellos, pero ella se salvó"- Ranma se sorprendió un poco-". No hay explicación, según los registros médicos la bebé Akane estaba en la misma sala de todos los demás y todos, oye bien Ranma.. TODOS los demás bebés murieron."
-"¿Crees que sea ella?"- susurró el chico de la trenza.
-"No lo sé, pero, en el reporte médico"- observó los ojos azul grisáceo de su jefe para no perder ninguna reacción-"ella tiene un lunar blanco en el brazo derecho"- terminó el chico.
Ranma se quedó callado. Sus ojos se abrieron más grandes por la sorpresa que le provocó todo lo que había escuchado, pensó unos minutos y se sentó en el sillón que anteriormente ocupaba Rioga.
"¿Qué forma tiene?"- preguntó con un tono seco.
"El reporte médico no lo especifica, tienes que preguntárselo tu mismo"- contestó el joven.
Ranma sabía que tenía que examinar a la chica, ella se había vuelto una candidata posible según la profecía, por lo que debía hablar con ella y preguntarle algunas cosas más personales. Él se encontraba nervioso, emocionado. Empezó a caminar por la sala de un lado a otro, pensando que tal vez su búsqueda había terminado, llevaba más de 20 chicas que habían sido posibles aspirantes y ninguna de ellas tenía las características totales.
Él había sido entrenado desde pequeño para convertirse en el guerrero protector de la elegida. Fue instruido en el arte prácticamente desde su nacimiento. Encontrar, salvar y proteger a la elegida era el motivo de su existencia.
Akane escuchó la voz de dos personas a lo lejos, poco a poco se fue despertando de su descanso y se incorporó. La misma habitación verde olivo con la ventana junto a la cama.
Observó la luz del sol iluminando la habitación y comprendió que había dormido toda la noche en la casa del oficial. La peliazul se levantó y estirándose se dirigió a la puerta más pequeña, encontrando un baño. Se arregló un poco el cabello y tomó de su bolso los artículos de aseo que por costumbre siempre llevaba consigo.
Después de unos minutos en el baño tratando de verse presentable, se dirigió a la puerta que comunicaba a la sala y distinguió dos voces, nerviosa abrió la puerta y se encontró con los dos jóvenes oficiales.
-"Ranma… ¿qué pasará si ella es la elegida?"- preguntó el chico del colmillo.
-"Tenemos que llevarla al templo"- respondió-"además tenemos que protegerla, recuerda que no somos los únicos que la buscamos, Kuno no se da por vencido fácilmente, pronto dará con nosotros y …"-
Se escuchó el sonido de una puerta abrirse y los dos jóvenes miraron hacia la recámara, interrumpiendo su conversación. Una joven de cabello peliazul y ojos color avellana apareció.
El corazón de Ranma empezó a latir fuertemente y no pudo despegar la vista de ella. Observó a la joven Tendo; era una chica delgada y bien formada. Recorrió su cuerpo sin disimulo y le pareció perfecto: piernas largas y torneadas, una pequeña cintura y su largo cuello. Cuando llegó a mirar sus ojos cafés sintió una punzada en su pecho, justo en su corazón, esos grandes ojos expresivos lo tenían cautivado y no podía despegar su mirada de ella.
Para Akane la situación fue muy similar, al mirar al joven de la trenza, le pareció el chico más guapo que había visto, alto y musculoso, podía observar sus brazos grandes entre sus mangas. Pero sus ojos, azules y grises, era una combinación adictiva, no podía despegar su mirada de esos ojos de esperanza.
Rioga se dio cuenta de las miradas de cada uno, tratando de no verse muy desilusionado, se acercó a la chica Tendo con una sonrisa en los labios y la saludó.
-"Buenos días señorita Akane"-
Saliendo de su ensoñación, la peliazul le dedicó una gran sonrisa al joven del colmillo y respondió su saludo.
-"Buenos días, oficial Hibiki"-
-"Él es el comandante Saotome Ranma, mi jefe".- presentó al joven azabache.
-"Mucho gusto Señorita Tendo"- Saludó Ranma inclinando un poco la cabeza, pero sin despegar su mirada de la joven.
-"Mucho gusto oficial Saotome"-
Con un pequeño señalamiento de manos, el joven de la banda amarilla le indicó a Akane que se sentara en la sala para platicar más tranquilamente. Mientras él se dirigía a la cocina.
-"¿Gustan un té?"-
-"Gracias Rioga"- afirmó el azabache.
-"Gracias, para mí también"- contestó la chica.
En menos de un minuto los dos jóvenes se quedaron solos en la habitación, el azabache se sentó junto a la chica Tendo. En la sala solo se escuchaban los latidos de sendos corazones, no dejaban de mirarse a los ojos y de pronto Ranma tomó la mano derecha de Akane.
-"¿Qué pasa?"- preguntó la chica soltándose del toque del joven.
-"Lo siento, no quise incomodarla…"- comentó el azabache con un poco de rubor en sus mejilla. Se sintió en el cielo con el pequeño toque de su mano sobre la de ella.
-"El oficial Hibiki me dijo que me ayudaría, que me explicaría porqué trataron de secuestrarme?"- preguntó Akane.
Ranma miraba detalladamente cada reacción de ella, se veía tan indefensa, tan frágil. Tratando de apartar sus pensamientos, desvió su mirada de la joven.
-"Tranquila, nosotros la cuidaremos bien"-
-"Solo necesito saber qué pasa... quiero regresar a mi casa con mis amigas y nada más"- señaló la chica.
-"No sé si podrá hacerlo, mire, la persona que trató de llevársela anoche está buscando a una chica con ciertas características"- explicó el comandante.
-"¿Qué tipo de características?"- preguntó la peliazul.
-"Primero, que haya nacido un día de eclipse solar; luego, que sea tercera hija de un médico o curandero"- comentó el chico sin dejar de mirar a la joven-"que el día de su nacimiento haya sobrevivido a alguna epidemia extraña"- terminó.
-"¿Porqué buscan a una chica así?"- preguntó nerviosa. Algunas características encajaban perfectamente con ella.
-"No puedo decírtelo, hasta averiguar si tú tienes todas las características"- contestó el joven.
-"De acuerdo, mi padre es médico, yo estudio medicina también, no sé si nací un día de eclipse solar y sí estoy segura que el día de mi nacimiento algo sucedió, que solo yo sobreviví a una rara enfermedad"- señaló la chica Tendo.
-"Bueno, solo debemos averiguar si el día que naciste hubo un eclipse solar"- aseguró el joven tratando de no mostrar emoción alguna–"pero hay algo más, ¿puedes mostrarme tu brazo derecho, por favor?"- solicitó.
Akane extendió su brazo derecho y comenzó a descubrirlo. Llevaba una blusa color azul de manga larga, por lo que tuvo que levantar la manga de la prenda poco a poco. El joven de la trenza miraba el brazo de la chica y veía su piel blanca como la leche y suave como la seda, solo podía imaginarse tocándola. De repente sus ojos se abrieron más de lo normal, sorprendiéndose de lo que observaba.
Un lunar blanco en forma de estrella estaba en el brazo de la peliazul.
-"¿Esta marca qué es?"- preguntó el azabache tratando de no mostrarse muy ansioso.
-"Es un lunar"-
-"Desde cuándo lo tiene?"-
-"Es de nacimiento"-
-"¿Siempre ha sido de ese color?"-
-"Si, es un lunar blanco, es extraño pero sí existen…cuando era pequeña trataron de quitármelo con cremas e hicieron estudios, hasta que dijeron que era un lunar"-
-"la forma que tiene es de"-
-"una estrella, bueno siempre me lo ha parecido, porqué?"- inquirió la joven.
-"Otra de las peculiaridades de la chica que buscan es que debe tener una marca en forma de estrella blanca"- comentó él.
-"¿Cree que sea la señal que dicen?"-
-"Sí, estoy seguro"- afirmó-"solo una pregunta más señorita Tendo, espero que no la incomode"- agregó el joven azabache, un poco nervioso –"Otra de las características refiere que deberá ser pura. Es decir, Virgen"- Terminó, muy sonrojado y muy nervioso, sin poder mirarla a los ojos.
-"¿QUEEEEEE?"- señaló molesta y con el rostro más rosado que de costumbre.
Akane desvió la mirada del comandante Saotome analizando cómo era posible que le preguntara ese tipo de cosas. Ella y su familia eran un poco tradicionalistas, no hablaban mucho de ese tema y siempre que le preguntaban sobre ese "tipo de cosas" ella no sabía cómo responder y siempre se intimidaba de los chistes de sus compañeros. Fue catalogada como la santurrona de la escuela, la mayoría de sus compañeros ya tenía o había tenido alguna experiencia sexual en su vida. Ella aun creía que debía esperar a alguien especial y siempre fue objeto de burlas de sus amigas o compañeras. Sentía mucha pena con el joven azabache, tenía mala suerte que el primer chico que le gustaba de esa forma le preguntara sobre su vida sexual.
Ranma se encontraba completamente rojo, era la primera chica que tenía la marca de la estrella blanca y por lo tanto solo faltaba la última parte de la profecía. Él siempre fue entrenado para combatir, para enfrentarse cara a cara con un enemigo, jamás lo enseñaron a enfrentarse con las personas del sexo opuesto y muchas veces acababa en alguna situación incómoda o extraña. Sabía que ese tipo de preguntas incomodaba a la mayoría de la gente y nunca había tenido que hacerla. Se maldecía por tener que realizarla a la primero chica que lo había hecho sentir extraño.
-"Si, soy virgen"- susurró la joven con su rostro sonrojado al máximo y agachando la cabeza para no mirarlo a los ojos.
Ojalá tenga su atención. Espero continúen en el siguiente capítulo.
