Operación Barbarroja

¿Por qué no me das tu vida? Estamos los dos, en este sucio agujero, y tu te aferras a ese rifle, como si eso fuer a calentar tus entumecidos músculos. ¿No ves que todos yacen muertos? Solo quedas tu…

Miras a todos lados, solo para ver a tus subordinados muertos, con sus frágiles rostros azules y con el aspecto de muñecos, ¿dudabas de mí? Lo entiendo, ya me conocía, como todos, pero no conocías esta faceta mía. Solo unos pocos, solo él conoce mi crueldad.

Te haces pequeño, tu aliento sale en espesas nubes de vapor. ¿Quieres llorar o es que solo estas cansado? Sé que no has dormido, yo no lo eh permitido, y es que no estas acostumbrado a mi extraño afecto, pero es que tu te lo has ganado. Si, tu te lo has ganado, porque tu eres el que ah venido hasta acá, tu eres el que ah intentado conquistarle, tu eres quien fallaste en su tregua… Y él tiene mi favor, tu no.

Sonrió al ver tu cabello despeinado, cubierto con una gorra vieja, húmeda por la nieve; es un cabello mas oscuro que es suyo, también mas lacio. También tienes las mejillas sonrosadas, pero no es por el mismo motivo, tú te congelas y él solo es asi. Me miras, y mi sonrisa se esfuma. Tus ojos son azules, cargados de miedo, de terror. Te asusta morir congelado ahí, delante de mi, no como él. A él no le importa, y su mirada hacía mi no tiene miedo, tiene admiración y rencor.

Tú no me gustas. Él si.

Oh, pero tranquilo, no morirás aquí. Tu no. Tus subordinados no saldrán de estos campos blancos, pero tu si. Debes salir, a que todos vean tu vergüenza, el como te destruí solo porque él, con sus ojos brillando cual niño, me lo pidió. Siento tu desesperación, tu miedo… Me encantan esas sensaciones.

¡Que tierno! Estas rogando a Dios. Eres un tonto. No hará nada por ti ese Dios, él me puso aquí para hacer esto, para hacerte sufrir, morir. Porque yo estoy aquí para defenderlo a él. Así que como respuesta a tus suplicas me levanto, te abrazo. Tu te tensas, tiemblas más, me miras con horror, sabes que si lo deseo te congelo, y fin para tu nación… pero solo beso tu mejilla.

No morirás. No me gustas, pero él no te quiere muerto, solo te quiere temblando. Dejare caer mi manto de nuevo, que tus subordinados preparen ataúdes… Iván los quiere muertos, y yo los matare.


Gracias por leer, se agradecen sus opiniones.