Era un día como otro cualquiera en las afueras de la guarida de Akastuki. Itachi observaba las nubes, Deidara hacía figuras de arcilla, Tobi molestaba a Deidara -con penosas condiciones por cierto-, y Hidan... bueno, Hidan no hacía algo que se pudiera definir con tan solo mirarlo: tenía la mirada perdida, e intentaba buscar un recuerdo feliz en su memoria en el que no interviniese la sangre -no tienen televisión, algo se tenían que inventar-.
- Que aburrimiento-Pensó nuestro amigo fallando en su investigación-.
Saltó de la alta rama que le servía de asiento y empezó a perderse en el espeso bosque en busca de algo entretenido.
Bueno, ahora demos un rodeo a la vida de este personaje, y metámonos en otra.
En este momento nos situamos en la Aldea oculta de Konoha. El ambiente está muy relajado, y varias sonrisas iluminan las calles, sin embargo, no toda la villa rebosa felicidad. Haruno Sakura siente el oxígeno demasiado tranquilo, y eso le pone nerviosa. Naruto no le está molestando, y no hay nadie que le dé un poco de movimiento a la situación, en pocas palabras, que Sakura-chan se aburre. Con un ágil salto, baja del balcón de su casa, y se dirige a la puerta principal de la villa. Al salir, aumenta la velocidad hasta casi su límite para poder sentir una brisa que le meciera el cabello y que le refrescara la cara.
Disminuye la velocidad al notar que se aleja de su villa, hasta el punto de caminar lentamente. Paso tras paso se va adentrando más en ese espeso bosque. Lo único que se oye es el dulce silbido de un pájaro, y lo único que se alcanzaba a ver es ese color que transmite tanta paz, el verde. Una sonrisa se va formando en su rostro a cada paso que da. Pero entonces, algo o alguien interrumpe tan agradable tranquilidad con un movimiento entre la arboleda. Te imaginas quien es, ¿verdad?
Lentamente, nuestra protagonista del momento se acerca al arbusto donde supuestamente se encuentra ese misterioso ser. En alerta felina se mantiene, y con una precisión indescriptible separa las ramas para descubrir que hay al otro lado. Tutum, tutum, retumba el corazón de su pecho. Las hojas se dispersan y… y… Tan sólo era un conejito ^w^.
Cambiemos otra vez a la historia paralela a la de Sakura –aunque no tan paralela w-.
Hidan sigue saltando de árbol en árbol, en busca de alguna nueva víctima a sus encantos *¬* -es broma, busca lindas y perfumadas florecillas (no, has vuelto a picar xD, en realidad no busca nada en concreto, simplemente mata al tiempo, aunque no como le gustaría a él, tú ya me entiendes n.n)-. Pero, aunque este individuo parezca despiadado y malvado, guarda un alma caritativa en su interior –has vuelto a picar, aunque tal vez no sea del todo mentira, para averiguar la verdad, tienes que seguir leyendo ^^-.
